La obra se compone de un selecto conjunto de documentos históricos y comentarios de historiadores, organizado y sistematizado por el autor. Naturalmente, toda la documentación se refiere al período dominado por la figura de Oliver Cromwell y la institución del parlamentarismo inglés
Hoy en día, las transiciones a la democracia en Portugal, Grecia y España son objeto de encendidas polémicas en los círculos académicos y en la opinión pública. Hay quienes siguen catalogándolos como procesos exitosos que, liquidando la supuesta excepcionalidad de sus pueblos, rompen con el largo tiempo de extrañamiento de la Europa civilizada y potencian la autoestima nacional. También los hay que, por el contrario, ven en sus limitaciones y renuncias el origen de los males presentes en los tres escenarios nacionales. Es este un debate que parece no tener fin. En este libro se examinan las esperanzas y las incertidumbres de ese momento histórico. Un tiempo breve, en un contexto de grave crisis económica, en el que se hace posible la incorporación a la arena pública de una pluralidad de actores que protagonizan los procesos de transición y consolidación de jóvenes democracias, así como una renovada presencia internacional de los tres Estados en una Europa entonces crecientemente cohesionada. Ángeles González-Fernández es catedrática de Historia Contemporánea de la Universidad de Sevilla.
Aragón contemporáneo (1833-1936), de Eloy Fernández Clemente, es la primera introducción a la historia reciente de esta región. Parte de la época en que se supera definitivamente el Antiguo Régimen y se establecen numerosas claves para el futuro (reformas administrativas, desamortización, liberalismo apresurado por las guerras carlistas...) y se plantean numerosos interrogantes sobre una región que, tras su edad de oro en la segunda mitad del XVIII, ha sido sumergida en un caos económico por la Guerra de la Independencia. Estudia desde la burguesía revolucionaria (los Borao, Gil Berg Costa) hasta la Zaragoza conservadora, que tie su epicentro en la Exposición de 1908, y sus epígonos en las derechas de los años veinte y de la guerra civil; los viejos problemas de una re progresivamente desertizada, emigrante, mientras Zaragoza se industrializa desde principios del siglo XX; el movimiento obrero, con la espectacular trayectoria de su poderosísima C o la cultura de un país que es cuna de Ramón y Cajal, Luis Buñuel y Ramón J. Se Una síntesis que quiere servir de estímulo para el conocimiento de la región aragonesa de base al investigador de la historia contemporánea, portando documentos, fuentes e indicaciones cronológicas.
Este libro pretende ser, al igual que el primer volumen de esta obra, un manual útil para la comprensión del Antiguo Régimen. Aunque, como aquél, se ciñe fundamentalmente al período 1600-1750, los capítulos finales esbozan un cuadro de la decadencia y muerte del Antiguo Régimen, así como de su supervivencia bajo formas transformadas: en este cuadro se combinan los hechos plenamente documentados con sugestivas hipótesis interpretativas. El orden tradicional exigiría que la exposición se desarrolle a partir del Estado como centro del poder. Sería preciso así seguir la estructura piramidal del Estado: el rey, la corte, los ministros y consejos, la administración central, hasta llegar en escalones sucesivos a las administraciones provinciales y locales, a las administraciones especializadas y los grandes cuerpos. Frente a esta estructura del Estado y frente a sus iniciativas (positivas) encontraríamos finalmente las resistencias a la acción del Estado, como respuestas puramente negativas y ancladas en fuerzas procedentes del pasado, opuestas al progreso encarnado en el poder. Pero Goubert nos recuerda que esas resistencias son la manifestación de toda una sociedad de la que el Estado y sus instituciones son sólo una parte menor. Esa sociedad, que era el objeto fundamental del primer volumen de esta obra, es estudiada también aquí al ser inseparable del Estado. En particular, se trata de los países y las provincias, en cuanto unidades naturales para las que la acción del Estado aparece como una intrusión. Pierre Goubert nació en 1915, y es autor de una tesis de doctorado sobre Beauvais et le Beauvaisis de 1600 à 1730. Es profesor de historia en la Universidad de París y director de estudios en la Ecole Pratique des Hautes Etudes.
El estudio de los aspectos que caracterizan la reforma religiosa en España, el intento de restaurar el poder episcopal en detrimento de la autoridad pontificia y el impulso que reciben las investigaciones paleográficas encaminadas a probar la autoridad y jurisdicción de los obispos, así como la antigüedad y vigencia de las prácticas regalistas, lo lleva a buen término la autora con un estilo ameno y profundo a la vez. Es especialmente interesante la parte del trabajo en que se pone de relieve la dimensión espiritual y dogmática de la reforma, aludiendo a sus implicaciones y nexos con el siglo XVI, tema apenas tratado hasta ahora. Su atención se centra también en los artículos de "El Mercurio Histórico y Político", que reflejan el entusiasmo suscitado por las reformas de Scipione de Ricci, el prelado jansenista tan famos en su tiempo, y en la crítica de las prácticas religiosas superficiales, de supersticiones y prejuicios que denunciaba "El Censor".
Los trabajos reunidos en la colección HISTORIA DE LOS MOVI. MIENTOS SOCIALES tienen un protagonista: las masas. El análisis de los movimientos sociales ha impulsado el desarrollo de una disciplina -la historia social- ritualmente invocada, a partir de 1930, como parte de la "historia económica y social». Esta rama histórica se ha convertido en campo privilegiado de convergencia de la antropología, la sociología y la historia. Su metodología ofrece la variedad y amplitud propias de una disciplina en rápida gestación, nutrida por polémicas fructíferas. Entre los movimientos sociales que sacudieron las estructuras vigentes en el siglo XIX, resalta, por su singularidad, el cambio de régimen que conoció el Japón a partir de 1868. El dinamismo que caracterizaba a la nueva clase dirigente precipitó la caída del Shogunado: las estructuras más aparentes del régimen feudal desaparecieron en breve. ¿Quiénes propiciaban el cambio? Los instauradores eran jóvenes guerreros, samurais resueltos a resistir las presiones extranjeras. Pronto, sin embargo, comenzaron a adoptar hábitos y costumbres europeas, a planear ferrocarriles, a modernizar el ejército, a reformar los sistemas educativos, a cimentar un gran imperio. El reinado de Meiji Tenno aún suscita recuerdos de magnificencia entre los japoneses. ¿Fue una revolución jurídica inscrita en una evolución social a largo plazo, o una mutación económica seguida de una reforma política? La historiografía occidental duda, a la hora de caracterizar la Era Meiji, entre «revolución» y «restauración». Lo cierto es que la acelerada sucesión de los cambios supuso la oscilación entre fases revolucionarias y retrocesos reaccionarios.
La Galicia del siglo XVIII, heredera .de un pasado diferenciador, en el sentido de que en el conjunto de los países peninsulares conoció durante la Edad Media unas manifestaciones feudales que no se comprueban con la misma claridad en otros, vio iniciarse un proceso que concluyó durante el siglo XIX en la disolución de las viejas formas. El libro de Jaime García-Lombardero expone los factores esenciales que contribuyeron al estancamiento económico de Galicia durante el siglo XIX, factores que actuaban ya de forma precursora durante el último siglo del antiguo régimen, Para ello presenta un cuadro de conjunto de ese estancamiento apoyándose en el estudio de la evolución y distribución de la población, del desarrollo de la producción agraria, de los mercados y de los precios, así como en el análisis de las implicaciones del reparto de la propiedad de la tierra las peculiaridades de la institución foral y el comportamiento económico de los diferentes grupos sociales. Finalmente el autor propone un modelo sencillo de evolución económica de Galicia durante el siglo XVIII y hace un estudio de los contrastes regionales existentes entre Galicia y los otros países peninsulares en el contexto de la España del antiguo régimen. Jaime García-Lombardero, Doctor en Ciencias Económicas y Empresariales, es actualmente profesor de Historia Económica en la Facultad de esa misma especialidad de la Universidad Complutense de Madrid.
La revolución de 1868 y la I República constituye un intento de aproximación a las causas y al desarrollo histórico del llamado sexenio revolucionario. La revolución de septiembre fue una brusca sacudida en la historia del siglo XIX español, cuyos efectos se dejaron sentir ampliamente en toda la geografía del país al poner en primer plano las viejas cuestiones del anticentralismo y las exigencias campesinas. Periodo especialmente atractivo para los historiadores, su interpretación ha variado según los modelos y premisas ideológicas de cada autor. En la actualidad, recientes y valiosos trabajos permiten abordar este periodo desde una nueva perspectiva más científica y desapasionada. Si por un momento histórico pareció que en España se iba a producir una transformación profunda, se debía sobre todo a lo precario de las fuerzas que contenían el empuje de una sociedad en crecimiento. Pero, bajo la apariencia de una ruptura radical entre los periodos más largos y significativos de la vida española del siglo XIX -la época moderada y la Restauración-, se mantuvo esencialmente la continuidad de un proceso histórico que atravesó indemne este periodo revolucionario.