Once relatos, once ritmos, una sola melodía: la de la mejor literatura negro-criminal. Una celebración del ritmo y la literatura negro-criminal, una original antología que reúne a los grandes autores del género con los más variados estilos musicales. «Sabido es que los escritores suelen ser muy afectos a la música. Nietzsche dijo que sin la música la vida sería un error. Victor Hugo sostenía que la música expresa lo que no puede decirse con palabras y que no puede permanecer en silencio. Julio Cortázar decía: ;El jazz tuvo gran influencia en mí, el fluir de la invención permanente me pareció una lección para la escritura, para darle libertad y no repetir partituras;. Y, finalmente, Platón, estaba convencido de que ;la música le da alma al universo, alas a la mente, vuelo a la imaginación y vida a todas las cosas;. De la unión de estas dos artes, la más efímera y la más perdurable surge esta antología que ahora usted, lector, tiene en sus manos, una celebración de esta historia de amor entre la música y la letra. Convocamos a diez autores, españoles y americanos, más un irlandés, que sienten esa conexión eléctrica con la música, a quienes se les propuso que escribieran un texto, de algún modo relacionado con la música, con un tema en particular, con un ritmo, con una melodía. El resultado es este conjunto de cuentos excelentes». ERNESTO MALLO
La Luna, fuente de luz en las tinieblas y compañera cósmica siempre cambiante, ha fascinado a la humanidad desde que alzamos la primera mirada al firmamento. En este volumen, profusamente ilustrado a todo color, el astrónomo Robert Massey y la historiadora Alexandra Loske ofrecen un recorrido fascinante por todos los ámbitos en los que la Luna ha influido en la humanidad: de la carrera espacial a la música, de la pintura romántica a las religiones, pasando por la literatura, la arquitectura, la filosofía, la fotografía, la moda, la publicidad o el cine. Una obra trasversal imprescindible para saber cómo la Luna nos ha hecho ser como somos.
Son numerosos los estudios que demuestran que leer tiene multitud de beneficios (los lectores de literatura presentan una esperanza de vida dos años superior a la media, los que fueron lectores por placer en su infancia y adolescencia consiguieron mejores puestos de trabajo, la sensación de felicidad de los individuos con hábito lector consolidado puntúan significativamente por encima de los que no lo son, existe más materia gris en los cerebros lectores, o que el hábito lector puede determinar la inteligencia emocional de un estudiante y, lo que además de demostrado era de lógica, los estudiantes lectores sacan mejores notas sistemáticamente.
¿Es posible reírse a carcajadas mientras lees un libro que trata sobre el Amor, el Alcoholismo, la Depresión, el Matrimonio, la Maternidad y? Dios? Por supuesto. Iluminada es un buen ejemplo, el mejor ejemplo. Pocas memorias (con el ritmo de una gran novela) están a la altura de estas páginas. La joven que pasó su dura infancia en Texas, en el seno de una familia mucho más que «peculiar», vive durante su primera madurez un infierno del que quizá sólo puedan salvarla, además de la literatura y la fe, la ayuda de otros que pasaron antes por lo mismo que ella; sin olvidar el amor por su hijo, algo que la inunda al mismo tiempo que la confunde, como a tantísimas madres. Iluminada está escrito con la implacable honestidad de Mary Karr, que se analiza a sí misma sin escrúpulos y con un humor irreverente; y nos habla de ello sin pelos en la lengua, sin sentido del ridículo, y con una prosa visceral que tiene un grandísimo poder de seducción. Iluminada es un libro apasionante e inclasificable sobre cómo crecer y cómo encontrar nuestro lugar en el mundo. Hay en él pasajes divertidísimos y pasajes estremecedores, pura vida. Iluminada por la literatura, iluminada por lo espiritual, iluminada (es decir, intoxicada hasta perder la noción de realidad) por el alcohol? La pena y el sacrificio se convierten en humor y promesa de futuro; Karr demuestra en cada página que está en verdad comprometida con la literatura como una forma de arte no sólo conmovedora, sino también motivadora, liberadora. Si hay un libro que pueda ayudarnos a comprender qué fuimos, qué somos y qué seremos antes y después de atravesar algún desierto es éste, emocionante como una resurrección.
Durante 1918, Manuel Machado publicó en El Liberal un diario, cuyo primer semestre vería la luz ese mismo año en forma de libro impreso por Juan Pueyo. Nunca se había editado en su totalidad. Estas páginas rescatadas de la Hemeroteca nos presentan a un Manuel Machado prácticamente desconocido, pues tanto su vertiente prosística como su condición de hombre de letras, cuya vida cultural y redes intelectuales laten en este memorándum, han permanecido a la sombra de su poesía y, en general, de algunas ideas preconcebidas que se redefinen en estas páginas a través de las opiniones del propio Machado. El autor comparte reflexiones sobre la vida, la política española y mundial, y la literatura de sus contemporáneos, como Juan Ramón Jiménez y Azorín; a veces, con sentida solemnidad; otras, cándidamente elocuentes; siempre, con gracia. Un Manuel Machado, en palabras de Rafael Cansinos-Assens, profundo y ligero. Manuel Machado Ruiz (Sevilla, 1874-Madrid, 1947), poeta, dramaturgo y prosista español, hermano mayor del clan de los Machado. Nació en Sevilla, se mudó junto con su familia a Madrid y, tras una estancia en París como traductor en la editorial de los hermanos Garnier ?y como parte de la bohemia literaria? y un breve tiempo en Santiago de Compostela, se estableció definitivamente en la capital junto con su esposa Eulalia Cáceres. Allí, trabajó como funcionario en la Biblioteca Nacional de España y, llegó a ocupar los cargos de director de la Biblioteca Municipal y del Museo Municipal. Su poesía, culta y popular, divertida y melancólica, sitúa a Machado como un clásico de la literatura española. Su prosa, cultivada en los numerosos periódicos y revistas en los que colaboró, contribuye a configurar la personalidad de aquel que antes que poeta hubiera querido ser un buen banderillero ?como dijo en su «Retrato»? y se convirtió en un literato de primer orden. Sofía González Gómez (Pedro Muñoz, Ciudad Real, 1993) es investigadora predoctoral en el Instituto de Lengua, Literatura y Antropología del Centro de Ciencias Humanas y Sociales del Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Ha sido becaria de la Universidad de Alcalá, del CSIC y de la Comunidad de Madrid, y ha colaborado en revistas como El Ciervo, Ínsula y Revista de Literatura, entre otros medios. Leoncio López-Ocón Cabrera (Las Palmas de Gran Canaria, 1956) es investigador científico del Instituto de Historia del Centro de Ciencias Humanas y Sociales del Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Autor y editor de diversos libros como Breve historia de la ciencia española (2003), y Los tónicos de la voluntad de Santiago Ramón y Cajal (2018, 4.ª ed.). Recientemente, ha coeditado Ciencia e innovación en las aulas. Centenario del Instituto-Escuela (1918-1939).
"Teoría de la inteligencia creadora" es una muestra, también sorprendente, de una original manera de hacer ciencia, que une la investigación más rigurosa con una exposición literariamente brillante. El autor, que el pasado año ganó también uno de los premios Giner de los Ríos a la Innovación Educativa, confiesa: «Mi ideal pedagógico sería enseñar por artes de encantamiento. La ciencia es, ante todo, seducción.» El presente libro es una innovadora teoría de la inteligencia, que integra los resultados de las ciencias cognitivas: la neurología, la inteligencia artificial, la psicolingüística, la psicología cognitiva, la filosofía. El tema es de urgente interés para todos porque, como dice el autor, «la idea que tengamos de lo que es la inteligencia humana va a determinar la idea que tengamos de nosotros mismos, y esta idea determina lo que realmente somos». Para aplicar la teoría se sirve de dos ejemplos escandalosamente dispares: la «creación deportiva» y la «creación artística». Michael Jordan en el baloncesto, Jack Nicklaus en el golf, Marcel Proust o Rainer Maria Rilke en la literatura, demuestran la deslumbrante flexibilidad de la inteligencia humana. El proceso inventivo es liberado de las nieblas mitológicas y descrito con una inusual precisión y una notable técnica narrativa. Se estudia con gran detenimiento el proceso creador de varios escritores y pintores: Thomas Mann, Paul Valéry, Julien Green, Louis Aragon, Rilke, García Márquez, Monet y Picasso. Como era de esperar, el autor no cree en la inspiración. La conclusión del libro también es chocante: la inteligencia se caracteriza, ante todo, por su capacidad para inventar fines. Crear es inventar sorpresas eficientes. ¿Eficientes para qué? La índole de ese «para qué» va a determinar la índole de la inteligencia. Una inteligencia perversa tendrá sólo la perfecta inteligencia de la carcoma: eficacísima en lo suyo, pero de pocos alcances. La "Teoría de la inteligencia creadora" se prolonga necesariamente en una Ética, considerada como ciencia de los fines del hombre. El hecho de que estas afirmaciones tan abstractas y arbitrarias en apariencia, se deduzcan de los minuciosos análisis de las operaciones intelectuales es uno de los aspectos más sugestivos y polémicos del libro. ¿Tendrá razón el autor al afirmar que la inteligencia será el tema estrella de la ciencia del fin del milenio?
Desde la fecha de su primera edición en París en 1804, el tratado de arquitectura de Claude Nicolas Ledoux sigue siendo una obra de referencia. Estableciendo una compleja relación entre texto e imagen, literatura y arquitectura, el autor logró hacer de su tratado una verdadera autobiografía arquitectónica que ilustra, al mismo tiempo, ese profundo cambio producido entre la arquitectura del antiguo régimen y las necesidades funcionales, tecnológicas y sociales que la Revolución industrial estaba ya imprimiendo. La edición que ahora presentamos -primera en castellano- con inclusión de la totalidad de las extraordinarias ilustraciones originales, vienen a colmar un vacío tan incomprensible como inexcusable en la cultura arquitectónica española.
Vamos a escuchar hablar de España a plumas y voces destacadas de nuestro pensamiento, de nuestra literatura, de nuestra cosa pública. No encontraremos en su mensaje duda alguna sobre lo que somos, sobre lo que debemos ser, sobre lo que queremos. Así escriben en el prólogo José Javier Esparza y Carmelo López-Arias, convertidos en este libro en anfitriones y presentadores de una sugestiva selección de grandes hombres y momentos que jalonan nuestro pasado. Entre ellos se encuentran la Loa a Hispania de San Isidoro de Sevilla, primer gran canto a España; el Testamento de Isabel la Católica en el que se manifiestan sus últimas voluntades y preocupaciones; la Carta de San Pío V a Felipe II, en la que el Papa solicita el concurso del monarca español para la defensa de la cristiandad; el Discurso de Las Ventas de Antonio Maura; el Brindis del Retiro de Marcelino Menéndez Pelayo; el texto de la Consagración de España al Sagrado Corazón leído por Alfonso XIII el 30 de mayo de 1919; el enérgico artículo titulado España sin pulso de Francisco Silvela, o el celebérrimo de Ramiro de Maeztu a comienzos de la II República. Lejos de explorar un patriotismo complaciente, Forjaron España es un sano ejercicio de memoria, con poderosa vocación de rescatar para el presente la sabiduría y el ejemplo tanto de palabras como de personajes pasados.
Samuel Johnson es, sin duda, una de las figuras más notables de la literatura inglesa de todos los tiempos. Sin embargo, se ha mantenido hasta ahora como un gran desconocido para el lector hispano. Tan sólo hace tres años se publicó por primera vez en español la biografía que sobre él escribió su discípulo James Boswell, considerada por muchos críticos como la mejor biografía jamás escrita. Más conocido como Doctor Johnson, ha pasado a la historia como el autor de su famoso Diccionario de la Lengua Inglesa, que escribió durante nueve años, ayudado tan sólo de unos cuantos libros y de varios copistas. El resultado fue de tal calidad que se ha mantenido como el diccionario inglés de referencia hasta hace tan sólo algunas décadas. Pero lo cierto es que resulta imposible encorsetar a Johnson en un solo ámbito: fue educador, poeta, ensayista, crítico, biógrafo, articulista, lexicógrafo y un magnífico y respetado tertuliano. Un hombre de letras de una dimensión formidable, a quien también acompañó hasta la leyenda su carácter huraño y complejo. Un escritor de genio, como demuestra el hecho de ser el escritor inglés más citado, tan sólo por detrás de Shakespeare. La presente selección de artículos se compone de los mejores escritos publicados por Johnson en los periódicos The Rambler, The Adventurer y The Idler. El único que apareció separadamente es el que da nombre a esta obra, El patriota, un ensayo que nos muestra lo mejor del genio literario de Samuel Johnson como articulista y como filósofo moral.
Los artículos aquí recogidos vieron la luz por primera vez en las páginas del Daily News durante el periodo comprendido entre 1901 y 1911, cuando Chesterton iniciaba su viraje hacia el catolicismo. Pero lo más curioso de todo es que los manuscritos pasaron inadvertidos hasta que uno de sus compiladores los descubrió en 1958, más de veinte años después de la muerte del autor. Lo cierto es que probablemente sea esta una de las mejores selecciones de artículos y ensayos escritos por Chesterton. Esta vez no se trata de un tema específico, ya sea religioso, económico o moral. O al menos no sólo. Esta vez se trata de la vida misma, del profundo sentido que esconden los detalles, de los pequeños placeres como la lectura, los libros, la literatura. Un libro es, sin duda, un objeto sagrado. En él están las mayores joyas encerradas en el cofre más pequeño. Desde el primero de ellos el que da nombre a todo el volumen- es patente la imponente presencia de Chesterton y su extraña lógica para un mundo moderno como el nuestro. Una lógica tan sensata como insólita que favorece una proverbial advertencia a la anterior afirmación: Pero eso no altera el hecho de que cuando se valora más el cofre que las joyas ha empezado la superstición. Éste es el gran pecado de idolatría contra el que la religión nos ha advertido tanto. Los libros y la locura, y otros ensayos es, a fin de cuentas, una deliciosa lectura que combina el estilo más ágil de Chesterton con toda su frescura y profundidad.
Posiblemente, la mayor dificultad de un creyente sea encontrar el equilibrio entre ser de este mundo y no ser mundano. De esta delicada relación han surgido numerosas concepciones erradas de la vida. Como escribe Armando Zerolo si hemos perdido el sentido de la vida es porque hemos perdido el sentido del mundo, y si hay esperanza es porque el hombre participa de una historia de redención. A partir de una serie de textos de los grandes autores de la literatura, Juan Jesús Priego nos invita a realizar una profunda reflexión sobre la relación entre fe y cultura, entre el mundo y la trascendencia. No obstante, según se advierte en la introducción a la obra, los textos que tenemos delante no son una recopilación de obras llamadas a animarnos a una buena conducta, no son un modelo moral, no son una guía de buenas costumbres ni el manual para ser una buena persona [ ]. Podríamos decir que todos los fragmentos seleccionados, con las reflexiones que los acompañan, tienen en común que son pequeñas invitaciones a un encuentro con la realidad, a participar en el teatro del Mundo, donde todos los papeles, todas las situaciones, y el decorado mismo, tienen un sentido muy especial. El amor, la muerte y el tiempo es, en fin, una llamada tan bella como peculiar a encontrarnos con la realidad y a tomar conciencia de que el mundo, cómo no, también fue creado para los hombres de fe.
" Watership Down " es un clásico de la literatura infantil inglesa, escrito por Richard Adams en 1972. Ambientada en la campiña inglesa, " La colina de Watership " cuenta la historia de un pequeño grupo de conejos que de pronto se ven obligados a abandonar su madriguera y buscar un hogar seguro. Durante su viaje para encontrar un lugar nuevo donde vivir, se toparán con toda clase de peligros procedentes del entorno, de los humanos y también de otros conejos. Esta obra recibió en su momento premios de gran prestigio como la Carnegie Medal o el Guardian Children's Fiction Prize. El precioso libro que tienes en las manos, creado a partir de los guiones de TV por el premiado escritor Frank Cottrell-Boyce, cuenta con ilustraciones a todo color e imágenes extraídas de la serie de animación de Netflix. Recomendado para lectores a partir de 6 años.
Aunque Atlas Personal reúne textos escritos a lo largo de cuatro décadas, el resultado es un demorado libro de viajes en el que la mirada del viajero va subrayando la historia cultural y la literatura de los paisajes que recorre. De Las Hurdes ?la tierra sin pan? al decadente Biarritz, del Portugal de los claveles a la Francia profunda, de la Praga de la segunda guerra fría al Madrid de Ramón, de las tan polacas como austriacas Lvov y Cracovia a la Marina Alta de Gabriel Miró o la secular Salamanca, Fernando Castillo va trenzando lugares y personajes fijada la atención tanto en lo que son como en lo que fueron. Compone así un libro que a pesar de su carácter misceláneo mantiene la coherencia de los títulos que son sus más claros referentes: Los pueblos de Azorín, El espectador de Ortega y Gasset, Nuevo descubrimiento del Mediterráneo de González-Ruano. En esa fértil tradición de nuestra literatura, Atlas Personal brilla con la luz de un paseante que, como el personaje borgiano, al dibujar una cartografía está desvelándonos también los rasgos de un rostro que reconocemos porque, finalmente, al hablar de ciudades y autores, de pintores y momentos históricos, está hablando de lo que fuimos. Juan Bonilla Fernando Castillo (Madrid, 1953) es ensayista y escritor, autor de varios libros y numerosos artículos en revistas universitarias y especializadas. Entre sus libros destacan los dedicados a la cultura y la historia contemporánea: Capital aborrecida. La aversión hacia Madrid en la literatura y la sociedad, del 98 a la postguerra; Tintín-Hergé. Una vida del siglo XX; Madrid y el Arte Nuevo. Vanguardia y arquitectura 1925-1936; Noche y niebla en el París ocupado. Traficantes, espías y mercado negro; París-Modiano. De la Ocupación a Mayo del 68; Los años de Madridgrado; Españoles en París 1940-1944. Constelación literaria durante la Ocupación y La extraña retaguardia. Personajes de una ciudad oscura. Madrid 1936-1943. También ha dedicado trabajos a los dos últimos siglos medievales y los comienzos de la Edad Moderna en el ámbito de la literatura, el arte y la polemología como Estudios sobre cultura, guerra y política en la Corona de Castilla (siglos XIV-XVII) y Un torneo interminable. La guerra civil castellana del siglo XV. Ha sido responsable de la edición y prologuista de diferentes obras y ha impulsado y comisariado exposiciones de arte como las dedicadas a Luis Bagaría, Carlos Sáenz de Tejada y Joaquín Valverde, o Tomás Ferrándiz, así como a la obra de Patrick Modiano, a las aventuras de Tintín, a la relación entre pintura y literatura en los años de entreguerras como «Ciudades literarias: Lisboa, Tánger, Trieste, Argel, Estambul y Shanghái» y «El viaje y el escritor 1914-1939», esta última, al igual que la dedicada a las ciudades de Ramón Gómez de la Serna, con el artista Damián Flores. Entre las exposiciones de fotografía realizadas destacan las referidas a la fotografía en el Museo Naval y en el Museo del Ejército, a la combinación de poesía y fotografía por medio de las obras de Juan Manuel Bonet y de Bernard Plossu, al argentino Grupo Fórum y al fotógrafo cubano Jesse A. Fernández.
Siguiendo el parecer de Georges Perec en La vida instrucciones de uso («Al principio, el arte del puzle parece un arte breve») en esta novela se engarza, a través de una serie de piezas, el puzle más o menos feliz, más o menos desordenado, de una poeta que decide escribir la palabra FIN en su vida sin que nadie se lo imponga. A través de la memoria filial, las piezas de este puzle van encajando a lo largo de varias décadas para formar la biografía de una mujer que solo encontraba sentido a la existencia si esta era una forma literaria porque lo demás, sospechaba, era una impostura. «El delicado aroma del melón recién calado se expande por el chalé, como hace tantos años se desparramó el pastoso olor de la gasolina cuando mamá bajó al garaje, acaso harta de ser guapa, inteligente, brillante, apasionada ?tal como se hacía hincapié en la empalagosa entrevista que acabas de descubrir alojada entre las páginas de una guía de Lisboa? y de estar casada con ?y cansada de? un hombre sedentario que amaba por encima de todo las novelas de Marcial Lafuente Estefanía y los combates de boxeo y coqueteaba con las encopetadas jerarquías celestiales entre vaso y vaso de ginebra; te preguntas qué pudo ver en él una mujer que antes de suicidarse había publicado seis libros de poemas y dos novelas que la acreditaron como una de las voces más singulares de la literatura española, si les hacemos caso a los críticos del asunto.»