El paseo por Madrid en el que Xavier Zubiri expuso la fenomenología entera a José Gaos hacia el año 1921 merece una reconstrucción radical, no tanto en perspectiva histórica y erudita cuanto filosófica y actual. Por sorprendente que parezca, la comprensión del pensamiento de Husserl que las palabras del filósofo vasco trasmitieron Castellana arriba, y que él mismo reafirmó con posterioridad, ha marcado la idea dominante de la fenomenología en el mundo hispanoparlante: un objetivismo de base intuitiva y de inspiración platónica, preocupado sólo por la ciencia. Este enfoque desatiende que el acontecimiento del aparecer es la única evidencia absoluta de la que puede partir la filosofía fenomenológica. Que las cosas, las personas, el mundo mismo hagan acto de presencia es el dato primario de la existencia humana, «el dato del darse». En persecución de él, la indagación filosófica replantea por completo qué significa la manifestación de algo y por qué toda realidad, al contar con la vida subjetiva a fin de afirmar su identidad, remite a la experiencia del tiempo, a la corporalidad del yo, a la alteridad de los otros vivientes. Casi cien años después de aquel paseo, una «andadura» alternativa de la fenomenología husserliana, introductoria pero libre de desenfoques, responde más a la posibilidad de renovar el pensamiento que a la rehabilitación de una doctrina archivada.
¿Qué sabemos del republicanismo y de los republicanos en la historia de España? ¿En cuántos libros no se enfoca la Segunda República española como la antesala de una guerra civil, como si llevara en su misma proclamación el germen del fratricidio? ¿Por qué la idea de federalismo se ha convertido en sinónimo de separación y caos nacional? Los monárquicos que en 1874 dieron un golpe militar contra la primera República fueron los propagadores iniciales de esa imagen de caos que luego cultivaron, a lo largo de cuarenta años de martilleo constante, quienes trataron de justificar su insurrección violenta contra la legalidad de la segunda República. Sin embargo, una importante nómina de historiadores, ajenos a cualquier mitificación, ha replanteado la complejidad y el significado de las trayectorias y aportaciones del republicanismo español en los siglos XIX y XX. A esas investigaciones rigurosas y objetivas se suma ahora este libro, cuyos autores documentan y explican las teorías y prácticas, no siempre unánimes, de un republicanismo que fue mucho más allá del cambio en la jefatura del Estado, a la vez que subrayan, sin argumentos partidistas, la riqueza de la cultura republicana, que convierte la garantía colectiva de los derechos individuales en el primer asunto público. Por eso es necesario conocer cómo y en qué condiciones se han desarrollado en España las experiencias republicanas, con sus intrigas y fracasos, con sus contribuciones y logros, siempre con el afán de abrir horizontes de democracia y de organizar un porvenir más justo para todos los ciudadanos.
Antes era válido acusar a quienes historiaban el pasado de consignar únicamente las «gestas de los reyes». Hoy día ya no lo es, pues cada vez se investiga más sobre lo que ellos callaron, expurgaron o simplemente ignoraron. «¿Quién construyó Tebas de las siete puertas?», pregunta el lector obrero de Brecht. Las fuentes nada nos dicen de aquellos albañiles anónimos, pero la pregunta conserva toda su carga (Carlo Ginzburg).
Esta obra busca develar y comprender a un mismo tiempo el sentido y la trayectoria del proyecto educativo de la Ilustración y su enlace con el primer liberalismo en Puebla. Su perspectiva de análisis se ubica en el campo de la historia intelectual, dentro de lo que Peter Burke ha denominado una historia cultural de las ideas, o más precisamente lo que para Robert Darnton es la historia intelectual en una de sus vertientes: el estudio de las ideologías y la difusión de las ideas. En cuanto a su estructura, en la primera parte se abordan la secularización de las prácticas culturales, los agentes de las transformaciones, la formación de la élite educada y su proyecto social modernizador; en la segunda, se describe y analiza la acción ilustrada en el plano educativo, así como el nacimiento y desarrollo de la escuela pública en el contexto específico de la Primera República. Existe, sin embargo, la certidumbre de que en el largo aliento más allá de las grandes promesas liberadoras lo que predomina es una obscura llama, el afán del Estado por fabricar cuerpos dóciles y útiles para el aparato productivo y la gobernación social. En esta medida, la escuela se concibe como una de sus principales agencias, pues tiene la encomienda de estructurar nuevas identidades en el ámbito individual y colectivo, de formar individuos, ciudadanos y buenos cristianos. Indagación crítica, este libro es una contribución novedosa e importante, no sólo para la historia de las ideas educativas en su significado más amplio; su lectura permite acercarnos con particular apego a un fragmento notable de la historia regional: ése en donde se dice se fraguó la 'rancia identidad poblana'. María Esther Aguirre Lora Premio Universidad Nacional 2011
No corren tiempos propicios para la utopía. Pero quizá sea esa su característica principal: la de tener que avanzar contra viento y marea. La situación de destierro en que viven hoy las personas y los proyectos utópicos es muy similar a la de los poetas en la República de Platón: son expulsados de la ciudad ideal porque no alcanzan la verdad. Este libro pretende intervenir en el actual debate en torno a dos concepciones de la razón, la utópica y la científico-técnica, con un doble objetivo: por una parte, rehabilitar y activar la utopía con sentido crítico y dialéctico en medio de la oscuridad del presente; por otra, ponerla al servicio de la emancipación humana y de la liberación de los pueblos. Para ello revisa los hitos más importantes de la historia de la utopía, de las contrautopías y de las distopías. Este recorrido se completa con la más reciente utopía alterglobalizadora concretada en la propuesta de «otro mundo es posible». A partir de la historia se elabora una reflexión filosófica y teológica, sin desconocer las críticas contra la utopía. ¿Utopía en tiempos de crisis? Las utopías tienen su temporalidad, afirma Ernst Bloch. Es precisamente en tiempos de crisis cuando los oprimidos expresan su descontento e indignación, radicalizan su sentido crítico y formulan utopías movilizadoras de las energías emancipatorias de la humanidad. También la presente invitación a cultivar la utopía quiere ir más allá de los límites de lo posible, como sugiere Walt Whitman: «Antes del alba, subí a las colinas, miré los cielos apretados de luminarias y le dije a mi espíritu: cuando conozcamos todos estos mundos y el placer y la sabiduría de todas las cosas que contienen, ¿estaremos tranquilos y satisfechos? Y mi espíritu dijo: No, ganaremos esas alturas para seguir adelante».
Esta obra recoge y estudia la trayectoria política de los principales grupos de la derecha española a lo largo de los últimos cien años. Con un estilo ágil y a la vez riguroso, los autores de estas páginas han pretendido acercar al lector un mejor conocimiento de los distintos protagonistas históricos que lideraron o representaron de modo singular esos proyectos ideológicos, caracterizados muchas veces por sus variadas diferencias. A eso intenta responder el título de este libro, con el propósito premeditado de evitar confusiones entre dos corrientes de pensamiento surgidas a finales del siglo XVIII que, a pesar de compartir un tronco común, desarrollarían dos líneas de acción que alternarían sus encuentros y disputas en función de las circunstancias sociales y políticas más o menos agitadas de la España contemporánea. Es este contexto, inmerso en la cultura moderna de las revoluciones liberales del siglo XIX, lo que determinará no solo el origen de las tendencias aquí analizadas, sino sus proyectos políticos. Así podrá vislumbrarse cómo el conservadurismo liberal se desplazará a partir del siglo XX hacia compromisos propiamente tradicionalistas motivados por el impacto de la revolución bolchevique de 1917. Esta contemporización inicial, resguardada en el baluarte defensivo de la tradición católica, entendida como proyecto político alternativo a un liberalismo que era percibido ahora como un factor disolvente frente al marxismo, centra el interés varios de los capítulos de esta publicación. Al radicalizarse la vida política española en los años treinta con el estallido de la guerra civil y la consiguiente inauguración del régimen de Franco, se irán reubicando las propuestas políticas de una derecha que en su mayor parte emprenderá poco a poco su transición de retorno a los principios liberales.
Todo aquel que desde su disciplina y práctica específicas se pregunta cómo se construye la experiencia humana, está contribuyendo, en sus respuestas posibles, a su construcción. En este preguntarse está implicado un nivel de reflexión que comparten todos los contribuyentes a este volumen y que, por cierto, está implícito tanto en el constructivismo como en el construccionismo social, así como también en las posturas teóricas conexas que aquí se presentan. En tiempos en los que la diferencia entre prácticas reflexivas y no reflexivas se hace cada vez más pertinente, este texto no pretende una simplificación de conceptos, sino una invitación a acercarse a una práctica compleja de todas las disciplinas y tareas en las que tiene impacto: desde la biología hasta la educación, desde la investigación en ciencias sociales hasta el diseño, desde la psicoterapia hasta los estudios culturales, desde la sociología hasta la crítica literaria, desde la psicología evolutiva hasta la filosofía de la ciencia y la epistemología en un sentido amplio. (De la Introducción de Marcelo Pakman) Ernst von Glaserfeld, presenta una visión del constructivismo radical en el contexto de la historia de las ideas, Humberto Maturana ofrece una reflexión extensa sobre la experiencia humana desde la biología, Kenneth Gergen define el surgimiento del construccionismo social en el marco del pensamiento crítico contemporáneo, Donald Schön propone una original versión de una nueva epistemología de las prácticas reflexivas, John Shotter analiza desde el construccionismo social el papel del lenguaje y la «acción conjunta» en la construcción de la identidad, Frederick Steiner elabora desde la tradición cibernética una visión ecológica de la comunicación familiar y Jane Jorgenson muestra el potencial de una posición reflexiva para la captación de autodefiniciones de miembros de familias en el trabajo terapéutico.
Estamos ante una de las obras más importante que sobre Al Ándalus se han escrito. Por diversos motivos, su realidad histórica nunca fue adecuadamente abordada por la doctrina oficial, que se limitó a repetir aquello tan improbable de la supuesta invasión árabe de 711. El autor aborda, con una sorprendente erudición y una maravillosa claridad de lenguaje, la historiografía de una parte sustancial de la historia de España y de Europa, que no de los árabes. Sus tesis, por innovadoras, nos atrapan y convencen desde la fuerza de su conocimiento y el contraste de fuentes históricas y razonamientos comparativos. Al Ándalus constituye un eslabón insustituible de la historia europea en tanto que supuso una fértil orientalización de lo occidental. Esta Historia General de Al Ándalus parte de la naturalidad de los procesos históricos, ajenos a intenciones interpretativas. Asume que el Islam es la natural herencia de la Roma oriental, que Al Ándalus es hijo de su tiempo hispano previo, y que la historia de las ideas es más sutil y comprensible que las fantasmagóricas caballerías invasoras de bereberes y árabes, con la que se quiso cimentar una determinada idea de ?Reconquista? que en verdad jamás existió como tal. El papel del cortesano y su cálamo junto al príncipe, la natural tendencia descentralizadora, el auge cultural y científico y la preeminencia urbana andalusíes insinúan un primer renacimiento europeo en árabe que será vertido en siglos de filtración cultural entre traducciones, judíos errantes, mozárabes adaptados y mudéjares en futura ocultación. Tradicionalmente erradicado en tanto que incómoda Tercera España, el esencial componente andalusí se sumaba así -junto con Venecia, Bizancio y Sicilia-, a la larga lista de los renacimientos europeos olvidados. Una obra que se convertirá en el clásico de referencia a cuantos deseen conocer la historia de Al Ándalus.
Preservar la monarquía o cómo asegurar la conservación del edificio de la Monarquía Hispánica, monarquía polisinodial, y cuya vastedad territorial es al mismo tiempo una de sus debilidades, es la finalidad a que se orienta el tacitismo político español a caballo entre los siglos XVI y XVII, y entre dos monarcas, el Rey Prudente y ese Felipe III sobre quien cifra sus esperanzas el representante genuino de esta corriente doctrinal, Baltasar Álamos de Barrientos, jurista, procurador en los asuntos de Antonio Pérez, de cuya figura es inescindible, y encumbrado después a las más altas instancias de la administración. El dilema entre el príncipe cristiano y el príncipe político encontró eco en el tacitismo, utilizando el realismo descarnado del historiador romano Tácito para desgranar los distintos problemas que aquejaban a una monarquía, cuya declinación atormentará a una generación posterior. El tacitismo comprendió que estaba ante una nueva ciencia, la política, entendida como "la prudencia y maña de Estado", analizando los medios que habían de seguirse para la razón de Estado, siendo la Historia la que proporciona el conocimiento empírico, la experiencia necesaria, para acometer la tarea de mantener incólume la monarquía, el verdadero problema de la España de los Austrias.
El objeto de este libro es la génesis y el desarrollo de las categorías fundamentales de la filosofía crítica de Walter Benjamin, con especial atención a las conexiones entre historia de las ideas estéticas, teoría del conocimiento y crítica de la sociedad, así como a sus relaciones con el Institut für Sozialforschung antes y durante el exilio. Contraviniendo algunas lecturas tradicionalmente hegemónicas, se defiende que en diálogo con Adorno y Horkheimer, entre otros, la filosofía de Benjamin se muestra más penetrante. Alejándolo, o incluso «defendiéndolo», de estos y de otros interlocutores relevantes, estas lecturas amortiguan su pensamiento, y, ante la dificultad para hacerlo mínimamente inteligible, se ven obligadas a declarar la «excepcionalidad» e «inconmensurabilidad» de su pensamiento. Con ello se produce un efecto no deseado: conocer a su obra se asemeja demasiado a menudo a enaltecer su vida, a celebrar la oscuridad de su obra, a la experiencia de reconocer las ideas y citas características de su recepción normalizada y, en suma, a repetir «la fórmula Benjamin». En ocasiones, esta manera de confrontarse con sus textos ha distorsionado el pensamiento de Benjamin de una manera que se considera poco provechosa para presentes y futuras investigaciones críticas. Eduardo Maura es profesor de filosofía en la Universidad Complutense de Madrid y miembro de la Sociedad de Estudios de Teoría Crítica (SETC). Su trabajo se desarrolla en los campos de la teoría crítica de la sociedad, filosofía social, estética y filosofía política moderna y contemporánea. Editor de Crítica de la violencia de Walter Benjamin (Madrid, 2010), ha publicado diversos artículos sobre la teoría crítica y participado en volúmenes colectivos. Actualmente se ocupa de las prolongaciones críticas del concepto de industria cultural.
«Un auténtico ajuste de cuentas con el primitivismo, indigenismo populismo, nacionalismo y tercermundismo de una intelectualidad soi-dissant progresista.»Miquel Porta Perales Hay en la obra de Juan José Sebreli, más allá de la diversidad de los temas, una sorprendente continuidad. En esta obra, ambiciosa y de madura reflexión, Sebreli encara la síntesis de los problemas que lo han obsesionado desde los años 60. Los analiza ahora desde una perspectiva originalísima, a la que contribuyen sin duda los cambios experimentados por el mundo y por él mismo. El asedio a la modernidad, publicada en Argentina en 1991 y totalmente revisada para la actual edición, es una apasionante y apasionada revisión crítica de las ideas predominantes en la segunda mitad del siglo XX. A partir de hilos constructores hábilmente detectados por el autor, a través de marcas y huellas que señalan semejanzas o diferencias, aparecen unidas corrientes de pensamiento tan distintas a primera vista como el existencialismo heideggeriano, Nietzsche, el estructuralismo, las filosofías críticas de la historia, la antropología culturalista, el funcionalismo, el psicoanálisis junguiano y lacaniano, el posestructuralismo, la reconstrucción, el posmodernismo. La abundancia de información, la coherencia metodológica y la originalidad de los planteamientos estimulan la lectura e instigan en algunos casos a la polémica. Sebreli no teme desdecirse, autocriticarse, romper con el pasado; si no es complaciente consigo mismo, tampoco lo es con el lector, a quien no trata de halagar. El asedio a la modernidad es, por lo tanto, un libro provocativo e ineludible, que despertara en el lector una seria curiosidad por los nuevos rumbos del conocimiento.
En los últimos años han sido numerosos los intentos de interpretar la deriva social, política y cultural de Occidente desde las ciencias sociales. Sin embargo, no ha sido tan frecuente abordar dicho análisis desde la producción y la construcción de los discursos de las grandes factorías de sentido, que no solo sirven para legitimar procesos como el de la desregulación sino que además modelan una subjetividad adaptada a un supuesto nuevo espíritu del capitalismo. Nuevo espíritu que no reconoce ningún freno social para sus oportunidades de negocio. La publicidad, el marketing, la propaganda política, la imágenes, las ficciones, los instrumentos tecnológicos, los estilos de vida y las formas de consumo, por citar sólo unos cuantos ámbitos de socialidad, han producido un ingente torrente de nuevos discursos que dan sentido a las prácticas de actores que se desenvuelven en un nuevo modo de regulación o en una nueva forma disciplinaria, caracterizada, precisa y paradójicamente, por la desregulación financiera y la violencia simbólica de la imposición de los códigos del mercado total. Este libro sin duda contribuye a esta reflexión, no tan frecuente, iluminando al lector el complejo mundo de la economía, la empresa y la política de Occidente.