Ministerio y actividad pastoral cristianas



VIDA DE SAN FRANCISCO JAVIER (LOUSA, SJ, VICENTE)
Se ha escrito que Javier hacía tanto fruto en Europa con sus cartas como en la India con sus trabajos y des-velos misioneros. Prueba de ese fruto es sin duda esa riada de hombres y mujeres que, movidos por los ejem-plos de este hombre de Dios, inundó y sigue llegando a las tierras de misión; o la de cuantos, sin salir de su am-biente, le ven como modelo de servicio y entrega a los demás. Hoy, con motivo de la celebración de los 450 años de su muerte, y para sentir aún mas viva su presencia entre nosotros, presentamos esta biografía tratando de que sea más asequible a la gente de a pie que las muchas y buenas que ya existen.

LA BOCA SE NOS LLENÓ DE RISAS . SENTIDO DEL HUMOR Y FE (PRONZATO, ALESSANDRO)
Dice el papa Urbano IX, protagonista ficticio de una novela de Bruce Marshall, que «sólo los que creen profundamente en la religión pueden bromear sobre ella». Y Alessandro Pronzato comenta: «No sé cuánta gente está convencida de esto. La práctica dice exactamente lo contrario. Se puede bromear con todo, se puede reír o sonreír con un montón de cosas, pero no con la religión. Según un dicho popular italiano, se puede «hacer bromas con los soldados (fanti)», pero hay que «dejar en paz a los santos (santi)». Es un peligro tocar ciertas aureolas. Es un peligro estallar en una carcajada liberadora que elimine, como una ráfaga de viento irreverente, ciertos polvos y mohos seculares. Las cosas de la religión están envueltas en un manto de seriedad y solemnidad. Es peligroso arrancar ese paño y poner de manifiesto que «el rey está desnudo». «Si hubiera verdaderamente seriedad, si la religión fuera una cosa seria, entonces también tendría derecho de asilo la broma, la risa o, cuando menos, la sonrisa. La falta de sentido del humor denuncia, sin embargo, de manera inequívoca, que la fe no ha sido tomada bastante en serio». La pregunta de la que arranca este libro es, por tanto, la siguiente: ¿por qué hay tan poco sentido del humor en el mundo religioso? ¿Por qué se considera el humor, dentro de la Iglesia, como algo sospechoso, cuando no proscrito? Hace falta, como dice Umberto Eco en El nombre de la rosa, «lograr que la verdad ría». ALESSANDRO PRONZATO, sacerdote italiano, maestro y periodista, es autor de más de cien obras que han sido traducidas a infinidad de lenguas. Sal Terrae ha publicado sus libros Todo corazón para los enfermos: Camilo de Lellis (2000): Tras las huellas del samaritano (2003): El abrazo del Padre (2003) y El Domingo, fiesta del encuentro (2005).

EDIHT STEIN. OBRAS COMPLETAS II . ESCRITOS FILOSÓFICOS. ETAPA FENOMENOLÓGICA (EDITH STEIN)
Por fin nos llega la primera edición en castellano de toda la producción intelectual de esta gran figura de nuestro tiempo: judía, filósofa, profesora, escritora, seglar convertida, monja carmelita, mártir del nazismo y santa. Supone todo un acontecimiento bibliográfico que ha sido posible por la conjunción de una serie de especialistas y traductores, filósofos, teólogos y espirituales, más el decisivo apoyo de tres editoriales del Carmelo español.

PIENSA LA MUERTE (TOMÁS MORO)
Aparece por primera vez en castellano esta obra escrita por Santo Tomás Moro en 1522 y que bien podría titularse Arte de Vivir. Se trata de un ejercicio intelectual, en el que Moro se propuso reflexionar emparejando, en breves meditaciones sucesivas, los cuatro novísimos (muerte, juicio, cielo e infierno) y los siete pecados capitales. La obra quedó incompleta -sólo con las reflexiones relacionadas con la muerte- y de ahí el título. El lector notará enseguida la frescura del lenguaje de Moro, lleno de sentido común y buen conocedor, como político experimentado, de los vicios por los que tan fácilmente se dejan arrastrar los hombres, y que a última hora- de nuevo una relación con los novísimos- les hacen infelices. A no ser que, meditando comno él propone, comprendan que la conducta virtuosa vale la pena. El texto va acompañado de una valiosa introducción del traductor y experto moreano Álvaro Silva, de notas explicativas y de textos menores de Moro, siempre cargados de buen humor, como el epitafio, que comienza Qui memor es Mori, y que puede traducirse por Tú, que te acuerdas de Moro, o también Tú, que te acuerdas de que has de morir.

APOTEGMAS DE LOS PADRES DEL DESIERTO . MI FILOCALIA DE BOLSILLO (EDUARDO T., GIL DE MURO)
Por “apotegma” entiende nuestro idioma todo dicho breve, sentencioso e instructivo atribuido generalmente a algún personaje célebre. Ya en clave de literatura espiritual, siempre fueron buscados y redichos y seguidos los “Apotegmas de los Padres del Desierto”. Todo un destilado y condensado de sentencias de aquellos seguidores de Antonio, el primer eremita, y que la tradición oral o escrita ha hecho llegar hasta nosotros. Son muchos, de-masiados, por lo que el autor de este precioso librito se ha tomado la molestia de seleccionar los más significati-vos, e incluso de agrupárnoslos según distintos temas.

ORAR CON… UNAS GOTAS DIARIAS DE HUMOR (FILGUEIRAS PITA, AGUSTÍN)
Fragmento de una oración compuesta por Santo Tomás Moro, cuando estaba prisionero en La Torre, de donde sería llevado al martirio: Dame, Señor, una manera de ser que ignore el aburrimiento, los lamentos y los suspiros. No permitas que me preocupe demasiado por esta cosa embarazosa que soy yo. Dame, Señor, la dosis de humor suficiente como para encontrar la felicidad en esta vida y ser provechoso a los demás. Que siempre haya en mis labios una canción, una poesía o una historia para distraerme. Amén. El sentido del humor es un gran don de Dios. Nunca lo agradeceremos bastante. Conviene pedirlo al Señor y no olvidarse de cultivarlo. Agustín Filgueiras Pita nació en Pontedeume, La Coruña. Fue ordenado sacerdote en Santiago de Compostela en 1959. Ejerció su sacerdocio seis años en dos pueblos. Durante otros treinta y cuatro se dedicó a la enseñanza y atención espiritual en dos colegios. Actualmente, colabora en una parroquia de la ciudad de La Coruña.

UN HIMNO DE SILENCIO . MEDITACIONES SOBRE EL PADRE (CANTALAMESSA, RANIERO)
Hay personas a las que, en un cierto momento de su vida, les entra un deseo irreprimible de conocer a su padre o madre, que saben que están vivos, pero a los que nunca han visto, y no descansan hasta que consi-guen contactar con ellos. La pretensión de esta obra se parece un poco a eso. Con el autor salimos en busca de nuestro Padre común, que sabemos está vivo, pero al que nunca hemos conocido en persona y no precisamen-te por su culpa.