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África debe unirse es algo más que un libro: el título se ha convertido en una consigna mil veces repetida del panafricanismo posterior a las independencias africanas. La capacidad de evocación y de movilización de apenas tres palabras reside sobre todo en la personalidad del autor del libro y en el momento de la edición. Kwame Nkrumah (1909-1972) fue el primer y carismático presidente de Ghana, a su vez el primer estado completamente subsahariano que alcanzó la independencia tras la Segunda Guerra Mundial (1957). El mismo nombre de Ghana constituía todo un mensaje al hacer referencia al más antiguo imperio negroafricano conocido por los cronistas y situado en el Sahel, en lugar de remitirse al territorio colonial de Costa del Oro. En 1963, el año en que se creaba la Organización para la Unidad Africana, Nkrumah publicaba el libro que mejor resumiría su ideología panafricanista como un llamamiento, casi un ruego al conjunto de nuevos países africanos. Aparentemente, la historia parece certificar el fracaso de tal llamamiento, dada la pervivencia de las fronteras coloniales, pero una mirada más atenta o una escucha más paciente revelan la vitalidad del panafricanismo como motor intelectual de la política africana, como soporte fundamental de la esperanza de un continente. La publicación de África debe unirse está, pues, muy lejos de una arqueología de las ideas: aun con todos sus particularismos, inevitablemente anclados en un momento histórico concreto, el texto continúa siendo un útil de trabajo en un proceso en construcción. La unidad de un continente no es cosa de un día ni de unas décadas. La ideología panafricanista, nacida en el Caribe, ha sido reapropiada y madurada por diversas generaciones de africanos y sus frutos, imprevisibles para los expertos, están todavía por llegar. Las palabras del propio Nkrumah ante la asamblea fundacional de la OUA continúan siendo ciertas: «Si nosotros conseguimos erigir en África el ejemplo de un continente unido con una política y un objetivo comunes, habremos realizado la mejor contribución posible a esa paz que hoy anhelan todos los hombre y mujeres». Y los africanos lo saben.
As fervenzas, polo seu indubidable impacto estético, tratan de ser un reclamo para enxalzar o noso espazo natural, porque sen dúbida elas son un aliciente singular da engaiolante paisaxe fluvial que reverdece a nosa terra. Posiblemente as fervenzas sexan un dos fenómenos máis fermosos que provocou o desmembramento de Pangea. Ao dividirse a Terra en continentes e orixinarse unha nova xeografía, producíronse gretas e fortes desniveis nas canles fluviais que xunto coa erosión foron cicelando as paredes graníticas polas que se precipitaban as augas, que embeleceron os ríos e lle deron ao seu contorno un particular atractivo. O feitizo das fervenzas acadou tamén a imaxinación popular, que as subsumiu no seu universo mítico-máxico e deron orixe a toda unha serie de lendas relacionadas con curacións milagreiras, elucubracións fantásticas, crenzas sobrenaturais, misterios agochados baixo as súas pozas, que significaron un importante enriquecemento da tradición oral e do folclore.
La cañada Soriana Occidental es uno de los caminos de la Península más transitados durante siglos, ya que los pastores trashumantes lo recorrían con sus ovejas en busca de mejores pastos. La guía descubre la ruta paso a paso, desde Logroño hasta Badajoz, pero también introduce a lector y viajero en una tradición milenaria asociada a una actividad socio-económica de gran importancia en Europa, la trashumancia, a la vez que le muestra las consecuencias que en la arquitectura, gastronomía y folclore ha dejado dicha actividad. La guía se completa con un mapa de carreteras, un mapa de cada etapa, información sobre la dificultad de cada una de éstas y una serie de consejos y datos prácticos para orientar al viajero sobre lugares de alojamiento y restauración. Compartir: