Literatura: historia y crítica



COSTAS EXTRAÑAS . ENSAYOS 1986-1999 (COETZEE, J.M.)
Un apasionado recorrido por obras esenciales de la literatura universal y una invitación su lectura. Existen libros que remiten a otros libros, a otros autores e historias. Son obras de gran calado que invitan a continuar por la senda que trazan con sus reflexiones algunos maestros indiscutibles de la literatura y la crítica. Este es el caso de Costas extrañas, donde el premio Nobel J.M. Coetzee repasa con agudo conocimiento crítico y ternura hacia sus maestros tanto las novelas que le hicieron soñar como los personajes inolvidables que constituyen su memoria de escritor. Desde una reflexión sobre qué es un clásico hasta un estudio minucioso y brillante sobre la personalidad de Robinson Crusoe, el premio Nobel sudafricano recrea y analiza novelas o cuentos esenciales de autores como Kafka, Turgueniev, Dostoievski, Musil, Lessing, Brodsky, Borges o Rushdie, descubriendo aspectos hasta ahora desconocidos de su producción literaria. Gracias al lúcido sentido literario de Coetzee y a su penetrante capacidad de observación, este conjunto de ensayos podría definirse como la mejor aproximación a la lectura de la mano de uno de los más importantes escritores contemporáneos. «Costas extrañas es una fiesta de la inteligencia. Que una colección de notas de lectura se convierta en un libro tan brillante, tan oportuno, no deja de ser la confirmación de la grandeza de Coetzee.»JUAN BONILLA

CÓMO EMPEZÓ TODO (BUJARIN, NIKOLAI)
La novela inacaba Cómo empezó todo fue escrita durante la estancia del autor en la cárcel. En un tono lírico, Bujarin traza la trayectoria vital de Nikolai Kolia Petrov (su álter ego), desde la temprana infancia hasta la adolescencia. Se trata, pues, de una novela de formación en la que la presencia constante de la naturaleza y la afición que el joven protagonista siente por los seres que la habitan se mezcla con el retrato sociológico de la Rusia prerrevolucionaria, en especial de los funcionarios y del profesorado, y la evolución política de país en los albores de la revolución de 1905. Nikolai Bujarin nació en 1888 en Moscú en el seno de una familia de profesores. Intelectual y revolucionario, participó durante la revolución de 1905 en la lucha política e ingresó al año siguiente en el Partido Obrero Socialdemócrata Ruso. En la Revolución de Octubre, Bujarin fue uno de los dirigentes de la insurrección armada de Moscú y hasta 1937, año en que fue encarcelado a raíz de sus divergencias con Stalin, desarrolló un incesante activismo político, tanto en la Unión Soviética como desde Estados Unidos. En 1938 fue ejecutado en prisión, acusado injustamente de contrarrevolucionario.

WITTGENSTEIN Y LOS LÍMITES DEL LENGUAJE (PIERRE HADOT)
Pierre Hadot, gran especialista en filosofía antigua, fue también el primero en Francia en escribir sobre Wittgenstein, en una serie de artículos publicados entre 1959 y 1961. Al leerlos hoy comprendemos lo que pudo significar para un filósofo francés el descubrimiento de un pensamiento, entonces casi desconocido, que iba a desempeñar un papel decisivo en su evolución filosófica. En ellos se advierte también una nueva dimensión de la filosofía de Wittgenstein. Los dos primeros textos, consagrados al Tractatus logico-philosophicus, son una reflexión sobre lo indecible, a partir de la fórmula wittgensteiniana: “Aquello que se expresa en el lenguaje, no podemos expresarlo por el lenguaje”. Los dos últimos, que tienen por objeto las Investigaciones filosóficas, dejan entrever la influencia capital que tuvo sobre Hadot la concepción revolucionaria del lenguaje que expresa esta obra; las nociones de juego de lenguaje y de forma de vida le llevaron a reflexionar sobre la naturaleza del discurso filosófico: no existe “el” lenguaje, que tendría por función designar los objetos o traducir los pensamientos, sino juegos de lenguaje destinados, entre otras cosas, a producir un efecto sobre el oyente. El lenguaje filosófico deberá por lo tanto ser comprendido en la perspectiva de una actividad determinada y como un “ejercicio espiritual”.

KYRA KYRALINA Y EL TÍO ANGHEL (ISTRATI, PANAIT)
La narrativa de Istrati se organiza en torno a la vida de Adrian Zograffi, su alter ego imaginario que actúa como narrador, testigo o personaje. Kyra Kyralina y El tío Anghel –sus dos obras cumbre– forman parte del primer ciclo. Kyra Kyralina (1923) abre la epopeya balcánica y recoge la vida de Stavros, su infancia, su perversión por un turco y la búsqueda febril de su hermana Kyra por los harenes de Constantinopla. La obra, que gira en torno a la idea del viaje y de la fatalidad del destino, es un canto a la amistad verdadera y a la libertad. El tío Anghel (1924), estructurada en tres partes independientes gracias a una cronología aleatoria, presenta el devenir trágico de dos seres excepcionales por sus pasiones excesivas: tío Anghel y el bandolero Cosma. Istrati, con la espontaneidad del cuentista oriental, aspira a que sus novelas palpiten como un corazón y combina para ello las fuentes del mejor folklore balcánico con las anécdotas y personajes de su vida aventurera. Como señala Claudio Magris en El Danubio, “es el poeta de la promiscuidad y de la ambivalencia de Oriente, de ese desorden del cual parece esperarse a un tiempo la redención y la violencia”. Vagabundo rumano y gran escritor autodidacta, Panait Istrati nació en Braila -ciudad portuaria del Danubio- en 1884. Hijo natural de una lavandera rumana y de un contrabandista griego, sólo asistió a la escuela durante cuatro años y realizó todo tipo de trabajos para ganarse la vida. Su espíritu inquieto y aventurero lo llevó a partir a Oriente Medio en 1906 sin dinero ni pasaporte. En 1921, tras instalarse en Francia, y desesperado por la tuberculosis, la pobreza y la muerte de su madre, intentó suicidarse. Fue encontrado agonizante con una carta dirigida al escritor Romain Rolland, quien le ayudaría a convertirse en el “Gorki de los Balcanes”. Invitado en 1927 a visitar la Unión Soviética, su crítica feroz a las colectivizaciones le costó el rechazo de los intelectuales franceses, por lo que decidió volver a Rumanía, donde murió en 1935 sumido en el olvido.