Este libro intenta ser instrumento para lograr un nivel de capacitación de escritura y locución que debe ser completado y contrastado con la experiencia. Para ello se tienen presente las necesidades del alumno de licenciatura y la situación profesional del periodista de informativos de radio y de televisión. Escribir noticias para el oído es tarea que el periodista audiovisual y el estudiante de la materia deben asumir con naturalidad, como forma de aprendizaje y puesta en práctica de recursos lingüísticos orales. De ahí que sea necesario olvidar y dejar de lado técnicas y expresiones sintácticas de redacción del texto escrito para ser leído.
Este libro no quiere ser algo así como una colección de análisis críticos de situaciones concretas, capaz de mostrar, por ejemplo, hasta qué punto la "entrada triunfal de McArthur en Chicago" fue un montaje televisivo, una apariencia que ocultaba la verdad de aquel recibimiento; es un primer ensayo de análisis general de las Ideas de Apariencia y Verdad tal como ellas "se abren camino" a través del marco de la pantalla de televisión. Se supone que todo aquél que tiene un cierto trato "no infantil" con la televisión, ya sea como espectador, ya sea como actor, productor o programador político, y cree poder distinguir críticamente apariencias y verdades en la pantalla, tendrá también necesariamente su propia "filosofía de la televisión", una filosofía implicada e inmersa en su propia experiencia. Filosofías generalmente poco organizadas y mal representadas, confusas y oscuras, pero no por ello menos enérgicamente ejercitadas en la vida práctica. De vez en cuando, como de pasada, surge en algún "crítico de la cultura", sociólogo o psicólogo, la asociación de algunas actitudes prácticas observadas ante la televisión con alguna idea identificable de la tradición filosófica académica. Así, la actitud práctica de los políticos que creen saber (actuando en consecuencia) que su existencia como tales políticos depende de su presencia en la telepantalla, será puesta, a veces irónicamente (como es el caso de Bourdieu), en relación con la doctrina de Berkeley ("para muchos políticos, "existir" políticamente es lo mismo que "ser percibido" en la pantalla por los electores:"esse est percipi"). Sin embargo, la filosofía mundana (inmersa en su experiencia) de quiénes tienen trato con la telepantalla, no será aquí considerada como un mero recuerdo confuso de las Ideas que, sobre la Apariencia y la Verdad, hayan podido tejerse por los más potentes sistemas filosóficos académicos. En general, suponemos que todas las Ideas filosóficas proceden, no de fuentes celestiales, ni siquiera de una "conciencia trascendental humana", sino de las experiencias prácticas, políticas o técnicas, que han ido teniendo lugar a lo largo de la historia (la Idea de "Mundo", de experiencias con cofres o con arcas; la Idea de "Progreso", procede de la experiencia con escaleras, que a veces sirven para subir, otras para bajar y, otras veces, para subir y bajar, como la escala de Jacob). Asimismo, las Ideas de Apariencia y de Verdad se abrirían paso, principalmente, a través de experiencias técnicas o tecnológicas con la luz o con las sombras: antorchas, espejos, cámaras oscuras, cámaras fotográficas o cinematográficas. Sería inexplicable que la televisión, una de las más sorprendentes invenciones tecnológicas, no ya del siglo XX, sino de todos los siglos, no hubiera sido también una fuente espontánea de la que podrán haber mandado determinaciones originarias de las Ideas de Apariencia y de Verdad. Si ello fuera así, se nos abriría, desde luego, la tarea de "reconstruir" (re-presentar) sistemáticamente las diferentes filosofías mundanas que "espontáneamente" y de hecho se habrán ido formando entre quienes tienen algún trato ("no infantil") con la televisión. Una tarea que requerirá acudir, pero en serio no irónicamente o de pasada, a la confrontación con otros sistemas ya organizados en la tradición filosófica y, a través de ella, a la confrontación con otras fuentes tecnológicas o de cualquier otro tipo más arcaicas, de las que habrían brotado las Ideas de Apariencia y de Verdad que figuran en la Historia de las Ideas.
Con la llegada de las televisiones privadas en 1990 se pone fin al monopolio de Televisión Española y comienza la lucha encarnizada por la audiencia. Al multiplicarse la oferta televisiva también se multiplican el número de programas a emitir y de este modo comienza la búsqueda de formatos nuevos y diferentes, ya sean originales o procedentes de otros países. Las cadenas adquieren un perfil de espectador determinado y los programas se convierten en sellos de identidad. El desarrollo o la explosión del mundo del formato ha sido un fenómeno extraordinario de los últimos años a nivel mundial. Cada vez es mayor el número de canales, lo que provoca que en el momento en que un programa no funcione haya que buscar otro que le sustituya. La competencia feroz hace que los formatos sean "de usar y tirar" y todo el mundo se empeña en encontrar el "killer format" que le resuelva la temporada. Los formatos son la base del éxito, pero muchas veces es difícil distinguir lo esencial de lo secundario, lo que hace que un formato triunfe y sea diferente de otro. En esta obra se pretende hacer una aproximación hacia los principales formatos de entretenimiento desde la aparición de las privadas hasta el año 2001, lo que se podría llamar el "boom del formato".
Después de la primera edición de las Jornadas de Radio (mayo, 2007) dedicadas a la Información Radiofónica, el Comité Organizador de las Jornadas de Radio de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Comunicación de la Universidad CEU San Pablo entendió necesario centrar la reflexión en esta segunda edición a otro asunto de gran actualidad; el origen y actualidad de esa gran desconocida que es la radio del fin de semana. El título elegido fue El fin de semana de la radio. En este análisis participaron los principales directores y presentadores de los espacios radiofónicos de la radio; tanto en su origen (Concha García Campoy) como en la actualidad; tanto los magacines de la mañana (Montserrat Domínguez, Pepa Fernández, Isabel Gemio y Rafa Sánchez) como los programa multiconexión de deportes por la tarde (Javier Ares, Chema Abad y Eduardo García). Asimismo contamos con la asistencia de numerosos docentes, profesores universitarios de distintas universidades/facultades españolas y profesionales de la comunicación que con sus ponencias y comunicaciones ofrecieron interesantes y variadas perspectivas sobre la programación radiofónica del fin de semana.
¿Cómo ejercer nuestra libertad en un entorno dominado por los medios de comunicación de masas? ¿Cómo activar nuestra ciudadanía en un espacio audiovisual cada vez más agitado y complejo? Si no logramos trazar nuevos caminos para la autonomía en el actual espacio audiovisual, la democracia puede llegar a convertirse en una farsa y nuestra experiencia mediática en una nueva forma de esclavitud mental. Pero no basta con advertir de los peligros. Los autores pretenden ofrecer una propuesta ética para aprovechar al máximo el potencial que las nuevas tecnologías de la comunicación indudablemente nos ofrecen. Con estas miras, los diferentes capítulos del libro contienen reflexiones sobre los elementos esenciales del hecho social?comunicativo: la construcción de la ciudadanía audiovisual, el valor de la opinión pública y el derecho a la información, el sentido de los códigos deontológicos y del profesionalismo comunicativo, el problema de la objetividad y la imparcialidad, el espinoso asunto de la publicidad, la tensión entre las instituciones públicas y las empresas privadas, las relaciones entre la globalización ética y los medios, y por último el papel decisivo, ineludible en cualquier democracia que se precie, de instancias de supervisión mediática.
Una vez más, los fósforos contraatacan, más ocurrentes, hilarantes y desenfrenados que nunca. Carlos Herrera y sus oyentes de Onda Cero vuelven a poner la guinda con intervenciones que nos siguen haciendo reír a mandíbula batiente página tras página, en un recorrido desternillante en el que conoceremos: Al hombre que se tiene que quitar las gafas para «desahogarse». A otro que perdió su ojo postizo dentro de la bragueta de un viejo verde. A un padre que en plena Semana Santa se llevó a un niño que no era suyo porque, total, todos iban vestidos de nazarenos. O a la señora que se pasa el día en la ventana viendo los aviones despegar Entre otros muchos fósforos que comparten, sin pudor y con total desparpajo, sus divertidas y sorprendentes vivencias en el jocoso CD que acompaña al libro. Esta nueva entrega forma, junto con "La hora de los fósforos" y "La fosforera nacional" -más de 60.000 ejemplares vendidos conjuntamente- una trilogía del humor imprescindible.
Los medios de comunicación siempre han suscitado debates en el ámbito académico y en la opinión pública. En este sentido, la televisión es el medio que mayores inquietudes despierta sobre el papel ejercido en la difusión de la cultura y de sus valores. Quienes conviven o trabajan con adolescentes suelen preguntarse cómo pueden competir con un medio tan seductor, que intenta desprestigiar los valores recibidos a través de la familia, la escuela, las iglesias y las asociaciones socioculturales. Este libro pretende verificar y refutar los alcances de estudios anteriores sobre la televisión y su impacto en los adolescentes. Combinando enfoques y métodos procedentes de la psicología social y de las teorías de la recepción televisiva, Yolanda Montero ha realizado un trabajo con adolescentes a partir del visionado de la conocida serie Al salir de clase, convencida de que «el espectador es quien dota de riqueza y profundidad a un material que, a primera vista, puede parecer poco profundo e infructuoso». En este excelente estudio, que resalta la función socializadora de la televisión, la autora rompe muchos de los tópicos sobre el tema, a la vez que pone de relieve la necesidad de investigar con rigor científico la compleja relación entre los adolescentes, la televisión y los valores que ésta les transmite. Yolanda Montero Rivero es Doctora en Ciencias de la Información por la Universidad Pontificia de Salamanca y Máster en Televisión por el Robert Schuman European Media Studies. Es profesora de Teoría y Técnica de programas televisivos y conferenciante especializada en televisión y familia.