Pese a su acelerado proceso de desclasamiento, la nobleza sigue estando tímidamente presente en la vida española. Títulos del Reino, caballeros de las órdenes militares, Reales Maestranzas y demás cuerpos nobiliarios, o simples ciudadanos orgullosos de su hidalguía centenaria, comparten algunos valores comunes y, aunque de forma fragmentada y disminuida, siguen ejerciendo cierta función social rectora como depositarios de un valioso legado, cultural, sentimental e histórico, que se resiste a desaparecer. Lamentablemente, en el panorama de las ciencias jurídicas, los estudios sistemáticos y de conjunto sobre la nobleza española contemporánea brillan por su ausencia. Los autores de este libro, reconocidos especialistas en la materia, analizan en profundidad por vez primera el estudio de la treintena de corporaciones nobiliarias que sobreviven en nuestro país.
Felipe V creó para Valencia la Nueva Planta, un orden político que fortaleció su poder y acabó con las anteriores restricciones constitucionales. En 1707, la derogación de los fueros puso fin de forma traumática a una identidad política con 500 años de historia; pero hasta la muerte del monarca en 1746, su relación con Valencia fue cambiante y compleja. Los militares asumieron la dirección política y administrativa del antiguo Reino; los municipios quedaron bajo el control de oligarquías partidarias de Felipe V y la iglesia valenciana se escindió: la jerarquía y los jesuítas mostraron su adhesión al nuevo orden, frente a un clero regular de dudosa lealtad al monarca. Por encima de todo, los traumas de la guerra, y la difícil posguerra, dejaron una huella que perdura hasta hoy.