"Desacoplados" es un ensayo sobre cómo el capitalismo, sus cercamientos y sus recortes nos van convirtiendo a todos en desahuciados de nuestra propia vida, precarios habitantes de nuestro desierto particular, que en realidad no es nuestro sino del banco y que nos cuesta una pasta. "Desacoplados" parece que trata de películas del oeste, de indios y vaqueros, de Hamlet y sus cuitas. Pero no es así, en realidad trata de ti y de mí. De cómo lo que estaba ya no está, de quién se lo ha llevado y de cómo haremos para vivir lo que nos quede de vida con cierta dignidad. De eso va la estética, a todo esto, y a elucidar eso se dedica el libro. De cómo reconstruir una estética partiendo del desacoplamiento y de cómo convertirlo en potencia y lucidez. Nada menos...
De los frescos románicos de la Europa medieval a las expresiones más vanguardistas del Nueva York de nuestros días, el Gran atlas de la pintura nos propone un viaje a través de las grandes obras, los maestros, las ciudades y los movimientos artísticos. Se trata en buena medida de un mapa ameno y vivaz, en el que el lector puede orientarse con gran facilidad para seguir los itinerarios que marcan las obras y los estilos, la secuencia de los creadores y los protagonistas, la génesis de las pinturas que han marcado de forma indeleble nuestra formación visual. Mediante un revolucionario sistema de presentación, basado en la combinación de la trayectoria histórica y la dinámica de las áreas geográficas, el volumen presenta más de 800 obras maestras de la pintura europea y americana, siempre en reproducciones excepcionales comentadas por textos tan rigurosos como asequibles.
Alternando ideas y anécdotas sabrosas, Alain de Botton nos ofrece un libro que habla de arquitectura, pero habla sobre todo de lo que nos falta y a menudo nos sobra para llegar a la auténtica felicidad. Si es verdad que somos lo que comemos, también es cierto que somos lo que habitamos, y basta con entrar en una casa para saber no solo qué posee, sino qué esconde y qué desea su dueño. La felicidad depende de la idea que tenemos de nosotros mismos, de la capacidad de casar lo que es con lo que debería ser, y eso se refleja en los objetos que nos rodean. Así es desde tiempos inmemoriales, y Alain de Botton nos lleva de la mano para que revisemos bajo esta óptica un tanto insólita los edificios que han marcado la historia de la arquitectura, desde la Villa Rotonda de Palladio hasta las casas funcionales de Le Corbusier y los rascacielos de Jean Nouvel. Stendhal dijo que la belleza es una promesa de felicidad, y cada cual tiene una idea de belleza de acuerdo con la época y las circunstancias en que le ha tocado vivir. Por eso lo que fue hermoso un tiempo, ahora no puede reproducirse tal cual sin que nos parezca inadecuado. Cierta innovación se impone, pero hay elementos arquitectónicos que se repiten a lo largo de los siglos porque responden a las necesidades hondas de los humanos, y el camino de la felicidad se apoya en ellos: en la simetría, por ejemplo, o en las curvas de ciertos objetos. Donde esté la disposición adecuada de líneas y trazos, estará nuestro hábitat ideal, ese lugar al que nos gusta volver porque ahí reencontramos lo mejor de nosotros mismos. Reseña:«Para Botton, la arquitectura y el diseño son algo intensamente personal. Los edificios tienen carácter, vicios y virtudes, miran al mundo con una cara casi humana.»William Grietes, The New York Times
Dos son los ejes que centran el trabajo histórico y teórico de Giampiero Moretti: la consideración del genio como una entidad autónoma, personalidad demoníaco-divina cuya existencia sobrepasa misteriosamente los límites de lo puramente humano; en segundo lugar, el genio en tanto que posee un don-talento innato en el hombre, y en alguna medida «poseído» por él, del que se sirve aunque ignore su fundamento. La relación entre estas dos dimensiones, su entrecruzarse recíproco en la historia de Occidente en cuanto historia de la afirmación de la subjetividad, guían el recorrido de su estudio. Moretti estudia la condición del genio de modo original y minucioso en el ámbito de la relación existente entre el poeta y el artista con la naturaleza. Surgen aquí las principales preguntas y los problemas más complejos, pues el genio afirma su condición subjetiva, su «fuerza», su excepcionalidad y prescinde de las reglas que habitual y clásicamente se aplican a la representación-imitación de la naturaleza. El genio sustituye la verdad conceptual de las reglas por el poder creador de la imaginación y la fantasía, de tal modo que, como dice Kant, es él mismo naturaleza, no un simple intérprete. Moretti analiza la historia de esta tensión en la Antigüedad y en el Renacimiento, pero son sobre todo sus estudios sobre el dieciocho europeo, el Romanticismo y la Modernidad los que proporcionan mayor actualidad a este libro.
La estética modal es una teoría de la distribución, una teoría de los modos de lo sensible que especifica cómo lo que hay comparece siempre combinando en lo efectivo diferentes proporciones de orden y caos, de necesidad, contingencia, posibilidad e imposibilidad... Se contribuye desde ahí, como quería Lukács, a un replanteamiento de la estética como una triple teoría: una teoría del arte, una teoría de la sensibilidad y una teoría de la performatividad social y política del arte. Esto se articula a través de un pensamiento de lo necesario-repertorial, uno de lo posible-disposicional y uno de lo efectivo-complexo, sin descuidar las tramas de relaciones que los unen y los ponen en tensión. El objetivo de todo ello es acometer una recuperación de lo estético en toda su potencia, investigando la consistencia y la lógica de los procesos autopoiéticos y de auto-organización sin los cuales no se entiende un pimiento ni en un plano meramente estético ni mucho menos en un plano social y político.
El presente volumen reúne los más importantes escritos de Charles Baudelaire sobre arte. Los salones de 1845, 1846 y 1859, así como los textos sobre Eugène Delacroix, entre otros. Tras la publicación de Edgar Allan Poe, Crítica literaria y Lo cómico y la caricatura y El pintor de la vida moderna (La balsa de la Medusa, números 22, 93 y 203) disponemos de una edición completa de los ensayos de Baudelaire dedicados a las artes plásticas y la literatura. Salones y otros escritos sobre arte, en traducción de Carmen Santos, incluye también un amplio estudio introductorio, notas y biografías de Guillermo Solana.
Su autor no se limita aquí a recorrer con minuciosidad y erudición los trayectos habituales en la historia de lo bello. Propone, sobre todo, vías alternativas, itinerarios apenas transitados que, efectivamente, muestran a la belleza alejándose de su sombra clásica, sin perder por ello de vista sus inciertos orígenes. El vínculo, por ejemplo, entre retazos de platonismo e investigaciones neurocientíficas actuales; las teorías de Goethe y las tendencias ecológicas del presente o algunos problemas clásicos de la estética y la anestetización de nuestras sociedades, permiten a Vercellone observar el territorio de lo bello, justamente, desde aquello que parecería trascenderlo. La belleza es «todavía un proyecto», afirma el autor, y es tal proyecto, hecho y por hacer, el que recorre este libro: del mito de lo bello, hasta el renacimiento de cierta belleza antigua, actualizada por la necesidad de un pensamiento ecológico. La belleza acoge así su terco pasado, y lo hace, precisamente, atravesándolo desde su más allá.
Wittgenstein escribió algunas de estas páginas hasta un par de días antes de su muerte, en 1951, consciente de la proximidad de su final. En el diálogo que estableció, sobre todo con Goethe, emplea el concepto de color para desarrollar las pautas analíticas y críticas características de su "segunda" filosofía: la que ocupa su genio a partir de la década de 1930, tras la gran crisis de sus "años perdidos" y su regreso a Cambridge.
En torno a la doble cuestión intrínseca sobre si el cine reproduce o transforma la realidad, los capítulos que integran este libro se cuestionan desde diferentes puntos de vista, en ocasiones teóricos, en ocasiones estéticos, en ocasiones aplicativos, el carácter ambivalente en el que se encuentra el fenómeno cinematográfico en esta época que Lipovetsky ha dado en llamar hipermoderna.
Se dice que quienes se iniciaban en los misterios de Eleusis, en la Grecia antigua, alcanzaban el conocimiento supremo, y todos los secretos del mundo se revelaban ante ellos. La figura central de esa revelación en la que se concentraban el saber y la vida era una muchacha indecible. Cualquiera que tuviese la fortuna de contemplarla, alcanzaría la iluminación que sólo los iniciados conocen, y su vida sería más clara, más elevada, más sencilla. Pero ¿cómo encontrarla?, ¿cuál era su forma?, ¿qué nombre tenía? En este libro, Giorgio Agamben quizá el mejor filósofo de nuestro tiempo y Monica Ferrando una de las artistas contemporáneas más importantes tratan de respondernos a esas preguntas mediante un hermoso diálogo entre las palabras y las imágenes, un diálogo que interroga y que recorre los misterios de Eleusis, el mito de Kore-Perséfone, su rapto en los campos de Sicilia, su estancia en la oscura tierra de Hades, la búsqueda y desdicha de Deméter, la risa obscena de Baubo, la vuelta de Kore a la tierra de los dioses y, finalmente, la dicha del reencuentro con su madre y con la luz. Leer este libro es adentrarse, de la mano de Agamben y Ferrando, en un proceso de iniciación. Pero ¿una iniciación a qué? No se trata de una doctrina secreta de la cual no podamos hablar, sino de la vida misma y de la ausencia de misterio. Porque, al cerrar este libro, habremos aprendido que en el mundo no hay nada que se oculte ante nosotros, y que toda la belleza a la que podemos aspirar se concentra en la figura de una muchacha indecible. Y, al menos durante la lectura durante los instantes de nuestra iniciación, la felicidad y la bienaventuranza se instalarán en nuestra vida.
Edición completa y anotada de un texto fundamental, en una disciplina que viene así definida por Hegel: "Estas lecciones se ocupan de la estética; su objetivo es el vasto reino de lo bello y, más precisamente, su campo es el arte, vale decir, el arte bello". Por supuesto, a este objeto, propiamente hablando, no le es enteramente adecuado el nombre de estética, pues "estética" designa más exactamente la ciencia del sentido, del sentir, y con este significado nació como una ciencia nueva o, más bien, como algo que en la escuela wolffiana debía convertirse en una disciplina filosófica en aquella época en que en Alemania las obras de arte eran consideradas en relación a los sentimientos que debían producirse, por ejemplo, los sentimientos de agrado, de admiración, de temor, de compasión, etc. A la vista de lo inadecuado o, mejor dicho, de lo superficial de este nombre, se intentó forjar otros, como, por ejemplo, calística. Pero también éste se muestra insuficiente, pues la ciencia que proponemos considera, no lo bello en general, sino puramente lo bello del arte. Nos conformaremos, pues, con el nombre de Estética, dado que, como mero nombre, nos es indiferente, y además, se ha incorporado de tal modo al lenguaje común que, como nombre, puede conservarse. No obstante, la expresión apropiada para nuestra ciencia es "filosofía del arte", y, más determinadamente, "filosofía del arte bello".
Un repaso exhaustivo de los «cánones» de la fealdad, firmado por el gran Umberto Eco. Tras la Historia de la belleza, he aquí la Historia de la fealdad. En apariencia, belleza y fealdad son conceptos que se implican mutuamente, y por lo general se considera que la fealdad es la antítesis de la belleza, hasta el punto de que bastaría definir la primera para saber qué es la segunda. No obstante, las distintas manifestaciones de la fealdad a través de los siglos son más ricas e imprevisibles de lo que comúnmente se cree. Tanto los fragmentos antológicos como las extraordinarias ilustraciones de este libro nos llevan, pues, a recorrer un itinerario sorprendente hecho de pesadillas, terrores y amores de casi tres mil años, donde los sentimientos de repulsa y de conmovedora compasión se dan la mano, y el rechazo de la deformidad va acompañado de éxtasis decadentes ante las más seductoras violaciones de todos los cánones clásicos. Entre demonios, locos, enemigos terribles y presencias perturbadoras, entre abismos repulsivos y deformidades que rozan lo sublime, navegando entre freaks y fantasmas, se descubre una vena iconográfica extraordinariamente amplia y a menudo insospechada. Así que, tras haber contemplado a lo largo de estas páginas la fealdad natural, la fealdad espiritual, la asimetría, la falta de armonía y la deformidad, en un sucederse de lo mezquino, débil, vil, banal, casual, arbitrario, tosco, repugnante, desmañado, horrendo, insulso, vomitivo, criminal, espectral, hechicero, satánico, repelente, asqueroso, desagradable, grotesco, abominable, odioso, inmundo, sucio, obsceno, espantoso, abyecto, monstruoso, horripilante, vicioso, terrible, terrorífico, tremendo, repulsivo, nauseabundo, fétido, innoble, desgraciado, lamentable e indecente, el primer editor extranjero que vio esta obra exclamó: «¡Qué hermosa es la fealdad!»
L'estètica és una disciplina que va sorgir el segle XVIII i que reflexiona sobre l'art. La música, com a art, és un dels objectes de l'estètica. Aquest llibre s'hi centra i explica com cada època ha vist la música i la seva importància: des dels grecs fins avui.
Entre un libro y otro libro, entre una obra de arte y otra, entre los conceptos estéticos y los literarios, existen pasadizos; pasajes subterráneos conocidos unas veces, secretos en la mayoría. Este ensayo toma la forma de una linterna, para abrirse paso por esos corredores. Dice Paul De Man en Visión y ceguera que la modernidad existe en la forma de un deseo de borrar todo lo que vino antes, con la esperanza de llegar a un punto final que pueda ser llamado el verdadero presente, un punto de origen que marque un nuevo punto de partida. Ese punto de partida es también el de este ensayo, en el que Vicente Luis Mora, caminando en la dirección de la mirada del ángel de la Historia (es decir, hacia el pasado), revisa cómo ciertas estructuras de la literatura y el arte modernos han puesto las bases de una concepción del espacio artístico que ha perdurado incluso después de la Posmodernidad y de lo que él llama Pangea, el tiempo digital y acrónico en el que nos encontramos. Arquitectos y poetas, pintores y filósofos, escultores y narradores comparecen en esta obra, mostrando cómo sus espacios dialogan en una topomaquia incruenta, una batalla de lugares simbólicos en la que el único muerto es el aburrimiento. Si toda ciudad es un discurso, también toda escritura es una ciudad en sí misma, con sus barrios estructurales, sus pasadizos, sus calles significantes, sus personajes que pululan por ella como historias. La Literatura ya no puede concebirse fuera de la Arquitectura, alejada de las dimensiones urbanísticas en las que cada vez más se desarrollan la mayoría de las relaciones humanas. Leamos el lugar. Localicemos, en fin, la escritura. El espacio es un algo más sobre la página, una sintaxis que rige la falta de sintaxis, un nuevo orden que puede dar significado a lo escrito, que puede hacer signo el garabato y mensaje el signo.