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Los Escritos literarios comprenden los fragmentos de la obra de Leonardo que quedan fuera de los grandes temas de la Pintura, la Anatomía, la Mecánica, etc. Se trata de Pensamientos que conciernen a la ciencia en general y a la vida moral; de Fantasías, de notas sobre las costumbres de los animales que hemos reunido bajo el nombre de Bestiario, de adivinanzas que Leonardo llamaba Profecías, de Faecias (chistes y ocurrencias), de Cartas personales, de algún fragmento narrativo, de Proemios para obras proyectadas y no escritas donde emergen planes, preocupaciones, problemas literarios que preveía abordar. Las formas literarias preferiblemente usadas en su tiempo por los escritores de ciencia eran el Tratado, el Discurso, el Diálogo o la Epístola. Entre los pasajes aquí reunidos se encuentran todos estos géneros, si bien como mero esbozo o intento no acabado. Esta edición incorpora escritos de los dos volúmenes autógrafos que yacían olvidados desde hacía siglos en la Biblioteca Nacional de Madrid, descubiertos en 1967, lo que ha incrementado el patrimonio de la obra escrita de Leonardo conocida hasta ahora considerablemente.ÍndiceIntroducción. I. Arte y ciencia en Leonardo da Vinci. II. Para una edición de los manuscritos leonardianos. III. Sobre el contenido del presente volumen. Los escritos literarios de Leonardo. Pensamientos. Fábulas. Bestiario. Profecías. Facecias. Proemios. Dos obras de arte y un descubrimiento. Discurso contra los compendiadores. Contra el nigromante y el alquimista. Disputa pro y contra, la ley de la naturaleza. Esbozo para una demostración. El primer vuelo. El diluvio. Caverna. El monstruo. La morada de Venus. El gigante. Al diodario de Soria. Cartas. Traducciones y transcripciones. Apéndice. I. Los libros de Leonardo. II. Leonardo y Euclides. Tabla de referencias.
¿Te persigue Dios por mar y tierra y te hace trizas el culo cuando te encuentra? ¿Quieres suicidarte pero se te han terminado las balas?, ¿o se te ha roto la soga?, ¿o te han robado los cuchillos?, ¿o algún bromista te ha cambiado los barbitúricos por laxantes...? Desesperado, descubres que la única opción que te queda es dejarte arrollar por un tren... Pero, quizá no tengas coraje para realizar un acto tan vulgar. Entonces empiezas a sospechar que hay un enorme error en tu cerebro. Indagas y llegas a la conclusión de que es ahí donde nace tu rechazo hacia los hombres, las mujeres, los niños, los viejos, los jóvenes, los abogados, los dentistas y los vendedores ambulantes de altramuces