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En los años noventa el dominical El Semanal, del Grupo Vocento, encargó al viajero inglés Percy Hopewell varias crónicas sobre las costumbres, el folclore y la riqueza cultural de nuestro país. Lo que en un principio iban a ser media docena de reportajes, acabaron convirtiéndose en más de cincuenta. Desde el primero de ellos, los lectores se sintieron encandilados con la forma de expresarse de Hopewell. Su ironía, su desenfado y sus divertidas excentricidades amenizaron durante más de dos años a millones de lectores de El Semanal (en la actualidad XL Semanal), revista líder de la prensa española. La sección El viajero impertinente fue, durante ese tiempo, una de las más leídas. Ahora se recoge en un tomo una antología de las mejores de aquellas crónicas viajeras, ilustradas para esta edición por otro autor inglés, el ilustrador Anthony Garner, que mantiene una estrecha amistad y complicidad con Hopewell. El prólogo es del periodista Timás García Yebra, testigo de cómo Hopewell publicó sus colaboraciones en la prensa española.
El viajero Jorge Sánchez recorre du¬rante ocho meses veinticinco países de África viajando a lo africano, es decir, usando los mismos medios lo¬cales que los propios nativos utilizan en sus desplazamientos, sin tomar el avión y con apenas el equivalente
De todas las negras injusticias acaecidas en laparte final del siglo XX la más próxima a nosotros es la que ha asolado al pueblo saharaui.
Tras el éxito de "Todos los caminos llevan a África", este libro abre un nuevo capítulo solidario que tiene como escenario India. Loreto Hernández nos trasporta de nuevo a historias humanas reales en este libro ilustrado e inspirador. Dejarlo todo, viajar y fundar una ONG para ayudar a los más necesitados, es el tema central de esta obra singular.
La joven Gaud, cuyo padre, tras haber hecho fortuna, acaba de regresar con su familia al puerto bretón de Paimpol, asiste por primera vez desde su infancia a la vuelta de los pescadores de Islandia. Entre todos ellos distingue a Yann Gaos, el más alto y más fuerte, y amigo de su primo Sylvestre Moan. Yann es objeto de burla por parte de sus compañeros, pues a sus veintisiete años todavía no está casado, pero él contesta riendo: mi boda, la celebraré con el mar. PIERRE LOTI describe con talento y fervor este mar bravío que tantas vidas de marinos bretones ha sesgado.
El autor recorre en La travesía del Pacífico (primera entrega de su viaje), las islas Fidji, Nueva Zelanda y Australia, y con su visión humorística describe con sencillez y melancolía, pero también con ironía punzante los hábitos y costumbres de los nativos y colonizadores del siglo XIX en las por aquel entonces colonias o áreas de influencia inglesa. En India (segunda entrega de su viaje), el autor recorre Ceilán y todo el subcontinente indio colonial, incluyendo las áreas que con el tiempo devendrán las futuras naciones de Pakistán y Afganistán. En el tercer volumen de Viaje alrededor del mundo, siguiendo el Ecuador, Twain llega a Suráfrica tras haber recorrido las islas del pacífico, visitado Nueva Zelanda, Australia e India. Sus descripciones de un territorio donde se enfrentan ingleses, Boers y zulúes, y de sus costumbres, están llenas de ironía. Sigue añorando un mundo primitivo que está dejando de serlo por causa de sus colonizadores, los ingleses, y aunque le sería fácil identificarse con los Boers, tampoco éstos escapan a su visión humorística y sarcástica pues encarnan un sentido rígido de la vida, lo que para un hedonista como Mark Twain no puede por menos que sorprenderle, ya que le recuerdan a los colonizadores de su país, Estados Unidos.
Con un apéndice sobre el Líbano actual este libro recoge la imagen del Líbano extraida de diferentes textos de variada índole, escritos por españoles e hispanoamericanos: artículos periodísticos, memorias de diplomáticos, peregrinos, militares o escritores. Sin olvidar las aportaciones bibliográficas en otros idiomas y cuya huella marcó a estos viajeros que visitaron este país tan cargado de connotaciones bíblicas...