El viaje a Oriente tiene su esplendor desde finales del siglo xviii, con las campañas napoleónicas, hasta finales del si- glo xix, con la caída del imperio Otomano y la apertura del canal de Suez. Este libro analiza los distintos viajeros que dejaron su impronta, ya fuera con escritos, actos o dibujos, en viajes con fines tan diversos como científicos, arqueológicos, espionaje, aventuras o por el simple placer de conocer lo desconocido y peligroso, como los lugares sagrados de Arabia, prohibidos a cualquier occidental. Porque si en algo caracterizó la visión occidental de Oriente fue sobre todo ese afán por lo desconocido, culturas pretéritas de gran belleza y sofisticación, sociedades y costumbres ajenas a lo occidental, con tribus nómadas y ciudades milenarias asentadas entre dunas del desierto y montañas de rocas rojas, o entre jardines de jazmines, olivos y árboles frutales. Pero también el misterio del Serrallo, las narraciones de grandes proezas y misteriosos tesoros, la identificación con el mundo helenístico y romano o las fuentes de las escrituras sagradas. Era un viaje en el tiempo con el anhelo por conocer los orígenes del hombre moderno, un ?Grand Tour? oriental a modo de descubrimiento de uno mismo, aderezado con la posibilidad de vivir grandes desafíos, no el menor de ellos contestar a las grandes preguntas, quiénes somos, de dónde venimos y a dónde vamos. La importancia de los viajeros a Oriente en este tiempo está tan representada en nuestra cultura, en las artes, pintura, arquitectura, literatura?, como lo es en nuestra visión del mundo y su reflejo en el presente.
Mary Henrietta Kingsley nació en Londres en 1862. Su padre, George Kingsley, era doctor en medicina, aunque se pasaba la mayor parte del año en países lejanos, ocupado en recoger datos sobre culturas indígenas. Mary no fue nunca a la escuela pero aprendió a leer por su cuenta para devorar la sugestiva biblioteca paterna en la que abundaban los libros de viajes, de religiones primitivas y de historia natural. Así vivió, encerrada en su casa, hasta la edad de treinta años. Entonces, su padre enfermó de fiebres reumáticas y murió un año más tarde; su madre también fallecía tan sólo cinco semanas después. Al verse de pronto sin responsabilidades familiares, su afán investigador deja paso al espíritu aventurero, y decide embarcarse sola rumbo a África, con la declarada intención de concluir un libro inacabado de su padre sobre fetiches religiosos y sacrificios rituales en sociedades primitivas. Mary consigue pasaje en el carguero Lagos y parte de Liverpool en agosto de 1893. Tras unas semanas de navegación costera, desembarca en Säo Paulo de Luanda, en la actual Angola, y convive una temporada entre los nativos de Cabinda, entre el Congo y Zaire, donde recopila información sobre sus creencias religiosas. Mary Kingsley vuelve a Inglaterra, pero la llamada de África la lleva a embarcarse de nuevo ese mismo año rumbo a Sierra Leona. En este segundo viaje, cuyas increíbles peripecias narra con humor en este Viajes por el África Occidental, Mary Kingsley remontó en canoa el río Ogowé, en Gabón, hasta el país de los caníbales fang, para lo cual tuvo que atravesar pantanos, a veces a nado, y enfrentarse, sombrilla en mano, al peligro de los cocodrilos.
Un viaje al corazón de la nueva China, una metrópoli de veinte millones de habitantes y capital económica de Asia. ?Un jardín en Shanghái? es una obra extraordinariamente documentada gracias a la experiencia previa de su autor que, en los últimos quince años, como guionista de documentales, ha vivido varias estancias en el gran país asiático, escribiendo sobre sus temas más controvertidos, como la mega presa de las Tres Gargantas, la Medicina Tradicional o la cuestión tibetana. Pero lo que intenta descifrar este libro es mucho más ambicioso: lo que hace diferente y única en el planeta el ?alma china?. El relato transcurre en la metrópoli que encarna su motor económico, aprovechando el observatorio que supuso la Exposición Universal de 2010. Tras diversos viajes preparatorios, el autor residió allí durante toda la Expo, trabajando en el pabellón de España. La plataforma privilegiada de la Exposición Universal permite al narrador entablar relación con personajes de diferentes generaciones, representativos de los chinos y chinas de hoy. Con ellos trenzará lazos de amistad e interés, se embarcará en intrigas caseras de espionaje y pasiones ?impropias? que se van complicando porque en China, como se queja Chen, su septuagenario intérprete, ?los extranjeros siempre traen problemas?. De telón de fondo, la mítica metrópoli de las Concesiones Internacionales, desde la que nos asomamos al poso de la Revolución Cultural en el actual boom económico, la vigencia de Confucio o Lao Tsé, la afición por las peleas de grillos o los sofisticados jardines taoístas a los pies de los rascacielos, la exquisitez de los cangrejos peludos, las fábricas donde se concentra la producción del mundo, los masajes, el sexo, las luchas de poder entre los dirigentes del partido y las aún más encarnizadas entre sus esposas y amantes, sin que las peculiaridades chinas parezcan agotarse nunca. Con el valor añadido de ser contadas por un ciudadano de Xibanyà, como en mandarín llaman a España, ese otro viejo imperio con tradiciones tan sorprendentes para los chinos como las suyas para nosotros.
En 1923, Vicente Blasco Ibáñez (1867-1928) está en la cumbre de su existencia y de su carrera. Desde 1921 vive su plenitud en una lujosa villa en Menton, en la Costa Azul. Sin embargo, azuzado por el deseo de «ver el mundo y no marcharse de él sin haber visitado su redondez», ese gran inquieto y vitalista emprende un periplo de seis meses para experimentar, y luego compartir con sus lectores, las impresiones, emociones, sucedidos y anécdotas que a lo largo de él le van saliendo al paso. " La vuelta al mundo de un novelista " es un carrusel ameno e inolvidable de lugares, pueblos y personas en el que Blasco, como incomparable compañero de viaje, hace desfilar ante nuestros ojos la espléndida y fascinante variedad de unos paisajes de leyenda hoy en gran parte trivializados o desaparecidos. Este tercer volumen recoge sus andanzas por India, Ceilán, Sudán, Nubia y Egipto.
En 1923, Vicente Blasco Ibáñez (1867-1928) está en la cumbre de su existencia y de su carrera. Desde 1921 vive su plenitud en una lujosa villa en Menton, en la Costa Azul. Sin embargo, azuzado por el deseo de «ver el mundo y no marcharse de él sin haber visitado su redondez», ese gran inquieto y vitalista emprende un periplo de seis meses para experimentar, y luego compartir con sus lectores, las impresiones, emociones, sucedidos y anécdotas que a lo largo de él le van saliendo al paso. " La vuelta al mundo de un novelista " es un carrusel ameno e inolvidable de lugares, pueblos y personas en el que Blasco, como incomparable compañero de viaje, hace desfilar ante nuestros ojos la espléndida y fascinante variedad de unos paisajes de leyenda hoy en gran parte trivializados o desaparecidos. Este primer volumen recoge sus andanzas por Estados Unidos, Cuba, Panamá, Hawai, Corea y Manchuria.
Se trata esta obra de una minuciosa investigación, llevada a cabo por Martín Fernández de Navarrete, que nos aporta información y fechas que dejan malparada la veracidad de los relatos de Américo Vespucio sobre sus viajes al continente americano. Algunos párrafos de Navarrete son demoledores: "... haremos ahora algunas ligeras reflexiones para demostrar la incoherencia, la inexactitud y los errores que contienen sus relaciones, y las noticias y raciocinios con que procuran apoyarlas sus apologistas". Y acaba sentenciando: "... todo escritor que por lisonja, por parcialidad o por ignorancia reduce sus pasiones a principios, en lugar de dirigirse por su razón y conciencia, engaña a los demás".
Este libro recoge las crónicas que Maria Teresa León escribió con motivo de su asistencia al Congreso de Escritores Soviéticos celebrado en Moscú en agosto de 1934, invitada por la Organización Internacional de Escritores Revolucionarios y en calidad de enviada especial de Heraldo de Madrid. Ocho de ellas fueron publicadas en este periódico y otras tres en la revista francesa Regards, y constituyen el relato del segundo viaje que la autora realizó a la Unión Soviética; en ellas, además de dar cuenta del encuentro de escritores, recoge María Teresa la imagen de la nueva Rusia construida por el socialismo (visión optimista, paradisíaca), sus desplazamientos por algunos enclaves del país eslavo y el viaje de regreso a Italia. Completan el volumen otros siete textos periodísticos que la escritora pergeñó entre 1935 y 1953 sobre sus recuerdos soviéticos, en los que elogia a personajes como Pushkin, Gorki, y sobre todo Stalin, cuya figura se ofrece magnificada por su condición de artífice de la nueva Rusia. María Teresa León fue una escritora polifacética, miembro de la generación del 27. Escribió novelas, cuentos, biografías, obras de teatro, guiones radiofónicos y cinematográficos, memorias; compaginó esta actividad con su dedicación al teatro y al periodismo. A este se dedicó toda su vida, desde sus primeras colaboraciones en Diario de Burgos y La Correspondencia Militar, pasando por las que hizo para Heraldo de Madrid, Ahora o Nueva Cultura, hasta las que aparecieron en revistas rusas, mexicanas, argentinas y venezolanas. Fue, además editora de prensa (Octubre, El Mono Azul) y directora (¡Ayuda!). Ángeles Ezama Gil es profesora de Literatura Española de la Universidad de Zaragoza e investigadora. Actualmente su investigación está dedicada a las escritoras españolas contemporáneas, en particular Gertrudis Gómez de Avellaneda y Emilia Pardo Bazán, pero también Carmen de Burgos o María Teresa León, entre otras. La educación femenina, los salones, las redes de escritoras y los géneros literarios cultivados por las mujeres (autobiografía, conferencias, cartas, periodismo) se cuentan también entre sus intereses investigadores.
En 1923, Vicente Blasco Ibáñez (1867-1928) está en la cumbre de su existencia y de su carrera. Desde 1921 vive su plenitud en una lujosa villa en Menton, en la Costa Azul. Sin embargo, azuzado por el deseo de «ver el mundo y no marcharse de él sin haber visitado su redondez», ese gran inquieto y vitalista emprende un periplo de seis meses para experimentar, y luego compartir con sus lectores, las impresiones, emociones, sucedidos y anécdotas que a lo largo de él le van saliendo al paso. " La vuelta al mundo de un novelista " es un carrusel ameno e inolvidable de lugares, pueblos y personas en el que Blasco, como incomparable compañero de viaje, hace desfilar ante nuestros ojos la espléndida y fascinante variedad de unos paisajes de leyenda hoy en gran parte trivializados o desaparecidos. Este segundo volumen recoge sus andanzas por China, Macao, Hong Kong, Filipinas, Java, Singapur, Birmania y Calcuta.
La Sierra Caliente es una historia de amor. Amor hacia los campos, ríos y pinares que forman el Parque Natural de Cazorla, Segura y las Villas, descritos por el autor con prosa certera y musical. Amor hacia sus hermosos animales: los machos cimarrones, el buitre leonado, el gamo y los muflones, el águila real. Y amor hacia unas gentes entrañables, el alma de las sierras segureñas. Pastores de zamarra y anguarina, hechos a los largos silencios del calar. Los pineros, que labraron sobre el agua la leyenda de su temple y su destreza. Y los duros, valientes y esforzados arrieros, que aún conservan la nostalgia del camino. Y los furtivos monteseros, herederos de las viejas artes de la caza, el gusto por la aventura y los saberes del monte. Ellos son el alma de estas tierras nuestras. Porque, como dice el autor, sin sus hombres y mujeres, la Sierra es sólo piedra.
La crónica que hizo el marqués de Custine de su travesía por Rusia en 1839, además de una maravillosa muestra de la literatura de viajes, es un análisis agudo e incluso profético de uno de los países más vastos, complejos y asombrosos del mundo. En estas cartas imaginarias destinadas a los lectores inteligentes de su época, Custine, que en su periplo trató a personas de toda índole, incluido el propio zar, nos ofrece vívidas descripciones de San Petersburgo y Moscú, de la vida en la corte y a pie de calle, así como de la empobrecida comunidad rural. Repudiado tanto por los zaristas como por los bolcheviques, Cartas de Rusia fue un texto tremendamente popular ya en vida del autor, y tras su recuperación durante la Guerra Fría se convirtió en un clásico tan indiscutible como La democracia en América, de Tocqueville.
Si me preguntas qué contiene el libro te diré que es un ejemplo de esos géneros híbridos, una miscelánea: pequeñas narraciones o cuentos, breves ensayos, literatura de viajes, esbozos de poemas, conferencias y cartas, y también colaboraciones de otros; aunque predominan ganan por goleada- las anotaciones de un diario personal. Y hay citas de muchos autores, sobre todo poetas. Es el diario de un lector agradecido. Lo importante es leer. Y leer poesía la mejor gimnasia para la mente, la escritura, la vida. ¿Quién dijo aquello de no leer poesía es como no enamorarse nunca? (De una entrevista).
El relato de veinticuatro viajes... más uno que no es y lo es. El veinticinco. Veinticuatro viajes a lugares repartidos en los cinco continentes y que han sido realizados a lo largo de unos doce años. Cada uno está narrado a una hora del día que puede ser considerada como una hora perfecta para ese lugar. Están relatados desde la experiencia y punto de vista de un viajero. Son relatos en primera persona, pero, en realidad, son dos personas las que están implicadas: el viajero narrador y una mujer, ella, que le acompaña en cada viaje. Todos son viajes reales y posibles de realizar, si bien algunas zonas son hoy imposibles de recorrer debido a los conflictos bélicos o políticos. Están descritos desde un lugar específico, un bar, una esquina, un banco, un puente, una orilla... donde el viajero saca su libro de notas y escribe lo que ve, lo que ha visto o lo que verá. Desde este punto de vista es una guía, pero no de las que sirven para obtener informaciones útiles como hoteles u horarios de trenes, pues nada tiene que ver con la logística imprescindible para viajar. Aquí el lector y viajero virtual conectará cada lugar con poesía, cine, narrativa, teatro, pensamiento, sensaciones y ese «apresar las cosas según vienen», en palabras de Magris, que enriquecen la experiencia de la lectura y del viaje real. Viajar es una actividad que se sitúa entre lo poético y lo político. Tiene algo de esas dos acciones, pero no es ninguna de ellas. Y como aquel gemelo que Einstein enviaba al espacio en sus experimentos mentales, al regresar uno no es el mismo..., aunque no necesariamente mejor. Ese es el riesgo y el placer. Ch. Dickens decía que si a uno le gustan los viajes efectuados, si habían sido bellas e importantes experiencias, tal vez puedan serlo para otros. Escribir sobre viajes probablemente toda escritura es, al final, un acto de amor..., aunque no deba ser o no sea necesariamente correspondido, lo cual también con frecuencia ocurre en el amor, el otro amor. «No hay respuesta para el asombro», decía L. Wittgenstein.
"La consigna es «sigue la flecha», una flecha que te guiará desde la misma urbe de Madrid para atravesar la Sierra de Guadarrama, la Campiña segoviana, los arenales de Tierra de Pinares, los puentes históricos en las viejas fronteras castellanas, el Canal de Castilla y los horizontes infinitos de Tierra de Campos, hasta avistar los montes gallegos que, una vez superados y por un «camino» amable, nos conducirá hasta la misma plaza del Obradoiro, en el corazón de Santiago. La flecha será tu inseparable compañera a lo largo de 11 etapas, y esta guía tu gran aliada para que tu viaje cicloturista sea todo un éxito. Juanjo comparte contigo sabios consejos para que disfrutes del Camino y elijas la mejor opción para ciclar
La tradición de la literatura de viajes cuenta hoy con muchos adeptos y con infinidad de viajeros ansiosos por contar sus experiencias. Por la red y también en formatos más tradicionales proliferan los blogs y guías en torno al viaje. Pero una cosa es la íntima aventura de un viaje, y otra muy distinta conseguir que el lector viaje a través de nuestras líneas, como si fueran las vías de un imparable tren narrativo. Con esta guía ponemos por primera vez a disposición del viajero un conjunto de herramientas especializadas para escribir la historia de su viaje. Un libro aventura, concebido a través de un personaje que realiza un viaje imaginario, y descubre a cada paso las herramientas técnicas necesarias para compartir ese viaje con los lectores.