En la Rusia aún no unificada de 1466, uh mercader de la ciudad libre de Tver, vasalla del Gran Ducado de Moscovia, inicia un viaje por el Volga abajo que lo conducirá hasta la India, atravesando el Caspio y el índico. Afanasi Nikitin, protagonista de este periplo, iniciará el retorno a su hogar seis años después, terminando sus días en Crimea, tras cruzar el tercer mar de su recorrido: el Mar Negro. De toda esta aventura dejará como testamento un relato que asombra por su concisión y objetividad, en un momento en que los libros de viaje que circulaban por Europa de los que son modelo los fantasiosos Viajes de Sir John Mandeville destacaban por su acumulación de «maravillas». El interés literario del relato de Nikitin, pequeño monumento de la antigua lengua rusa, fue subrayado ya en su día por N. S. Trubetzkoi, uno de los líderes del «Círculo de Praga», cuyo artículo al respecto se incluye aquí como explicación y complemento.
Un libro tronchante, audaz, iconoclasta y real como pocos, que acabo de descubrir con cinco años de retraso. Se titula Tocándome los cojones y su autor, Jaime Centurión, no me dice nada afortunadamente en la agenda de las Bellas Letras canarias, en cuyas páginas doradas jamás tendrá cabida un texto tan inclasificable, libre y divertido como éste cuyo tema es nada más y nada menos que la estricta realidad de las cosas.
Un inolvidable viaje por España a través de sus catedrales, de la mano de Julio Llamazares NUEVA EDICIÓN 10.º ANIVERSARIO «Este es un viaje en el tiempo y en la geografía. En el tiempo, hacia la época en la que se construyeron esos maravillosos edificios que conocemos como catedrales y, en la geografía, a través de un país que es un mosaico de regiones tan diferentes como sus paisajes.Estas fantásticas construcciones, que constituyen las cajas negras de nuestra historia, siempre me han deslumbrado. Conocerlas de verdad y no de paso, vivir dentro de ellas un día para sentir toda su belleza, al tiempo que descubría sus secretos y leyendas, es lo que hecho durante más de dieciséis años para contárselo a mis lectores en este volumen, que se ocupa de las "rosas del norte", y en su continuación Las rosas del sur. A deshojarlas como si fueran rosas de piedra, enormes rosas arquitectónicas surgidas en medio de las ciudades, he dedicado este libro. Y lo he hecho siguiendo la estela de los antiguos viajeros, aquellos que iban buscando la magia que el mundo ofrece a los que lo caminan.» Julio Llamazares La crítica ha dicho sobre el autor: «Llamazares es sobre todo un poeta; de hecho, el ritmo de su escritura en prosa es deudor de esa ambición de asociar las palabras (y la memoria, que es su fuente) con el ritmo; la música es consustancial con su narrativa, y eso le viene de la poesía.»Juan Cruz, El País «Julio Llamazares es, sin duda, uno de esos escritores que nos reconcilian con el ejercicio de la literatura.»Aurelio Loureiro, Leer «Julio Llamazares sigue siendo un escritor especial, alguien capaz de mirar el mundo de otra manera.»El Correo Gallego «Un escritor de su categoría podría redactar los anuncios por palabras de un periódico y seguiría siendo interesantes.»Qué Leer Sobre Las rosas de piedra: «Llamazares es un verdadero viajero: persigue un objetivo y regresa enriquecido de él. Su peregrinación a través de las diferentes regiones de España supone una visión personalísima y una apasionante historia de arte. Un libro de viaje indispensable.»Cees Noteboom «Un proyecto casi existencial, algo melancólico, de rescate de mundos que se apagan.»Alejandro Gándara, El Mundo «Llamazares siempre escribe igual cuando viaja, habría que añadir también que siempre escribe bien, sin arrogancia, desprejuiciadamente, con sentido del humor y con cariñosa indulgencia cuando retrata. Y tal vez sea ésa la clave [...]. El autor está enamorado de lo que describe y de lo que descubre.»Andrés Barba, El Cultural «A Julio Llamazares, uno de nuestros escritores más honestos y versátiles, le gusta echarse al camino y contarnos lo que ve, escucha y siente. [...] Sus relatos viajeros filtran una prosa muy singular, lírica y exacta a la vez, y son, a mi juicio, de lo mejor que se ha escrito en España desde los presupuestos del género.»José Luis Argüelles, La Nueva España «No es una guía de catedrales ni una guía de viajes, es literatura de viajes, un género dominado por Julio Llamazares.»Francisco Moya, Literatura de viajes Sobre Trás-os-Montes: «Julio Llamazares recupera la imagen del viajero como figura literaria.»Amelia Castilla, El País Sobre El viaje de Don Quijote: «Llamazares, con habilidad, mezcla lo actual con lo pretérito, lo literario con lo sociológico. [...] Siempre es bueno que nos miren desde fuera; nos señalen nuestras virtudes y defectos, y más si lo hacen con solvencia literaria, como es el caso.»Alfonso González-Calero, ABC Sobre Cuaderno del Duero: «La fluida escritura de Llamazares esboza un texto interesante, libre de ornato retórico, en un estilo apegado a las raíces elementales de la tierra y de sus gentes, y veteado de fugaces intuiciones líricas.»Ángel Basanta, El Cultural
Los relatos de viajes de Jan Potocki, como su Manuscrito encontrado en Zaragoza, son una inmersión de su pensamiento consciente en el sentido de lo maravilloso, donde encuentra las fuentes originales de las distintas culturas, que examina con la visión doblemente exacta del hombre de imaginación y del etnógrafo. historiador y arqueólogo y, en ambas condiciones, con el humorismo que le facilita descubrir lo prodigioso en lo más tangiblemente real: ahora hay un barco en mitad del desierto, o ahora peces en las copas de los árboles; y en las estepas entre el mar Negro, el mar Caspio y el Cáucaso, el pasado se reescenifica en el presente en el flujo abigarrado de las hordas nómadas, y se difuminan fronteras de espacio y tiempo entre Occidente y Oriente y entre los grupos humanos a medida que Potocki reesboza el gran cuadro descompuesto de esa unidad de experiencia que rastrea en la Antigüedad y en tierras remotas, esa riqueza de comprensión y comunicación que invoca en el Manuscrito encontrado en Zaragoza, donde sabios, forajidos o princesas, occidentales y orientales, cristianos, hebreos, musulmanes, descreídos o paganos, reconstituyen la fecunda comunidad de las diversidades necesarias para una integridad personal y universal cuyos vestigios Potocki hace revivir en las estepas asiáticas de un imperio europeo.
Son escasos los escritores brillantes que desde la ficción han escrito buenos libros de viajes. No nos engañemos, los que consideramos mejores libros de viajes no son libros de viaje. Kapuscinsky nunca ha escrito un libro de viajes, Makroll el Gaviero viaja, pero sus andanzas pertenecen al género de la buena literatura, sin más. Saint Exupery es poesía en movimiento. Rimbaud viajó, pero, precisamente, para huir de la literatura. Vivimos el ocaso de los géneros tal y como los conocíamos hasta ahora, se impone el eclecticismo, la creación transversal que desconoce pautas preestrablecidas, como estos relatos que Antonio Cordero nos presenta aquí. Su Tortuga de Luang Prabang transita luces y sombras, ficciones y tabernas tan reales como el fantasma de Makrol, personajes novelescos y cazadores de osos, historias que se intuyen, pero no se dejan ver. Por momentos nos traslada a un mundo que evoca la felicidad, esa cosa naif que tanto nos preocupa y perseguimos como antes perseguíamos unicornios. En otros, nos sumerge en oscuridades conradianas, ejerciendo una especie de melancolía del horror, un deseo insatisfecho por compartir el destino de aquellos que se dejaron la cordura entre raíles, canoas y dunas de arena. Pareciera que para Antonio El Gaviero, el viaje es una excusa para la huida y cada uno de sus relatos un refugio temporal donde apaciguar las ansias de retorno. Ir, partir, volver... descuidos del lenguaje, paréntesis entre inocente y doloroso para evitar respuestas En cualquier caso, sus relatos son un alivio para esa enfermedad llamada nostalgia de lo que nunca tuvimos.
Con la presente colección de relatos, el escritor indio Ruskin Bond rinde homenaje al viaje por la India, fuente de pequeños placeres e íntimas revelaciones. Ven a vagar conmigo y sabrás lo que es ser totalmente libre, promete. Empieza en un taxi Ambassador, describe desde el paseo por Nueva Delhi a una fuga de la escuela donde el autor estuvo internado, o la legendaria Grand Trunk Road de los libros de Kipling, y acaba con la ascensión a un glaciar del Himalaya. Junto al monzón, los bosques de mangos y los ríos divinos, Ruskin Bond siempre encuentra el calor humano. El amplio elenco de amigos y compañeros incluye a dueños de dhabas (casas de té), camioneros, un director de banco amante de los pájaros, sadhus (santones), un leopardo mítico o el cantar de las aguas bravas. Ruskin Bond lo fija todo con su estilo cristalino y una magistral austeridad. EL AUTOR: Ruskin Bond (Kasauli, Himachal Pradesh, India, 1934), de ascendencia británica, creció en el norte de la India. Pasó cuatro años de su juventud en las islas del Canal y en Londres, donde constató cuánto extrañaba su país de origen. Regresó a la India para no abandonarla más. Desde hace años reside en Mussoorie, en el corazón de su paisaje más querido: las estribaciones del sur del Himalaya. En 1951, con diecisiete años, publicó sus primeras narraciones. Hoy sus libros suman más de cuarenta volúmenes, que incluyen novelas, colecciones de relatos, poesía, literatura infantil, textos autobiográficos y libros de viajes. Dos de sus relatos se han pasado al cine. Ruskin Bond ha recibido numerosos galardones, desde el que premió su primera novela hasta el del Indian Council for Child Education, por su fructífera carrera como escritor de literatura infantil.
En plena fiebre automovilística, de entusiasmo por los primeros coches de propulsión y la velocidad, a comienzos del siglo XX dos periodistas españoles, Carlos Crouselles y Javier Bueno, decidían emprender juntos, «sin prisa alguna», un viaje a París montados en burro, como signo de protesta frente a la modernidad o cuando menos al mal uso del progreso tecnológico, en donde la presencia de un creciente número de vehículos comenzaba a ocasionar graves inconvenientes (incremento de la contaminación acústica y medioambiental, congestión viaria, un número cada vez mayor de accidentes). El dietario de los excursionistas, cruzando aldeas y ciudades entre el regocijo de sus respectivos vecindarios, se publicó por entregas en el diario España Nueva entre el 31 de agosto y el 14 de diciembre de 1906, alcanzando uno de los mayores éxitos del periodismo español. La presente edición reúne por vez primera las 65 entregas de un serial «sugestivo, de mucha gracia, epatante», que, efectuado por dos periodistas españoles, «es un símbolo», como afirmaba el dueño del periódico, Rodrigo Soriano; calificándolo igualmente de «viaje cómico-trágico». Se reproducen, además, las caricaturas e ilustraciones a cargo de Manuel Tovar, «Mó» e Ibáñez que acompañaron originariamente al texto publicado en folletón por España Nueva. Javier Bueno (1884-1967), tras alcanzar la fama junto a Carlos Crouselles con el serial «cómico-trágico» A París en burro, daría comienzo a una brillante carrera como periodista y escritor, que abarcaría desde sus conocidas «Palabras de un salvaje», publicadas en El Radical, cuya mordacidad le valieron numerosos procesos y desafíos, hasta las serias y documentadas crónicas que, como corresponsal en el extranjero, escribió para ABC bajo el seudónimo «Antonio Azpeitúa». Miembro de la Sociedad de Naciones, autor de piezas teatrales y alguna novela, Bueno murió octogenario en Gryon (Suiza) tras una fructífera existencia. Carlos Crouselles (1878-1907), escritor bohemio, irónico, alocado, apasionado y también escéptico, llevaba ya una década de actividad profesional como autor de vibrantes reportajes periodísticos y libretista de piezas cómico-líricas de dudosa calidad cuando, en 1906, en compañía de Javier Bueno, emprendió un pintoresco viaje a París en burro cuyas entregas, publicadas en el diario España Nueva, le valieron el éxito popular, convirtiéndose en uno de los mayores sucesos del periodismo español. Apenas un año después, Crouselles se suicidaba tras cometer un crimen pasional, igualmente muy comentado en la prensa. José Miguel González Soriano (Madrid, 1973) es doctor en Filología con Premio Extraordinario por la Universidad Complutense y profesor asociado en la misma institución. Dirige en la actualidad Mediodía. Revista hispánica de rescate, editada por Renacimiento, donde ha llevado a cabo las ediciones de Constantinopla y Crónicas parlamentarias de Julio Camba y Una mina de oro en la Puerta del Sol y otras dos novelas cortas de Luis Bello, autor sobre el que ha publicado, asimismo, la monografía Luis Bello, cronista de la Edad de Plata (Diputación de Salamanca, 2017).
Ante el dolor del otro, la voz independiente y clara de este trabajador de diversas organizaciones no gubernamentales describe los programas, la vida diaria y su actitud de enfado con él y con el mundo, y lo refleja a golpe de palabras en "Crucifixión".
Torna il giornalismo di viaggio. In pieno XXI secolo, il pianeta è ormai interamente mappato, misurato, fotografato e spiegato per filo e per segno. Trovare Terra Incognita, assaporare qualcosa che assomigli ad una scoperta, è impresa impossibile Non per un giornalista duro e puro, che segue la scia dei grandi maestri del giornalismo letterario, da Robert D. Kaplan a Evelyn Vaugh, passando per Dominique Lapierre e perfino per Sir Winston Churchill. ?Polifemo vive ad Est? è un invito al viaggio, a far parte di una cronaca che guida per mano il lettore a conoscere gli angoli meno esplorati dei confini dell"Europa, alla ricerca di imperi e di frontiere apparentemente dimenticati, ma la cui eredità dimostra il contrario. In realtà, man mano che se seguono le tracce, si scoprono decisamente vibranti. Dotato solo di libri di storia e di un quaderno per gli appunti, Daniel Pinilla ci propone di riscoprire le origini e di intuire il futuro del Vicino Oriente, questa indefinita regione geografica dove si sono passati il testimone civiltà e barbarie. Le tracce di unni, mongoli, bizantini, ottomani e sovietici diventano riconoscibili in un racconto giornalistico al cento per cento, narrato al tempo presente, agile, educativo e divertente. Confini di guerra, paesi non riconosciuti dalla Comunità Internazionale, lingue parlate da poche centinaia di persone, piramidi, campi profughi, cimiteri di popolazioni scomparse, la stessa patria del grande Ulisse, campi di battaglia molto recenti... Chi, dopo aver letto questo libro, non sente l impellente desiderio di partire alla scoperta del mondo è perché non ha sangue nelle vene.