Ir al contenidoHistoria antigua: hasta c. 500 e. c.
Bajo la apariencia de un orden clásico, de una estructuración tradicional de los contenidos, Domingo Plácido afronta una reinterpretación del fenómeno de la Hispania romana durante el periodo conocido como Alto Imperio, el cual representa una «nueva época», tanto para la Historia de Roma como para la Historia antigua en su conjunto. Dentro de lo que las fuentes permiten, el autor pondrá de relieve cómo cambiaron las circunstancias en las provincias hispanas a lo largo del Alto Imperio romano, incluso en aquellos aspectos que aparentemente permanecen inamovibles; tratando al mismo tiempo de que, pese a concentrarse en las provincias, no parezca esta una historia independiente y desgajada de las características dominantes en el escenario general representado por el Imperio romano. Con habilidad se van desenmarañando los cambios estructurales acaecidos desde finales de la República para alcanzar una visión diáfana de las relaciones sociales y sus expresiones políticas, de tal manera que al finalizar el lector habrá sido conducido por las distintas formas de romanización, por los múltiples niveles de relación intercultural y por las respuestas variadas que las sociedades hispanas dieron al estímulo de la romanización.
César Augusto fue uno de los hombres más influyentes de la historia y el primer emperador de Roma.Tras una juventud enfermiza, con una marcada tendencia a caer gravemente enfermo en períodos de crisis, Augusto supo sobreponerse con inteligencia, meticulosidad, paciencia y valentía. Luchó y derrotó a los asesinos de su padre adoptivo, y posteriormente aniquiló sin piedad a su antiguo aliado Marco Antonio y a su amante Cleopatra. Trabajó concienzudamente, reconstruyó Roma y la transformó en una poderosa metrópolis y en uno de los centros políticos y artísticos más importantes del mundo antiguo. Gracias a Augusto, Roma consolidó su paso de ciudad-estado a imperio global, poniendo los cimientos de la futura Europa.El autor nos ofrece también un apasionante retrato de una época dominada por la intriga, el sexo, la violencia, el escándalo y la ambición más despiadada.
La separación de las cátedras de griego y de latín en el seno de la universidad perpetúa el mito de una distinción, incluso de una oposición, entre «Grecia» y «Roma». Sin embargo, el Imperio llamado «romano» fue en realidad grecorromano por más de una razón. En primer lugar por la lengua: sin duda la lengua vehicular que se practicaba en su mitad occidental era el latín, pero lo era el griego alrededor del Mediterráneo oriental y en el Próximo Oriente. Igualmente, la cultura material y moral de Roma surgió de un proceso de asimilación de esa civilización helénica que comunicaba Afganistán con Marruecos. Por último, el Imperio era grecorromano en un tercer sentido: la cultura era helénica y el poder romano; ésa es la razón por la cual los romanos helenizados pudieron continuar creyéndose tan romanos como lo habían sido siempre. El presente volumen sugiere una visión de conjunto y un análisis certero de esa primera «universalización» que constituye los cimientos de la Europa actual.
La "Historia del teatro español" se completa, desde el punto de vista didáctico y lúdico, con este CD-ROM interactivo, concebido como una representación, que convierte al usuario en un espectador y le permite asistir al teatro de las distintas épocas
En su novela El cielo protector, Paul Bowles distingue entre el turista y el viajero. Mientras el turista siempre sabe cuándo y cómo volverá a su hogar, el viajero se lanza a la aventura sin conocer exactamente ni su ruta ni siquiera si algún día regresará a su casa. En el mundo antiguo, el viaje tenía siempre un punto de descubrimiento, un componente intrínseco de aventura motivada por las condiciones de los desplazamientos y, muchas veces, por el desconocimiento de los lugares a los que el viajero pretendía arribar. El viaje en la Antigüedad fue el tema del que se ocupó el V Coloquio Internacional de Historia Antigua Universidad de Zaragoza, que se celebró entre los días 4 y 6 de junio de 2009 en la Biblioteca de Humanidades María Moliner de la Universidad de Zaragoza bajo el título Viajeros, peregrinos y aventureros en el mundo antiguo. En él participaron estudiosos procedentes de diversas universidades y centros de investigación españoles y extranjeros: Münster (Alemania), Ohio (Estados Unidos), Foggia (Italia), CSIC de Roma, Málaga, Vitoria, Salamanca, Madrid, Alcalá de Henares, Barcelona y Zaragoza. Desde diversas perspectivas todos ellos abordaron el tema del viaje y el viajero en la Antigüedad, y este volumen recoge las comunicaciones presentadas durante el coloquio, celebrado como viene siendo habitual con carácter bienal.