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Entre los tópicos acerca del origen de la guerra civil española ninguno hay más repetido, y menos fundamentado, que el que sostiene que todo comenzó como respuesta a la escalada revolucionaria que se produjo durante los meses que siguieron al triunfo electoral del Frente Popular, en febrero de 1936. Una escalada en que, según este tópico, asumen un papel principal las invasiones de tierras por parte de los campesinos extremeños. Este libro de Francisco Espinosa explora por primera vez de manera seria y documentada lo que sucedió en aquellos meses de 1936 y demuestra la falsedad de la pretendida escalada revolucionaria. En sus páginas recuperamos, en cambio, los proyectos y los trabajos de aquella primavera del Frente Popular en que la República parecía recuperar el pulso de la reforma, en contraste con la brutal represión posterior que se llevó por delante los seres humanos y sus esperanzas.
Alicante, marzo de 1939. En un zulo lleno de polvo, un miliciano republicano espera con tranquilidad la llegada de los refuerzos a la ciudad. Pero la calma de la que gozan tanto él como su singular acompañante, un amable poeta, pronto se verá truncada por la irrupción de un grupo de artistas madrileños, en busca de refugio tras haber recibido un aviso de bombardeo inminente. A partir de ese momento y durante las horas siguientes, el miliciano tendrá que lidiar no sólo con sus propios demonios, sino también con los de la pintora, el pintor, el dramaturgo, el compositor y el director teatral, cuyos dramas e intenciones se entremezclan en un escenario poco esperanzador: los últimos días de la Guerra Civil Española. Pasajes a Orán nos habla de las ciudades de retaguardia durante la guerra, de las tragedias enterradas bajo los adoquines como el terrible bombardeo sufrido por el Mercado Central de Alicante en 1938, pero también es un lamento por aquella generación de artistas españoles, que tanto tenían que mostrar, pero que se perdieron para siempre por culpa del conflicto bélico.
Cuando estalló la guerra, a Encarnació, que por entonces era una niña, le pareció que todo lo que estaba sucediendo era tan importante que debía reflejarlo por escrito. Esas páginas permanecieron ocultas en un cajón de su casa del barrio de Horta durante más de setenta años, hasta que por fin han salido a la luz. La pequeña Encarnació plasmaría con gran lucidez y penetrante capacidad de observación aquellos terribles acontecimientos que le arrebataron la infancia y la adolescencia.
Josep Pedreira va pertànyer al Front Nacional de Catalunya i el 1949 va crear els Llibres de lÓssa Menor, sèrie de poesia catalana duna gran importància. En aquest volum pòstum ens explica els seus records dels anys de la guerra civil, durant els quals va combatre a Aragó, a Extremadura i a Madrid amb els confederals de la divisió Roja i Negra.
Dos vidas enfrentadas, las de Constancia y Marichu de la Mora Maura, constituyen las dos caras de la guerra civil española. Dos mujeres, hermanas entre sí, encarnaron en los años treinta el delirio de las dos Españas. Nietas de Antonio Maura, las hermanas de la Mora se vieron atrapadas en las convulsas corrientes ideológicas que hicieron temblar el mundo en el primer tercio del siglo XX: el fascismo y el comunismo. Constancia, la hermana mayor, unió su suerte a la de la España legal durante la guerra civil y decidió ingresar en el Partido Comunista de España. Marichu, amiga personal de José Antonio Primo de Rivera y de su hermana Pilar, formó parte del núcleo inicial de Falange y durante la guerra civil contribuyó a organizar la Sección Femenina en la zona nacional. Espejos de las Españas reales y posibles, las vidas de Constancia y de Marichu fascinan por sí mismas y por lo que representan: a través de ellas se puede recorrer la historia de España del siglo XX.