Para los habitantes de Bizancio, sus trabajos de arquitectura, frescos, mosaicos, marfiles, cálices, filigranas de oro y muchas otras opulentas obras de arte, fueron la prueba material de su grandeza y poder sobre los demás pueblos del Mediterráneo. El gr
Este libro es un estudio riguroso e indispensable para entender la música en el periodo en que la música, como expresión de los sentimientos, consigue el umbral de lo sublime. Centra principalmente su atención en desgranar qué son y qué representan la música pura y la música programática.
¿Quién era en realidad Andy Warhol? ¿Fue el más célebre representante de la cultura pop, alguien fascinado por la publicidad y el éxito ;quintaesencias de lo «americano»;, un comprador y consumidor compulsivo, un artista polifacético y admirado? ¿O fue acaso el último gran pintor de la tradición europea del retrato y el bodegón; un ser, por el contrario, consumido por lo que poseía, melancólico, nostálgico, que vivió la vida como una carrera hacia la muerte? Tristísimo Warhol pretende contestar a estas preguntas, y lo hace en forma de relato, partiendo de una historia del arte narrada que comienza un día de agosto de 1956, cuando el último pintor romántico, Jackson Pollock, se estrella con su coche en Long Island. Artistas como David Hockney, Jasper Johns o Tom Wesselmann aparecen y desaparecen en esta historia, configurándose, también alrededor de ellos, toda una serie de conceptos de la modernidad, actuales síndromes de nuestro tiempo: la nostalgia, la melancolía, la muerte. Tristísimo Warhol finaliza con la muerte del artista. Pero, más que un libro sobre él o el arte pop, ésta es una historia osada y reveladora que habla de todos nosotros, al fin y al cabo atrapados en esos síndromes modernos.
El presente libro ofrece una completa visión de todos los movimientos que conforman la historia de las artes figurativas del siglo XIX, situando y explicando las obras como un producto de su contexto histórico-cultural. Los autores abordan, además, muchos aspectos de la llamada ?nueva? historia del arte -atención a los temas de clase y sexo, racismo y eurocentrismo, relación entre cultura popular y elite,?-, al tiempo que recuperan el carácter particularmente vital, brillante y subversivo del mejor arte de la época.
¿Qué quiso decir El Bosco en El jardín de las delicias, o Velázquez en Las hilanderas, o Felipe II y Juan de Herrera en el monasterio, palacio y mausoleo de El Escorial, o Felipe IV en el Salón de Reinos alrededor del cual giraba la maquinaria arquitectónica del Palacio del Buen Retiro? He ahí algunas de las cuestiones ;históricas, estéticas y simbólicas; que se formulan y contestan en La variedad del mundo. En este libro se exploran también las relaciones del amor y la muerte en los campos del arte y de la literatura ;particularmente en Goya;, se indaga el sentido de los «grutescos», que tanta trascendencia tuvieron en el arte del Renacimiento, y se da cuenta de los variados simbolismos que ha revestido el agua en diferentes culturas, sobre todo en la grecorromana y en la judeo-cristiana, que están en la base de nuestra cultura occidental. Ignacio Gómez de Liaño muestra también, en estas páginas, los aspectos de la vida de Cervantes que mejor explican la génesis del Quijote, y se sumerge en la corriente narrativa de El Criticón, novela filosófica por antonomasia, en la que Gracián representó el drama de las edades del hombre, o sea, de la condición humana. Acerca de ese tema versa también «El hombre en la encrucijada», texto leído en Beirut en noviembre de 2008, que señala nuevas direcciones en los espacios abiertos en La variedad del mundo.
En la actualidad, el modo de abordar el arte se caracteriza, frecuentemente, por una gran ingenuidad que afecta tanto a la mayor parte del público como a sus «amateurs». Un primer aspecto de esa ingenuidad identifica el arte con la obra, con el objeto artístico, que se percibe dotado de un valor cultural, simbólico, económico, autónomo e independiente. Una ingenuidad opuesta y complementaria consiste en disolver completamente el arte en la vida, de manera que el arte pierde toda su especificidad y se convierte en una operación comunicativa. Ambas posiciones ignoran la «sombra» que, inseparablemente, acompaña tanto la obra como la operación artística. El arte, hoy más que nunca, deja tras de sí una sombra, una silueta menos luminosa en la que se retrae cuanto de inquietante y enigmático tiene.
Del Arte a la idea: ensayos sobre Arte Conceptual proporciona un panorama general de una de las tendencias más importantes e influyentes del arte americano y europeo de los últimos treinta años. Robert Morgan define y aclara las premisas del Arte Conceptual, centrándose en las obras de una serie de artistas internacionales, entre los que destacan Joseph Kosuth, Hans Haacke, Sherrie Levine y Joseph Beuys. Examina su evolución desde sus comienzos en los años 60 hasta finales de los 80, situando el movimiento en su contexto histórico y cultural y relacionándolo con las importantes cuestiones teóricas y críticas que emergieron con fuerza durante este periodo. Tras definir los tres modos primarios de representación que caracterizan el Arte Conceptual -el filosófico, el estructural y el sistemático-, Morgan aplica estos conceptos al análisis de diversos medios, como la pintura, la fotografía, los libros o la performance.
La obra de Rousseau ha sido objeto de numerosas traducciones, sin embargo no existían hasta ahora ediciones accesibles al lector en castellano de los textos sobre música. Dichos textos, una importante selección de los cuales se recogen en este volumen, no sólo son significativos desde el punto de vista de la teoría o filosofía musical sino que constituyen la primera producción literaria teórica del Romanticismo. En ellos Rousseau polemiza con Rameau -que sostuvo que el propósito de la música no era sólo agradar al oído, sino también el facilitar el conocimiento de la realidad- y proclama la primacía de la melodía, a cuyo través se expresa el sentimiento, sobre la armonía. Cuando ambos disputan acerca de la melodía y la armonía, ponen en cuestión algo más que la música; su disputa gira acerca de la realidad en sí misma.
Ver una imagen ¿puede ayudarnos a conocer mejor nuestra historia? En agosto de 1944, los miembros del Sonderkommando de Auschwitz-Birkenau lograron fotografiar clandestinamente los métodos de exterminio utilizados en el lugar donde ellos mismos se encontraban prisioneros. Nos quedan cuatro fotografías de aquellos momentos. Y este libro intenta analizarlas preguntándose por las condiciones en que determinadas fuentes visuales pueden ser utilizadas por la disciplina histórica. Igualmente, el autor propone una crítica filosófica de lo inimaginable, pero también de lo que, pese a todo, podemos imaginar al respecto. Se trata de comprender, así, lo que significa ese pese a todo en este contexto. El objetivo es descubrir que las imágenes pueden desvelar lo real, por lo menos de alguna forma, y sustraerse así a los peligros del fetichismo. Para explicar todo esto el autor se refiere a películas como Shoah, de Claude Lanzmann, o Histoire(s) du cinéma, de Jean-Luc Godard; a la noción de la ?redención de la imagen? según Walter Benjamin y Siegfried Kracauer; y al lugar de la imaginación en la cuestión ética en la obra de Hannah Arendt. Y, en fin, se reinterpreta nuestro actual malestar cultural desde la perspectiva de la imagen en la época de la imaginación desgarrada.
Por primera vez se presenta en lengua española una obra clave en la historiografía artística, que se encuentra en la raíz de algunas de las principales corrientes que han marcado el desarrollo de la disciplina en el último siglo, de la iconología de Panofsky a los modernos Estudios Visuales. Mnemosyne es el gran proyecto al que Aby Warburg dedicó los últimos años de su vida y que debía resumir y coronar toda su obra. Para ello, recopiló unas 2.000 imágenes articuladas en 60 tablas en un magno atlas que quedó sin terminar a su muerte. A pesar del interés que había despertado entre sus contemporáneos y de los intentos llevados a cabo por los colaboradores de la Biblioteca Warburg después de su traslado a Londres, el material no vio la luz hasta la edición de la Akademie Verlag llevada a cabo por Martin Warnke, uno de los más prestigiosos historiadores del arte de las últimas décadas. Dicha edición, que respeta escrupulosamente la obra tal como la dejó Warburg, es la que se recoge en el libro que el lector tiene ahora entre sus manos. Además, la versión española, bajo la supervisión de Fernando Checa Cremades, recoge, junto a nuevos textos escritos para la ocasión por el mencionado autor y por Karin Hellwig, varias conferencias inéditas de Warburg relacionadas directamente con su obra póstuma, que ponen de manifiesto la complejidad y grandeza de un pensamiento que no sólo no ha perdido un ápice de su interés, sino que se muestra más vigente que nunca.