Colaboradores: Pedro de Alcántara Martínez, José, Artero, Serafín de Ausejo, Jorge Blajot, Manuel J. Briceño, Darío Cabanelas, Vicente Castell Maíques, Pedro Chico González, Juan Contreras y López de Ayala, Romualdo M.ª Díaz Carbonell, José María Díaz Fer
Los salmos son oraciones muy bellas que pueden leerse en la Biblia y que se han rezado en la Iglesia desde siempre. Con ellos, podemos dirigirnos a Dios en cualquier situación y estado de ánimo: alegría, para dar gracias, alabanza, inquietud, miedo...
La catequesis de la Primera Confesión y Comunión es el comienzo de una etapa. Tanto el texto como los dibujos e imágenes de este catecismo ayudarán a los padres y catequistas y a la comunidad parroquial a desarrollar y profundizar en su fe de acuerdo con las distintas etapas del crecimiento cristiano.
Esta obra fue tan decisiva para la definición del Concilio de Constantinopla (381), que seguimos, hoy, proclamando como profesión de nuestra fe: "Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida..., que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria". Urgido por el peligro del arrianismo y respondiendo al ruego de Anfiloquio de Iconio, Basilio defiende y expone la consubstancialidad del Hijo y del Espíritu Santo con el Padre, con un rigor intelectual, teológico, y un vigor espiritual de la experiencia del Espíritu, como sólo puede hacerlo una mente poderosa y equipada culturalmente como la suya, alimentada sobre todo, en dos fuentes inagotables: la Sagrada Escritura y la tradición viva de la Iglesia.
Es un instrumento de trabajo y reflexión dirigido a jóvenes y adultos de cualquier grupo cristiano que quieran profundizar en el Credo de nuestra fe. Se ha fundamentado en la Palabra de Dios, el Concilio Vaticano II y el Catecismo de la Iglesia Católica.
«O Sacrum Convivium, in qui Christus sumitur! El "Año de la Eucaristía" nace del estupor con que la Iglesia se enfrenta a tan gran misterio. Se trata de un estupor que no deja de embargar mi ánimo. De él surgió la encíclica Ecclesia de Eucaristía. Siento como una gran merced del vigésimo séptimo año de misterio petrino, que estoy a punto de empezar, poder convocar ahora a toda la iglesia a contemplar, a alabar, a adorar de forma especialísima tan inefable sacramento. Que el "Año de la Eucaristía" constituya para todos una ocasión valiosa para una toma de conciencia renovada del tesoro incomparable que Cristo ha encomendado a su Iglesia. Que sea estímulo para una celebración más viva y sentida, de la que surja una existencia cristiana trasformada por el amor» ("Mane nobiscum Domine", 29).
En la amplia producción de San Juan Crisóstomo, las Catequesis bautismales ocupan un lugar destacado, no sólo por el considerable número de ellas que se han conservado (doce), sino, sobre todo, porque representan una valiosa fuente para la historia de la concepción y de la liturgia bautismal en Antioquía, una de las sedes más ilustres de la Iglesia oriental, a finales del siglo IV. Juan Crisóstomo comenzó enseguida su actividad de predicador después de ser ordenado sacerdote(386), revelando una clara y profunda concepción del bautismo, debida, por una parte, a la tradición que se hallaba presente en la Iglesia de Antioquía, y por, otra a su experiencia personal. El primer aspecto fundamental que él extrae del bautismo es el sentido del misterio que lo rodea y que el mismo término de "sacramento" refleja. El sentido del misterio se lo sugiere la fe viva que posee en la nueva realidad a la que está llamado a participar el catecúmeno: la adhesión plena y definitiva a Cristo; y para expresarla, se sirve, a menudo, de la imagen profundamente humana y sugestiva del matrimonio. Después de muchos siglos la voz de Juan Crisóstomo parece que conserva inalterado su vigor e inspira una profundo sentido de serenidad y confianza del que también el hombre de hoy tiene necesidad, para renovar con plena libertad, como los catecúmenos de entonces, su adhesión a Cristo.
Un libro excepcional para conocer la doctrina de la Iglesia sobre la familia, economía y trabajo, ecología y población, política y derechos humanos, Estado?
Con este segundo volumen se completa el comentario al Derecho de la Iglesia elaborado por el grupo de profesores de la Facultad de Derecho Canónico de la Universidad Pontificia de Salamanca. Lleva por título "El derecho en la misión de la Iglesia", y en él se abordan los diferentes aspectos de las funciones de enseñar, santificar y regir tal y como vienen recogidos en los libros III al VII del Código de Derecho Canónico. El primer tema está orientado al estudio de la misión evangelizadora de la Iglesia que se desarrolla tanto ad intra formando la conciencia de los fieles, como ad extra, anunciando el Evangelio al hombre de hoy. Junto a la misión de enseñar, se analiza en el segundo tema la función de santificar a la Iglesia, que se ejerce principalmente por la celebración de la liturgia y de los sacramentos, con una especial referencia al matrimonio canónico. El estudio de la adquisición, posesión y administración de los bienes temporales de la Iglesia, la revisión del Derecho penal y la expli-cación de las diversas instituciones procesales canónicas completan el estudio. Como conclusión se analizan las relaciones de la Iglesia con las instituciones civiles desde el punto de vista del Derecho público eclesiástico y del Derecho eclesiástico del Estado. Estamos seguros de que la obra completa va a contribuir muy positivamente no sólo a la formación de los futuros sacerdotes, sino también a la orientación de otros miembros del Pueblo de Dios pastores, consagrados o laicos que solicitan un acercamiento más detallado y accesible al Derecho de la Iglesia.
Todo el mundo reconoce la importancia que tienen los papas en la historia de la Iglesia. Con demasiada frecuencia, sin embargo, se ha pasado por alto el papel tan duradero que han jugado los concilios generales o ecuménicos de la Iglesia. ¿Qué son los concilios? ¿De dónde procede su nombre? ¿En qué se diferencian de los sínodos? ¿Cuál es su autoridad y al servicio de quién están? Esta obra, clara y sólida, ofrece los resultados de muchos años de intenso estudio y enseñanza sobre los concilios ecuménicos de su autor.
Dice José Luis Blanco Vega: "La noche en que él nació no cambiaron de sitio las estrellas. Se supo porque había un poco más de paz sobre la tierra." El autor narra las historias del nacimiento de Jesús de forma sencilla de modo que ellos las puedan leer o los padres se las puedan contar. La ilustradora ilumina esas historias con nuevas y encantadoras visiones llenas de ternura. Un apéndice (En tiempos de Jesús) sitíúa adecuadamente los acontecimientos que se narran. Jesús nació en Belén. Lo descubrieron allí la gente de los alrededores y unos sabios del extranjero. Después, en la aldea de Nazaret, vivió con María y con José. Jesús vivió allí muy feliz e hizo muy felices a los tuvieron la suerte de poder vivir con él. Tú también lo puedes descubrir ahora y ser cada día más feliz.
Catequesis del primer año de Iniciación cristiana de niños: Para despertar al mundo de lo religioso, nos atrevemos a hablar a Dios porque nos lo ha comunicado Jesús.