El mundo de la educación se nos presenta atravesado por todo tipo de discursos, desde las teorías formalizadas hasta las opiniones de café, configurando un abigarrado universo plagado de mezclas y confusiones, una plataforma de discusiones sin límite, un foro donde se agrupan místicos impenitentes y realistas inquisitoriales, idealistas feroces y pragmáticos descarnados. Por ello, el profesor Rodríguez Neira ha reunido en esta obra una multitud de teorías y de prácticas de enseñanza, ha escudriñado sus fundamentos y sus implicaciones y ha explicitado sus aportaciones y sus límites, sus luces y sus sombras. En este océano de la enseñanza, su lectura debería ayudar al navegante a saber por dónde transita, a dónde conducen las rutas que toma, o a qué destinos renuncia con sus opciones.
Desde su larga experiencia docente en las aulas y fuera de ellas, la autora ofrece en este libro veinticuatro miradas en forma de capítulos cortos que ayudan a mejorar la educación y una conclusión que orienta el pensamiento y la práctica educativa: El amor aprendido en la relación con la madre es lo que nos puede guiar para educar con sentido. Esta obra es una respuesta a la inquietud de nuestro tiempo sobre el futuro de la educación.
José Antonio Marina se ocupa y preocupa de un tema central tanto para las familias como para los colegios: la autoridad. Pero, ¿qué autoridad? La educación permisiva, ejercida en los últimos tiempos, ha conducido a que los niños no quieran ni órdenes ni indicaciones. Se ha olvidado, que para ser feliz, hay que saber que vas a ver algunos de tus deseos frustrados y que convivir con eso es condición de la vida humana. La educación autoritaria, reflejada en «es así porque lo digo yo» se ha mostrado ineficaz y negativa. El autor reclama una autoridad responsable. Es mejor obedecer por convicción que por coacción. Eso, precisamente les capacita para resolver sus problemas.