Está bien. Aceptemos que hay un yo que, de un golpe de voz, puede ser dicho. Aceptemos que ese yo que es capaz de nombrarse tiene a veces mi cara, se parece a este cuerpo esquinado. Está bien. No hablemos de ficción ni de relato. Repitamos yo, yo, yo tantas veces como sean precisas para armarlo. Juntemos las astillas hasta inventar el hueso. Pronunciemos yo y veamos qué turba se despierta al decirlo. ?Aceptemos?, de Olalla Castro OLALLA CASTRO (Granada, 1979) es doctora por la Universidad de Granada y licenciada en Periodismo y Teoría de la Literatura. Premio Extraordinario de Tesis Doctoral con su investigación sobre la narrativa de Enrique Vila-Matas, ha escrito los poemarios La vida en los ramajes (Devenir, 2013), Los sonidos del barro (Aguaclara, 2016) y Bajo la luz, el cepo (Hiperión, 2018), el libro de narrativa infantil Un visitante salido de la nada (Dauro, 2016) y el ensayo Entre-lugares de la Modernidad: filosofía, literatura y Terceros Espacios (Siglo XXI, 2017), además de editar y prologar las antologías Ocho paisajes, nueve poe-tas (Dauro, 2009) y Juan de Loxa: resistir en el margen (Diputación de Granada, 2018). Ganadora del Premio Nacional de Poesía Miguel Hernández, del Premi Tardor de Poesía, del Premio Internacional Antonio Machado en Baeza y del Premio Unicaja de Poesía, entre otros, sus poemas y relatos breves han sido recogidos en una veintena de antologías y traducidos a varias lenguas. Fue columnista del diario La Opinión de Granada durante sus nueve años de existencia y actualmente es columnista de El Salto Diario. Ha sido cantante y letrista de diversos proyectos musicales, como Rebelmadiaq, Sister Castro o Nour, formaciones con las que ha firmado una decena de discos y ofrecido conciertos por países como Argentina, México, Costa Rica, Jordania, Marruecos, Argelia, Francia, Holanda o Alemania.
El empleado de una gasolinera cuenta, en primera persona, lo que le ha sucedido: una familia que viajaba de vacaciones hacia su país de origen, Marruecos, ha parado a repostar. Al reanudar la marcha, sin darse cuenta han dejado olvidada a una de sus hijas. El hombre no sabe qué hacer con ella, pero finalmente decide llamar a otras gasolineras para que localicen a sus padres. Por sorpresa, aparece también un gato que acaban de abandonar en el mismo lugar. La niña, Sola, y el gato, Sincola, se hacen compañía. Finalmente, la familia de la niña regresa a recogerla y el empleado de la gasolinera prepara a la pequeña una sorpresa: esconde al gato en una mochila que le regala.
La mejor novela bélica de todos los tiempos. Imán sitúa su acción en el Marruecos de la guerra colonial y, especialmente, en los episodios de Anual y Monte Arruit. Viance, el protagonista, es un muchacho aragonés, uno cualquiera de entre los 200.000 mil h
De Alaska, Guatemala, Tanzania, Siberia, India, Nueva Zelanda, China o Marruecos provienen los niños y las niñas deestos cuentos. Historias para aprender cómo se vive en esos lugares, cómo se visten sus habitantes, qué animales hay oqué se come. Una manera muy positiva de acercar a los pequeños lectores a nuevos mundos.
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Abdelá es hijo de la ciudad, de la ciudad mestiza. Pero en esa ciudad, tocada por la modernidad, minada por la pobreza, atravesada por corrientes diversas, perviven numerosos misterios marroquíes: los brujos, el hammam, la baraka, la ziara. Los cuerpos, las influencias secretas, el destino, la suerte, los adivinos y los santos. Abdelá observa, desde París, ese mundo que lo rodeaba de niño, con el mismo amor, y trata de reencontrarse con una tierra que sus sentimientos más profundos nunca abandonaron.
Decidimos dedicar el libro de la VII edición del máster en Periodismo de Viajes a los muros invisibles y, por extensión, a la importancia de cultivar, educar y entrenar la mirada del periodista que se enfrenta a esas «murallas». Nuestros estudiantes viajaron organizados en equipos a Rusia, Turquía, Escocia, Finlandia, Moldavia y Marruecos. Allí encontraron las historias que dan forma a este libro y allí también se enfrentaron como escribidores al difícil desafío intelectual y narrativo de empalabrar algo que, en teoría, es invisible. Este es un libro de muros, de fronteras, de barreras y, en definitiva, de obstáculos que no vemos, no queremos ver o muchas veces no sabemos ver.
El propósito de Silvia es que el almuerzo de presentación de Antonio, su nueva pareja, a su hija adolescente Maria, sea un encuentro distendido y cálido, como un domingo cualquiera. Están en Roma y el pasado yace arrumbado en la distancia, una ocasión perfecta para sellar definitivamente algunas heridas. Pero todo se tuerce cuando Maria empieza a coquetear sin disimulo con Antonio, hecho que deja atónita a Silvia y la lleva a revivir aquel terrible trance de su estancia en Rabat que destruyó sus ilusiones y culminó con la misteriosa muerte de Giorgio, su marido. Lo había conocido con dieciséis años. Ella era una joven insegura y él un hombre adulto con una sólida carrera diplomática, alguien a quien encomendarse y en quien confiar sus secretos. Una vez en Marruecos, la plácida existencia de la familia se verá alterada por el extraño comportamiento de Maria. Con nueve años, la niña padece noches de insomnio, tiene problemas en la escuela, donde ha intentado tocar a la maestra y a sus compañeros en sus partes más íntimas, y manifiesta una feroz oposición a su madre, en un clima de tensión creciente que acabará dinamitando la unidad familiar. Y ahora, fruto del áspero cruce de acusaciones y reproches, aparecen sin velos los rasgos más turbios de madre e hija. ¿Y si Maria no fuera la niña inocente a quien todo el mundo compadece? ¿Y si la pusilanimidad de Silvia no escondiera una perversa tendencia a hacer daño a su pesar? Gracias a un excelente dominio de los recursos narrativos, sobre todo su habilidad con el contrapunto, y a la potencia de algunas escenas, Anna Giurickovic indaga con determinación entre los resquicios más impenetrables de la naturaleza humana. Los papeles de víctima y verdugo, con sus claroscuros y sus ambigüedades, se confunden en esta novela que golpea y aviva la conciencia, indicio inequívoco del mejor arte de narrar.
Una orgía macabra de esperpentos patrios, con mucha y rica documentación visual, a través de nuestra historia y que comienza con el desastre de Cuba, la pérdida de las colonias, la literatura criminal y la llegada de la guerra de Marruecos, un bautismo de fuego legionario que pronto dará paso a los grupos de asalto paramilitares tanto fascistas como ultracatólicos (algunos con el lema «Quien no está conmigo, está contra mí»). Tuvimos imitadores del fascio italiano, como Ramiro Ledesma y su lema «No parar hasta conquistar», o el matonismo de Onésimo Redondo, ambos fascinados por la milicia, el puñal y la futurista «guerra como higiene del mundo». Pasen y vean. Lo sabemos, corta la respiración, pero ya va siendo hora de encontrarnos con aquello que fuimos y que quizás aún somos.
Una guía compacta, ideal para viajes cortos, que contiene lo mejor de Marruecos y está cargada con la información más práctica completamente actualizada. A través de Una mirada a Marruecos, la guía ofrece una breve historia del país con unas claves para entender la realidad actual y su perfil social y geográfico. En el apartado Diez lugares inolvidables, se hace una propuesta en unas pocas páginas con los mayores atractivos según el autor para aquellos que quieran ir a lo fundamental. Visita a Marruecos ofrece una visión más detenida de las mejores visitas a través de cuatro capítulos que hacen referencia a distintas zonas del país. En ellos se describen los lugares de interés de cada región evaluados por un sistema de clasificación por estrellas, y se proponen pequeñas rutas e itinerarios. Se incluye información práctica sobre los lugares propuestos, incluyendo planos de localidades. Dónde... es una pequeña pero útil selección de establecimientos donde Comer y beber, Alojarse, Comprar, Divertirse e Ir con niños, con toda la información que se necesita sobre éstos. Por último, la sección Informaciones prácticas ofrece información de primera necesidad para moverse por el país, así como recomendaciones y direcciones útiles, además de un pequeño glosario de términos en francés y árabe-marroquí.
Relatos alrededor de la paternidad compuestos por David Otero. «No me olvido del título y del motivo por el que escribo este libro, Precipicio al mar, y es que es un canto y un llamamiento a la libertad de mis hijos.» La inspiración para una canción puede nacer en la orilla del mar, en Marruecos. Y así fue. Tres gaviotas fueron el germen de la idea. Unos padres enseñando a una adolescente a volar libre... por un precipicio. David Otero compone Precipicio al mar. Y la letra de una canción crece hasta convertirse en el libro que tienes en tus manos. Las gaviotas son David, su mujer, Maro, y Luna, su hija. Y a partir de ahí una cascada de recuerdos, de reflexiones, de vivencias sobre la aventura de ser padre. Y la familia sigue creciendo y la experiencia de la paternidad se enriquece con su hijo Gael. Poco a poco se va mezclando la pasión por crear y componer una canción, una letra, con la pasión de construir a base de notas y compases la propia vida. Sus vivencias en los partos, los primeros pasos con sus hijos, la historia de amor con su mujer, la herencia recibida de los padres, los pequeños placeres compartidos con sus hijos... Un vuelo al pasado, al niño que fue, y al presente, al padre que quiere ser. Y, de fondo, y Gael, sus hijos, que no dejan de batir sus alas hacia la conquista de la libertad. «Y vi más allá de una niña que pide un sándwich en una cafetería. Vi cómo se paraba el tiempo, y me topé con una persona que empieza a volar sola, fuera de su nido. Que sigue cerca, pero comienza a andar sin nadie al lado. Por supuesto cuando esto sucede, ya te das cuenta de que la cosa avanza y no hay vuelta atrás. Es una carretera por la que no volverás a pasar hasta que acompañes al siguiente pasajero.»