Obrero, ácrata impenitente, periodista ocasional, orador incen-diario, agitador de conciencias, en definitiva: un revolucionario que se mantuvo fiel a sus ideas de transformación social a lo largo de toda su vida. Nos hallamos ante un relato de emigración, de fatigas, de represiones y de luchas; de aquellos incansables libertarios que ante las derrotas afirmaban, como nuestro personaje, que: «No importa, la nata ácrata continuará componiendo nuevas alboradas y la anarquía surgirá, entre el rubor de las auroras».
Las familias transnacionales no son un fenómeno reciente, pero su inclusión en el espacio académico como unidad de análisis ha suscitado un gran interés en las ciencias sociales. Este libro es un ejemplo de ello. Su objetivo principal es analizar el impacto de las remesas en las familias migrantes transnacionales que transitan entre España y Colombia y, concretamente, los procesos de transformación y permanencia en las relaciones afectivas y de género, poniendo en práctica la variable temporal, es decir, la articulación y rearticulación de estas relaciones antes y después de la migración de uno o varios miembros de la familia. A lo largo del mismo se presenta un marco teórico que es producto del diálogo entre el paradigma transnacional, el enfoque de género y la familia. Además, se ha puesto en práctica una metodología novedosa a la par que pionera para el flujo migratorio colombiano hacia España: la etnografía multisituada. Esta metodología aplicada al campo migratorio pone en valor su utilidad debido a la posibilidad de identificar factores que limitan o facilitan las relaciones familiares y de género.
Estamos en 1937. Dentro de España, los distintos bandos políticos luchan por hacerse con el poder y la población civil sufre, participa y observa el desarrollo de la guerra. En estos años tan revueltos, se crea el Consejo Nacional de la Infancia Evacuada con el objetivo de organizar el avituallamiento, alojamiento y transporte de los refugiados hacia Inglaterra, Francia, Bélgica, México y la Unión Soviética. Parte de ese colectivo estaba formado por 2.895 personas evacuadas desde Asturias, País Vasco y Cantabria que viajaban con destino a la Unión Soviética. La separación temporal de su familia y de su país se alargó a diferencia de otras expediciones más de treinta años. Algunos de los niños españoles evacuados regresaron a España en 1956-1957 y otros aún permanecen en Moscú y en las ex repúblicas soviéticas. Esta obra hace un recorrido euclidiano por la memoria social y las formas que adopta el recuerdo de la Casa de Niños Españoles. Asimismo se analiza cómo los agentes sociales ponen en juego los discursos en torno a la identidad y los principios subjetivos y valorativos sobre la educación recibida en la URSS. Las condiciones de producción de estos discursos contribuyen a explicar las proyecciones del presente sobre un pasado fosilizado en imágenes de la infancia feliz. La brevedad de aquellos años y los acontecimientos posteriores magnifican aquel oasis de felicidad que los discursos autobiográficos se empeñan en dilatar y recrear. Junto a estas autobiografías, un conjunto de cartas y redacciones escritas desde la Unión Soviética completan las imágenes del pasado, que sirven, desde una perspectiva antropológica y sociohistoriográfica, para contrastar y dar cuenta de la riqueza semántica contenida en los discursos autobiográficos de los niños españoles.
El present estudi ha volgut donar resposta a la necessitat de comprendre la dinàmica d'una societat tan peculiar com l'andorrana, i per això s'hi ha assumit com a objecte d'estudi el fenomen migratori. La recerca abasta l'anàlisi de les actituds envers aquesta qüestió, els eixos de segmentació i les relacions socials existents entre els diferents col·lectius per raó del seu origen, tot complementant-ho amb un ampli repàs del context històric, jurídic i econòmic andorrà. Es pretén assolir, així, una perspectiva sociològica integral que estigui a l'alçada de la complexitat i importància del fenomen.
Mi madre, la Juana cuenta la aventura de una mujer joven exiliada en el suroeste de Francia a finales de los años treinta. Es la misma historia de millares de mujeres y hombres expulsados de su España natal y, sin embargo, también es un relato singular, pues el propio exilio nunca se parece al de los demás. Juana se fugó, como tantos otros, de un ejército y un régimen de los que nada podía esperar. Encontró refugio en el Yonne y, en la tormenta del principio de la Segunda Guerra Mundial, perdió a su hijo Juanito. Esa es la historia que nos cuenta Mario Graneri-Clavé desde el punto de vista de Juana, a quien él conoció muy bien en su infancia, con la ayuda de Juan Morente Álvarez, el hijo recobrado por una milagrosa casualidad y con el que se convirtieron en compañeros de juegos.
¿Qué enfermedades traen los inmigrantes? ¿Corremos algún peligro conviviendo con ellos? ¿Sufren las mujeres extranjeras un mayor maltrato que las autóctonas? ¿Tienen los inmigrantes más accidentes laborales? Estas y otras preguntas serán respondidas por el autor en un libro que ha sido redactado con un lenguaje sencillo y ameno, con la intención de llegar a todos aquellos ciudadanos interesados en conocer la verdad sobre la salud de los inmigrantes que viven en nuestro país. La inmigración ha sido uno de los fenómenos sociales más importantes que ha tenido España en los últimos años. Han venido a vivir con nosotros miles de trabajadores, en su mayoría jóvenes y sanos, que han emigrado por sus ganas de mejorar económicamente y porque se ven capacitados para lograrlo.
El 10 de junio de 1937 llegaban a la ciudad mexicana de Morelia 500 niños españoles cuyo barco, el Mexique, había atracado días antes en el puerto de Veracruz. Formaban parte de los contingentes de exiliados de la guerra civil española (1936-1939) que se dispersaron por Europa y América. Muchos de estos niños nunca volverían a encontrarse ni con sus padres ni con su país de origen. Su vida, en un quiebro de la historia por causa del levantamiento franquista en España, cambió totalmente y transcurrió a partir de aquel momento por México, un país que, representado por el presidente de la república, Lázaro Cárdenas, les acogió con generoso abrazo.
A comienzos de los años treinta, cuando el país atravesaba la Gran Depresión, una persistente sequía asoló el medio oeste de los Estados Unidos, expulsando de sus granjas a decenas de miles de campesinos que se vieron obligados a emigrar en busca de trabajo. Se calcula que cerca de ciento cincuenta mil norteamericanos vagaban por las carreteras del estado de California ofreciéndose como temporeros para la cosecha. A pesar de ser imprescindibles para llevar a cabo la recolección, eran recibidos con odio y menosprecio por los habitantes de las localidades por donde pasaban, tachados de ignorantes, sucios y portadores de enfermedades. John Steinbeck, entonces un prometedor escritor, los retrató en una serie de reportajes aparecidos en 1936 en The San Francisco News. El trabajo realizado para preparar estos artículos le permitiría publicar, poco más tarde, su novela más lograda: Las uvas de la ira.En la misma época, otra artista, la fotógrafa Dorothea Lange, fue contratada por el Gobierno federal para documentar la situación de esos inmigrantes. Algunas de aquellas imágenes se han convertido en clásicos de la fotografía, del mismo modo que los reportajes contenidos en este libro se han convertido en clásicos de la literatura.