La presente «Historia del cristianismo» es un renovador y ambicioso proyecto que, en cuatro volúmenes, reconstruye y documenta el devenir histórico del cristianismo, desde sus orígenes hasta el mundo contemporáneo. Se trata de una obra colectiva elaborada con una perspectiva ecuménica por especialistas en diversas materias: teólogos, filósofos, historiadores y filólogos. Este esfuerzo conjunto busca servir tanto de obra de referencia rigurosa y práctica en la docencia e investigación universitarias, como de introducción científicamente fiable al conocimiento del cristianismo histórico por parte del lector culto, conjugando la sencillez narrativa con un contenido crítico y abundante en datos históricos. Se propone, así, romper con la inveterada tradición que durante siglos ha confinado la historia de la Iglesia y del cristianismo a las facultades eclesiásticas de teología, e intenta salvar el empobrecedor eurocentrismo que ha venido lastrando su tratamiento científico. Este tercer volumen de la «Historia del Cristianismo» se dedica a la Edad Moderna. A comienzos del XVI se puede hablar de una continuidad en la unidad intelectual de la cristiandad latina. Sin embargo, empiezan ya a percibirse grandes diferencias en el comportamiento y en la práctica religiosa de los europeos del momento, lo que supondría un claro síntoma de la ruptura religiosa tras la aparición de la Reforma luterana. Como resultado surgió una Europa plural en cuanto a creencias religiosas, con un alto precio en persecuciones y guerras religiosas, resultado del afán por encontrar una nueva expresión del sentimiento religioso más de acuerdo con las Sagradas Escrituras, que tuvo en los humanistas sus más preclaros defensores. Daba comienzo una fase en la que el factor religioso comenzó a pertenecer al ámbito privado, y entró en un proceso de secularización de la mano del análisis, la reflexión y la crítica amparados por el Humanismo y la sociedad científica que avanzaba de modo irreversible hacia la desacralización de la sociedad con el Siglo de las Luces.
La Historia de Europa Oxford, en once volúmenes, es la obra más moderna, amena y solvente que existe para el conocimiento de la historia de Europa desde los antiguos griegos hasta nuestros días. La economía, la sociedad y la cultura europeas experimentaron durante el siglo XVI transformaciones de enorme calado, como fueron la creación y explotación de los grandes imperios ultramarinos. Especialistas de la talla de Christopher Black o David Brading, dirigidos por el profesor Euan Cameron, han unido sus esfuerzos para replantearse, verificar y criticar los saberes recibidos sobre el Quinientos, a la luz de las investigaciones más solventes realizadas durante los últimos años. Y no sólo en lo que concierne a España, Francia o Inglaterra, sino también en lo que hace referencia al papel de otros países de la Europa oriental o mediterránea que, normalmente, no reciben suficiente tratamiento. Consiguen con ello desmontar muchos de los clichés que aparecen en los manuales, desde la idea de "revoluciones" múltiples hasta el surgimiento de los estados-nación, y ofrecernos una explicación mucho más solvente -y mucho menos triunfalista- de aquel punto de inflexión en la historia de los europeos, cuando éstos "se vieron obligados a pensar en todo lo que hasta entonces había sido impensable".
Una historia de la América conquistada por españoles y portugueses que aborda desde un nuevo enfoque temas polémicos: ese nuevo enfoque, de características sociológicas, trata sobre todo de desentrañar la organización política que las metrópolis dieron a los nuevos territorios descubiertos y conquistados, así como a las instituciones administrativas del nuevo mundo. El historiador francés Bartolomé Bennassar estudia especialmente el desarrollo económico, los problemas demográficos, las técnicas de producción agraria y la explotación minera de la sociedad colonial, para concluir en el análisis de los conflictos que dieron lugar, primero, a la resistencia indígena frente a los colonizadores, y luego a la rebelión de los dominadores coloniales contra las metrópolis, hasta desembocar en la independencia de las nuevas naciones.
Inaugura esta Historia de España el volumen correspondiente al período de 1808-1874, del que es autor Josep Fontana, máximo especialista en el siglo XIX español. Este siglo XIX ?corto? es un período complejo, lleno de acontecimientos políticos, económicos y sociales que gravitarán con fuerza sobre el siglo XX y de los que el autor nos ofrece una visión enteramente renovada. Trata, con ello, de contribuir a la recuperación de un siglo calumniado y maldito, pero también de corregir la imagen tradicional en blanco y negro que lo reducía todo a intrigas cortesanas, pronunciamientos y discursos en las Cortes. Más allá, pues, de la narración de los grandes hitos del período ?que, sin embargo, Fontana recorre con su precisión habitual y con gran audacia narrativa?lo que le interesa al autor es determinar las causas que llevaron a la quiebra del liberalismo y al correspondiente retraso económico y social de España en relación a los países de su entorno: un débil proceso de nacionalización, una reforma agraria titubeante, el miedo a las consecuencias sociales de la industrialización, el fracaso de la educación pública y el falseamiento del sistema parlamentario. Pero, sobre todo, lo que persigue Fontana es sacar a la luz los problemas, las luchas, las frustraciones y las esperanzas de la inmensa mayoría de españoles sin derecho al voto y sin ninguna capacidad de presión política, aquellos que Antonio Machado definió como ?la estirpe redentora que muele el fruto de los olivares, y ayuna y labra, y siembra y canta y llora?.
Revolución en el tiempo es tal vez el mejor de los libros de David S. Landes, autor de La riqueza y la pobreza de las naciones y de Dinastías. Ésta es la historia de los esfuerzos del hombre por controlar el tiempo, desde el reloj celestial del emperador Su Sung hasta los Swatch. La historia de la revolución que permitió construir en la Europa del siglo XIV los primeros relojes mecánicos, o del esfuerzo de las mejores mentes del siglo XVIII por crear un cronómetro marino que hiciese posible medir la longitud a bordo de los buques, en una competición que ganó finalmente un carpintero. Éste es, además, un libro cuya lectura, como ha dicho Eric J. Hobsbawn, ?resulta un placer?.
Este libro promueve la revisión de algunas de las caracterizaciones habituales del estudio del coleccionismo en el Renacimiento hispano: desde la propia utilización del término colecciones a la naturaleza de las mismas. Es una investigación sobre la nobleza andaluza y sus programas de ornamentación doméstica. Se estudian sus bienes a partir del uso que recibieron y, sobre todo, de las interpretaciones que soportaron y los discursos ideológicos que ayudaron a construir. Más allá de los análisis tradicionales, centrados en la descripción de los catálogos de objetos, el autor trabaja en la definición de los horizontes de intención y lectura que motivaron la reunión de esos conjuntos de piezas. En la España del Renacimiento, donde quizás sea inexacto hablar de colecciones, es posible sin embargo encontrar modos de coleccionar, prácticas sociales más ligadas a las percepciones de carácter familiar y nobiliario del momento que a nuestra mirada retrospectiva sobre sus inquietudes artísticas o culturales.
Tomando como referencia principal, aunque no exclusiva, la capital de la Giralda, con un planteamiento de larga duración que abarca los siglos XVI, XVII y XVIII, la investigación realizada analiza detalladamente la evolución del mercado inmobiliario (propiedad y alquileres), las viviendas y quienes las ocupaban, el tamaño de los hogares y los enseres domésticos, más los impactos que las calamidades públicas (fundamentalmente inundaciones y epidemias) causaron en el caserío y en la población. Se especifican también para cada una de las etapas temporales consignadas las incidencias demográficas, la realidad social y las condiciones materiales de la existencia cotidiana de las gentes.
Los mejores libros jamás escritos. «[...] El capitán mandó que todos los heridos subiesen arriba a morir, porque dijo "Señores, o a cenar con Cristo o a Constantinopla".» En el decadente Imperio español de los últimos Austrias, con más frentes abiertos de los que finalmente pudieron contenerse, afloró un nuevo tipo de soldado: el miliciano de dudosa extracción, pendenciero y predispuesto al saqueo. Uno de aquellos soldados fue Alonso de Guillén, más conocido como capitán Alonso de Contreras, que narra en este libro, con minuciosa exactitud y feroz naturalidad, las peripecias y recovecos de su vida y su oficio. Esta asombrosa sucesión de duelos, abordajes, temporales, combates y episodios cortesanos conforma el impagable testimonio del carácter y la vida de los soldados profesionales de la España de su tiempo. Esta magnífica biografía, una pieza única de nuestra literatura que nos acerca a la vida de un hombre de armas, viene acompañada de una introducción de Ismael López Martín, profesor en el departamento de didáctica de las lenguas y de las ciencias humanas y sociales de la Universidad de Zaragoza.
Mientras el Imperio Romano caía y unos bárbaros descendían sobre las ciudades romanas saqueando bienes y quemando libros, los irlandeses, que apenas aprendían a leer y a escribir, se dedicaron al arduo trabajo de copiar toda la literatura de Occidente a la que tuvieron acceso, convirtiéndose en el cauce a través del cual las culturas grecorromana y judeocristiana se transmitieron a las tribus recién establecidas en Europa sobre los escombros y los viñedos en ruinas. De no ser por la misión de los monjes irlandeses, que sin la ayuda de nadie fundaron de nuevo la civilización europea por todo el continente, desde las ensenadas y valles de su exilio, el mundo que vino después de ellos hubiera sido completamente distinto, un mundo sin libros. Nuestro propio mundo jamás hubiera llegado a existir tal y como es ahora. En este ameno ensayo, Thomas Cahill relata cómo se preservaron y, posteriormente, se transmitieron los conocimientos de la antigua Roma. Y cómo influyó san Patricio al convencer a los irlandeses de la importancia de la alfabetización y el aprendizaje, creando así las condiciones que permitieron preservar la cultura occidental. "Seductor, lírico, agudo, serio... Un viaje al pasado absolutamente cautivador y delicioso, un pequeño tesoro." The New York Times
Durante la Baja Edad Media las ciudades de Occidente se convirtieron en grandes centros consumidores de carne. Consumir carne de buey o de res dejó de ser un privilegio de los miembros de la casa real, de la aristocracia y del clero para erigirse en un rasgo distintivo de la alimentación de los habitantes de la ciudad por oposición a la dieta de los campesinos. Barcelona no fue una excepción. La capital catalana disponía de canales de distribución que la abastecían regularmente de ganado. Los carniceros eran una pieza clave. Como hombres de negocios, eran considerados popularmente como el paradigma del estafador que se aprovecha de la necesidad de la gente. En Barcelona el desprecio de los profesionales de la carne se manifestaba en la actitud del gobierno municipal a la hora de controlar un negocio sucio, contaminante y violento, a la vez que imprescindible para la ciudad.
Sobre la turbulenta relación entre España y América y sus orígenes se ha escrito mucho, pero hasta ahora no habíamos podido disfrutar de la voz de Eslava Galán para contarnos esta historia recurrente, llena de contradicciones, alianzas, traiciones y desencuentros. Detrás de la historia que todos conocemos, están las vidas de los personajes que la vivieron e hicieron que sucediera.En este nuevo libro, Juan Eslava Galán expone las circunstancias de la conquista del Nuevo Mundo, presentándonos a los personajes más importantes que tomaron parte en ella. De forma detallada pero amena, expone desde los problemas de abastecimiento de especias orientales y oro, principales fuentes de riqueza de la época, que padecía Europa (presentado como un diálogo casual entre un cónsul flamenco y un mercader veneciano hacia 1480), hasta la conquista de buena parte de América por los españoles hacia el año 1550.Presentados aludiendo frecuentemente a los textos de los cronistas de Indias y con ágiles diálogos entre personajes históricos y otros de ficción, podríamos estar ante un ensayo novelado en el estilo que Eslava Galán ha empleado en otras obras suyas de éxito, como la serie de «Años del Miedo», «Alpargata al Seiscientos », o la serie de los ensayos «para escépticos».
John H. Elliott nos ofrece aquí el análisis comparado de esas dos grandes figuras de la Europa moderna que fueron Olivares y Richelieu, y nos demuestra que fueron más semejantes -y más equilibrados en méritos- de lo que acostumbramos a suponer. Su análisis, sin embargo, va más allá de los hombres, a las formas de organización política, para atacar el tópico que da por sentado que el estado centralizado francés prefiguraba la forma de organización del futuro y tenía una inmensa superioridad sobre la fragmentada monarquía de los Austrias. Elliott ilumina con ello la historia del absolutismo y nos aporta nuevas perspectivas sobre el nacimiento del estado moderno.