Los aportes tratan la cuestión de las políticas de identidad étnica e investigan, entre otros objetos, la negociación de la participación política y los fenómenos involucrados en la inclusión y exclusión social en las Américas.
Pintores taxidermistas que naufragan en una sociedad hostil, ciegos que conocen los laberintos urbanos, motoristas desnudas que circulan por avenidas, extranjeros que aprenden un idioma confesándose, pilotos moribundos que descansan con la lectura de Saint-Exupéry o existencias abducidas por Cervantes y Petrarca. Unos conviven en medio de la zozobra venezolana, otros con el terrorismo acechante en Francia o el México simbólico de los balazos de la revolución. Impecable y magistral en sus cuentos, Rodrigo Blanco Calderón construye un retablo de personajes nocturnos, que se convierten en víctimas y verdugos de un sacrificio, de la expiación que es la vida en cualquier momento, en cualquier espacio, en la que todos somos «terneros».
Esta obra colectiva ofrece una perspectiva integrada del proceso asociacionista en la emigración exterior española. Recoge una amplia síntesis de este crucial y masivo fenómeno, un estado de la cuestión con una variada información sobre sus modalidades, manifestaciones y evolución. Además, bien en trabajos específicos, bien en la vocación y letra de la mayor parte de los estudios, se describen los principales retos científicos que ofrece el análisis del asociacionismo de la emigración española en el exterior. También se señalan nuevos métodos y perspectivas de análisis, algunos en forma muy madura y otros como sugerentes propuestas. El objetivo de todos los autores y de los editores de este volumen no es otro que potenciar futuras investigaciones sobre un fenómeno el de la emigración española y sus asociaciones que tuvo y tiene un papel relevante en la historia española y en la de los países que recibieron y hoy vuelven a recibir dicha emigración.
Nada le gusta más a un escritor que relatar las tragedias de otros escritores. Qué peripecias sufrieron hasta la publicación o después, qué jugarretas les hicieron el editor o la familia, qué enfermedades, qué pérdidas sufrieron (se entiende que el escritor feliz, triunfador y amado es un personaje de ficción). Pero pocas veces este interés algo morboso se transforma en el libro extraordinario que está usted a punto de abrir. Porque para ello hace falta un escritor que lea (y esta obra es, por encima de todo, la demostración de fuerza de un escritor que lee). Y hace falta reflexionar a fondo sobre el futuro de la literatura, y sobre lo que nos enseñan los libros que no tenemos en la estantería: los censurados, tachados, quemados, prohibidos. Los que no escribieron los autores silenciados, bloqueados, dementes o suicidas. Y, con perdón, los que se plagiaron, se piratearon o se robaron. Este libro tachado no pretende ser una historia de la literatura, pero es la historia que un lector no puede dejar de leer.