Este libro trata de reflexionar sobre la vejez para identificar cuál es su lugar en la sociedad actual, ya que el siglo XXI, que tanto idolatra las bonanzas de la juventud, va a ser testigo de una inversión casi total de la pirámide poblacional. El autor, que se incluye ya dentro del grupo de los «viejos», aunque asume que el deterioro físico y mental puede mermar las fuerzas, afirma de forma tajante que es un verdadero don haber llegado a la ancianidad. No hay que dejarse morir, porque cada día sigue siendo un nuevo despertar a la vida, y hay que aprovecharlo lo mejor posible, con ilusión y buen humor.
¿QUÉ SIGNIFICA EN LA SOCIEDAD CONTEMPORÁNEA CUMPLIR AÑOS?¿Abandonarnos a una existencia pasiva en la que ilusiones, pasiones, aficiones o intereses políticos o ciudadanos quedan relegados a un segundo o tercer plano? Así ha sido durante mucho tiempo. Ahora, con el aumento espectacular de la esperanza de vida saludable, los hombres y mujeres que se encuentran en el ciclo vital de la madurez reclaman el derecho a vivir con plenitud, y esa es precisamente la reivindicación que Carmen Alborch plantea en esta obra: una reflexión acerca de diversos placeres ?la libertad, la amistad, la cultura, la familia, el cuidado, el amor, la participación, etc.? que adquieren una intensidad diferente precisamente cuando las responsabilidades de la vida laboral activa van decreciendo y se dispone de mucho más tiempo libre para reencontrarse y reinventarse. En la línea lúcida y rompedora de sus anteriores libros, como Solas y Malas, Carmen Alborch, alejándose de los tópicos, vuelve a poner el acento en un tema esencial de nuestro tiempo.
Si crees que con más de ochenta años se puede estar en el mejor momento de la vida, este es tu libro. Aquí descubrirás cómo ser mayor y mantener una sonrisa de oreja a oreja. ¿Es bueno contar batallitas? ¿Hay trabajos que merecen la pena a mi edad? ¿Puedo hacer todavía algo bueno por la sociedad? ¿Y por la familia? ¿Me entienden mis nietos, mis hijos, mis vecinos? Y, sobre todo, ¿puedo hacer todo esto sin volverme un cascarrabias? Con su inconfundible estilo y elegante sentido del humor, Leopoldo Abadía se pregunta si el mundo está preparado para enfrentarse a la generación de los abuelos más avanzada de la historia. En Cómo hacerse mayor sin volverse un gruñón encontrarás los secretos para disfrutar de las ventajas de la edad.
La edad solo es un número. Unas personas envejecen más rápidamente que otras; unos suben ochomiles con ochenta años mientras otros son incapaces de subir al monte pasados los cuarenta. En la isla griega de Icaria la gente vive de media diez años más que en el continente y lo mismo pasa en Okinawa, donde llegan a centenarias tres veces más personas que en el resto de Japón. Y es que envejecer y cumplir años son dos cosas distintas y, aunque todos celebramos los cumpleaños a un mismo ritmo, no todos envejecemos a la par. Valentín Fuster, a pesar de ser una eminencia, un médico de reputación mundial, nada puede hacer para frenar nuestra edad cronológica.Lo que sí puede hacer, y en este libro da prueba de ello, es ayudarnos a ralentizar, frenar incluso, nuestro envejecimiento, incorporando a nuestra vida ejercicios, rutinas y actividades, físicas y mentales, que retrasen al máximo desde los cambios más superficiales ?las arrugas, por ejemplo? hasta los celulares y neuronales.La ciencia de la larga vida nos descubre cuáles son los secretos de la longevidad y cómo se debe actuar para mantenerse siempre activo física, intelectual y emocionalmente. Es el arte de vivir más, pero, sobre todo, de vivir mejor. Mucho mejor.
Leopoldo Abadía se lanza en su nuevo libro a conversar sobre sus 48 nietos, reflexionando, con su habitual sensatez y sentido del humor, sobre la vida y los temas cotidianos con los que tanto nos identificamos. Un libro conmovedor para todos aquellos que son abuelos: el cariño incondicional hacia sus nietos, lo poco que se entienden en ocasiones, el cambio generacional? Un texto entrañable para aprender a disfrutar de la familia y, por supuesto, con la intención de enseñarle al lector a llevar una convivencia mucho más llevadera.