Mohandas Karamchand Gandhi (1869-1948), conocido como el Mahatma («Gran alma»), fue un reformador social y moral, considerado el padre ideológico de la India independiente. Fueron sus esfuerzos los que liberaron a su país del yugo colonial británico, sirviendo de ejemplo a otros ilustres activistas de los derechos civiles como Martin Luther King o Nelson Mandela. Popularizó la desobediencia civil no violenta como método de resistencia a las leyes injustas, aplicando su moderna interpretación del pacifismo indio a la vida política. Su doctrina ética entronca con las obras de John Ruskin, Henry Thoreau, Lev Tostoi y los teósofos ingleses, creándose de ella una religión particular, caracterizada por su gran compromiso con la justicia social. Su idea central es que la Verdad y Dios son una misma cosa y la unidad de todo requiere total armonía entre las criaturas. De Gandhi se dijo que era místico como Buda, profundo como Confucio, caudillo como Moisés, psicólogo como Mahoma, filósofo como Zoroastro, abnegado como Jesús y revolucionario como Lutero. Las biografías de Gandhi abundan, pero se han traducido al castellano muy pocos de sus escritos. Esta antología incluye textos desconocidos para el lector hispano que condensan sus sugestivas opiniones sobre política y religión. La edición ha sido realizada por Enrique Gallud Jardiel, uno de los mayores expertos españoles sobre la India, quien ya ha publicado en esta editorial diversos estudios sobre temas mitológicos hindúes, traducciones de textos sánscritos, recopilaciones de cuentos indios y varios ensayos de carácter general.
Te encuentras ante un oráculo de cartas que simplemente desea ser de tu utilidad para que profundices en aspectos de ti, si así lo consideras, como una guía o recurso. Su energía te llegará e irá transformando lo que sea necesario en tu campo aúrico para
A finales del siglo XII, Tokio fue devastado en buena medida por incesantes catástrofes: tornados, terremotos e incendios. Su población vivía sumida en un clima de inquietud constante. Ch?mei, que acababa de cumplir cincuenta años y había rechazado la buena vida del funcionario de la corte por la incierta existencia del poeta, abandona la aristocrática residencia familiar de la capital para vivir en una modesta casa a las afueras, donde busca más libertad para escribir y un mayor dominio sobre su propia vida. Cinco años después, aquella toma de distancia no parece ya suficiente. Se marcha entonces al Monte Hino, donde él mismo construye una diminuta cabaña de apenas tres metros cuadrados, lo justo para dormir, leer, escribir, hacer música y meditar según los preceptos de Buda. Teniendo en cuenta el carácter efímero de todas las cosas, sólo en una morada ínfima y provisional puede uno vivir en paz y libre de todo temor, piensa. Aquella cabaña se convirtió en su universo. A través de la poesía, la imaginación y el vínculo espiritual con la naturaleza que lo rodeaba, el espacio se hizo infinito.
«Asia es una». Con este simbólico lema comienza "Los ideales de Oriente", una obra imprescindible para comprender el pensamiento oriental, en la que Kakuzo Okakura principal autoridad de la época en Arqueología y Arte orientales presenta su idea de Asia no como un concepto geográfico, sino como una civilización, una unidad espiritual en las antípodas del materialismo y el progreso científico occidentales. En "Los ideales de Oriente" (con especial referencia al arte japonés), Okakura define la tradición japonesa como una confluencia del individualismo indio y el comunitarismo chino y, en consecuencia, como el reflejo de la conciencia asiática en su totalidad. Si «Asia es una», Japón siempre ha sido y será su cumbre artística y espiritual.
Quien logra conocer su esencia se encuentra en el punto de partida de todos los caminos, y puede en consecuencia elegir cómo conectarse a espacios de energía reparadora. Ser consciente de que el cable te pertenece, y el transformador o conector también, te abrirá las puertas a elegir desde tu interior a qué estado energético conectarte. El Efecto N es el estado desprovisto de juicios personales, desde el cual podremos lograr una situación de plena armonía, en lugar de ser arrastrados como consecuencia de estados des-armónicos. Lograr el Efecto N será enfocarnos en la energía libre, en dar y recibir información energética que nos permitirá percibir los estados de anclaje de quienes nos rodean, adquiriendo desde la armonía de la energía libre un encuadre sensato en la comunicación. Diseña tu energía para armonizar tanto tu ser como tus relaciones sociales. Diseña tu sensibilidad intuitiva, lo que te permitirá resolver con plena objetividad tus metas. Convierte los estados obsoletos e improductivos en oportunidades renovadas y viables mediante su lectura comprensiva y práctica. Simplemente... no hay límites.
las éticas de oriente y occidente, alejadas durante siglos, se han encontrado en un mundo globalizado que les da la oportunidad de complementarse. convencido de la necesidad de vivir acorde a unos valores fundamentales, el intelectual luis racionero escr