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La política parece subordinada al orden económico del capitalismo global y el concepto de soberanía se encuentra cuestionado. ¿Se ha acabado el ciclo histórico de la izquierda? se pregunta el autor. La izquierda como movimiento político está ligada a una determinada época histórica en la que era posible transformar el mundo a través de la esfera política, ya fuera mediante acumulación de reformas o bien mediante la revolución, de acuerdo con un plan previamente establecido. En nuestros días, sin embargo, la política ha sido remplazada como instancia rectora de la vida social por la economía, subordinada a las necesidades del capitalismo.
En una Europa marcada por la crisis del liberalismo oligárgico, impulsada por los estragos de la I Guerra Mundial, la situación económica es difícil. El libro analiza el momento y las estrategias que puso en pràctica el republicanismo castellonense para mantener una imagen revolucionaria mientras ejercía el poder, y el esfuerzo por conservar el apoyo de sus bases electorales, los asalariados, principales víctimas del derrumbe económico. También se examinan los discursos y las estrategias elaboradas por las alternativas políticas y obreristas, a la izquierda del potente republicanismo local.
Informes sobre cada región, en los que se estudia la identificación regional, el regionalismo subjetivo, el problema de las desigualdades regionales y el de las relaciones con el resto de las regiones y, de una forma destacada, las actitudes políticas y las aspiraciones regionalistas de los residentes en cada región. La obra incluye Apéndices: I. Distribución de la muestra. II. Diseño de la muestra. III. Cuestionario.
Está claro que si entendemos por soberanía el poder para actuar con autoridad exclusiva en el interior de un espacio físico delimitado jurídicamente, el anhelo de la misma solo puede entenderse en clave de nostalgia. Porque no es el caso que en una época de irreversible globalización como la nuestra tanto los viejos buenos tiempos del bienestarismo y la solidaridad de clase, añorados por la izquierda, como los de la comunidad étnicamente homogénea y moralmente ordenada, echados en falta por la derecha, tengan el menor viso de volver a materializarse. En el presente libro se despliega una brillante reflexión acerca de las razones por las que nos hemos ido convenciendo de que no queda futuro alguno que aguardar y, como consecuencia de ello, hemos ido volviendo la mirada hacia pasados completamente idealizados. No hay duda de que ha conseguido prender entre amplios sectores de la ciudadanía lo el autor denomina una mitologización retrospectiva en toda regla. La incertidumbre en la que vivimos, especialmente tras la gran crisis del 2008, no ha sido solo fuente de perplejidad teórica, sino que está teniendo unos efectos prácticos bien visibles. Ha generado una notable desconfianza hacia gobiernos y elites en general, extendiéndose como una mancha de aceite el miedo hacia la deriva que puede tomar nuestra sociedad. Es así como los viejos principios del liberalismo político (división de poderes, limitación del gobierno popular, libertad de expresión), que antaño venían asociados a una estable prosperidad en todos los órdenes, han pasado a ser vistos como causantes de buena parte de nuestros males.
Leer a José Manuel García-Margallo es tomar conciencia y comprender desde dentro muchos de los acontecimientos políticos más determinantes de la historia reciente de España. Los años cruciales de la Transición, las luchas de poder hasta la refundación del Partido Popular, la gestión de la crisis económica y la convulsión separatista catalana, las discrepancias internas en los gobiernos de los que formó parte o la sucesión de Mariano Rajoy al frente del Partido Popular son algunos hitos de un recorrido político y vital impregnado de su característico estilo heterodoxo. Como joven diputado electo por UCD en las elecciones a Cortes Constituyentes de 1977; europarlamentario durante diecisiete años (1994-2011); ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación durante los gobiernos de Rajoy (2011-2016); y de nuevo como diputado del Parlamento Europeo desde 2019 ha sido testigo y protagonista de las cuestiones nacionales e internacionales más importantes de los últimos cuarenta años, siempre con una perseverancia realmente singular en favor de los intereses españoles y europeos comunes. Sus memorias, trufadas de anécdotas y confidencias, dan testimonio de una pasión por el servicio público que José Manuel García-Margallo ni quiere ni puede ocultar. Con un tono crítico y aguerrido, mordaz en ocasiones, pero siempre franco, expone su férreo compromiso con una idea ilusionante e inclusiva de España, con la defensa de los derechos y las libertades, del multilateralismo, de una concepción federal e integrada de Europa y con la vindicación del centro político como punto de encuentro del reformismo y la convivencia entre distintos.