Después del espectacular éxito de Los mitos de la Guerra Civil (150.000 ejemplares vendidos, n.º 1 de ventas durante seis meses consecutivos), sale un libro aún más impactante de Pío Moa: junto con los análisis de éste se reproducen por primera vez, en f
La gran estafa de la guerra civil saca a la luz uno de los episodios menos conocidos y más dramáticos ocurridos al final de la contienda española: el del exilio y el trato inhumano que el gobierno francés y los países democráticos dispensaron a los niños, mujeres y hombres -miles de ellos heridos o mutilados- que huían de España, con la connivencia de los principales dirigentes socialistas cómodamente asentados en el exilio. Asimismo, el autor analiza la trayectoria política y administrativa del gobierno socialista durante la República y la guerra civil, cuya falta de transparencia e irresponsabilidad abocó a miles de españoles al abismo de la muerte y la humillación. Un trabajo de investigación, minuciosamente documentado, que analiza también los avatares que sufrió el patrimonio español al final de la guerra civil y la responsabilidad de quienes lo usurparon, con el pretexto de conseguir una victoria en la que nunca creyeron y cuyas cuentas siguen aún pendientes de justificación.
Muhammad XI o como se le conoce popularmente, Boabdil, fue el último emir . musulmán del reino nazarí de Granada. En 1482 animado por su propia madre, la . princesa Fátima, se sublevó contra su padre Abú-l-Hasán (Muley Hacén) y le . quitó el trono, pero l
Fernando Álvarez de Toledo (1507-1582), tercer duque de Alba, fue el general más famoso del imperio español, cuya potencia militar contribuyó a crear. Durante más de cuarenta años sirvió, con gran valor y fidelidad, al emperador Carlos V y a su hijo Felipe II, liderando las campañas de la Corona en la Península y en Europa. Empezó su andadura militar en el sitio de Túnez, fue uno de los generales que llevó a la victoria a las tropas del emperador en Mühlberg y su labor diplomática fue decisiva en la batalla de San Quintín y en la posterior paz de Cateau-Cambrésis con Francia. Felipe II le envió a los Países Bajos al considerar que era el único que podía solucionar la revuelta protestante. Allí actuó con mano dura a través del Tribunal de los Tumultos, donde mandó ajusticiar, entre otros muchos, a sus antiguos compañeros de armas, los condes de Egmont y Hornes. Sin embargo, sus años de gobierno no solucionaron el problema en el país nórdico y fue relevado por gobernantes más conciliadores. De vuelta a la Península continuó sirviendo a su rey hasta su muerte, acaecida en Lisboa mientras dirigía otra campaña, esta vez contra los nobles portugueses que no apoyaban la coronación de Felipe II como rey de Portugal. El gran duque fue ante todo un militar, se encontraba más a gusto entre sus soldados que entre los diplomáticos. Sin embargo, su reputación histórica ha sido muy desfavorable y fuera de nuestras fronteras se le ha visto como el paradigma de la crueldad española: llegó a ser conocido como «el carnicero de Flandes», un personaje ávido de sangre y responsable de la masacre de miles de personas, un hombre para quien, en sus propias palabras, era mejor arrasar un país que dejarlo en manos de herejes. En la presente biografía, el hispanista británico Henry Kamen, especialista en los siglos XVI y XVII del imperio español, se acerca al personaje explicando los motivos que guiaron sus acciones sin limitarse simplemente a la condena, y nos descubre, a través de la abundante correspondencia de Alba con otros personajes de la época y con su propia familia, qué hay de verdad en la historia y la leyenda negra. ACOGIDA DEL LIBRO "Se ha hecho famoso como "el carnicero de Flandes" y pasa por ser el paradigma de la crueldad española, pero más allá de la leyenda negra sigue siendo un gran desconocido: la figura de Fernando Álvarez de Toledo (1507-1582), tercer duque de Alba, apenas ha sido tocada por la historiografía hasta hoy. Un hecho que no dejar de asombrar a Henry Kamen, hispanista inglés y especialista en los siglos XVI y XVII, que responde a esta falta de estudios con la biografía 'El gran duque de Alba', subtitulada 'Soldado de la España imperial' (La Esfera de los Libros)". Jennifer Wilton, "El País". "El historiador analiza a fondo los acontecimientos y, como siempre, extrae una lección que demuestra que la Historia se repite y no precisamente con éxito. «El Gran Duque de Alba actuó como un militar utilizando la represión para acabar con los insurgentes, pero fracasó porque no contaba con la aprobación de la población civil», dice Kamen". Emma Rodríguez, "El Mundo". "Entre los hispanistas anglosajones brilla con luz propia Henry Kamen". Ricardo García Cárcel, "ABC". "El hispanista inglés Henry Kamen despeja las sombras". "Ideal de Granada". "Un trabajo muy cuidado que muestra el trasfondo personal de la obra militar, y algo política, de este personaje. (...) Altamente recomendable". Eduardo Martínez Rico, "Expansión". "Kamen nos acerca al severo personaje público, pero también nos descubre sus momentos más íntimos". Raquel Segura, "Historia y Vida". "El atractivo de la obra de Kamen reside en el hecho de que permite al lector disfrutar de una síntesis de los conocimientos actuales sobre este personaje". Alicia Esteban, "Clío".
En noviembre de 1605 fue abortado en Londres un intento terrorista católico de volar el Parlamento y derrocar al protestante Jacobo I. Culminaba así un largo periodo de intrigas, enfrentamientos y encarnizada lucha entre el catolicismo y la lglesia de Ing
La polvareda levantada por "Los mitos de la guerra civil" apenas ha dado paso, hasta ahora, a un debate racional y en profundidad acerca de un suceso tan trascendental en nuestra historia contemporánea como aquella contienda. Este nuevo libro de Pío Moa, consciente del hecho, insiste en temas fundamentales como: El carácter de las represiones y el terror de la época. La idea de España en las izquierdas, sobre todo en Azaña, y sus repercusiones sobre la República y la marcha de la guerra. La actitud de la derecha ante la República y su deriva política. La cuestión básica: ¿surgió la guerra de la amenaza fascista o de un peligro revolucionario? El influjo persistente de la propaganda estalinista y su versión de la guerra sobre la historiografía más reciente, a partir de Tuñón de Lara y hasta autores como Preston o Juliá. La cuestión de en qué grado puede considerarse democrática a la II República. Los efectos de la intervención exterior, en particular la satelización del Frente Popular por la Unión Soviética. La cuestión de «las dos y las tres Españas». El tono de algunos de estos trabajos es algo vivo, por provenir de polémicas, sin que, no obstante, sufra la claridad de la argumentación. Los dos últimos capítulos se consagran a ciertas repercusiones a largo plazo de la guerra civil, que el autor estudia a partir de su experiencia personal bajo el franquismo, en el Partido Comunista y en el PCE(r)-GRAPO. Todo ello da a este libro un carácter poco habitual en la ya enorme bibliografía sobre la contienda fratricida de 1936-1939. ACOGIDA DEL LIBRO "Los crímenes de la guerra civil continúa la línea de investigación de sus obras anteriores. Y será también, como sus obras anteriores, garantizado objeto de polémica". Belén Lorenzana, "Época".
Conspiración, sabotaje, intriga y asesinato eran moneda corriente en la vida política de la segunda mitad del siglo XVI, caracterizada, además, por el uso interesado de la propaganda , una manipulación que, en cierto modo, recuerda a la guerra fría del siglo XX. Esta situación marcó las relaciones entre los distintos Estados europeos, creando en el marco de la política internacional un clima de recelo y secretismo. El engaño era práctica habitual y ningún Estado podía confiar en la lealtad de sus amigos Sobre todo si representaba a la primera potencia mundial del momento. Felipe II era consciente de esta situación y de la importancia decisiva que tenía el control de la información para mantener la supremacía imperial de España. Por eso dedicó gran cantidad de recursos económicos y humanos a los servicios secretos, conformando la red de espionaje más compleja, mejor organizada y con mayor presencia efectiva de la época. Experto en el arte de la criptografía, su carácter desconfiado y su tendencia natural al secreto lo convertían en el perfecto dirigente de las labores de inteligencia: reglamentaba el uso de los textos cifrados, coordinaba la información y su posterior transmisión a través de los correos, decidía la contratación de espías y controlaba la distribución de los «gastos secretos», alternando las labores propias de su reinado con las de un verdadero jefe del servicio de espionaje. Los historiadores Carlos Carnicer y Javier Marcos han sabido encajar, a lo largo de estas páginas de apasionante lectura, las piezas clave que conforman el mapa político de una de las épocas más opresivas, sombrías y sangrientas de la Historia. ACOGIDA DEL LIBRO Sobre Felipe II y su reinado han corrido ríos de tinta, pero faltaba, curiosamente, un estudio global sobre los servicios secretos del rey prudente. Una laguna inexplicable, ya que éstos alcanzaron un nivel de eficacia no igualado por ninguna potencia rival. Los historiadores Carlos Carnicer y Javier Marcos rellenan este vacío con un exhaustivo estudio, fruto de su amplio conocimiento de la bibliografía especializada y de sus investigaciones en el Archivo de Simancas. Con un estilo claro y ameno, los autores desgranan, una a una, las distintas facetas de los servicios de inteligencia filipinos. Espías de Felipe II nos acerca, en definitiva, al lado más oscuro e intrigante de la política del siglo XVI, con sus conspiraciones, traiciones y crímenes. David Torres, "Historia y Vida". "Libro apasionante éste en el que se combina la erudición histórica con las historias apasionantes de los James Bond del Siglo de Oro". Luis S. Molini, "Doble Cero".
En el contexto del pesado ambiente social de finales del siglo XVI en la ciudad de Granada, se inició un proceso de falsificaciones (o invenciones) históricas que se inició con los hallazgos de la Torre Turpiana y los Plomos del Sacromonte, y que duraría más de siglo medio, dando lugar a una amplísima bibliografía académica. En este libro concurren elementos muy dispares ajenos al campo estrictamente histórico. Su autor, Ignacio Gómez de Liaño, lo denominó en su día propuesta excéntrica. Sin embargo, Los juegos del Sacromonte es ya parte de la bibliografía clásica moderna sobre la temática sacromontana, un instrumento legítimo de conocimiento para la reflexión, capaz de trascender el nivel de análisis histórico positivista.
A mediados del siglo XVI, Europa era un laberinto en el que confluían las contiendas entre los Estados que estaban saliendo de la Edad Media y competían por la supremacía política, militar y económica en la Edad Moderna, con el telón de fondo del despertar del comercio mundial, las guerras de religión, las pugnas entre las diversas facciones de la nobleza... En ese escenario, España, defensora a ultranza del catolicismo, vivía el cenit de su Imperio con Carlos V y su hijo Felipe II, y el comienzo de su crisis con la revuelta protestante de los Países Bajos. El conde de Egmont, protagonista de esta historia, fue una de las víctimas en este proceso de cambios sociales y políticos. Primero, estuvo al lado de Carlos V, junto al que desempeñó papeles relevantes en la construcción del Imperio y, luego, fue un fiel general en San Quintín a las órdenes de Felipe II, hasta el momento en que fue ejecturado por orden suya. San Quintín (1557) marcó el inicio del reinado de Felipe II y, hasta cierto punto, el fin de la monarquía medieval y el comienzo de la moderna.
Pedro González de Mendoza (1428-1495), eclesiástico y político castellano, está considerado como uno de los mejores ejemplos de la transición del mundo medieval al moderno. Quinto hijo de don Íñigo López de Mendoza, primer marqués de Santillana, y doña Catalina de Figueroa, desde su infancia fue destinado a la carrera eclesiástica. En 1453 fue nombrado obispo de Calahorra para luego ejercer como asesor de Enrique IV. Al morir su padre en 1458, se convirtió en la cabeza de la familia de los Mendoza, dando origen a la poderosa Casa del Infantado. Durante el reinado de Enrique IV defendió los derechos legítimos de Juana la Beltraneja, aunque en 1473, un año antes de la muerte del rey, apoyó decididamente a la princesa Isabel, futura reina Católica. Desde entonces se convertirá en asesor de la reina, luchando a su favor durante la guerra de Sucesión (1474-1479) y desempeñando un destacado papel en la batalla de Toro (1468). A partir de ese momento su poder e influencia en la corte se acrecentarán, participando en hechos fundamentales de la historia de España como: la creación de la Inquisición, la expulsión de los judíos, la firma del tratado de Tordesillas y la financiación del viaje de Cristóbal Colón a América. En esta obra, Ramón de Lacadena recorre la biografía del más poderoso estratega de la edad media española, considerado por algunos como «el tercer rey de España». Un retrato histórico de gran honradez histórica y belleza literaria que permite esclarecer muchos episodios del reinado de los Reyes Católicos.