Pau Audouard és, sens dubte, un dels fotògrafs més eminents de la Barcelona de principis de segle, no sols per la qualitat, la varietat i el volum de la seva obra, sinó també per la participació que ell mateix va tenir en els mitjans artístics de la ciutat. Prenent com a fil conductor la seva trajectòria professional, Núria F. Rius desplega una diversitat de temes que passen, sobretot, per l'estudi de la professió de fotògraf des dels tallers familiars fins a les indústries i per les relacions artístiques i socials de pintors, escriptors i fotògrafs, però que igualment atenyen aspectes més sociològics, com ara la satisfacció del professional que troba un guanyapà en un ofici nou o el tedi del retratista amb inquietuds artístiques. En definitiva, aquesta primera monografia dedicada a Audouard, rigorosa i amena, representa una aportació cabdal tant per a lestudi de la fotografia com per a la història de la cultura dels segles XIX i XX.
Estuche que contiene dos volúmenes con la poesía visual de Chema Madoz: "Nuevas Gregerías", donde Madoz combina sus poemas visuales con los poemas de Ramón Gómez de la Serna, y "Fotopoemario" es el esfuerzo conjunto entre el poeta Joan Brossa y el fotógrafo.
Cuando el fotógrafo alemán Peter Lindbergh retrató a cinco jóvenes modelos en el centro de Nueva York en 1989, creó no sólo la emblemática portada de enero de 1990 para la versión británica de Vogue, sino que firmó el certificado de nacimiento de las supermodelos. La imagen no se limitó a reunir por primera vez cinco rostros venerados, sino que marcó el inicio de una nueva era en la moda y una nueva manera de comprender la belleza femenina.Este libro recopila más de 400 fotografías tomadas por Lindbergh a lo largo de cuatro décadas para rendir homenaje a su capacidad única y revolucionaria de narrar historias. Sus inconfundibles imágenes monocromáticas, sobrias y seductoras al mismo tiempo, incorporaban un toque romántico y descriptivo que aportó una nueva visión y talento artístico al mundo de la moda y el arte.Considerado un pionero de la fotografía, introdujo un nuevo realismo al redefinir los estándares de belleza con imágenes intemporales. Ya sean retratos o poéticas composiciones de figuras y paisajes, sus creaciones utilizan un lenguaje cinematográfico y juegan con arquetipos femeninos en los que sus modelos adoptan poses de bailarinas, actrices, heroínas o mujeres fatales. Además, Lindbergh confiere a la fotografía un enfoque humanístico, priorizando la belleza natural y auténtica, en un momento en el que predominan los retoques, captando el espíritu y la personalidad tanto como el aspecto físico y rindiendo homenaje a la elegancia y la sensualidad de las mujeres maduras.Como prueba de la gran reputación de Lindbergh en el mundo de la moda, sus imágenes van acompañadas de comentarios de colaboradores de la talla de Jean Paul Gaultier, Nicole Kidman, Grace Coddington, Cindy Crawford y Anna Wintour, quien eligió a Lindbergh para que realizara a fotografía de su primera portada del Vogue estadounidense. Los elogios explican por qué las imágenes de Lindbergh son únicas y tan poderosas.