"Isabel de Portugal (1503-1539) ejerció el poder político de los reinos españoles durante más de siete años. Carlos V eligió a Isabel como esposa, pues el matrimonio con esta princesa suponía una importante inyección económica y garantizaba la continuidad dinástica. Además, Carlos buscaba a alguien que pudiera quedarse al frente del gobierno cuando él tuviera que ausentarse. En Isabel encontró la persona idónea, por su formación y por su empeño en desarrollar la tarea política encomendada. Aunque Carlos mantuvo a su lado a un grupo de consejeros y unas instrucciones precisas sobre lo que debía y podía hacer, ella fue desplegando su propio programa de gobierno. Leal siempre al mandato carolino, no ocultó su desacuerdo con determinadas actuaciones. En este libro se aborda, por primera vez y de manera específica, su labor política, que estuvo centrada en Castilla, pero también en Aragón. Los asuntos económicos, los defensivos o los relacionados con las Indias desvelaron a una mujer de un tiempo nuevo, comprometida con su destino, firme y resolutiva, que cinco siglos después podemos descubrir como la gobernadora Isabel de Portugal. Isidoro Jiménez Zamora es periodista, historiador y doctor en Historia Moderna por la UNED. Ha publicado diversos trabajos centrados en la época de Carlos V. Actualmente ejerce como profesor de Historia, Relaciones Internacionales y Comunicación en la Universidad Francisco de Vitoria (Madrid)."
Guerras, brujería, plagas y persecuciones, ciencia, magia y profecías, arte y fe, las glorias y miserias de 1492 nos hablan de un mundo en movimiento en este relato deslumbrante que constituye una auténtica historia global del nacimiento de la modernidad. Profetas, adivinos y astrólogos auguraron que el mundo terminaría en 1492. Tenían razón. Su mundo acabó y empezó el nuestro. Este fascinante viaje de la Edad Media a la modernidad nos explica los acontecimientos que hicieron posible el mundo en que vivimos: el aumento de los intercambios comerciales y sus efectos en la economía mundial, la forma en que las principales civilizaciones y religiones dividieron el mundo o el cambio en la distribución de la riqueza. De la mano de un guía extraordinario como Felipe Fernández-Armesto, y en compañía de los viajeros auténticos que hicieron posible la transformación, asistimos en Granada, Pekín, Estambul o Tombuctú, y a personajes como Iván el Terrible, Alejandro Borgia, Colón o Zheng He, que protagonizaron este momento de transición.
El problema principal, por no decir el único, que se plantea en este libro es el de la convivencia entre grupos de diferentes culturas. El autor expresa lo que le separa de Villanueva, de Juan Goytisolo y de la postura de Francisco Márquez, investigadores que comparten su punto de vista. Con todo el respeto hacia su inmensa obra y hacia su pensamiento generoso, Bernard Vincent afirma que el voluntarismo de estos autores falta a la realidad. Quieren pensar que la medida de la expulsión de los moriscos de España en 1609 estaba en total contradicción con los deseos de la sociedad de la época, tanto cristiana vieja como morisca, lo que les lleva a la tesis poco convincente de un diktat de una minoría de individuos, encabezados por el duque de Lerma.
Como advierte el propio autor en el prólogo, este libro no es una biografía al uso de Isabel la Católica, sino un retrato íntimo de la reina que, medio milenio después de su muerte, sigue formando parte de la memoria colectiva de todo un país. Más allá de fechas, datos y batallas, de las intrigas palaciegas que, sin embargo, constituyen el paisaje de fondo de esta obra, Isabel la Católica o el yugo del poder es un recorrido por las preocupaciones y sentimientos de la reina Isabel, los detalles más privados de su personalidad y de su educación, rastreados a través de documentos y crónicas de la España de aquel tiempo; un recorrido basado en la atractiva idea de que el estudio del carácter de la reina, ambicioso e intrigante, tenaz hasta el punto de la obsesión, fervorosamente religioso, desgarrado por una desgraciada vida familiar, permite revelar el yo profundo de una mujer que supo sobrevivir e imponerse en la agitada sociedad del siglo xv.
Una gran biografía de Bartolomé de las Casas, un personaje fascinante y contradictorio cuyas ideas siguen generando debate. Esta biografía de Bartolomé de las Casas (1484-1566) pretende devolver al personaje a su época, en una Monarquía Hispánica cuya expansión en Indias iba dando forma a un Nuevo Mundo del que surgían las estructuras e identidades del Occidente moderno. Como primer hombre atlántico, infatigable nómada entre Europa y América, con una notable capacidad de concitar intereses para crear nexos de comunicación y poder, Bartolomé de las Casas protagonizó episodios fundamentales del siglo XVI en Indias. A partir de una interpretación de la conquista que contempla sus dimensiones simultáneas de destrucción y de formación de ese Nuevo Mundo, la trayectoria de Bartolomé de las Casas encarnó las contradicciones de muchos conquistadores, que han suscitado polémicas valoraciones sobre su figura. Auténtico animal político, desde las filas de la orden dominica y en los entornos más decisivos de poder real, impulsó una legislación protectora de los indígenas americanos, aunque sus iniciativas de poblamiento y evangelización tuvieron desenlaces más ambiguos. Ese activismo se conjugó con un perfil intelectual enorme, forjado en la escuela de pensamiento hispánico moderno, con crónicas y estudios comparados de las civilizaciones americanas, pero que tuvo en la defensa de la evangelización pacífica, la crítica a la guerra de conquista, y en sus propuestas de justicia restaurativa o de apología republicana, contribuciones de carácter universal. Los debates entre Iglesia y Monarquía, entre idealismo evangélico y realismo político, que marcarían el pensamiento occidental posterior acabaron teniendo en la vida y obra de Bartolomé de las Casas el auténtico protagonismo, hasta restar trascendencia objetiva en su biografía a episodios como la controversia de Valladolid o la publicación menor y polémica de la Brevísima, para hacer del indio, como metáfora de la víctima y de su imperativa compensación, el sujeto de reclamación de la primera y la última utopía: lograr la dignidad humana del conjunto de Occidente. La crítica ha dicho... «El innovador análisis de Bernat Hernández es una excelente #biografía social#.»ABC Cultural «En sus obras subyace un profundo sentido ético y una verbo que nos sigue aguijoneando.» Diario de Córdoba ESPAÑOLES EMINENTES Esta colección persigue fomentar el desarrollo del género biográfico en España a la luz de la ejemplaridad de determinadas personalidades que, por su excelencia moral o humanística, destacaron en su época y siguen teniendo vigencia en la conciencia colectiva. Su propósito es aportar biografías verdaderamente modernas que contribuyan a reescribir nuestra historia de una forma mucho más integradora, a la vez que dar a conocer la influencia de figuras que por sus méritos y su general reconocimiento pueden ejercer una influencia vertebradora en la sociedad actual.
Antonio-Miguel Bernal analiza el largo siglo XVI de la historia de España (1474-1598) en una visión innovadora, alejada de los tópicos y lugares comunes de una «historiografía oficial» que mitificó el período que va de los Reyes Católicos a la muerte de Felipe II. Nos muestra ese tiempo como «una etapa crucial en la historia de una España en proceso de construcción», en que la fase inicial de formación de una «monarquía española» -que pudo verse potenciada por el impulso integrador que le ofrecían las colonias americanas- se vio perturbada por la necesidad de emplear recursos y fuerzas en la lucha por un imperio europeo, de interés meramente dinástico, que no fue finalmente más que «causa de despilfarro económico y de que se perdiera la ocasión de arraigar en España la monarquía nacional y el estado moderno en ciernes». Monarquía e imperio son analizados, en perspectiva de historia comparada europea, como categorías interrelacionadas de un mismo proceso histórico unitario, con un estudio en profundidad de la evolución política y de los sistemas de poder, de los condicionantes religiosos y organización de gobierno, de las campañas militares y el desarrollo económico con los costes y consecuencias en términos fiscales, financieros y monetarios que tuviera la hegemonía o la dimensión cultural, cuestiones todas que incorporan los resultados de la investigación de las últimas décadas. Bernal elabora una interpretación nueva y original, que nos obliga a repensar no sólo la visión tradicional del siglo XVI sino, a partir de él, la historia entera de España.
Este libro trata de la invención literaria, que asediaré en diferentes autores desde Garcilaso a Gracián, a los que se añaden Góngora, Cervantes y Quevedo. Al elegir el término «invención» quiero darle un sentido preciso, que evita hacerlo simple sinónimo de creación. Y ello porque el contenido del término y concepto de invención es muy diferente hoy del que se tenía en los siglos XVI y XVII, época que centran los estudios incluidos en este libro. Mientras que actualmente se entiende por invención un concepto análogo al de creación, en términos de producción de un pensamiento o de una técnica nuevos, ligados a la idea de originalidad, Garcilaso, Cervantes o Quevedo usan ese concepto de otra manera. Como iré desarrollando en los diferentes capítulos de este libro, invención se ajustaba en aquella época al sentido que ese término heredaba de la retórica clásica, que era un sentido específico, vinculado a una de las cinco partes de la Retórica. Estas cinco partes eran como se sabe: la «Inventio» (encontrar los argumentos que decir), la «dispositio» (disponer en un orden esos argumentos), la «elocutio» (expresarlos verbalmente), la memoria (procedimientos para recordarlos) y la «actio»(declamación o pronunciación). En términos modernos podríamos decir que las tres primeras operaciones se corresponden con la construcción del enunciado o discurso (semántica y sintaxis de un enunciado) en tanto que las dos últimas son operaciones pragmáticas, de sentido práctico de comunicación entre quien hablaba y quien escuchaba y tendentes a la ejecución del discurso como tal. Aunque las cinco partes no implican una sucesividad, el modo como los teóricos antiguos las definían tendió a presentarlas como partes sucesivas. Cicerón, por ejemplo, explicaba muy pedagógicamente estas partes en su «De Oratore» (I, 31): Y puesto que todo el poder y facultad del orador hubieran sido distribuidos en cinco partes, que primero debería encontrar lo que diga; después organizar y componer no sólo con orden sino también con cierta fuerza y juicio las cosas encontradas; luego por fin vestir y adornar aquellas cosas con el discurso; después guardarlas en la memoria; finalmente hablar con dignidad y con gracia... Tanto el término latino «Inventio» como su equivalente griego (heuresis) se entendían como un procedimiento o actividad del hallazgo, es decir, la parte de la retórica dedicada a encontrar qué decir, y tiene por tanto una significación mucho más extractiva que creativa. Responde a un tipo de cultura que como la clásica entiende el discurso como un sacar a la luz elementos que ya se tienen en el enorme depósito de argumentos y asuntos consagrados por la tradición, de los que un orador o escritor dispone a la hora de hablar o de escribir para convencer con sus tesis o pruebas. Por ello la «Inventio» configura un aparato vinculado a los argumentos y a los lugares o tópicos de que un orador o escritor se sirve para la eficacia de su discurso. Precisamente la «Inventio» está muy asociada en la tradición literaria a la tópica o lugares de búsqueda que una tradición consagra, si bien la tópica llegó a entenderse después como el depósito de ciertos lugares temáticos y estilísticos ya consagrados por la tradición discursiva y que se asocian a cada asunto. Si quisiéramos pedagógicamente asociarlo a un elemento moderno, diríamos que la «Inventio» era más bien un «buscador», un elemento de pesquisa de aquellos lugares que se entienden eficaces para defender una causa o exponer un asunto. También he tenido en cuenta, a la hora de seleccionar los estudios que favoreciesen la unidad epistemológica del libro, la fuerte cohesión que en la cultura de los autores tratados había entre la invención retórica y la invención poética. Antes de que tuviera nacimiento el concepto de literatura, que es del siglo XVIII, posterior a la época de la que trata este libro, el término común de Poesía aunaba elementos de construcción retórica y de construcción poética. No únicamente porque tal unión era muy visible en el pensamiento contenido en las dos obras de Aristóteles, la Poética y la Retórica, sino porque para quienes se formaban en el Arte de la Poesía (término equivalente a lo que entendemos hoy por Literatura) los conceptos, instrumentos y procedimientos de aprendizaje habían asimilado la solidaridad de ambos dominios. Cuando Garcilaso «inventa» la que hemos conocido como Canción III, cuyo estudio abre este libro, no está separando aquello que quiere decir acerca de su destierro en una isla del Danubio, de la ordenación retórico-argumentativa que ha dado a las estrofas. Su invención poética y su invención retórica son indisociables, del mismo modo que cuando Góngora construye la Fábula de Polifemo y Galatea, maneja el concepto de «Fábula», según creo haber mostrado en el capítulo siguiente, como una «ordenación de las acciones» que en su poema ha ido disponiendo en orden a su eficacia retórica y poética. Es igualmente visible en los casos de Quevedo, quien construye sus sonetos según pautas muy cercanas al sentido clásico de la invención y disposición de un asunto y por supuesto se proyecta sobre un Gracián que concibe una retórica nueva que dé paso al modo como la Invención era removida por el nuevo arte del concepto, de manera que la Poesía encontraba una Arte nueva que diera alma de sutileza e ingenio al cuerpo de figuras de la tradición. Ese sentido de invención literaria es el que este libro va a perseguir en diferentes etapas de un viaje en el que vamos a encontrar a cada uno de los escritores (entre los que se encuentran los más grandes) en el brete de dar continuidad y al mismo tiempo variación a una tradición heredada, como se ve muy bien en el caso de Cervantes para con el héroe clásico, al que quiere inventar desde una conciencia nueva, que por tal gesto ha ganado el calificativo de moderno. He dejado señalado el lugar y la ocasión donde fueron apareciendo estos estudios que son ahora capítulos de un libro unitario, pero que nacieron en diferentes circunstancias y años. Los he dejado como nacieron y respetado el estado de la cuestión de cada asunto cuando lo hicieron. Pero de mis incursiones en los Siglos de Oro he reunido tan sólo aquellos estudios que pudieran leerse como episodios de una aventura de la creación literaria. Al reunir ahora los que soportan esa unidad sobre la invención poética y retórica he caído en la cuenta de que muchas veces sin saberlo un investigador responde a preguntas implícitas que no siempre se había formulado con igual grado de consciencia con el que las ve ahora. En el fondo todo proceso de lectura es ir obteniendo en los textos literarios mucho más de lo que tenías, porque los grandes textos son aquellos capaces de llevarte donde no sabías que ibas a ir, y donde finalmente te hallas feliz. Si hubiera sido capaz de transmitir al lector parte de esa felicidad de mi encuentro con los textos este libro habría colmado mis expectativas. Murcia, 1 de Julio de 2012
Esta obra constituye el merecido homenaje que el Departamento de Historia Moderna de la Universidad de Sevilla tributa tras su jubilación a quien fuera durante muchos años su director, el Prof. Dr. León Carlos Álvarez Santaló, destacado especialista en historia de la cultura y las mentalidades y Premio Fama de la Universidad de Sevilla por su extensa y brillante trayectoria investigadora. Reúne un total de veintitrés contribuciones sobre temáticas modernistas diversas firmadas por quienes a lo largo de los años han sido sus compañeros de Departamento y discípulos en la disciplina.
¿Por qué manda Occidente por ahora?, de Ian Morris, catedrático de Historia de la universidad de Stanford, es un relato apasionante sobre los últimos cinco mil años de la historia humana y explica cómo Occidente ha desempeñado un papel protagonista. Una obra publicada en Estados Unidos por Farrar, Strauss & Giroux, y que intelectuales e historiadores como Jared Diamond, Anthony Pagden, John Julius Norwich, Paul Cartledge, David S. Landes o Niall Ferguson ya han calificado como un hito narrativo imprescindible. La obra ha sido un best-seller tanto en Estados Unidos, en la lista del New York Times Best-sellers, como en Inglaterra y se ha convertido en un clásico moderno.
En la madrugada del Viernes Santo de 1662, dos hombres a caballo traspasan la puerta de Santo Domingo y se adentran en las callejuelas que bajan a la cuesta de San Vicente. Son Águila Roja, el héroe de la Villa, y su fiel mano derecha, Saturno García, los protagonistas de la serie de televisión de más éxito en España, y juntos deberán afrontar una difícil misión.Estos carismáticos personajes acompañarán al lector en su paseo por el Madrid de Felipe IV y le mostrarán cómo era la vida en la época en la que se ambienta la serie. Gonzalo, Águila Roja, es un personaje atípico en su época, con ideas avanzadas, con una visión del mundo más europea que Sátur quien, por el contrario, tiene opiniones españolas muy arraigadas y clásicas sobre la historia y las costumbres de nuestro país.Y ahora, curioso lector, si estás interesado en la España de Felipe IV, Águila Roja y Saturno, te dejamos en su compañía en medio de aquel Madrid de la segunda mitad del siglo XVII, que, parafraseando al prestigioso historiador Joseph Pérez, se podría decir que «no fue mucho peor ni mucho mejor que las restantes capitales europeas».
" Los Cuatro viajes " y el " Testamento " de Cristóbal Colón constituyen un material imprescindible para el conocimiento de todo lo relacionado con las primeras expediciones al Nuevo Mundo. Las precisiones descriptivas, las analogías entre paisajes americanos e ibéricos y la alternancia, plasmada con enorme expresividad, entre la euforia y la incertidumbre sitúan a su autor en la cumbre de una nueva modalidad historiográfica y en el origen de las letras americanas. La presente edición ilustra los documentos con amplios y útiles esquemas y guías sobre cada uno de los viajes: las fechas y salidas de las expediciones, las características de los barcos, los tripulantes principales, la cronología de los descubrimientos, los objetivos propuestos, los resultados obtenidos y las fuentes bibliográficas.
La vida pública en la España de Felipe III y del duque de Lerma fue muy diferente respecto a la de épocas precedentes y posteriores. La conclusión de antiguas y frustrantes guerras; la limitación del poder y la contención de la altivez de la Inquisición; un gobierno a menudo menos sospechoso y menos rígidamente autoritario que en tiempos de Felipe II, permitieron un período de importante desarrollo de la esfera pública y de la cultura política. Como telón de fondo, la extraordinaria efervescencia intelectual representada por el teatro barroco, la narrativa picaresca, el arbitrismo... Sin embargo, no todas las novedades tuvieron este carácter positivo: desde la expulsión de los moriscos hasta el fuerte incremento de la corrupción, el reinado de Felipe III no estuvo exento de sombras. Fue también el impacto de estos elementos de distinta connotación, junto con el aumento de la circulación de las noticias y una censura no especialmente rigurosa, lo que permitió la génesis de la opinión pública española de la primera Edad Moderna, cuyas huellas intenta identificar este libro.