El 15M ha sido el movimiento social que mayor entusiasmo ha generado en España en lo que va de siglo. Para encontrar un fenómeno comparable en trascendencia seguramente tendríamos que remontarnos a los años de la Transición, y a su especial contexto. La crisis financiera mundial de 2008, que afectó de manera dramática a tantas personas que se quedaron sin trabajo, sin hogar o sin futuro, sirvió como detonante de la protesta. El sistema tiraba tanto de la cuerda que el desafío llegó de forma inesperada, cogiendo por sorpresa a los profesionales de la política. Una convocatoria de manifestación a nivel estatal, lanzada por una estructura que exigía una democracia real ya, prendió con éxito en las redes y el imaginario social. No ha pasado mucho tiempo desde la ocupación de la Puerta del Sol, pero sí el suficiente como para tratar de proponer un balance de esta experiencia. Qué ha dejado el 15M tras de sí? ¿En qué punto nos encontramos ahora? ¿Se ha detenido la ola de cambio o permanece latente? ¿Ha fallado el movimiento en su trasvase a las instituciones? Este libro se propone contestar a estas preguntas centrándose en la dimensión política e institucional, por un lado, y la cultural, por otro.
La búsqueda de paralelismos y puntos comunes en los conflictos violentos que se producen en ciertos barrios de nuestras ciudades ha llevado al desarrollo de una corriente de estudio, que surgió la sociología urbana, la sociología del conflicto y la conflictología, conocida como TMR o Teoría de los Marcos de Ruptura. Esta metodología aborda desde una perspectiva tridimensional el estudio de los conflictos: socioeconómica, etnocultural y político-institucional; y permite entender mejor las causas de estos disturbios que han marcado con sangre y fuego los barrios de estas ciudades. En la esta obra se analizan tres casos de estallidos sociales: Los Ángeles 1992, París 2005, y El Ejido 2000.
¿Cómo pueden unirse palabras tan devaluadas como política, espiritualidad o vida cotidiana? En esta obra el lector no encontrará grandilocuentes teorías desfasadas, sermones de creyente fervoroso ni recetas simples de usar y tirar. Pero sí amorosas sacudidas para despertar del letargo colectivo hecho de miedo, indiferencia, desesperanza e impotencia. Puede leerse cada capítulo como una obra independiente o irse desgranando uno por uno como un collar de perlas. Estas meditaciones en voz alta clarifican la comprensión del momento que vivimos, a partir de hechos históricos y de sucesos cotidianos asombrosamente engarzados. Con lenguaje sencillo, apoyado en datos, intuiciones, sentimientos y vivencias, el autor pone a disposición del lector treinta años de investigación, lucha política, búsqueda interior y experiencias singulares. Y sin tratar de convencer, Alfonso Colodrón logra contagiarnos con su pasión y la lógica del sentido común de que la revolución interior es imprescindible para lograr un auténtico cambio social y político. Y de que ambos se asientan en la práctica cotidiana. Alfonso Colodrón es escritor y psicoterapeuta. Se licenció en Derecho en Madrid (Universidad Complutense) y en Ciencias Sociales del Trabajo (Sorbona). Antifranquista exiliado en París, trotamundos en un periplo de cinco años, buscador-encontrador espiritual, entre sus libros destacamos: El latido de las palabras, Tao Te Ching al alcance de todos y Quiéreme libre, déjame ser.
Desde las revueltas árabes al movimiento de los indignados, de las huelgas griegas a la ocupación de Wall Street, hemos asistido, sin «entusiasmo» kantiano (vale decir: distancia cómoda del espectador presuntamente crítico), a una serie de posicionamientos tácticos que venían a demostrar que, afortunadamente, no nos encontramos plenamente en la era de la «despolitización». Más allá de la recepción, habitualmente distorsionada o con querencia evidente a la impostura, de los medios de comunicación, tratamos de plantear la cuestión del capital simbólico-cultural que está dinamizándose en el seno del activismo indignado. Si, como pretendiera Adorno, el arte es un sismógrafo de la época, nos interesa presentar una serie de «cartografías» o itinerarios teóricos para comprender lo que está pasando sin caer en el esteticismo pero tampoco en una mera recuperación del realismo como reflejo de los acontecimientos. El arte de la indignación funciona, por tanto, como cuaderno de campo colectivo, materiales polémicos y necesariamente fragmentarios, operativos como herramientas deliberadamente «precarias» contra el nuevo Imperio que se llama Cleptopía.
Este libro pone en tela de juicio los relatos más tradicionales que reducen la explicación de la llegada de la democracia a España, durante el período que se ha convenido en llamar transición, al juego político entre las elites políticas del franquismo y del antifranquismo. Según esta perspectiva, éstas actuaron en un marco de profunda transformación social como producto espasmódico de la modernización económica, iniciada por el régimen en los años sesenta, y consiguieron establecer un consenso básico que allanó el terreno para la democratización española. Consenso, ausencia de confrontación, reconciliación y buena voluntad de las elites se convierten así en las claves del cambio político. El autor muestra, por el contrario, cómo las movilizaciones sociales imposibilitaron los proyectos continuistas y reformistas del régimen y condicionaron los principales puntos de la agenda política. Se centra en los años sesenta, momento en el que se gestaron pequeños cambios que andando el tiempo acabaron por ser grandes y que afectaron a la capacidad del régimen para reprimir la disidencia, ampliaron el ámbito de lo posible bajo el franquismo y establecieron unos primeros espacios de libertad. Cobran así protagonismo las gentes que decidieron oponerse y lograron establecer un modelo de lucha contra el régimen que les permitió pasar de la resistencia al desafío e iniciar el camino hacia un nuevo escenario.
No hay pues que hacer una lectura despolitizada del movimien¬to y de las luchas contemporáneas que se quede sólo en la di¬mensión moral de la indignación. Ésta da lugar a una rebelión política: es una indignación favorable a la justicia social, a un cambio social en un sentido igualitario y democratizador. No es una indignación desesperada. No es un golpe de ira frus¬trada sin perspectiva de salida. Al contrario, es una indignación esperanzada que empuja a la movilización y lleva consigo las ganas de vencer. Es una indignación que se basa en la confian¬za colectiva en un nosotros dispuesto a construir otro futuro.
Este libro es un diario de campo que recoge experiencias y debates surgidos durante el primer año de vida del movimiento del 15 de mayo. Es un texto que surge del contacto directo del autor con las asambleas populares del 15-M, en Madrid y en otros muchos lugares. Cada una de las cuestiones tratadas permite identificar la deriva experimentada por el movimiento, facilita un ejercicio de caracterización de lo que éste es hoy y adelanta un pronóstico sobre el deseable futuro del 15-M.
¡Espabilemos! es un libro que, nacido de la base del 15-M, se dirige a esa misma base y a todas las personas interesadas en una crítica de la miseria imperante. Sus textos nos hablan de los jóvenes, las mujeres, los jubilados, la inmigración, el Estado del bienestar, la sanidad, la educación, la vivienda, el sindicalismo, la autogestión, el decrecimiento, la energía, el gasto militar, los pueblos del Sur, la banca ética, las cooperativas integrales, el paro, la vida rural, los medios de comunicación, el municipalismo, las asambleas, la opinión pública, la represión, la cuestión nacional y la protesta global. Expresan, por lo demás, distintas percepciones y sensibilidades que unas veces se orientan a la formulación de propuestas que deben ser atendidas por nuestros gobernantes y otras a la construcción de espacios de autonomía y desmercantilización. Por encima de todo, este libro es una invitación a la reflexión y a la acción desde los argumentos del 15-M.
Resumen para la contraportada Este nuevo trabajo del autor del libro ?la escuela pública amenazada? (1997) y ?Hacia la escuela laica? (2005), continúa la misma estela de reflexión, denuncia y generación de polémica, que a casi nadie deja indiferente. En esta ocasión se sitúa en lo que denomina como la ?evanescencia de la escuela pública? Un título ecléctico y aparentemente poco llamativo, pero que define la diversidad de opiniones, circunstancias y aristas de todo Sistema Educativo y la actual pérdida de señas de identidad de la Escuela Pública. La reflexión la ubica en el marco de las transformaciones profundas que el ?nuevo capitalismo? (depredador) ha provocado en todas las dimensiones de la sociedad, incluida la Enseñanza. Y va dirigido a todos las ciudadanos y ciudadanos que se identifiquen con la Educación, desde el ámbito profesional o social. Los proyectos de construcción de sociedades más justas se enfrentan hoy a la amenaza de formas nuevas y más poderosas de segregación e injusticia social, que afectan cada vez a más personas. En este sentido, el avance de ofertas educativas privatizadoras que segmentan y fragmentan a la sociedad, atenta contra la democracia o es consecuencia del ?desmantelamiento progresivo de la democracia?, como muy acertadamente el autor subtitula el libro. El autor denuncia las políticas autoritarias y patriarcales que imponen un único código competitivo y de segregación, que hace que los sistemas educativos, se hayan convertido en talleres de experimentación al servicio del poder. La tarea militante en la cual se inscribe este libro consiste en alimentar el debate y estimular la participación del conjunto de la ciudadanía en la definición de las políticas educativas más coherentes con los ideales de la justicia social, basado en un modelo actualizado de escuela pública y laica, obligatoria, gratuita, universal, preventiva e inclusiva. Modelo que a pesar de todo, siempre será posible. En el último capítulo el autor expresa una inquietud y a la vez un deseo: ?Atravesamos un tiempo difícil, lleno de incertidumbres, pero apasionante, que espero no termine en un populismo basado en una jerarquía autoritaria, que durante un tiempo entierren los pocos derechos y libertades que todavía conservamos y que deberíamos de utilizar para evitarlo. Para ello nuestra lucha ha de consistir en desmantelar un modelo de sistema capitalista depredador e insolidario, antes de que nos conduzca al caos? Y ello, según el autor, se puede hacer, siempre que seamos conscientes de ello.
Cuando el joven Gandhi viajó a su primer destino en Sudáfrica, donde su lucha por la defensa de los derechos humanos le llevó a desarrollar activamente la resistencia no violenta, con la cual, más tarde, y ante el asombro del mundo, liberaría a la India del yugo del imperio británico, llevaba consigo como libro de cabecera el célebre ensayo de Henry David Thoreau "Sobre el deber de la desobediencia civil". Una obra determinante que también entusiasmó a León Tolstói, quien, hasta su muerte, apoyó y ayudó a moldear esta forma de protesta a su amigo Gandhi, durante las campañas de resistencia sudafricanas. Igualmente, Martin Luther King, Jr. hizo de esta obra de Thoreau la piedra angular del argumentario ético de la resistencia activa no violenta, característica del Movimiento por los Derechos Civiles, lo mismo que, de nuevo en Sudáfrica, aplicó heroicamente Nelson Mandela en la lucha contra el Apartheid. En un momento convulso como el actual, conviene releer el ensayo de Thoreau, volver al origen de la impecable y cristalina justificación ética de porqué no basta solo con no provocar la injusticia, sino que también, lo que con frecuencia se olvida, hemos de evitar convertirnos en colaboradores necesarios, ni directos ni indirectos, de la misma. Porque de nada sirve oponerse a la injusticia de palabra mientras con nuestras actividades reales, aun indirectas, o bien mediante nuestra inacción, no hacemos sino apoyarla. La desobediencia civil responsable y la resistencia activa no violentas, han mostrado que es posible mover las montañas más altas, y pueden seguir haciéndolo. Esta versión del ensayo es una traducción completamente nueva, en la que se han corregido errores de las ediciones clásicas, bastantes de ellos incluso de interpretación sobre el sentido real del original de Thoreau. La segunda parte de este libro es un amplio recorrido por la nutrida obra de ese naturalista y pensador adelantado a su tiempo que fue Thoreau, un "herbario" elaborado con la selección de citas destacadas de la mayor parte de sus textos, un canto permanente a la libertad, a la vida sencilla y libre de lujos que no hacen sino impedir la elevación moral de la humanidad, una oda, en fin, a la belleza y grandiosidad de la Naturaleza.
El 15-M ha supuesto la alineación de una parte de la población, hasta ahora sólo desencantada, para la defensa por otros medios del orden establecido. Ha exclamado su pretensión de mantener las condiciones de una vida insostenible al módico precio de olvidar la opresión pasada, justificar la presente y preparar la futura. Cuando la sumisión está tan arraigada usa la forma de la rebelión para afirmar su renuncia. Lo más significativo de los indignados no son sus proclamas, aquello que gritan a los cuatro vientos, sino lo que callan, sobre lo que no tienen más remedio que guardar silencio. ¿Indignación ante qué? ¿Ante la inhumanidad del mundo que nos ha tocado vivir y el papel represivo de cualquier Estado, o ante los precios de los pisos y la inutilidad de los títulos universitarios para conseguir un trabajo bien remunerado? ¿Con qué se indigna la clase media occidental? El tiempo de la indignación es el tiempo de la defensa de los privilegios, no el de la revolución contra el orden que los produce. Ir en su contra supondría aceptar una reducción drástica de muchas comodidades y prebendas que la organización técnica nos ofrece, y esa perspectiva no es alentadora para la mayoría. Más bien es exactamente lo contrario de lo que defienden cuando se indignan.