Filosofía: metafísica y ontología



OBSERVACIONES SOBRE LA ESENCIA, LA ESENCIALIDAD Y LA IDEA (HERING, JEAN)
El tratado de Hèring constituye el primer desarrollo fenomenológico de la doctrina sobre la especie o la esencia (según la diversa terminología) presentada por Husserl principalmente en la segunda de sus Investigaciones lógicas y en la primera sección del libro primero de sus Ideas relativas a una fenomenoloíga pura y una filosofía fenomenológica. Tratando acaso de remediar algunas imprecisiones de la enseñanza de su maestro y de completarla con nuevas clarificaciones, Hèring se propone en su escrito distinguir nítidamente la esencia, que, según afirma, cada objeto individual, tanto real como ideal, posee, de la esencialidad, esto es, del carácter eidético que determina, por participación en él, la esencia de un objeto; y ambos datos, a su vez, de esa curiosa conformación llamada la idea.

SOBRE LA CAUSALIDAD (MAINE DE BIRAN, FRANCISCO PEDRO)
«Si la causalidad no es más que una forma de nuestro espíritu o si no tiene más valor que el de una categoría, entonces el mundo de los seres, de las sustancias, no existe realmente en sí; o, lo que viene a ser lo mismo, no tenemos ningún medio de asegurarnos de que exista: el idealismo es entonces el único sistema razonable y el escepticismo parece triunfar».

DISCURSO DE METAFÍSICA (LEIBNIZ, G. W.)
El " Discurso de metafísica " , escrito por Gottfried Wilhelm Leibniz (1646-1716) hacia 1684, permaneció inédito hasta mediados del siglo XIX. Julián Marías expone en su estudio preliminar la importancia crucial de la obra, que ofrece «como en un mapa el panorama espiritual de Europa en uno de sus momentos capitales» y constituye «el resumen más denso y sistemático del pensamiento del siglo XVII». Sus páginas plantean los grandes problemas de la época: la actitud ante el pasado filosófico (desde Grecia hasta la escolástica), el método, el origen de las ideas, la comunicación de las sustancias, la interpretación del hombre como razón, la libertad, la Gracia, la persona, la moralidad, el mal, el infinito y Dios, cerrando en el momento de su publicación la etapa de la historia de la filosofía que abriera Descartes con su " Discurso del método " y que predominó en Europa durante casi tres siglos. Versión e introducción de Julián Marías

LA FILOSOFÍA DE «EL CAPITAL» (MARTÍNEZ MARZOA, FELIPE)
Escrito en 1980-1981, La filosofía de «El capital» se publicó por primera (y, hasta hoy, única) vez en 1983. Aparece ahora sin modificación alguna, porque uno de los motivos de la actual edición es conseguir que esté disponible aquel texto, que resulta interesante tanto en sí mismo como también para la comprensión de trabajos posteriores, los cuales, a su vez, manifiestan algo de lo que era ya entonces el fondo de la cuestión.

FILOSOFÍA DE LA NATURALEZA (SCHLICK, MORITZ)
El 22 de Junio de 1936, día en que murió asesinado por un estudiante en la escalinata de acceso a la Universidad de Viena, Moritz Schlick tenía que haber dictado la última clase de un curso de filosofía de la naturaleza. Aquel primer día del verano de 1936, sus alumnos le aguardaban en la universidad. No podemos saber con exactitud qué habrían escuchado y cómo hubiera transcurrido la última clase del curso. Afortunadamente, sí conocemos lo que ya habían aprendido; y eso es lo que recogen estas páginas.

EL PODER DEL ESPÍRITU . HEGEL Y EL ÊTHOS POLÍTICO (GUTIÉRREZ CUARTANGO, ROMÁN)
El concepto de espíritu representa el instrumento hegeliano para pensar la intencionalidad, haciéndose cargo de las tramas de significados, valores, instituciones, etc. que ella implica. Además, aquel posee asimismo el atributo de la libertad, puesto que el acto de la conciencia provoca que se abra una distancia respecto a todo vínculo forzoso. Esa soltura –su no depender– constituye el poder del espíritu («la potencia libre»), manifiesto en la actividad mediante la cual se labra y confirma el despliegue del sujeto, asunto principal de toda metafísica moderna.

CRÍTICA DEL DISCERNIMIENTO (KANT, IMMANUEL)
Leída las más de las veces desde la estética y, en concreto, desde los aspectos que tanto entusiasmo despertaron en el romanticismo temprano (las categorías de lo bello y lo sublime, la teoría del genio, el papel de la imaginación en la estética, etc.), el problema central de la Crítica del discernimiento desborda, no obstante, el terreno de la filosofía del arte para constituirse en cuestión capital que afecta a la propia unidad de la filosofía en general: ¿es posible hallar un quicio entre el ámbito de la naturaleza —abordado en la primera Crítica— y el ámbito de la libertad —del que se ocupa la segunda de las Críticas—? El problema es tanto más importante cuanto que va de la mano, a juicio de Kant, de la pregunta clave y fundamental que da sentido a la propia filosofía: ¿Qué es el hombre? Esta edición, realizada por Roberto R. Aramayo y Salvador Mas, revisa y actualiza la terminología de la obra, comenzando por su propio título.

EL BIEN PERFECTO. INVITACIÓN A LA FILOSOFÍA PLATÓNICA (GARCÍA-BARÓ, MIGUEL)
Toda invitación a la filosofía que se precie habrá de hacer necesariamente un alto en la reflexión platónica. De hecho, la maravillosa y complejísima obra de Platón expresa como ninguna la convivencia de dos elementos imprescindibles: la noción dialógica del filosofar socrático y la aparición de una metafísica primordial. En este sentido, los personajes que desfilan por los diálogos del genio de Atenas conducen al lector de forma lúcida al centro de las preocupaciones existenciales de cada época y, de manera destacada, de la actual. La verdadera filosofía tiene, sin duda, este mérito. En ella la belleza literaria, el humor denso, los rodeos aparentes son simples recursos para llevar a buen puerto su ineludible compromiso: la enseñanza indirecta, como le gustaba decir a Kierkegaard. El bien perfecto. Invitación a la filosofía platónica es la tercera entrega de esta sugestiva historia de la filosofía compuesta además por dos títulos precedentes: De Homero a Sócrates (2004) y Filosofía socrática (2005).

SER Y TIEMPO (HEIDEGGER, MARTIN)
La presente traducción de Ser y tiempo —segunda en el mundo de habla castellana— es el fruto de veintitrés años de trabajo. El traductor tuvo sus primeros contactos con Martin Heidegger en 1961, permaneciendo en estrecha relación con él. Entre 1973 y 1975 concluyó la primera versión del texto, que el propio Heidegger conoció y aprobó. En 1988 preparó una segunda versión; esta vez en reuniones semanales con el editor de Heidegger en alemán, Friedrich-Wilhelm von Herrmann, y el apoyo de Hans-Georg Gadamer y el profesor Max Müller. Finalmente, en 1991 inició una tarea de cinco años con un equipo multidisciplinario de especialistas, que daría como resultado, en 1995, la tercera y definitiva versión. Con todo, y más allá de la historia, la traducción de Ser y tiempo de Jorge Eduardo Rivera C. constituye un hito para la filosofía actual.