En el valle del Yaak, en Montana, viven apenas treinta personas y un número indeterminado de osos, lobos, coyotes, pumas, alces? Un lugar sin duda salvaje y remoto. De hecho, allí la mayoría de las casas carecen de electricidad o teléfono. Para sus habitantes, sin embargo, eso no parece ser un problema. Son leñadores, tramperos, guías de caza, domadores de caballos, tejedores de atrapasueños, veteranos de Vietnam, un payaso de rodeos jubilado? También hay un par de fugitivos, aunque quizás, de un modo u otro, todos lo sean: todos han llegado hasta allí huyendo de algo y aquel aislamiento los hace sentir seguros. Desde el primer instante, Rick Bass y su mujer se ven irremediablemente atraídos por aquella realidad indómita. Y deciden rendirse a su silencio y a su misterio, encarnados en la lenta e imperturbable caída de la nieve, que parece ralentizar el tiempo y ofrecer perdón para todas las culpas. Alquilan una casa, conocen a los excéntricos habitantes del valle, se emborrachan en el Dirty Shame y empiezan a prepararse para el invierno: algo que en su Texas natal nunca han vivido, menos aún a treinta grados bajo cero y sin más tecnología que una lámpara de aceite, una motosierra y una chimenea. Él comienza a escribir, a relatar su cita y su encuentro con el invierno, con ese paisaje blanco, ingobernable y feroz que reclama de manera incansable vidas para seguir avanzando. Pronto recuerda aquella vieja historia que contaba un aventurero a las gentes de la ciudad: en Yellowstone el frío era tal que a los tramperos las palabras se les congelaban según salían de sus bocas, y debían recogerlas, guardarlas cuidadosamente y colocarlas ante el fuego por la noche, para ensartarlas en frases y saber lo que se habían dicho durante el día. Eso hace también Rick Bass. Ahora que nuestro invierno es cada vez menos invierno, que su belleza es cada vez más frágil y esquiva, este libro se presenta como un canto poderoso al níveo secreto del Gran Frío.
Thomas Page McBee fue el primer boxeador transexual en combatir en el Madison Square Garden, pero este libro no va de eso. McBee nació con cuerpo de mujer, siempre se supo hombre, se operó a los treinta años y entendió que el mundo no volvería a ser igual. Porque cambiar de género lo cambia todo. Y de eso sí que trata este libro. Un hombre de verdad es el relato en primerísima persona de esa transición, un testimonio lírico sobre qué significa ser hombre en el mundo actual. Cuando McBee decidió inscribirse en un gimnasio de boxeo para entender la masculinidad a partir de la violencia, se reconoció como amateur ante ese deporte y ante las preguntas más elementales sobre su propia identidad. La historia de McBee puede leerse como un reportaje intimista sobre el acoso, el miedo, el rechazo y la aceptación. Pero sobre todo como una defensa de la fragilidad frente a los estereotipos omnipresentes del machito desfasado, con la certeza de que dentro y fuera del ring esta lucha es una sola. La suya, la tuya, la nuestra. «En una época en la que la identidad se ha fragmentado y fraccionado tanto, la empatía de McBee con los hombres es algo refrescante, pero es su determinación por hacerse responsable de su situación lo que resulta más radical.» The Guardian «La exploración lírica y dolorosa de McBee sobre la pérdida y la madurez ofrece un antídoto esperanzador para las formas más tóxicas de la masculinidad.» Publishers Weekly
Si en la década de los años 20 París, para Hemingway, «era una fiesta», en los años 80 Madrid no lo era menos. Un optimismo sin límite, una pulsión más provocadora que revolucionaria, un afán vanguardista e irreverente, una explosión estética que se reflejaría en multitud de revistas culturales y mestizas, en exposiciones, en el orgullo gay, en el primer cine de Almodóvar, de Trueba o Colomo. La mayor parte de los libros y documentos que aluden a la época nos muestran una sociedad recién nacida a la democracia, disfrutando de lo que el franquismo había prohibido o relegado, impulsando nuevos movimientos culturales alrededor de los nacientes gurús del rock (Nacha Pop, Alaska), de la estética punk, de locales que acabarían mitificándose como el Rockola. Pero esa no era la sociedad real. La que hacía frente cada día a la vida cotidiana era una sociedad todavía no del todo convencida del éxito de la transición, asustada por el intento de golpe de estado del 23F y el terrorismo de ETA, sacudida por el paro, con grandes bolsas de marginación. España avanzaba lentamente en el proceso de construcción democrática y el viejo sueño progresista. Nos dice Manuel Rico en el prólogo: «el valor de estas páginas no es el del diario de un literato, o de un escritor maduro, sino el de un escritor en formación, el de un hombre lleno de dudas respecto al futuro de su vocación, de un escritor a la espera al que, a la luz del paso del tiempo, descubro sorprendentemente lúcido.»
Lo normal es que nunca te hayas reído con la historia de un cuadripléjico que busca desesperadamente salir del alcoholismo. Lo normal, claro, hasta que conoces a John Callahan. Publicadas en 1989 en Estados Unidos y traducidas ahora por primera vez al español, las memorias de este viñetista de cabecera en medios como The New Yorker y Penthouse son inspiración y provocación en estado puro. Callahan vivía a tope el frenesí californiano de los setenta entre drogas y alcohol cuando un accidente de tráfico lo dejó en silla de ruedas. Entonces le tocó morir un poco para volver a encontrarse en un viaje improbable del tequila a Dios y del vino barato a Lao-Tse, el amor propio y el humor. Si alguna vez te has visto inventando movidas para justificar tus mentiras y miserias, si te compadeces con ternura cuando ves a alguien en silla de ruedas o si sientes lástima de ti mismo en lugar de ponerte en pie, espabila: aquí hay algo para ti.
En su oscuramente hilarante debut como ensayista, Donald Fagen músico, compositor y cofundador de Steely Dan, pasa revista y rinde debido tributo a las figuras y corrientes culturales que dieron forma a su sensibilidad artística, remontándose a sus andanzas universitarias e hilvanando una jocosa crónica de cuanto acontece en la carretera. Fagen disecciona para tal fin a los eminentes hípsters cuyas vivencias iluminaron sus sueños de juventud; componiendo el relato y retrato del artista adolescente cuya mente se abre privilegiadamente al mundo en los prodigiosos años sesenta época en la que traba amistad en Bard College con Walter Becker, su añorado e irremplazable compañero de armas; y consignando las desventuras y epifanías de su gira por las entrañas de la América profunda.
En el último tomo de los siete de estas Memorias de un biólogo heterodoxo, el profesor José A. Valverde habla de la pesca y del mundo marino y acuático. Dedica un capítulo a las barcas fluviales, otro a la caza de ballenas, y otros más a su ensayo La moral biomásica, y a reflexiones y recuerdos de personas e instituciones con las que se cruzó en la vida. Cierra el volumen con un cuaderno de dibujos de campo que ilustraban las notas sobre sus observaciones.
Rafael González Ripoll cazador y pescador nos cuenta, después de muchos años dedicados a estas artes, sus vivencias y experiencias en los dos oficios más antiguos de la historia. Tiros y Tirones es un reencuentro con su instinto más básico, como es la lucha por la supervivencia elevada la categoría del deporte y al disfrute de la naturaleza. Quien haya vivido amaneceres en la sierra, con sus sonidos y fragancias, jamás podrá olvidarlos. Quién haya comulgado con la mar infinita, en noches del luna y estrellas, nunca podrá arrancarlas de su alma. Quizá por eso, Rafael González Ripoll decidió escribir sus memorias de caza y pesca. Para que sus lances y aventuras nunca fuesen olvidados, y para que, nosotros, los amantes de la caza y pesca del siglo XXI, podamos disfrutar y conocer cómo se cazaba y pescaba en la Andalucía profunda de mediados del XX. Apenas si han pasado cincuenta años, y muchas de las costumbres han cambiado. Ya pertenecen a la historia aquellas cabalgadas de muchas horas para llegar hasta la mancha, la estancia de varios días en cortijos apartados, las bromas y noviazgos, las noches de guitarra y aguardiente. Y sobre todo los lances de monterías, recechos y cacerías a mano, en unas serranías salvajes, donde el lobo aullaba y los maquis aún intentaban una revolución imposible. Como también son recuerdos aquellas noches de luna y pesca en Barbate, en las costas gaditanas, por entonces desiertas, y en los ríos de montaña, cristalinos y puros. El instinto cazador jamás nos abandonará; está profundamente arraigado en nuestros genes de especie. Aprendamos a respetar nuestras sierras y costas, para que dentro de muchos años, nuestros nietos puedan seguir disfrutando de los paisajes y lances tan magistralmente retratados en esta hermosa obra.
Una crónica de nuestro tiempo escrita en clave de memorias. Aviso de lectura «Si pierdo la memoria, qué pureza», escribió, si la memoria no me falla, Pere Gimferrer. «Qué pereza», intertextualizó más tarde más tarde un posmoderno. Queda así la memoria faenando, como un barco de pesca, entre las dos aguas faulknerianas: entre la pena y la nada. Este es un libro de memorias, es decir, un cuento que recuenta y echa cuentas, y no siempre el juego de sumas y restas es cosa de las matemáticas. Quien suma y sigue es el destino y -advierte Luciano Lamberti- «el destino es el encuentro del individuo con su clase». Por eso, porque uno es uno con los otros, entre la pena y la nada el autor rechaza el dilema y opta por navegar por su cuenta y riesgo sin olvidar que la memoria individual es espejo de un trayecto colectivo: la segunda mitad del siglo XX. La clase como geología de los paisajes humanos, íntimos, políticos y morales (la caza de brujas, el México de Rulfo, los hispanistas, Marcuse, los panteras negras, Angela Davis, los chicanos, el tardofranquismo, las izquierdas de Euskadi). La memoria es un arma cargada de futuro, escribió (o no) Gabriel Celaya, y razón no lo falta: lo importante no es el retroceso de la culata sino el objetivo al que se apunta y se dispara. Que vivir merece la pena por más que la vida esté llena de trampas, engaños, hipotecas y autoengaños. Que sí, que quizá el hombre es una pasión inútil, pero en algún lugar se siente libre y esa libertad nos hace y nos deshace. Eso parece querer contar este libro. Y acierta en la diana. Crítica:«Unas memorias que son, además, de gozosas y valientes, un testimonio importante de unos años que pasan por ser el auge libertario de un siglo marcado por el horror y la ignominia, también por el asombro y la consecución de la magia.»Juan Ángel Juristo
Cartagena, 31 de Mayo de 1942. Su obra poética está traducida - y algunas de sus novelas - a más de veinte idiomas. Formó parte de la antología NUEVE NOVISIMOS. Finalista del premio PLANETA con El manuscirito de Palermo y de LA SONRISA VERTICAL con La caza del zorro, fue premio de esta última con La esclava instruida. También fue premio BARCAROLA. Su obra poética ha ido construyendo por más de 35 años un libro, Museo de cera (publicado en esta misma colección), en el que se integran títulos como La edad de oro, Nocturnos, Tosigo ardento, El escudo de Aquiles, Signifying nothing, El botín del mundo y La serpiente de bronce. Como traductor se le debe la obra de Konstantino Kavafis, los Poemas de la locura de Hólderlin, la poesía de Robert Louis Stevenson (del que también ha traducido La isla del tesoro y Weir de Hermiston), T. S. Eliot, François Villon y los Sonetos de Shakespeare. Otros libros suyos son sus memorias Al sur de Macao, Naturalezas muertas, La corona de arena (biografía de Lawrence de Arabia) y Desolada grandeza. Fue organizador en 1985 del Homenaje Mundial a Ezra Pound, en Venecia, y en 1990 recibió el Doctorado Honoris Causa por Dowling (New York) por el conjunto de su obra.
Edición que reúne en un solo volumen las tres novelas de la trilogía de Isabel Allende «Memorias del Águila y el Jaguar»: La Ciudad de las Bestias, El reino del Dragón de Oro y El Bosque de los Pigmeos La pluma mágica de Isabel Allende nos invita a conocer, en esta preciosa trilogía de aventuras, realismo mágico y naturaleza, a Alexander Cold, un muchacho americano de quince años; a su abuela Kate, una enérgica y excéntrica reportera de viajes; y a Nadia Santos, una compañera de aventuras muy especial. En La Ciudad de las Bestias, Alexander y su abuela Kate se internan en una expedición en la selva amazónica en busca de una extraña bestia gigantesca. Junto con su compañera de viaje, Nadia Santos, y un centenario chamán indígena, Alex conocerá un mundo sorprendente y juntos vivirán una gran aventura.El universo ya conocido de Isabel Allende se amplía en La Ciudad de las Bestias con nuevos elementos de realismo mágico, aventura y naturaleza. Los jóvenes protagonistas, Nadia y Alexander, se internan en la inexplorada selva amazónica llevando de la mano al lector en un viaje sin pausa por un territorio misterioso donde se borran los límites entre la realidad y el sueño, donde hombres y dioses se confunden, donde los espíritus andan de la mano con los vivos. En El Reino del Dragón de Oro, Alexander Cold, su abuela Kate y Nadia Santos, los protagonistas de La Ciudad de las Bestias, vuelven a reunirse. Viviremos con ellos sus peripecias y vicisitudes en la belleza desnuda, limpia, de las montañas y los valles del Himalaya en compañía de nuevos amigos. Pero la pluma mágica de Allende también nos descubre el valor y la sencillez de las enseñanzas budistas a través del lama Tensing, maestro y guía espiritual de Dil Bahadur, el joven heredero del reino, a quien conduce por la senda del budismo y ha dado a conocer el valor de la compasión, de la naturaleza, de la vida, de la paz. Y en El Bosque de los Pigmeos, Nadia y Alexander viajan al corazón de África con su abuela Kate, a quien han encargado un gran reportaje. Su encuentro con el hermano Fernando, un misionero que está buscando a dos compañeros desaparecidos, marca el comienzo de este nuevo destino: la selva tropical africana, donde la caza clandestina del elefante y otros animales salvajes arrastra a mercenarios sin escrúpulos. Los malvados son ahora los jefes de la Hermandad del Leopardo: el comandante Mbembelé, el brujo Sombe y el rey Kosongo, que ha esclavizado a la tribu de los pigmeos. Los protagonistas, empujados por la curiosidad primero y la solidaridad después, lograrán sortear mil y un peligros gracias a sus poderes: Nadia, de hacerse invisible y hablar con los animales; Alexander, de transformarse en jaguar, y ambos de poder comunicarse con los espíritus. Entrarán en contacto con la cultura de los pigmeos, a los que, con la ayuda del espíritu de la reina Nana-Asante, lograrán liberar de la esclavitud. La paz entre los pigmeos y las otras tribus será posible a partir de ahora.
Sombras en la hierba prolonga y completa los recuerdos que Isak Dinesen recogió de su increíble vida en Kenia, cuya parte principal quedó plasmada en uno de los libros de memorias más bellos jamás escritos: Memorias de África. Son muchos los personajes y muchas las anécdotas que recorren como corrientes subterráneas las páginas de Sombras en la hierba: el comercio en Nairobi, la caza de leones homicidas, el mundo de los sueños, las danzas rituales en la granja y una multitud de pequeños acontecimientos extraordinarios vividos entre gentes más extraordinarias aún. Pero, a pesar de todo, no se puede hablar de autobiografía: de una u otra forma, la autora permanece al margen de la narración y cede el papel protagonista a quien nunca ha dejado de tenerlo: la vida, siempre diversa, indomable, cruel y tierna.
Tras la publicación de la obra cumbre del autor, una de las piezas contra la guerra más importantes nunca publicada JOHNNY EMPUÑÓ SU FUSIL, inauguramos una colección de biografías, memorias y autobiografías, NAVONA PEOPLE, de la que publicaremos un máximo de cuatro títulos al año. En tapa dura y con un diseño muy actual. A finales de los años 40, en pleno auge de la Guerra Fría, la paranoia anti-comunista se extendió por Norteamérica, desatando una caza de brujas que afectó a todos los sectores de la sociedad pero especialmente a intelectuales y cineastas. El Comité de Actividades Antiamericanas del Congreso estaba decidido a exponer la infiltración comunista en Hollywood y citó en audiencia pública a actores, directores y guionistas. Algunos denunciaron a sus compañeros de izquierdas; otros se negaron a declarar y fueron condenados por desacato a penas de prisión; a la mayoría se les impidió volver a trabajar en la industria cinematográfica. Había nacido la lista negra. Dalton Trumbo fue uno de esos represaliados. Guionista de enorme prestigio y autor de una de la más grandes novelas americanas del siglo XX, Johnny empuñó su fusil, Trumbo sorteó la prohibición escribiendo guiones bajo nombre falso y llegó a ganar dos Oscars, que evidentemente no pudo recoger. Su empeño y su tesón fueron decisivos para que en 1960 la infamante lista negra desapareciese, tras dejar un reguero de vidas destrozadas. Este libro, que acaba de ser llevado al cine (con Bryan Cranston en el papel de Trumbo), cuenta la historia de ese puñado de resistentes y del hombre que se atrevió a enfrentarse a un sistema injusto en nombre de la libertad de expresión.