Una vez anulada la diferencia jerárquica entre alta y baja cultura, la dimensión estética se ha extendido a todos los aspectos y rincones del mundo contemporáneo (política, vida cotidiana, publicidad, objetos, urbanismo, cuidado del cuerpo, videojuegos, computer graphics, etc.), característica que coexiste con la homologación y el anonimato de periferias y no-lugares, herederos perversos de un ocaso de la belleza que se remonta a la época romántica. Por supuesto, con frecuencia se trata de una belleza velada y estandarizada, producida directamente por exigencias comerciales; pero es un fenómeno en absoluto fácil de analizar y valorar: según de qué punto de vista se trate puede interpretarse como progreso, como pesadilla o como perversa banalización del programa vanguardista, el cual pretendía sacar el arte de los museos para extender su alcance a todos los ámbitos de lo vivido.
El unicornio es un animal tímido y salvaje. Sería imposible capturarlo si no fuera porque tiene una debilidad: adora a las vírgenes. Cuando una muchacha virgen le llama, acude rápidamente y coloca su morro (mitad caballo y mitad cabra) en su regazo. Mientras la mira dulcemente se deja acariciar. Se trata de una trampa (¿es consciente de ello la muchacha?): los cazadores llegan de inmediato y lo matan. Estas son, sucintamente, las características y la trágica historia del unicornio o liocornio en la literatura y en las representaciones figurativas medievales. El visitante que admira los seis tapices del parisino museo Cluny, en la sala circular que lo rodea, tiene la impresión de encontrarse ante un enigma algo más complejo que la historia que acabamos de contar.
Los iconos son obras ´extremas´: obras que tienen en su conclusión y en acto un determinado pensamiento pictórico; obras que reúnen una carga simbólica en la forma, una pulida técnica en la expresión artística y el sentido último de una ´visión del mundo´
«Un emocionante breviario sobre una manera de estar y comportarse en el mundo. Un catecismo laico para caminar, para no dejar nunca de pensar en medio de este mundo ruidoso y automatizado». César A. Molina, ABC Cultural «Delicioso tratado de lo que sucede cuando a un pie le sigue el otro, y al otro le sigue una idea, y a la idea, un pensamiento, y al pensamiento, una reflexión». Heraldo de Aragón Caminar es una evasión de la modernidad, una forma de burlarse de ella, de dejarla plantada, un atajo en el ritmo desenfrenado de nuestra vida y un modo de distanciarse, de aguzar los sentidos. David Le Breton mezcla en Elogio del caminar a Pierre Sansot y a Patrick Leigh Fermor, pero también hace que Bashô y Stevenson dialoguen sin preocuparse por el rigor histórico, pues el propósito de este exquisito libro no radica ahí, se trata solamente de caminar juntos, de intercambiar impresiones, como si estuviéramos en torno a una mesa en un albergue al borde del camino, por la tarde, cuando el cansancio y el vino nos hacen hablar.;
«Hoy día uno no necesita ser asquerosamente rico para proyectarse no sólo como diseñador sino como diseñado, sea el producto en cuestión la casa de uno o su negocio, sus mejillas caídas (cirugía estética) o su personalidad retraída (drogas de diseño), su memoria histórica (museos de diseño) o su futuro ADN (niños de diseño). ¿Podría ser este «sujeto diseñado» el resultado no deseado del tan cacareado «sujeto construido» de la cultura posmoderna? Una cosa parece clara: en el preciso momento en que se pensaba que el lazo consumista no podía estrecharse más en su lógica narcisista, lo hizo: el diseño es cómplice de un circuito casi perfecto de producción y consumo, sin mucho margen de maniobra para nada más.» Del marketing cultural a las relaciones históricas entre el arte contemporáneo y el museo moderno, pasando por la arquitectura espectáculo, el auge de las ciudades globales o las vicisitudes conceptuales de la historia del arte y los estudios visuales, «Diseño y delito» ofrece, con su estilo polémico, una serie de reflexiones que permitan iluminar las condiciones de la cultura crítica en nuestros días.
¿En qué momento surgió la Historia del arte? Y más importante aún, ¿cómo fue evolucionando y conformándose como disciplina académica? A ambas cuestiones, especialmente a la segunda, es a lo que trata de dar respuesta este libro. Con un estilo ameno y riguroso, Udo Kultermann pasa revista a los más de dos mil años que median entre Platón y las décadas finales del siglo xx, un apasionante recorrido que, desde la «prehistoria» griega, conduce al lector por la vida y la obra de las principales figuras que, con su trabajo y su personalidad, han caracterizado el desarrollo de esta ciencia. De Plinio el Viejo a Aby Warburg, de Vasari a Chastel, de Winckelmann a Kenneth Clark, pasando por Winckelmann, Burckhardt, Berenson, Pater, Riegl, Panofsky, los hermanos Goncourt o Anthoy Blunt, el presente libro constituye un completo y riguroso quién es quién en la apasionante historia de esta disciplina. En sus páginas se pone de manifiesto que, lejos de ser algo monolítico, la Historia del arte es un reflejo de las tendencias y corrientes metodológicas tan dispares que han confluido en su configuración. Una disciplina que no sólo no ha llegado a su fin, sino que continúa creciendo y abriendo nuevos ramales por los que discurrir, en su afán por profundizar en la esencia de esa poliédrica realidad que es el hecho artístico, siempre complejo y elusivo.
¿Qué son los Estudios visuales? Surgidos en torno al cambio de milenio como un entrecruce de disciplinas la Historia del arte, la Estética, la Teoría fílmica, los Estudios culturales, la Teoría de los medios, la Cultura visual, los Estudios poscoloniales y de género , responden a la necesidad de analizar un ámbito de importancia creciente en las sociedades contemporáneas: el de la visualidad, en el que intentan dar cuenta, sin restricciones disciplinares, de los procesos de producción de significado cultural que tienen su origen en la circulación pública de las imágenes. Podríamos, así, describirlos como aquellos estudios que tratan de «la vida social de las imágenes», analizando los procesos de la construcción cultural de la visualidad. Los ensayos reunidos en este volumen constituyen un conjunto trabado de reflexiones tanto sobre el origen y la constitución del campo de los Estudios visuales, como sobre sus desarrollos y aplicaciones al estudio de las políticas identitarias condicionadas por las prácticas de producción de visualidad, en el marco de la globalización. Con aportaciones de algunos de los más reconocidos autores en este ámbito emergente de estudios Susan Buck-Morss, Nicholas Mirzoeff, Keith Moxey o W. J. T Mitchell entre ellos, ofrecen una muy completa introducción al tipo de problemas tratados por los Estudios visuales y una puesta a prueba efectiva de sus potenciales críticos.
El Diccionario de los ismos fue publicado por vez primera en 1949 y en una segunda edición corregida y revisada en 1956. La presente edición completa a la segunda añadiendo voces que el autor había elaborado para otros lugares. Juan Eduardo Cirlot ofreció en esta obra un compendio de estética (arte, música, literatura, filosofía;) bajo la forma de «diccionario», tan querida por él. En su prólogo se lee: «Ismo significa ;perteneciente a;, pero también quiere decir lo que esa integración tiene de partidista, de fanática [;]. El mundo de los ismos tiene a veces algo del laberinto cretense; en una ocasión afirmamos que lo que la realidad, natural e incluso cultural, nos ofrece, es un caos. Pero en otros momentos, que constituyen el premio de la labor, vemos cómo ese laberinto se transfigura en un conjunto de una ordenación maravillosa, perfecta. La ley de la cristalización parece apoderarse de todos sus contornos, infundiéndoles un fulgor deslumbrante y lo que eran obscuros pasadizos se convierten en puentes diamantinos».
En el presente libro se expone el origen, nacimiento y desarrollo del flamenco, al tiempo que se analizan los periodos fundamentales de su evolución, así como los enclaves geográficos más significativos. También se estudian las características básicas del cante, el baile, el toque y sus elementos de acompañamiento. Además de un glosario de términos específicos, se incluye una relación con casi 500 fichas de artistas relevantes de todas las épocas, todo ello acompañado de una discografía básica y una amplia bibliografía. Por último, el estudio se completa con un capítulo dedicado a las nuevas tendencias del flamenco, que incluye un apéndice actualizado para la presente edición de más de 70 fichas de artistas y grupos experimentalistas.
Aparecido en 1911, nos encontramos ante el texto teórico más difundido de Kandinsky, un discurso estético que desemboca en la práctica de la abstracción no figurativa. Lejos de ser un texto pragmático ?no pretende apelar a la razón y al cerebro?, se expresa en un lenguaje de claras resonancias orientales, lleno de analogías, y busca resolver las dificultades de la expresión escrita por medio de asociaciones sensoriales y lingüísticas. Una obra que, gracias a su gran poder comunicativo, ha acabado ejerciendo una influencia profunda e indiscutible.
El Laocoonte de Lessing representa una de las obras capitales dentro de la Historia de las ideas estéticas de Occidente. Teniendo como antecedentes remotos a Aristóteles (Poética) y a Horacio (Epistola ad Pisones) y como antecedentes próximos las investigaciones sobre la belleza y el arte que tuvieron lugar en el ámbito alemán, francés y anglosajón durante los siglos XVII y XVIII, es un ensayo sobre los límites que las artes plásticas y la literatura deben imponerse en función de los medios de los que disponen, los " signos arbitrarios y sucesivos " de ésta frente a los " signos naturales y simultáneos " de aquéllas. Partiendo de una opinión de Winckelmann relativa al grupo escultórico alejandrino que da nombre al ensayo y enfrentándose con una pintoresca interpretación, vigente a lo largo de más de un milenio, de la frase de Horacio ut pictura poesis, Lessing va devanando una serie de reflexiones sobre el arte, la belleza y los objetos adecuados a las distintas bellas artes. La obra revela una extraordinaria agudeza por parte de su autor, su insaciable curiosidad, su carácter polifacético, su pasión por la dialéctica. Libro lleno de digresiones, con el encanto de lo incompleto y fragmentario, en él podrá encontrar el lector, por ejemplo, interesantes observaciones sobre la esencia de lo cómico, lo ridículo, lo repugnante... que llaman la atención por su extraordinaria finura y que se anticipan con mucho al tiempo en que fue escrito este ensayo.