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La obra que se presenta constituye un estudio de los derechos sociales como categoría normativa específica en el sistema sueco, con el fin de determinar, a través del análisis de sus diversos aspectos normativos, aquellos rasgos que configuran a estos derechos como categoría jurídica y los distinguen de otras entidades en el ordenamiento sueco, así como de definir las distintas posibilidades que existen para su regulación y para el establecimiento de sus elementos con una mayor eficacia para el individuo. El sistema sueco, donde los derechos sociales han alcanzado un notable reconocimiento y una amplia efectividad, se toma como ejemplo para explorar la función y la naturaleza jurídica de estas entidades, determinando, al mismo tiempo, cuáles son los mecanismos que pueden permitir su más adecuada garantía. Todo ello puede dar lugar a una nueva reflexión sobre los derechos sociales en el ordenamiento español, reformulando su concepto y explorando con una mayor profundidad sus caracteres y su propio régimen jurídico.
Para Saint-Vincent, Tenerife representa todo lo opuesto a la Francia ilustrada: con sus mujeres elegantes y coquetas, su república recién estrenada, y el orgullo de ser una de las «potencias de Europa, celosas por extender la esfera de los conocimientos humanos, [que] envían buques para explorar playas poco conocidas»; empresa ésta de la que nuestro joven autor se siente parte activa. En Santa Cruz conoce a los ilustrados del país: Bernardo Cólogan, Alonso de Nava-Grimón, los hermanos José y Patricio Murphy y Meade, así como Domingo y Tomás Saviñón. También se relaciona con el médico y naturalista Auguste Broussonet, cónsul de Francia en Tenerife, que le pone al corriente de sus trabajos sobre la flora y fauna de la isla; y Luis Le Gros «amateur de Historia natural e ingeniero», que había llegado a la isla con la primera expedición de Baudin en 1796, y que era ayudante de Broussonet.