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El hombre que vive solo --más que la mujer que vive en las mismas condiciones-- suele sentirse desamparado. Para muchos hombres, su apartamento es un territorio de paso en el que impera el desorden. Organizarse no es complicado, pero requiere un esfuerzo considerable. Los consejos recogidos en este libro permitirán al hombre que vive solo convertir esa leonera en un hogar donde encontrarse a gusto, un hogar en el que se sentirá dueño de su entorno y no ocupante accidental. En ese hogar renovado podrá recibir a sus amigos y --lo verdaderamente importante-- a la dueña de sus sueños. Las técnicas de conversación, los gestos, la música y, cómo no, los manjares más adecuados para cada circunstancia harán de esa velada un encuentro agradable y propiciarán, tal vez, una inolvidable experiencia sexual. En lugar de perder más tiempo pensando cómo lograr encontrarse a solas con ella, organice una pequeña reunión, merienda o cena. Y diviértase haciéndolo, pues saber convertir las obligaciones en placer es, sin duda, el secreto de una vida feliz. Eso es lo que enseña este libro.