Carta del editor Por qué leer este libro Si la presente carta fuera un prospecto farmacéutico diría que esta obra se encuentra rigurosamente contraindicada para los consumidores habituales de la pirotecnia filosófica más superficial, pero resulta de prescripción obligada para los adictos a la inteligencia y el rigor. A lo largo de sus páginas, la autora lleva a cabo una rigurosa y brillante tarea de análisis y de crítica, de reconstrucción y de prospectiva, del entramado teórico básico sobre el que sustenta lo que hace unas décadas se hubiera denominado nuestra visión del mundo. Sorteando por un igual los peligros del inmediatismo más coyuntural y del historicismo más arqueológico, Alicia García Ruiz nos muestra la necesidad de pensar a la luz del presente la mejor herencia ilustrada. No lo hace limitándose a señalar las capacidades aún no desarrolladas de la misma ni apelando a una presunta deuda con quienes no alcanzaron a ver materializada su tríada revolucionaria, sino poniendo todo lo pensado al servicio de una transformación en clave emancipatoria de lo existente. O, si se prefiere, interpelando las ideas recibidas a la luz de las urgencias de nuestro hoy. Porque en lo que sigue no se aborda un mero debate de ideas, por importantes que estas puedan ser. Se trata de mucho más: de algo en lo que nos va la vida. Por decirlo con las propias palabras del título, nos jugamos impedir que el mundo se deshaga. Manuel Cruz, editor de Pensamiento21
No cabe duda de que la relación establecida entre tecnología y ser humano es desigual. Sin embargo, Ferraris se aleja de la visión para la cual detrás de la emergencia tecnológica hay una estrategia de dominación y aborda esta cuestión desde el punto
El movimiento del disenso hunde sus raíces en la más genuina tradición política europea. Segun Belohradsky -uno de los discípulos del checoslovaco Jan Patocka- la evolución de la sociedad moderna en Europa, tanto en occidente como en oriente, supone la negación de esta tradicción: aquélla ha sustituido la conciencia personal por la irresponsabilidad moral del que observa sólo la letra de la ley; ha creado un sistema de burócratas y funcionarios que actúan sólo en nobre de lo general y de la norma; ha relegado lo personal, lo individual, la vida irrepetible a un hecho trivial, indigno de una consideración científica seria y de un verdadero interés político. Hace tiempo que la tradición cultural centroeuropea denunció esta ruptura. El disenso, en especial la Carta 77, la pone ante los ojos de toda Europa. La exigencia es simple, pero fundamental: es preciso que el mundo de la vida vuelva a ser fundamental, criterio y límite de la acción política.
En una época regida por la mercantilización de múltiples esferas de la vida, los bienes comunes aparecen como una alternativa tanto a la propiedad privada capitalista como a la propiedad estatal tradicional. A lo largo de estas páginas, se rastrea su dimensión histórica y su irrupción en diferentes luchas y reivindicaciones que han tenido lugar en los últimos años: en defensa del agua, del territorio, de la neutralidad de Internet, contra la precarización laboral o la privatización del conocimiento. Escrito en el ágil estilo del manifiesto, este libro teoriza los bienes comunes no solo en términos jurídicos, sino como una práctica política, cultural y ecológica. Como una reconquista, en otras palabras, de espacios públicos democráticos, fundados sobre la calidad de las relaciones y no sobre la cantidad de lo acumulado.
Los pensadores más relevantes de la historia de la filosofía política (desde Platón hasta Rawls y Habermas) han reflexionado de modo reiterado sobre las exigencias morales que comporta el ejercicio del poder. En sus obras encontramos " consejos " y pautas que han de seguir emperadores, reyes, príncipes, soberanos, gobernantes, parlamentarios, magistrados, papas...; pero también se señalan " límites " (éticos, jurídicos, religiosos, constitucionales, sociales) que han de regular el ejercicio de la autoridad, tendente tantas veces a la tiranía. Igualmente ofrecen explicaciones de por qué y cómo se produce la " corrupción política " , cuáles son los mejores métodos para evitarla o, al menos, para controlar sus más negativos efectos en quienes la padecen. Los textos seleccionados en este volumen resultan de sorprendente actualidad. Podrán constatar los lectores que los vicios adquiridos por ilustres potentados de lejanas épocas no dejan de seducir todavía hoy a todo aquel que accede a puestos políticos en las democracias de nuestro tiempo.
¿Qué hacemos con Carl Schmitt? explica la génesis de la obra de Schmitt, la sitúa en su contexto, describe las virulentas controversias que suscitó. Pero hecho esto, con la precisión teórica a la que Jean-François Kervégan nos tiene acostumbrados, el libro se propone un objetivo de mucho mayor alcance: investigar críticamente, en sus propios términos conceptuales, pero a fin de enjuiciar su eventual anclaje en el presente, cinco temáticas clave de la obra de Schmitt, a saber, la teología política, la normatividad, la legitimidad, la política y el mundo. Las conclusiones serán ciertamente paradójicas, pues despedirse de Schmitt aquello a lo que Kervégan apunta necesariamente exige partir de él, de forma que la propia partida se halla subrogada al origen que la constituye como despedida. ¿Podrá ser, entonces, definitiva? ¿No tendrá que volver siempre la vista atrás?
En 2002, Jorge Semprún impartió tres conferencias dedicadas al filósofo Edmund Husserl, al historiador Marc Bloch y a George Orwell, en las que nos retrotrae a la ebullición cultural y socio-política que Europa vivió en los años treinta, y defiende la fe en los valores democráticos como única salida al laberinto en que parece adentrarse Europa en este nuevo siglo. En 2010, Jorge Semprún pronunció uno de sus discursos más emotivos en el campo de concentración de Buchenwald, reproducido en este libro. Tras ese discurso, y a lo largo de varios meses, Semprún mantuvo iluminadores diálogos con el cineasta francés Frank Appréderis, en los que desgranó los hitos de su azarosa existencia.
Jan Patocka (Turnov, Bohemia 1907-Praga 1977) estudió filosofía en Praga, París, Berlín y Friburgo; alumno de Husserl y Heidegger, ha sido uno de los filósofos europeos más influyentes del siglo XX. Es conocido principalmente por su papel como portavoz de la «Carta 77», el movimiento de resistencia cívica que reclamaba el respeto a los derechos humanos por parte del gobierno comunista de Checoslovaquia. Su muerte, debida a los interrogatorios brutales que sufrió, reviste a su figura de un carácter socrático, guardando plena coherencia con sus opciones filosóficas fundamentales. Para él, la libertad define a la humanidad; una libertad que viene dada por la capacidad de distanciamiento en la existencia humana. Resulta necesario tomar conciencia de que existe un abismo, imposible de colmar, entre aquello a lo que se aspira y aquello que se posee, un abismo que invita a una permanente búsqueda. El filósofo ejemplifica la posibilidad de distanciarse por completo de «lo que hay», de las realidades aquí presentes, y de situarse radicalmente en otro plano. Bajo el título Libertad y sacrificio se reúne un conjunto de textos que cubren gran parte de la vida intelectual de Patocka, desde 1934, al principio de su carrera, hasta 1976. Durante ese tiempo asistimos a una incansable investigación, emprendida a despecho de las circunstancias. La naturaleza de los textos viene ligada a su vida: ensayos breves destinados a un público amplio, escritos privados, conferencias o transcripciones de seminarios semiclandestinos. Estos textos inciden en la idea del distanciamiento, y la libertad como fundamental posibilidad humana que no puede dejar de tener consecuencias: «Si el filósofo se distancia del mundo, el mundo responde con el odio al filósofo», comenta Patocka. En el fondo, esta posibilidad de la libertad es la única real de cara a la consecución futura de una humanidad digna de sí misma. Y el sacrificio, la única manera de seguir sosteniendo esta posibilidad de la radical distancia frente a la creciente amenaza contemporánea a la libertad.
«A diferencia del mero conocimiento, la experiencia del contenido del conocimiento revelado consiste en que Dios llama al hombre. Mediante esta experiencia de ser llamados se dan los contenidos esenciales del conocimiento revelado » (Eric Voegelin). «Hay que asumir que algo que viene de Dios le ocurre al hombre. Pero ese acontecimiento no es necesario entenderlo como llamada o interpelación; ésa es una interpretación posible, cuya aceptación se basa, por tanto, en la fe y no en el conocimiento» (Leo Strauss). Eric Voegelin (1901-1985) y Leo Strauss (1899- 1973) representan dos vertientes extraordinariamente influyentes del pensamiento político contemporáneo. La correspondencia que mantuvieron entre 1934 y 1964 pone de relieve el drama del pensamiento conservador europeo enfrentado a la desaparición de su entorno material y a la necesidad de alinearse a favor de la democracia. Émigrés en la tierra de nadie americana, Voegelin y Strauss contrapusieron sus propias aspiraciones al orden revelado y al derecho natural.
La vida contemporánea nos enfrenta de modo ineludible a dilemas éticos y controversias políticas en las que el Estado de derecho se juega su porvenir. Uno de los debates públicos contemporáneos más comprometidos es el que concierne a la libertad de conciencia.En este iluminador libro, la filósofa de renombre internacional Martha C.Nussbaum alerta sobre la creciente tendencia de determinados grupos religiosos, en particular en Estados Unidos, a imponerse como credo hegemónico y a menoscabar el derecho al libre ejercicio de otras religiones ?tachadas de minoritarias y «desviadas»? o incluso el derecho al ateísmo. También en Europa asistimos a una creciente polémica sobre la presencia de símbolos religiosos en las escuelas y a una peligrosa demonización de «lo diferente». Por el contrario, Nussbaum destaca aquí la importancia de la imaginación ética, es decir, la capacidad de ponerse en la piel del otro, la habilidad para imaginar vidas diferentes y, sobre todo, para descubrir que, más allá de atuendos, lenguas y ritos diferentes, hay seres humanos cuya dignidad merece respeto y cuyo derecho a la igualdad de oportunidades debe preservarse por encima de todo.
La presencia de Simone Weil en el panorama filosófico, literario y cultural ha ido en aumento en los últimos años. Su vida y su obra, dotadas de extraordinaria pureza y autenticidad, son objeto de admiración no exenta de crítica. La mayoría de sus lectores manifiestan haberse visto atraídos por un impulso interior que les ha permitido afrontar el riesgo que se corre al acercarse a sus escritos: el riesgo de desmontar todos los planteamientos y poner en cuestión todas las creencias. Pues el contacto con el pensamiento de Simone Weil produce una sacudida que sitúa ante el lugar incierto y peligroso que ella consideraba patrimonio exclusivo de los desheredados, con los que quiso identificarse plenamente en su sed inagotable de verdad. Simone Weil vivió en ese límite de la lucidez y la locura, ya que no quería para sí una cordura al precio de la indiferencia, la mentira y la incoherencia. A su juicio, sólo una santidad genial, absolutamente nueva y vibrante, podría servir aún de revulsivo para transformar un mundo dominado por la fuerza e insensible ante el dolor y la belleza. Los trabajos reunidos en este libro pretenden proporcionar claves de lectura de la obra de Simone Weil desde un punto de vista plural y atendiendo a la diversidad de sus temas: desde los elementos de una filosofía del trabajo, de una filosofía política e, incluso, jurídica, hasta los aspectos místicos, religiosos y espirituales. Pero, más allá de esta pluralidad, aspiran a ir a lo esencial: a esos tesoros de oro puro que ella creía depositados por error en su pensamiento.
Parece existir un amplio consenso en cuanto a que la laicidad es un elemento fundamental de toda democracia liberal compuesta por ciudadanos que profesan distintas concepciones del mundo y del bien. Pero ¿qué es la laicidad? Si por lo general se piensa que es un régimen político y jurídico cuya función es establecer cierta distancia entre el Estado y la religión, los problemas surgen cuando hay que trazar líneas más precisas. El presente libro contribuye a aclarar este debate analizando los principios constitutivos de la laicidad en un marco general de diversidad de creencias y valores, religiosos o no, que profesan los ciudadanos.