No importa lo inteligente que sea su cámara de fotos: la medición de la luz desde la propia cámara es siempre una aventura al azar. Siguen siendo nuestros ojos y nuestro cerebro los encargados de medir la luz. Merece la pena aprender a iluminar correctamente: ninguna otra habilidad le permitirá mejorar su forma de hacer fotografía con tanta rapidez. Y es que, aunque los diferentes estilos de iluminación continúan evolucionando, la luz siempre será la misma. Una vez haya aprendido los principios físicos que sustentan la práctica de la iluminación, descubrirá que su potencial creativo es prácticamente infinito. Éste no es un manual típico sobre fotografía, sino un libro de excelente calidad que le permitirá comprender los principios básicos de la iluminación: entender y predecir el tamaño de la luz, los tipos de reflejo y los diferentes tipos de ángulo. Sabiendo manejar estos principios, será capaz de realizar fotografías de cualquier retrato y cualquier superficie allá donde apunte con su cámara.
Los senderos del valor es un trabajo de fotografía documental en el que Coni, Cata, Manuel, Mackarena, Nicolás, Daniela y Khrisna son los protagonistas. Javier Mancebo, el autor del libro, convivió con ellos durante casi dos años en el Hospital Regional
Un homenaje a la memoria de un pueblo y de su gente y a la permanencia de ésta. Paisajes, tradiciones, objetos que habitan los espacios y conservan el modo en que el tiempo los fue desgastando, testimonio y testigos. Un libro de imágenes y textos en donde ambos registros dialogan guiados por un mismo objetivo sin la voluntad de ilustrarse el uno al otro. Dentro de las jornadas fotográficas de Albarracín organizadas por el prestigioso fotoperiodista Gervasio Sánchez, se selecciona anualmente a un fotógrafo para que plasme su perspectiva personal y fotográfica sobre esta población. Del mismo modo que ya lo hicieron en su momento destacados fotógrafos como Bernard Plossu y Joan Fontcuberta, con sus obras Albarracín y Albarracín-Santa Inocencia respectivamente, este año ha recibido el encargo el conocido fotógrafo Juan Manuel Castro Prieto. Los cinco relatos que acompañan a las fotografías del autor quieren poner música a sus imágenes desde un topónimo imaginario. Estos personajes habitan en un espacio quimérico llamado Valcorza y narran sus recuerdos.