«Camaradas, ¡a partir de ahora, podremos navegar bajo nuestra propia enseña! Somos los bárbaros que siempre habíamos soñado ser, lejos de las leyes del mundo, libres y crueles: ¡Piratas! Nuestros rugidos cruzarán los mares e irán a romperse contra las costas, ¡porque nuestra ira es inapelable! ¡Volveremos para quemar esta isla, degollar a esa pirata y su maldita tripulación y recuperaremos el trono de oro en un baño de sangre!» La isla del gallinero narra las aventuras y desaventuras de unos piratas, de los que siempre soñamos que fuesen de verdad: ¡libres en la mar, ávidos de oro y sin piedad! Dos tripulaciones de bucaneros desalmados buscan el mismo y codiciado tesoro: un trono de oro macizo perdido por una flota española en las costas de Florida. Una situación que demuestra la crueldad del hombre ¡y de la mujer!
Recopila y recrea los testimonios más significativos, aunque no todos amables y atinados, sobre los alojamientos y cocina expuestos en los libros de Viaje por España. En trece sabrosos capítulos y un prólogo con enjundia, por donde desfilan Navagiero, D'Aulnoy, Baretti, Swinburne, Humbolt, Locker, Gautier, Dumas, Lobo D'Avila, Davillier, Hemingway... y otros tantos, se concentran algunas claves de la imagen que aquellos curiosos se formaron de la gastronomía local y el alojamiento...
Pedro Plasencia reúne en este libro las impresiones viajeras que un numeroso elenco de viajeros europeos anotaron sobre los vinos que encontraron en su caminar por España, desde finales del siglo XV a las postrimerías del XIX, o si se prefiere, desde la unificación de los reinos hispanos en el Renacimiento hasta la aparición de la filoxera en Europa, momento que marca el comienzo de la modernidad en las técnicas de elaboración de los vinos. Para ello, el autor ha escogido una sesentena de viajeros que escribieron sobre la materia: de Saint Simon y Victor Hugo a Théophile Gautier y el Barón de Davillier; de Arthur Young y Joseph Towsend a Richard Ford y Georges Borrow; de Giacomo Casanova y Norberto Caimo a Edmundo de Amicis y Hans Christian Andersen. Franceses, ingleses, genoveses, venecianos, alemanes y daneses, pero también polacos, rusos, flamencos, valones y marroquíes; diplomáticos, nobles, adinerados y ociosos, aventureros, peregrinos, visionarios, poetas románticos, soldados Todos ellos deambularon por nuestros caminos y opinaron sobre la gastronomía hispana, sin olvidarse del zumo fermentado de la uva que, con tanta generosidad, se derrama en las comarcas españolas.
El autor nació en 1745 en una aldea ibo de la actual Nigeria. Fue secuestrado a los once años y, tras pasar por sucesivos amos africanos, fue vendido a unos traficantes blancos que le embarcaron en un buque esclavista hasta la isla de Barbados y de ahí a Virginia, donde fue comprado por un teniente de la armada británica con quien navegó varios años, después vendrán un capitán y un empresario cuáquero, a quien conpraría su libertad.
Egipto conoce durante el siglo XIX y rincipios del XX la llegasa de diplomáticos, miltares, intelectuales, aventureros y viajeros que ofrecieron en sus textos una nueva versión sobre un mundo cerrado y desconocido hasta entonces...
Se analizan los textos de periodistas viajeros, desde los remotos tiempos de los faraones hasta el siglo XX, que narrando sus andanzas y aventuras quisieron rescatar sus experiencias del olvido...
Siete eslabones es un conjunto de narraciones, todas ellas ambientadas en escenarios de la marina de los años cincuenta. Siete relatos cuyos protagonistas se mueven en el exiguo espacio de muelles y cubiertas de barco, llevando a cabo un destino no siempre triunfante. Escritos por alguien que conoce el mar y ha tenido el tiempo necesario para la observación, estos siete relatos sin más conexión entre sí que la temática marinera, conservan un ritmo ágil de principio a fin.
En este libro se reúne una antolgía de textos sobre Marruecos publicados por tes médicos españoles, Adolfo Ladrón de Guevara, Felipe Ovilo Canales y Francisco Triviño Valdivia, que trabajaron en este pais a finales del siglo XIX. No se trata de textos científicos, sino de una combinación de relatos de viaje y ensayos sobre diversos aspectos de la sociedad marroquí de la época, ordenados en seis grandes aparatados temáticos: "La entrada en Marruecos", "Organización política, religiosa, administrativa y militar", "situacón general de Marruecos", "La mujer marroquí" e "Higiene pública, cárcles y beneficencia". La edición va precedida por una extensa introducción acompañada de abundante material gráfico.
Vivir para viajar es un libro de viajes atípico, por su estructura (por otra parte usual en la literatura viajera del mundo anglosajón), en que el autor relata algunos hechos ocurridos entre 1981 y 1993 en el curso de varios de sus viajes. Desglosado en nueve historias completamente independientes, lleva al lector a países tan enigmáticos como Egipto, para buscar las tumbas de Osiris; Perú, para explorar el rio Amazonas, acompañar a los huaqueros en sus correrías en busca de tesoros antiguos, o perseguir enigmas que con el paso del tiempo han dejado de serlo; Palestina, para reflexionar en el umbral de la Santa Cueva sobre la natividad de Cristo y la fe cristiana; Nepal, donde los campesinos mantienen una curiosa costumbre para relacionarse y cerrar negocios, o Rumania, para seguir la huella del vampiro más famoso de todos los tiempos. Cada historia o relato debe entenderse en el contexto de la época en que ocurrió y las circunstancias sociopolíticas del momento. En el Perú de 1983, por ejemplo, los huaqueros campaban a sus anchas en un país desangrado por las acciones guerrilleras de Sendero Luminoso, y la corrupción y la inflación hacían que el dinero abriera muchas puertas cerradas a cal y canto. El autor no se conforma con relatar sus experiencias, describe los acontecimientos políticos o culturales que envuelven cada relato, reflexiona sobre las circunstancias que le llevaron al país, y describe a los personajes para, a través de ellos, dar una visión objetiva de los hechos. En definitiva, un libro ameno, escrito en un lenguaje fluido, para pasar buenos ratos con su lectura, viajar cómodamente desde el sillón de casa, y soñar con un mundo que todavía sorprende a los viajeros.
Un joven pierde a sus padres a causa de un accidente de automóvil cuando regresaban de un viaje a China. Entre las maletas que le entregan, encuentra el diario escrito por su madre en aquel país y, tras leerlo, decide realizar el mismo viaje que sus padres hicieron antes de morir. Sin embargo, como no quiere viajar solo, pone un anuncio en internet buscando acompañante. Responde al cabo de pocos días un joven chino que no había vuelto a su país natal desde que fue adoptado por una pareja catalana. Los dos jóvenes, cada uno marcado por el recuerdo de sus padres, parten pues hacia su destino.
Tras el éxito obtenido con Viernes o los limbos del Pacífico, Tournier aborda en esta obra la historia de dos hermanos gemelos, Jean y Paul, tan unidos e inesperados que la gente los llama Jean-Paul. La felicidad cerrada y estéril de sus primeros años en Bretaña no durará eternamente y la intimidad entre ambos hermanos comienza a resquebrajarse. Mientras Paul se convierte en el celoso guardián de la unión, de sus reglas y ritos, Jean trata de deslizarse hacia la vida diversa e insegura de los «sin igual"». Cuando Paul hace fracasar los planes de matrimonio de su hermano, Jean escapa. Y tras él, Paul emprende un vertiginoso viaje iniciático que lo llevará de Bretaña a Venecia, y de allí a Djerba, Reykjavik, Nara, Vancouver, Montreal y Berlín. Durante ese viaje gigantesco, ciudades, paisajes, personas y aventuras cobran un sentido inesperado, gracias a las claves que la búsqueda y los hallazgos de Paul nos propician.
La presente recopilación ofrece al lector del siglo XXI una serie de textos que muestran la imagen que de España tienen los viajeros portugueses y difunde la prensa portuguesa del siglo XIX. La mayoría corresponden a autores Unionistas o Iberistas, ya sea desde el punto de vista cultural, economico o politico: Costa Goodolphin, J.C. Caldeira, Oliveira Martins, Santos Rocha, Ramelho Ortigao, Silveira da Mota, Oliveira Maia, Lino d'Assunpçao, Freire de Carbalho, Carlo Lobo d'Avila,... entre otros, recorren España describiendo ciudades, industria, monumentos, fiestas....