Ir al contenidoMinisterio y actividad pastoral cristianas
La simbólica imagen de Benedicto XVI sembrando un cedro de la paz en el palacio presidencial libanés resume su extraordinario viaje apostólico al país de los Cedros del 14 al 16 de septiembre. De hecho, la frase de Jesucristo «la paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy como la da el mundo. Que no se turbe vuestro corazón ni se acobarde» (Jn 14,27) ha sido no solo el lema del viaje del Papa al Líbano y desde el Líbano a todo Oriente Medio, sino también su verdadero hilo conductor, su proclama más reiterada, suplicada y explicitada. Todo ello sin olvidar que el motivo principal del viaje fue la firma y publicación de la Exhortación postsinodal Ecclesia in Medio Oriente.
El Castillo Interior es el libro definitivo de santa Teresa de Jesús. El último que escribe, pero íntimamente unido al primero (Libro de la Vida), no ya como relato autobiográfico sino para diseñar lo que debería ser el pleno desarrollo de la vida cristiana. El título es el símbolo del alma y sirve de base a la exposición, aunque la Santa acuña nuevos símbolos emblemáticos: las dos fuentes de agua viva, el gusano de seda que se vuelve mariposa, el símbolo esponsal de la relación del alma con Dios... La Santa finaliza su exposición con la siguiente pregunta: "¿Sabéis qué es ser espirituales de veras?", y ella misma responde que en servir y amar a los otros con el amor puro y pleno que Jesús nos inculcó. En fin, que una obra apta para teólogos especialistas, a la vez se presta a la lectura cotidiana de un modesto lector cualquiera.
El contenido de este libro sobre la CONFESIÓN logra exponer la doctrina de la Iglesia sobre el Sacramento de la Penitencia a la luz de la dimensión pascual puesta de relieve por el Concilio Vaticano II y el Catecismo de la Iglesia Católica. Con notable calidad pedagógica y con la precisión exigible en tema tan delicado, como señala D. Juan Castañeda Hueso: El libro es un mensaje valiente, agresivo para una Sociedad que ya no cree en el pecado (la culpa la tienen ellos, los demás). Los predicadores, que ya no nos atrevemos a molestar al público, eludimos estos temas molestos. Es muy importante hoy ayudar a que el hombre moderno se encuentre con la génesis y realidad de su pecado y con la trayectoria de la Misericordia y el perdón
Para el penitente es un precioso y práctico vademécum: una buena tentación para despertarle el apetito de la Confesión y del perdón y la Misericordia. Podría presentarlo, dice el autor, como el Sacramento de la limpieza de corazón... Porque lo que he querido decir es que Dios nos ha regalado en Cristo un signo, una señal, un Sacramento divino que garantiza la verdad de nuestro arrepentimiento.