La Samaritana olvidó el agua y el cántaro por la dulzura de las palabras de Dios (Jn 4,28). Así escribe san Juan de la Cruz en la Llama de amor viva (1,6). Olvidó el agua del pozo de Jacob y empezó a desear el agua que saltaba hasta la vida eterna. En el desierto en que hoy nos movemos estamos llamados a ser personas-cántaros para dar de beber a los demás (papa Francisco, EG 86). Y esto es lo que humildemente pretenden estos comentarios a la palabra de Dios que se proclama en la celebración eucarística de los domingos y de las fiestas del Ciclo A. Es de esperar que, aunque se olvide el cántaro, se pueda disfrutar del agua de la vida que la Iglesia nos ofrece.
La realidad nace de la Palabra como creatura Verbi, y todo está llamado a servir a la Palabra. La creación es el lugar en el que se desarrolla la historia de amor entre Dios y su criatura; por tanto, la salvación del hombre es el motivo de todos» (Verbum Domini, 9).
Petites ajudes per pregar amb els salms de Vespres i Laudes. Això és el que et volen oferir les introduccions als salms daquestes hores. Els salms són pregària, però en sentit molt ample: més enllà de la literatura, de la poesia, de les imatges, de les evocacions històriques, lEsglésia, els cristians, de sempre hi hem trobat un mitjà de comunicació amb Déu i un aliment per a la fe i lesperança. Els salms són com un mirall de la vida: ens hi veiem, hi quedem reflectits, perquè les angoixes i les esperances de què ens parlen són les nostres., però també la fe i la lloança i lamor a Déu. Dànima a ànima. La nostra sha de trobar amb la del salm i la del salmista i la de tots els homes de fe. I sobretot, lànima de lEsglésia sha de torbar amb lànima de Jesucrist, el nostre Senyor, que va pregar amb els salms. També, a lhora de fer-ne pregària, la nostra ànima suneix a la dels altres cristians de tot el món que preguen igual.
Antes de cada liturgia eucarística, la Iglesia nos propone la liturgia de la Palabra de Dios. Nos invita a meditar textos del Antiguo y del Nuevo Testamento para hacer nuestra esta Palabra. Para ello nos es necesario tener guías: son los predicadores que, como el padre Le Guillou, OP, se ocultan detrás de la Palabra para que resplandezca, según las fiestas litúrgicas. Somos invitados a meditarla y nuestra libertad es provocada a comprometer todo nuestro ser con el misterio de Dios. Ojalá que estas homilías, que conservan la naturalidad del lenguaje oral, a menudo impactantes para sus oyentes, puedan tocar a aquellos que las leerán y unir- los en su deseo de encontrar a Dios» (MADRE MARIE-AGNÈS).
Este libro sencillo, pero muy útil instrumento pastoral. Surge con ocasión de la celebración del Centenario de la Consagración de España al Corazón de Cristo. Sin duda, será de gran ayuda para todo el Pueblo de Dios pues es mucho más que un ?devocionario?. Recoge la oración litúrgica de la Iglesia propia del Corazón de Cristo, textos de santos y de papas, prácticas tradicionales vinculadas con la espiritualidad del Corazón de Jesús: Consagración, Hora Santa, Primeros Viernes, Novena al Corazón de Jesús, Mes del Corazón de Jesús? Todo ello se completa con diversas letanías y oraciones, textos de poesía orante, meditaciones y cantos. La abundante agua y sangre que brotaron del Costado del Señor fecundarán con generosidad la ?Oración con el Corazón de Cristo?.
A través de distintos valores como el respeto, la dignidad, la hospitalidad, el servicio, el perdón, lacompasión? y, sobre todo, en la caridad, es donde se centra el nuevo número de?Guiones litúrgicos?. No es solo la realidad más bella y más importante entre todas las cosas, sino que es la que verdaderamente hace valer a todas las cosas; sin ella, todo se pierde y se vacía.También se trata de otros temascomo la justicia. La Justicia, escrita así, con mayúsculas, equivale aperfección, a santidad. Y donde hay santidad hay verdad y belleza; pero no podría haber santidad ni verdad ni belleza si faltara el amor; y donde hay amor, hay vida? Y el conjunto de todas estas perfecciones se dice Dios. En el fondo, la hermosura de la caridad se deriva de la infinita hermosura de Dios. En este número se incluye además el primer mensaje del Papa Francisco para este tiempo de cuaresma, que sirve a las comunidades cristianas como punto de partida para reflexionar los textos bíblicos de los domingos y otros días de respeto en los últimos meses del año.
No hay dos pascuas iguales, porque no hay dos años iguales. No hay dos pascuas iguales porque cada uno de nosotros lleva en su maleta distintas experiencias, distintos proyectos, distintas formas de vivir en él mismo y en los suyos la pasión de Cristo. Cada año leemos los mismos textos, con las variantes propias del año litúrgico. Sin embargo, no podemos pensar que es una simple repetición de años anteriores. Celebramos un acontecimiento histórico y salvífico: la entrega amorosa de Jesús por cada uno de nosotros, y la vida en plenitud que le ha dado el Padre, de la que nosotros participamos. Por eso podemos decir que no estamos "amenazados de muerte", sino que estamos "amenazados de resurrección".