La búsqueda de los constituyentes primarios de la naturaleza - tema de esta obra- ha ocupado el estudio del hombre durante siglos. Esta empresa comenzó en la antigua Grecia, donde el elemento primordial recibió diversos nombres de acuerdo con la escuela filosófica que lo secundara: agua, tierra, fuego, aire, ápeiron o átomo.
En este libro, siguiendo las ideas de Minkowski, se ha demostrado que la esencia y el contenido principal de la teoría de la relatividad radican en la unidad conceptual del espaciotiempo, la geometría del cual es seudoeuclídea. Dentro de los límites de la teoría de la relatividad y del principio de geometrización se ha construido unívocamente la teoría relativista de la gravitación, la cual explica todos los experimentos gravitatorios llevados a cabo hasta la actualidad y proporciona ideas básicamente nuevas sobre el desarrollo del universo y el colapso gravitatorio. Este curso fue editado originalmente en la Universidad Estatal «M. V. Lomonósov» de Moscú como libro de texto para los alumnos del Departamento de Física de Altas Energías de la Facultad de Física.
Si el conocimiento es siempre poder, en el ámbito de la física aún lo es más. Produce vértigo el abismo que separa la apasionante aventura del saber que emprendieron pioneros como Marie Curie, movidos por el deseo de desentrañar los secretos del mundo material para mejorarlo, y el uso que se acabó dando a sus descubrimientos, un uso que podía destruir al mundo mismo.Diana Preston entreteje biografía, historia, física y política para recorrer el camino que lleva en tan sólo cincuenta años, de finales del siglo xix a mediados del xx, de un extremo a otro: de la curiosidad compulsiva y el deseo de saber, a la instrumentalización del conocimiento como arma de destrucción. Y lo hace poniendo en primer plano a los grandes protagonistas de la historia de la bomba atómica: científicos como los Curie, Bohr, Einstein u Oppenheimer; políticos como Roosevelt, Churchill, Truman, Hirohito o Hitler; pero sin olvidar a las víctimas y a personajes que no han pasado a la historia. Con una documentación exhaustiva y una atención especial al detalle humano ?la ambición, el sufrimiento, el miedo, los problemas de conciencia?, la autora describe los avances científicos y técnicos, las decisiones políticas y los dilemas morales de unos hombres que, por primera vez en la historia, tuvieron en sus manos el destino de la humanidad.
La historia de la teoría atómica de la materia se presta, más que ninguna otra aventura intelectual, a ser formulada como un vasto enfoque panorámico de la historia de las ideas científicas. Pullman sigue la idea del átomo a lo largo de 2.500 años, desde que los filósofos presocráticos formularon por primera vez la noción de un constituyente fundamental indivisible de la materia. Es esta una obra amena y entretenida plagada de perspicaces intuiciones sobre uno de los problemas científicos más persistentes. La hipótesis, surgida en la Grecia antigua, según la cual un número ilimitado de mundos se forman en un vacío ilimitado a partir de un número igualmente ilimitado de átomos increados e indestructibles, sometidos a las leyes rigurosamente mecanicistas del azar y la necesidad, sin intervención divina ni finalidad alguna, está en el origen de una de las más fantásticas aventuras intelectuales de la humanidad, una aventura que ha apasionado durante veinticinco siglos a los filósofos, científicos y teólogos más eminentes. Surgida como una concepción esencialmente filosófica, fue hasta el siglo XIX objeto de un duelo abstracto, a favor o en contra de los átomos, de una amplitud y en ocasiones de una violencia excepcionales. Los descubrimientos científicos del siglo XIX, que aportaron las pruebas irrefutables de la composición atómica del universo, no sólo no pusieron fin al debate filosófico sino que le imprimieron un nuevo impulso. Efectivamente, el atomismo científico suscita, en particular desde la óptica de la mecánica cuántica, tantas o más cuestiones fundamentales sobre la naturaleza y la perceptibilidad de la realidad que las que suscitó el atomismo filosófico en la Antigüedad. En este libro de historia de la ciencia, el autor traza brillantemente y con una gran fuerza pedagógica, los principales episodios de un empeño intelectual más que bimilenario, que cuenta entre sus principales protagonistas a Leucipo, Demócrito, Epicuro, Lucrecio, Aristóteles, Platón, Zenón, Plotino, Agustín de Hipona, Tomás de Aquino, Maimónides, Averroes, Giordano Bruno, Galileo, Gassendi, Descartes, Boyle, Locke, Newton, Leibniz, Berkeley, Diderot, Kant, Hegel, Schopenhauer, Comte, Mach, Nietzsche, Planck, Bohr, Einstein, Schrödinger, de Broglie, Pauli, Heisenberg y muchos otros. Bernard Pullman fue uno de los pioneros más eminentes, de fama mundial, de las aplicaciones de la mecánica cuántica a la exploración de la estructura electrónica de las moléculas. Primer titular de la cátedra de química cuántica en la Sorbona, fue miembro de la Academia de las Ciencias de París, de la Academia Pontificia de las Ciencias, presidente de honor de la Academia Internacional de las Ciencias Moleculares Cuánticas y presidente de la Unión Internacional de Biofísica Pura y Aplicada, así como Doctor Honoris Causa de las universidades de Lieja, Uppsala, Madrid, Jerusalén, Turín y del Instituto Weizmann de las Ciencias.