Fernando de los Ríos Urruti (Ronda, 1879-Nueva York, 1949) es uno de los pensadores más originales y relevantes del socialismo español de la primera mitad del siglo XX. Discípulo de Francisco Giner de los Ríos y estrechamente vinculado con los proyectos educativos de la Institución Libre de Enseñanza, fue catedrático de Derecho Político en la Universidad de Granada, diputado a Cortes por el PSOE, ministro de Justicia, de Instrucción Pública y de Estado en la Segunda República española, embajador en Washington durante la Guerra Civil y, finalmente, ministro de Estado del Gobierno republicano del exilio. Al final de su vida ejerció la docencia en la prestigiosa New School for Social Research de Nueva York. Si bien es conocido en España por su propuesta teórica de un socialismo humanista no marxista y de profunda raigambre liberal, no lo es tanto por sus sugestivos trabajos sobre la España del siglo XVI. Los textos que integran la presente obra constituyeron en su día una aportación fundamental en este sentido. La fusión de los fines de la Iglesia y del Estado durante la monarquía imperial de Felipe II, vislumbre temprano de lo que andando el tiempo sería la esencia de los Estados totalitarios de la Europa de entreguerras; la contribución de Francisco de Vitoria y los teólogos y juristas españoles del XVI a la creación del Derecho internacional y las consecuencias de la acción colonizadora y conquistadora de América constituyen la variada temática de los ensayos aquí reunidos. Esta tercera edición ampliada incluye un texto hasta ahora inédito en España y no recogido en las Obras completas del autor.
Paul Verlaine (Metz, 1896), el «padre y maestro mágico, liróforo celeste» invocado por Rubén Darío con toda admiración y un algo de sorna, fue y sigue siendo el poeta más representativo del simbolismo francés. Hijo de un oficial de la Armada y de una joven de familia terrateniente, estudió en París y empezó a escribir versos, como casi todos los poetas, desde muy joven. Su primer libro, Poemas saturnianos, nos lo muestra bajo la influencia bifronte de Baudelaire, el primero de los modernos, y la de los ya un tanto ajados poetas de El Parnaso. A Verlaine se le recuerda hoy casi más por su tormentosa vida (su relación con Rimbaud, incluyendo un disparo en plena calle y dos años de cárcel, sus crisis religiosas y sus crisis alcohólicas, sus días de negra miseria y su dorado nombramiento casi final, dos años antes de su muerte, de «Príncipe de los poetas») que por los poemas que escribió, pero fue poeta, un magnífico poeta, de amplia influencia sobre los poetas que le siguieron y buena parte de su obra es aún mucho más que historia y arqueología y puede seguir leyéndose con gusto. En España fue el determinante de la gran aportación traída por Darío a la poesía castellana y en los años veinte llegaron a publicarse una docena de sus principales obras traducidas por buenos poetas del momento como Mauricio Bacarisse, Enrique Díez-Canedo, Emilio Carrere, Guillermo de Torre y Eliodoro Puche. Fiestas galantes (1869) es el segundo, y uno de los mejores, de sus libros, que rescatamos en la casi desconocida versión del gran Manuel Machado, uno de los grandes admiradores de Verlaine. Incluye una presentación de Miguel d'Ors, especialista en la vida y la obra poética de Manuel Machado.
Ioana Gruia (Bucarest, 1978) vive en Granada desde 1997. Después de una estancia postdoctoral en París, trabaja como docente e investigadora de literatura comparada en el Departamento de Lingüística General y Teoría de la Literatura de la Universidad de Granada. Es autora de los siguientes libros: Otoño sin cuerpo (finalista del Premio de poesía de la Universidad de Granada Federico García Lorca en 2002), Nighthawks (Premio de cuento de la Universidad de Granada Federico García Lorca en 2007), Eliot y la escritura del tiempo en la poesía española contemporánea (Visor, 2009), y El sol en la fruta, publicado por Renacimiento en 2011.
LA FILOSOFÍA DE LA HISTORIA PARA LA EDUCACIÓN DE HUMANIDAD es un libro polémico. Hostil al racionalismo de la época de la Ilustración, Herder dirige sus dardos principalmente contra Voltaire y, con no menor violencia, contra la imagen del pasado que dibujaban en sus obras históricas Hume, Robertson e Iselin. Censura en todos la estrechez de su horizonte, la unilateralidad de sus interpretaciones fundadas exclusivamente en las experiencias e ideales del presente, la ceguera para los valores del sentimiento, la insensibilidad para percibir lo poético, lo primitivo, lo popular. Un libro precursor. Contribuye, en gran medida, a formar la conciencia histórica, a despertar el sentido de la individualidad y el significado de la evolución. Asocia muy felizmente la visión de la continuidad del curso temporal con el carácter peculiar de cada época y de cada pueblo. Traduce, al mismo tiempo la fe del creyente y la esperanza del patriota. Herder ve en la historia la obra de la Providencia, y, como el hombre de su tiempo y de su medio, aspira a estimular el desarrollo de los valores vernáculos respetando, fiel a sus premisas metódicas, las individualidades nacionales extrañas. Critica con valentía el despotismo ilustrado de su época y exalta la significación perdurable de las ideas cristianas. Confía en la educación del hombre por medio de la cultura y en el rescate y conservación de su primitiva pureza. Esta obra, que apareciera anónima en 1774, suscitó vivas polémicas cuyo eco no logró extinguir de todo del triunfo del romanticismo. Hoy conserva intactos sus valores y es fuente de honda sugestión para meditar sobre los problemas siempre apasionantes de la filosofía de la historia. JOHANN GOTTFRIED HERDER (1744-1803) fue filósofo y poeta, además de pastor luterano y masón. Ha sido reconocido como uno de los padres de la filosofía de la historia. En su juventud asistió a las clases de Kant en la Facultad de Teología de Könisberg. Trabó amistad con grandes filósofos como Hamman y Lessing, con los enciclopedistas Diderot y D'Alembert y con genios como el entonces joven Goethe en el que ejercería una notable influencia. Su principales ideas están recogidas en el presente volumen.
El extremeño Félix Grande (Mérida, 1937) ha publicado siete libros de poesía, cargados de preocupaciones sociales, con cierta actitud crítica y tendencia a innovaciones formales, temáticas y estéticas. Sus versos le han hecho merecedor de varios premios: Adonais, Casa de las Américas y Nacional de Poesía entre otros. En el año 2004 se le concedió al conjunto de su obra el Premio Nacional de las Letras. Palabra esencial en el tiempo. Resistencia del ser humano a desaparecer en el frío de la noche. El amor y el horror unidos por la muerte. Búsqueda de la felicidad plena desde las frustraciones más íntimas y a través de la música. Ésta es la poesía de Félix Grande. Hilarlo Jiménez Gómez
La poesía de Claudio Rodríguez es un milagro del equilibrio: halla su mejor decir a medio camino entre lo lírico y lo narrativo; sabe sostenerse sobre la delgada línea que separa lo racional de lo irracional; participa del aliento más alto y se nos manifiesta terrestre, casi campesina; hace canto de lo coloquial y lleva la voz de los clásicos hasta su propio instrumento para reinventarla. En su entonación andan juntas la hondura de Quevedo y la gracia aleve de Garcilaso; el misterio de san Juan y el desgarro de Manrique. Su verso nunca nos convence, nos doblega; ni siquiera nos seduce, nos enamora, nos arrebata, sentimos al leerlo la misma gratitud que cuando contemplamos cuajarse en el horizonte, siempre por estrenar, siempre nacida de sí misma, la luz de una nueva amanecida.
Difícil será encontrar una vida española del siglo XX tan novelesca, tan rica en aventura y dramatismo, tanto que entra casi en lo inverosímil, y, a la vez, tan cierta y verídica, tan llena de verdad, como la de esta catalana vocacionalmente gallega llamada Mercedes Núñez Targa (Barcelona, 1911-Vigo, 1986), que fue secretaria del poeta Pablo Neruda durante la República. Mercedes nos cuenta en estas memorias, que se leen conteniendo el aliento, cómo tras luchar en la guerra civil y ser detenida y condenada a 12 años de cárcel en 1939 pudo, gracias a un error judicial, escapar a Francia y seguir allí luchando en el maquis contra el fascismo, cómo fue detenida en 1944 por los nazis y llevada al campo de concentración de Ravensbrück y cómo sobrevivió, con valentía y dignidad, en medio del horror, hasta ser finalmente liberada cuando ya no era, por su falta de salud, sino una «destinada al crematorio». A. L.
NUNCA agradeceremos lo suficiente a Martin Murphy un texto tan limpio y claro sobre José María Blanco Crespo, en la mejor tradición de los biógrafos ingleses, sobre un religioso sin intolerancia, filósofo sin vanidad y político sin prejuicios, según William Jacob. La vida de Blanco White es una fenomenología del espíritu. Blanco es un hombre, y nada menos que un hombre, que se enfrenta como un titán a los problemas de la fe, la eternidad y la trascendencia, en un tiempo cambiante y mezquino, con un espíritu rebelde y absolutamente moderno. A una educación excesivamente sentimental, cercana a la Contrarreforma supo añadir unas gotas de sangre jacobina, a través de las lecturas de Voltaire y Rousseau. Pero esto es tan solo el principio de un viaje que concluye con «Night and Death», el mejor soneto escrito en lengua inglesa, solo comparable a los de Milton y Wordsworth, en palabras de Samuel Taylor Coleridge. Esta biografía nos permite participar en la aventura, interior y exterior, de una de las vidas más singulares de la inexistente Ilustración española. ANTONIO MOLINA FLORES MARTIN MURPHY nació en Reading (Berkshire, Reino Unido) en 1934. Licenciado en lenguas clásicas por la Universidad de Cambridge, miembro de la Royal Historical Society de Londres y colaborador asociado (Research Associate) del Oxford Dictionary of National Biography. Es hoy uno de los máximos conocedores de la vida y la obra de José María Blanco White. De 1989 data la publicación en Londres de este libro, que hoy presentamos traducido por primera vez al español, y cuyo título original fue Blanco White: Self-Banished Spaniard. La excelente traducción de Victoria León ha sido revisada por el propio autor, quien ha aprovechado para enriquecer, añadir y actualizar su propia obra. Otros libros de Martin Murphy son St Gregory?s College, Seville, 1592-1767 (Londres, 1992) o Ingleses de Sevilla, que pronto publicará a través de la Universidad Hispalense. Además de estos libros, desde 1983, viene colaborando en numerosas revistas como Bulletin of Hispanic Studies, Archivo Hispalense, Trienio, History Today, Boletin de la Real Academia de la Historia, etc., donde ha publicado artículos principalmente de temas anglo-españoles.
De 1905, fecha en la que Manuel Altolaguirre nació en Málaga, hasta 1959, fecha de su muerte, cuando regresaba hacia Madrid, tras presentar su película El cantar de los cantares en el Festival de Cine de San Sebastián, toda una vida plena, inmersa en uno de los momentos más cruciales de la literatura y la historia del siglo XX. Altolaguirre vivió todos los cambios políticos y sociales que tuvieron lugar en España en el primer tercio de siglo, marcados por la confrontación entre la pervivencia del "antiguo régimen" y la emergencia de la conciencia demócrata y solidaria asumida ya en Europa. Vivió el auge de las vanguardias artísticas que ya imperaban en ésta, y el periodo de efervescencia regeneradora que venía teniendo lugar en España. Perteneciente a la más joven de la tres generaciones que elevaron la cultura española a un "nuevo Siglo de Oro", la del 98 (Antonio Machado, Unamuno), la del 14 (Ortega y Gasset, Juan Ramón Jiménez) y la del 27 (García Lorca, Alberti, Cernuda), fue miembro aglutinante y decisivo de esta última, primero desde su Málaga natal, ya desde 1923, junto a otros poetas malagueños, con la revista Ambos, embrión de la emblemática Litoral, editada junto a Emilio Prados, que llegaría a traspasar las fronteras del exilio, y del tiempo. Pero no acabó aquí su empresa fundacional: con sus colecciones y revistas posteriores (Málaga, París, Madrid, Londres, La Habana, México), como impresor en solitario, dio cauce permanente a la expresión de los integrantes del grupo y a la de los jóvenes poetas que emergían. Cultivó todos los géneros: poesía, prosa poética, teatro, biografía, ensayo, guión cinematográfico... Poeta innato, si su tarea múltiple y su entrega a la obra ajena y a la cultura en general, hicieron reducir el número de versos que nos legó, consiguió, sobre ello, ofrecernos, en su quintaesenciada obra poética, un universo coherente y profundo, lleno de verdad y de belleza, que merece ser considerado como uno de los más auténticos y originales de la literatura contemporánea.
LUIS ALBERTO DE CUENCA es Académico de la Real Academia de la Historia (desde 2010) y Profesor de Investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (desde 1989). Ha sido Director de la Biblioteca Nacional (1996-2000) y Secretario de Estado de Cultura (2000-2004). En 1989 obtuvo el Premio Nacional de Traducción por su versión del anónimo Cantar de Valtario (siglo X), y en 2007 el Premio de Literatura de la Comunidad de Madrid. Es autor de libros de poesía como La caja de plata (Sevilla, Renacimiento, 1985, Premio de la Crítica 1986), La vida en llamas (Madrid, Visor, 2006, Premio Ciudad de Melilla) y El reino blanco (Madrid, Visor, 2010). Desde hace más de treinta años escribe en ABC.
JUAN BONILLA (Xerez, 1966) es autor de los libros de poemas Partes de guerra (1994), El Belvedere (2002) y Buzón vacío (2005). Además ha publicado varios libros de relatos: El que apaga la luz (1994), La compañía de los solitarios (1998), La noche del Skylab (2000), El estadio de mármol (2005) y Tanta gente sola (2009), y las novelas Yo soy, yo eres yo es (1995) y Los príncipes nubios (2003), con la que obtuvo el premio Biblioteca Breve y ha sido traducida a diez idiomas. Es coordinador de la revista ZUT.
Para Benjamín Prado (Madrid, 1961) la creación literaria es una dedicación casi obsesiva, y así su obra incluye igualmente libros de poemas (el último, el titulado Iceberg), relatos o artículos, que diversas novelas, biografías y ensayos. Miguel García-Posada ha señalado el entusiasmo por la poesía y la pasión vital que rezuma la obra poética de Prado, y destaca su fervor por la condición memorable del poema añadiendo: «Prado busca ante todo que su poesía sea canto, lírica, canción».
Julio Mariscal Montes nació en Arcos de la Frontera (Cádiz) en 1922 y murió a los cincuenta y cinco años en Jerez de la Frontera. Apenas salió de su pueblo y nunca traspasó los límites de Andalucía. Con otros poetas fundó la revista Alcaraván y más tarde la revista Platero. Su poesía está recogida en los libros Corral de muertos, Pasan hombres oscuros, Poemas de ausencia, Quinta palabra, Tierra de secano, Tierra, último día, Poemas a Soledad, Trébol de cuatro hojas y Aún es hoy. Perteneciente por edad a la Generación del 50, fue Julio Mariscal un poeta solitario y apartado, ajeno a las cucañas y servidumbres del mundo literario. Su poesía, delicada y desgarrada a la vez, nunca ha obtenido por parte de la crítica la atención que se merece.