El rural i l'urbà ren dos móns ben relacionats. L'estudi de la xarxa urbana catalna dels segles XVI i XVII té com objectiu avançar en el coneixement de la vertebració d'un territori en el qual Barcelona va tenir un paper clau, però també on altres viles i ciutats articulaven diferents espais del conjunt del Principat. La descentralització del segle XVII enfortí cadascuna de les àrees tot i el predomini de la xarxa principal amb centre a Barcelona.
¿Qué vemos cuando miramos un cuadro como "Niño con piojos", pintado con un tremendo realismo por Murillo en la capital hispalense hacia 1650? En él se refleja con crudeza y exactitud toda la miseria, el abandono y la malnutrición que soportaban por aquellos tiempos las clases populares y menesterosas de la sociedad sevillana. A eso que vemos hace referencia, de forma compendiada, el contenido de este libro. Insalubridad: un mozalbete sucio y tiñoso que está intentando quitarse lo parásitos que invaden su cuerpo y su deprimente vestimenta en una estancia igualmente inmunda y tétrica. Desamparo: en el ambiente y en la persona impera la indigencia; el niño, solitario y tal vez huérfano, sin calzado y harapiento, está sentado en el lóbrego suelo y apoyado en una pared desconchada; no hay enseres en el aposento ni en la ventana; por el contrario, se destaca la presencia primorosa del cántaro, motivo tópico de la pintura de la época, pero también símbolo de la escasez que había de agua buena y del humilde oficio de aguador. Hambre: cascarilla y alguna fruta es toda la comida que se muestra, representación idónea de la subalimentación que padecía la población sencilla, víctima una y otra vez de las repetidas crisis de subsistencia que tan asiduamente provocaban penuria frumentaria, carestía e inanición. Estos factores de la realidad cotidiana de la masa popular de Sevilla son los que se desarrollan aquí mediante un estudio de larga duración (desde el siglo XIV hasta el XVIII) y con profusión de documentos de archivos históricos.
La historia del consumo constituye una línea historiográfica que ha contribuido a renovar la historia económica europea. Este libro reúne una serie de estudios que analizan la difusión del consumo, las transformaciones en los sistemas de comercialización y producción y los cambios en los niveles de vida de la sociedad española a lo largo de la Edad Moderna desde una perspectiva comparada. En un arco cronológico que va del siglo XVII al XVIII, y en un espacio que abarca desde las ciudades castellanas al mundo rural valenciano, se aborda el consumo de tejidos, las formas del pequeño comercio, el impacto de nuevos productos exóticos como el chocolate y los niveles de vida tanto en el mundo campesino como en los sectores burgueses urbanos. En definitiva, este libro hace más posible una historia del consumo en la península Ibérica y, por tanto, en el conjunto de Europa.
Esta obra nos ofrece una nueva visión global, un panorama completo del mundo desde el Renacimiento hasta la Revolución francesa. En ella, el autor no se limita a ofrecernos la habitual síntesis de los acontecimientos políticos europeos, sino que nos presenta una visión de conjunto de alcance mundial, que integra la narración de los hechos políticos con la evolución económica, el cambio social y el desarrollo de la cultura y del arte. Aquí no se habla solo de dinastías y guerras, sino también de las ciudades y su crecimiento, de los problemas del campo, la alimentación, las transformaciones en el arte de la guerra, las ideas religiosas o los nuevos rumbos de la sensibilidad colectiva.
Entre las producciones culturales de la Edad Media y gran parte de la Alta Edad Moderna, la caballería es la categoría política, social y moral más prominente. Su prominencia reside en su labilidad: la caballería es, en rigor, un laboratorio en el que ensayar algunas de las transformaciones sociales, políticas, jurídicas, económicas, etc. Conviene, pues, explorar las condiciones en que se operan los ensayos de transformación de la caballería y su importancia dentro de las dinámicas del poder, entendido éstas como una pugna por la obtención y consolidación de las jurisdicciones. Para llevar a cabo esta exploración, este libro analiza un movimiento crucial dentro de esta dinámica: la diversidad de relaciones que se establecen entre la ciudadanía caballeresca y el poder monárquico y nobiliario durante la primera mitad del siglo XIV. Este estudio es eminentemente teórico, y toma como referencia para la investigación la organización y eclosión de varias sociedades: la Hermandad de Caballeros Hidalgos y de las Ciudades (1315), las Cofradías de Santa María de Gamonal (1285) y de Santiago (1338), ambas de Burgos, y la primera de las órdenes caballerescas monárquicas europeas, la Orden de la Banda, creada por Alfonso XI de Castilla y León. Se puede decir, en términos generales, que este libro es una investigación de los modos en que puede crearse una clase social.
La creencia de que el mercado nacional español se creó en el siglo XIX no es definitiva: se estaba formando mucho antes, en el siglo XVIII. Entre 1650 y 1800, la monarquía hispánica fue el escenario de una intensa pugna de Inglaterra y Francia por controlar y explotar el mercado peninsular. Para poner fin a ello, tras la Guerra de Sucesión, los reformadores ilustrados usaron a fondo el Estado para recuperar el retraso, introduciendo decididamente reformas económicas que, tras algunas décadas, volvieron a poner a España en condiciones de ocupar un puesto propio en el concierto de las naciones. En la nueva coyuntura expansiva, el desarrollo del mercado interior fue posible gracias a la acción de numerosas redes migratorias, sociales y mercantiles, que se movieron con éxito diverso. En el siglo XVIII en la católica España, los británicos, protestantes, no pudieron pasar de los puertos y hubieron de servirse, con éxito, de redes de intermediarios. Los franceses, católicos, usaron a fondo las redes mercantiles de su importante presencia migratoria, su peso político y sus densas relaciones con los grupos de navarros y vascos, pero empezaron a ser vistos por éstos como competidores y extranjeros. Y los catalanes, que pasaban a participar de una nueva identidad política común, aprovecharon ciertos factores a favor para, por primera vez, irrumpir con fuerza en el mercado interior peninsular.
El denso estudio de Martin Warnke describe, a partir de un exacto conocimiento del estado de la investigación y de las fuentes, las etapas vitales fundamentales del principal pintor español y, al describir sus obras capitales, valora en sus justos términos el trabajo del pintor, con suma solidez verbal y sin descuidar en ningún momento la cuestión que constituye el punto de partida de este estudio y que se trata de desentrañar de un modo consecuente : ¿cómo fue posible que un artista, que en su ciudad natal de Sevilla era conocido sobre todo como pintor de cocinas y escenas callejeras, fuera llamado a la cultivada corte del rey Felipe IV y permaneciera allí toda su vida? En una España sacudida por la crisis según la tesis del libro , dentro de los rígidos esfuerzos de ahorro y de reformas, se le había asignado a la corte una imagen nueva, casi ascética, a la que respondía bien el estilo realista de Velázquez. A su arte se le encomendó una misión educativa, que el pintor trató de cumplir con temas y medios pictóricos cambiantes
Este trabajo sobre el estupro, es un intento de dar respuesta a una realidad muy frecuente en la sociedad de la Edad Moderna, aunque no por común menos compleja, que afectaba al matrimonio, al mercado matrimonial, a las posibilidades de tomar estado, etc.El estupro es un delito definido por dos coordenadas: engaño y mujer honrada y/o doncella honesta. Ambos parámetros fueron obligatorios en su concepción jurídica. A partir de ellos, en los tribunales, su tratamiento se fue ramificando a cuestiones en principio no intrínsecas, tales como la violencia, el incumplimiento de la palabra de matrimonio, el embarazo y la obligación subsiguiente de alimentos, etc. Las fuentes procesales contribuyen a través de los discursos de los agentes de la justicia a crear una imagen en la que la mujer era una víctima por engaño, a la cual se le puede resarcir. Así, el desequilibrio de las relaciones entre hombre y mujer se pone de manifiesto en los planteamientos que los jueces, abogados, fiscales e incluso testigos presentan para la resolución del conflicto, y nos sitúa en los múltiples escenarios del estupro, en Castilla, Aragón, Portugal e Italia.