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Durante más de cuarenta años el nombre de King Mob se ha paseado como si de un auténtico fantasma se tratase. Su nombre permanece envuelto en un halo de misterio e irreductibilidad. Su estilo y comunicados, carteles y acciones, parecen situados en un lugar únicamente reservado a aquellas experiencias y fenómenos en los límites de todo, tanto del arte como de la política. Su nombre es prácticamente inaprensible y quema en las manos de cualquiera de sus herederos, tan dispares como contradictorios. Esta nueva edición incluye el mítico El Fin de la Música (1978), el primer y posiblemente también el mejor ensayo sobre el fenómeno punk, la Inglaterra del ruido y la furia.
Tras un largo periodo de desconfianza debido al origen pagano de la ciencia, a partir de san Agustín la Iglesia acaba por adoptar la ciencia como rama auxiliar de la teología, asumiendo esta, de hecho, una cosmovisión y una razón de ser impuesta por los teólogos. Las tentativas medievales de construir una ciencia independiente no sobreviven a los censores y los grandes visionarios de los siglos XV y XVI, tolerados en algún momento, son víctimas de la reacción postridentina. Sólo las matemáticas, por su carácter de pensamiento abstracto, continúan su camino al margen de todo esto, hasta que finalmente también les tocó su turno, pues en ellas se apoyaron Copérnico y la ciencia mecanicista para decir que la Tierra gira sobre sí misma. La actitud de la Iglesia hacia la ciencia sigue siendo aún hoy objeto de numerosas controversias. Desde san Pablo, entre las dos vías de acceso a la verdad la revelación y la ciencia, la síntesis de ambas se ha intentado en alguna ocasión, pero sin llegar a realizarse nunca. En el siglo XVII, nació la ciencia moderna como tal. Galileo, su principal iniciador, reivindicó la autonomía de la ciencia para descifrar el libro de la naturaleza. Su condena, en 1633, por el tribunal del Santo Oficio es el punto de partida del gran malentendido entre la Iglesia y la ciencia. El fantasma de Galileo va a habitar la conciencia católica durante tres siglos y medio: hasta 1982 Juan Pablo II no expresó el arrepentimiento de la Iglesia a propósito de este asunto. Tres siglos y medio durante los cuales la Iglesia ha ido perdiendo poco a poco todo control sobre la evolución de las ciencias, al rechazar adaptarse a las nuevas teorías. Después de haber censurado los movimientos de la Tierra, condenó la física mecanicista de Descartes, el atomismo, el darwinismo, los primeros resultados de la Geología y de la Prehistoria, que contradecían la cronología bíblica. La condena de la modernidad, en 1907, marcó el apogeo de su inmovilismo. A principios del siglo XX, el debate se reinició tímidamente. Pío XII afirmó su simpatía hacia los hombres de ciencia. Pero los obstáculos subsistían, sobre todo a propósito del origen del hombre. Los métodos no han desaparecido, como ilustra el caso Teilhard de Chardin o las críticas relacionadas con los progresos de la genética o con la inseminación artificial. Una crítica aguda y extremadamente erudita, con vocación de constituirse en referencia sobre tan polémico tema.
En el nuevo trabajo de Kristin Ross sobre el pensamiento y la cultura legados por la Comuna parisina de 1871 reverberan los motivos y acciones que informan las protestas y rebeliones de nuestros días, cuya expresión más poderosa hallamos en la toma del espacio público. Nuestras preocupaciones el internacionalismo, la educación, el futuro del trabajo o la teoría ecológica y su práctica sirven de enfoque a una original investigación que vuelve a poner en escena las palabras y acciones de los viejos communards parisinos. La Comuna con todo su alcance y propagación posterior vuelve a cobrar vida gracias a este portentoso ensayo, en el que resuenan las palabras y actos de aquellos trabajadores parisinos que un día se convirtieron en revolucionarios y el sentido que dieron a su lucha, así como la reelaboración y continuidad de su pensamiento que confeccionaron partidarios tales como Karl Marx, Piotr Kropotkin y William Morris, quienes establecieron contacto y conocieron a supervivientes de la insurrección. La Comuna de París fue un laboratorio de invención política crucial, ante todo como nos recuerda Marx por su propia «existencia de trabajo». Lujo comunal nos permite abordar con nuevos ojos las complejas entretelas de un experimento extraordinario.
Acompañado de ilustraciones internas, este libro reúne reflexiones, conferencias y pensamientos de Henry David Thoreau en torno a la relación entre el hombre y la naturaleza. La explotación de los bosques y la necesidad permanente de rédito económico lo llevan a Thoreau a pensar en la posibilidad de instalarse en el bosque y vivir aislado de todo eso, en pleno contacto con los animales, los ríos y la naturaleza toda.
Los mejores libros jamás escritos. «Tenemos la audacia de pensar que cada uno debe y puede comer tanto como necesita, que es por medio del pan para todos que vencerá la revolución.» La conquista del pan es un clásico del anarquismo ruso y del comunismo libertario escrito en 1892 por Piotr Kropotkin, el «príncipe anarquista», desde el exilio. Este aristócrata de cuna perseguido por el régimen zarista ofrece un retrato terrible y desolador de los años convulsos previos a las revoluciones de 1905 y 1917, en los que la vida en el palacio de Invierno contrastaba con la situación atroz de los campesinos. Formulación práctica y teórica del comunismo anarquista, sus páginas describen con virulencia los procesos de apropiación de la tierra que se hallan en la base del capitalismo y denuncian la explotación y la ausencia de cualquier protección social ante el enriquecimiento de una minoría. La introducción de Sonia Arribas resigue los episodios más relevantes de la vida del autor para analizar en profundidad el origen de su pensamiento y el impacto de una obra que constituye un clásico indiscutible de la filosofía política.
A lo largo de su trayectoria filosófica, Barthes escribió numerosos ensayos para la revista Communications, publicación pionera en temas como semiología, fotografía, cine, filosofía del arte. Por primera vez en español, se reúnen todos en un solo volumen, incluyendo los siguientes inéditos en castellano: La vedette: ¿encuestas al público? (1963) J. Marcus Steiff, Les Études de motivation (reseña de libro) (1961) La civilización de la imagen (reseña de libro) (1961) La civiltà dellimmagine (reseña de libro) (1964) Presentación (1964)