The oldest game in the world? Well, some funeral directors out there definitely see it as a licence to print money. Industry insider, John Parry, has a decade of experience and has witnessed many vulnerable bereaved families exploited by funeral arrangers determined to reach their revenue targets. Don?t be one of them! This practical book will not only clue you up on how the industry works, but also guide you through the myriad of choices and practicalities that need to be arranged to ensure that your loved one gets the beautiful, dignified funeral they deserve without you getting ripped off. Note: If some funeral directors feel offended by some of the revelations contained within this book, the author makes no apology for attempting to draw attention to what is currently a tarnished, but only occasionally corrupt industry.
The death of a loved one is devastating, and can leave us questioning our new path. Will I ever want to find love again, and if so, how do I find it? What is appropriate behavior for a fifty-four-year-old widowed senior? Should I explore dating sites? Meet women in bars? Rely on introductions from friends? The questions far outnumber the answers. ? Dennis and Hope Freed had a fulfilling marriage. Over the course of thirty-two years they built a home, created a loving family, and shared all their dreams with one another and their two sons. Then Hope got cancer. She fought a long, brave battle, but it was one she couldn?t win. Dennis Freed?s beloved wife and best-trusted friend had gone, leaving him alone to figure out a future he?d never imagined. ? As he sorted through what society expected of a long-term caregiver and widower, Dennis eventually emerged from mourning, his heart ready for life?s next chapter. Nervously, he began to go out with women again, and endured all the awkward?and hilarious?embarrassments a man who hadn?t been on a date in decades might expect. He kept on trying, embracing and trus
Las intervenciones médicas y enfermeras son una asignatura pendiente en el manejo del duelo cuando fallece un neonato. El duelo es un proceso que permite ir asumiendo de forma gradual la pérdida, adaptarse a una nueva realidad, siendo un camino que tiene un principio y un final, y aunque no es una enfermedad en sí misma, su evolución y no resolución puede ser patológica para los padres y el resto de la familia. Resulta necesario ayudar a un mejor entendimiento y manejo del proceso de duelo, y los profesionales de enfermería deben favorecer una muerte digna, atención integral a la familia y contribuir a la mejor resolución del duelo.
La manera en que la muerte es considerada en la sociedad sigue atrayendo el interés de las ciencias sociales. Como reflejo de las constantes transformaciones sociales que se experimentan, seguimos celebrando la desaparición de nuestros congéneres con el fin de reconfortar a los vivos, si bien lo hacemos de manera diferente, mostrando expresiones de duelo que ya no recluimos en los espacios de intimidad.
Sufrimos con las pérdidas significativas aunque también podemos ganar a partir de ellas. Cada renuncia entraña una pérdida. Es una crisis y comporta un proceso de duelo, es decir, un proceso paulatino de despedida, de desapego. Y cada duelo debe ser elaborado saludablemente, permitiendo que cicatrice la herida afectiva que se ha producido. Este libro ofrece una mirada cálida y cercana a las pérdidas y a los aprendizajes que de ellas se desprenden. Una mirada de libertad. Libertad para escoger nuestras actitudes ante los avatares de la vida.
Es la guía imprescindible para cualquier persona que trabaje o viva con niños: padres, cuidadores, psicólogos, o profesores, con el objeto de enfrentarse a las inevitables preguntas sobre la pérdida y el cambio, la vida y la muerte. En ella el lector e
Cualquier pérdida es dolorosa. El duelo de un ser amado es especialmente difícil de superar. La ruptura de un matrimonio, el fin de una relación de pareja, el alejamiento forzado de las personas que amamos, la pérdida de un empleo, los cambios físicos repentinos debidos a una enfermedad o accidente, además de la pérdida de bienes, de objetivos y de ideales, deben pasar por un proceso de duelo. Este proceso es un camino sinuoso y complejo que supone una experiencia intensa a nivel psíquico, emocional, mental y espiritual. Ante la llegada de esa pérdida inesperada y, muchas veces, incomprensible, cada persona vive su dolor opresivo y personalísimo. El sufrimiento forma parte de la vida y saber crecer a través del duelo es el único camino hacia una existencia plena. Sólo aquellos que evitan el amor pueden evitar la tristeza del duelo. Lo importante es crecer a través del duelo y permanecer vulnerable al amor. John Brantner Nuestro más sincero deseo es que esta pequeña obra sirva de ayuda a todos aquellos que viven o vivirán un duelo, a todos aquellos que desean crecer y convertir todos los momentos de su vida, tanto los sombríos como los claros, en una sinfonía acabada. Rosette Poletti ROSETTE POLETTI es enfermera de cuidados generales y psiquiátricos. Licenciada y con dos másters en Enfermería, Poletti ha cursado también el doctorado en Ciencias de la Educación. BARBARA DOBBS es enfermera de cuidados generales. Licenciada en Enfermería por la City University de Nueva York. Perfeccionó su formación mediante los estudios de Ciencias de la Educación en la Wayne State University de Detroit
Mucho es lo que se va con la muerte de un hijo, y nada, absolutamente nada, regresa. Permanece tan sólo el recuerdo, herramienta imprescindible para defenderte de todo: del pasado que ha huido, del presente que vives y del futuro que no llegará. Aromas de una ausencia pretende hacer presentes las ausencias, la de Hugo y la de tantos Hugos que hay y que seguirá habiendo. Busca también justificar las presencias ausentes, la mía y la de tantas madres que descubrieron un día que en este mundo nada, absolutamente nada, puede superar en dolor la muerte de un hijo. Intenta analizar la labor del tiempo, al descubrir que el primer año no inmuniza, sino que tan sólo es el primero del resto de una vida. Pretende, en fin, ir un poco más allá de la espontaneidad y transparencia de los sentimientos, para adentrarse en fríos pensamientos y en hondas reflexiones. Tras la pérdida de un hijo hay que seguir viviendo, hay que aprender a hacerlo, incorporando a ese vivir diferentes aromas de una ausencia.
Tras un mes en el hospital, el 19 de abril de 2008 a las ocho y veinte de la tarde, con tan sólo dieciocho años, víctima de leucemia, murió Hugo. En aquel momento comenzó a llover. La lluvia, tan deseada, se volvió amarga al mezclarse con las lágrimas de todos los que lloraron su pérdida. La muerte de un hijo es una muerte en contra del sentido de la vida, un sufrimiento intenso, inmenso, el más devastador que un ser humano pueda experimentar. Amarga lluvia no se lee, se siente. Tal es la fuerza de su prosa sencilla y expresiva, que al fi nal te queda lo que la autora pretende: el aroma de su hijo. Nadie que lea este libro quedará indiferente, haya experimentado o no la pérdida de un ser quderido, algo se le removerá muy dentro, allí donde cala ineludiblemente la amarga lluvia.
El lector tiene en sus manos una pequeña obra de arte donde se funden pensamiento, vida, reflexión ética y sentimientos, expresados a través de las vivencias en el acompañamiento domiciliario a enfermos terminales y a sus familias. La tarea fundamental de los que trabajan en la atención domiciliaria es acompañar a personas que se están muriendo. Sin embargo, la formación universitaria en términos de atención hospitalaria se ha basado exclusivamente en diagnosticar y curar. Hasta ahora nos encontrábamos desamparados, pero con este libro salen a la luz vivencias de más de trece años de experiencia que permitirán compartir las emociones acumuladas.