En las últimas décadas, la evolución de las zonas rurales se ha acelerado en todo el mundo en busca de estrategias que permitan a sus habitantes disfrutar de una mejor calidad de vida. La actividad agrícola, que durante siglos ha proporcionado la principal estructura de apoyo socioeconómico, se ha demostrado incapaz de sostener este desarrollo. En muchos países, instituciones y actores locales han orientado sus intereses hacia el uso y la diversificación de los recursos. Así, puede hablarse de una gradual consolidación de la «nueva ruralidad». Sin embargo, estas iniciativas no siempre han tenido en cuenta la sostenibilidad de sus acciones, entendiendo por sostenibilidad el equilibrio entre sociedad, economía y medio ambiente. Las contribuciones que forman parte de este coloquio, celebrado en agosto de 2008 en varias localidades de Aragón, identifican e ilustran el dinamismo, la sostenibilidad, los éxitos y fracasos del mundo rural contemporáneo.
En 1895, la Dirección General de Instrucción Pública encargó a la Sociedad Geográfica de Madrid (hoy Real Sociedad Geográfica) la redacción de un manual que sirviera de modelo para la enseñanza de la Geografía en las Enseñanza Primaria. El encargo recayó en el Secretario General de la Sociedad, Martín Ferreiro que redactó un interesante libro de texto, con unas excelentes ilustraciones. Pero por diversas circunstancias el libro no llegó a publicarse. La historia de las razones que impidieron la publicación del libro hace más 115 años tienen hoy día tanto interés como el mismo texto en sí, por lo que hemos creído que es el momento no sólo de dar conocer este capítulo inédito de la enseñanza de la Geografía, sino también de los problemas que impidieron su publicación en aquel turbulento fin de siglo. Por eso, junto a la publicación del manuscrito original, conservado en la BNE, se ha realizado un estudio histórico de las causas del encargo ministerial de hace 120 años y de las razones de su fracaso, en un momento esencial de nuestra historia, como fueron los años anteriores al Desastre.
El presente volumen dedicado a Bonansa es fruto de la colaboración entre una filóloga y un antropólogo. Por ello, la recopilación y análisis de los nombres de lugar y de casa se completa con una aproximación al contexto socio-cultural que explica y justifica el uso de estos nombres y las vivencias con las cuales están asociados. El trabajo de campo toponímico ha corrido a cargo de Glòria Francino, con una primera fase los años 1995-2003 y una segunda en 2008-10. El trabajo de campo etnográfico ha corrido a cargo de Carles Feixa, con una primera fase en 1985, una segunda en 1986 (a cargo de Montserrat Iniesta), varias entrevistas posteriores y una última fase de actualización en 2010.
La investigación podría ser vista como una carrera de fondo, un maratón, en la que se fija un objetivo a medio plazo que para alcanzarlo tendremos que hacer cierto esfuerzo continuado. Asimismo podremos sentir distintas sensaciones a lo largo de la carrera, una gran alegría al terminarla y, finalmente estaremos mejor dotados para otras aventuras. Es una magnífica experiencia, pero puede ocurrir que cuando llevemos gran parte del recorrido realizado nos topemos con eso que, metafórica y gráficamente, hemos dado en llamar "el muro", un momento que se presenta como insalvable [...]. El muro será más alto, más grueso y por tanto más difícil de superar, cuanto menos realistas sean los objetivos previstos. Por eso es importante contar con personas que nutran, a través de su experiencia, a las/os incipientes investigadoras/es en cada uno de los pasos del proceso que debe conducir a alcanzar esos objetivos fijados de antemano. La experiencia de aquéllas deviene en fundamental en esta ocasión, pero no solo, también es relevante crear espacios que permitan el debate.
En las últimas décadas, la evolución de las zonas rurales se ha acelerado en todo el mundo en busca de estrategias que permitan a sus habitantes disfrutar de una mejor calidad de vida. La actividad agrícola, que durante siglos ha proporcionado la principal estructura de apoyo socioeconómico, se ha demostrado incapaz de sostener este desarrollo. En muchos países, instituciones y actores locales han orientado sus intereses hacia el uso y la diversificación de los recursos. Así, puede hablarse de una gradual consolidación de la «nueva ruralidad». Sin embargo, estas iniciativas no siempre han tenido en cuenta la sostenibilidad de sus acciones, entendiendo por sostenibilidad el equilibrio entre sociedad, economía y medio ambiente. Las contribuciones que forman parte de este coloquio, celebrado en agosto de 2008 en varias localidades de Aragón, identifican e ilustran el dinamismo, la sostenibilidad, los éxitos y fracasos del mundo rural contemporáneo.
En 1895, la Dirección General de Instrucción Pública encargó a la Sociedad Geográfica de Madrid (hoy Real Sociedad Geográfica) la redacción de un manual que sirviera de modelo para la enseñanza de la Geografía en las Enseñanza Primaria. El encargo recayó en el Secretario General de la Sociedad, Martín Ferreiro que redactó un interesante libro de texto, con unas excelentes ilustraciones. Pero por diversas circunstancias el libro no llegó a publicarse. La historia de las razones que impidieron la publicación del libro hace más 115 años tienen hoy día tanto interés como el mismo texto en sí, por lo que hemos creído que es el momento no sólo de dar conocer este capítulo inédito de la enseñanza de la Geografía, sino también de los problemas que impidieron su publicación en aquel turbulento fin de siglo. Por eso, junto a la publicación del manuscrito original, conservado en la BNE, se ha realizado un estudio histórico de las causas del encargo ministerial de hace 120 años y de las razones de su fracaso, en un momento esencial de nuestra historia, como fueron los años anteriores al Desastre.
El presente volumen dedicado a Bonansa es fruto de la colaboración entre una filóloga y un antropólogo. Por ello, la recopilación y análisis de los nombres de lugar y de casa se completa con una aproximación al contexto socio-cultural que explica y justifica el uso de estos nombres y las vivencias con las cuales están asociados. El trabajo de campo toponímico ha corrido a cargo de Glòria Francino, con una primera fase los años 1995-2003 y una segunda en 2008-10. El trabajo de campo etnográfico ha corrido a cargo de Carles Feixa, con una primera fase en 1985, una segunda en 1986 (a cargo de Montserrat Iniesta), varias entrevistas posteriores y una última fase de actualización en 2010.
La investigación podría ser vista como una carrera de fondo, un maratón, en la que se fija un objetivo a medio plazo que para alcanzarlo tendremos que hacer cierto esfuerzo continuado. Asimismo podremos sentir distintas sensaciones a lo largo de la carrera, una gran alegría al terminarla y, finalmente estaremos mejor dotados para otras aventuras. Es una magnífica experiencia, pero puede ocurrir que cuando llevemos gran parte del recorrido realizado nos topemos con eso que, metafórica y gráficamente, hemos dado en llamar "el muro", un momento que se presenta como insalvable [...]. El muro será más alto, más grueso y por tanto más difícil de superar, cuanto menos realistas sean los objetivos previstos. Por eso es importante contar con personas que nutran, a través de su experiencia, a las/os incipientes investigadoras/es en cada uno de los pasos del proceso que debe conducir a alcanzar esos objetivos fijados de antemano. La experiencia de aquéllas deviene en fundamental en esta ocasión, pero no solo, también es relevante crear espacios que permitan el debate.
