La dilatada experiencia profesional y académica de su autor propicia que este libro desborde todos los pequeños riachuelos en que suelen consistir las escuelas de psicología y filosofía, muy apegadas ellas a las circunstancias académicas. La obra fluye hacia la creación de un nuevométodo fenomenológico personalista, que sin embargo también desborda los planteamientos pacatos y perezosos de un personalismo aburrido y remasterizado cien veces, así como de la fenomenología tiesa y meramente analítica de la primera generación. Cualquier lector sin prejuicios dará fe de lo que tiene ante sus ojos. Dejando atrás las patologías de la razón gestáltica y de las ?terapias existenciales? o ?terapias humanistas?, descubre en la relación interpersonal el horizonte más profundo de la sanación, superando para ello las patologías del sufrimiento narcisista.
No debemos dejarnos someter por las ideas, pero no podemos resistir a las ideas más que con ideas. Una parte de nuestra vida está en la vida de las ideas. Una parte de nuestra humanidad está hecha de ellas. Pero estamos todavía en la fase " bárbara " de las ideas y deberíamos poder establecer relaciones civilizadas con ellas. De ahí surge la idea de complejidad. En " El Método 3, El conocimiento del conocimiento " , se examinaba la idea desde el punto de vista del espíritu/cerebro humano (antropología del conocimiento). En este, se considera la idea primero desde el punto de vista cultural y social (ecología de las ideas), después desde el punto de vista de la autonomía/dependencia del mundo de las ideas (noosfera) y de la organización de las mismas (noología). Edgar Morin ha dedicado su investigación a la búsqueda de un " método " apto que ponga de manifiesto el desafío de la complejidad que se impone tanto al conocimiento científico como al estudio de los problemas humanos, sociales y políticos. Preocupado por mostrar un conocimiento sin divisiones ni compartimentos, respeta lo individual y lo singular considerando su interrelación con el contexto y el todo. Su concepción de la complejidad ántropo-social incluye las dimensiones de lo biológico y lo imaginario. Ediciones Cátedra viene publicando desde 1981 los distintos volúmenes que bajo el título de " El Método " constituyen una reflexión sobre sus propios métodos y sobre las sociedades humanas en general.
¿Quiénes somos? Cuanto más conocemos lo humano, menos lo comprendemos: las disociaciones entre disciplinas lo fragmentan, lo vacían de vida, de presencia, de complejidad, e incluso ciertas ciencias consideradas humanas lo vacían de la noción de hombre. Este libro huye de la división de lo humano. Rompe con las concepciones reductoras ( " homo sapiens " , " homo faber " y " homo oeconomicus " ) que privan al ser humano de tener a la vez identidad biológica, identidad subjetiva e identidad social. Más que yuxtaponer los conocimientos dispersos en las ciencias y en las humanidades, este libro tiene la vocación de enlazarlos, articularlos, reflexionar sobre ellos a fin de pensar la complejidad humana y considerar así una humanidad enriquecida por todas sus contradicciones: lo humano y lo inhumano, el repliegue sobre sí y la apertura a los otros, la racionalidad y la afectividad, la razón y el mito, lo arcaico y lo histórico, el determinismo y la libertad. Edgar Morin ha dedicado su investigación a la búsqueda de un " método " apto que ponga de manifiesto el desafío de la complejidad que se impone tanto al conocimiento científico como al estudio de los problemas humanos, sociales y políticos. Preocupado por mostrar un conocimiento sin divisiones ni compartimentos, respeta lo individual y lo singular considerando su interrelación con el contexto y el todo. Su concepción de la complejidad ántropo-social incluye las dimensiones de lo biológico y lo imaginario. Ediciones Cátedra viene publicando desde 1981 los distintos volúmenes que bajo el título de " El Método " constituyen una reflexión sobre sus propios métodos y sobre las sociedades humanas en general.
Este sexto y último volumen de " El Método " constituye el punto de llegada de la gran obra de Edgar Morin. Esta obra ha hecho de la complejidad un problema fundamental que elucidar y tratar, ha creado escuela y ha suscitado un movimiento para " reformar el pensamiento " . En este volumen, el autor parte de la crisis contemporánea, propiamente occidental, de la ética, para regresar al final a ese mismo punto de partida, después de un examen antropológico, histórico y filosófico a la vez. La consciencia moral no puede deducirse de la consciencia intelectual, pero necesita de la consciencia intelectual, es decir de pensamiento y de reflexión. La buena intención corre el riesgo de determinar acciones malas y la voluntad moral puede determinar consecuencias inmorales. Hacer lo que se debe no es a menudo simple ni evidente, sino incierto y aleatorio. Morin busca encontrar y regenerar los principios de la moral en la vida, en la sociedad, en el individuo, estableciendo que el ser humano es a la vez individuo/ sociedad/especie. Trata de los problemas permanente y constantemente agravados de la relación entre ética y política, ciencia y ética. Edgar Morin ha dedicado su investigación a la búsqueda de un " método " apto que ponga de manifiesto el desafío de la complejidad que se impone tanto al conocimiento científico como al estudio de los problemas humanos, sociales y políticos. Preocupado por mostrar un conocimiento sin divisiones ni compartimentos, respeta lo individual y lo singular considerando su interrelación con el contexto y el todo. Su concepción de la complejidad ántropo-social incluye las dimensiones de lo biológico y lo imaginario. Ediciones Cátedra viene publicando desde 1981 los distintos volúmenes que bajo el título de «El Método» constituyen una reflexión sobre sus propios métodos y sobre las sociedades humanas en general.
Este ensayo, aparecido en 1795, cuando F. W. J. Schelling apenas contaba veinte años de edad, es la tercera obra publicada por el filósofo, y exhibe ya una madurez y una perfección formal tan inusitadas que hicieron que se hablase unánimemente de su autor como de un «genio precoz». Schelling continúa en este escrito la preocupación heredada de los postkantianos Schulze, Maimon y Reinhold por hacer realidad el «sueño» de Kant de transformar la filosofía en ciencia, y desarrolla la pretensión de Fichte de reducir todo el sistema kantiano a una única proposición: Yo=Yo. La tesis central del ensayo sostiene que el principio de toda filosofía es el Yo absoluto conocido a través de la «intuición intelectual». Schelling concibe este Yo absoluto como libertad, como pura actividad creadora, otorgando preeminencia a la acción sobre el pensar y a la motivación moral sobre el conocimiento.
Este libro propone un nuevo modo de hacer filosofía o, más concretamente, un nuevo modo de explicar cómo se origina el pensamiento humano. Frente a visiones reductivas o abstractas, apuesta por asumir, desde el inicio, lo objetivo y lo subjetivo, lo personal y lo interpersonal, lo sensible y lo intelectual. Apuesta, en otros términos, por una experiencia integral origen de todo saber: común, científico y filosófico.
El punto de vista en el que se sitúa el autor de esta obra justificaría plenamente el título de Antropología Metafísica. Su objeto es el de ser viviente, pero más especialmente el hombre, y más aún su vida subjetiva, sensible e intelectual. A través del estudio de los hechos psíquicos, Verneaux muestra qeu la filosofía necesita de la psicología para construir una concepción del mundo.
Leonardo Polo (Madrid, 1926-Pamplo-na 2013) se licenció en Derecho (1949); posteriormente realizó la licenciatura y el doctorado en Filosofía. Se incorporó a la Universidad de Navarra en 1954. Obtuvo la cátedra de Fundamentos de Filosofía de la Universi
El propósito de esta obra es ser un manual de metodología general. Por tanto, su finalidad primordial es la exposición y el análisis crítico de la significación y los límites de los métodos y las técnicas actuales de investigación. En segundo término, aspira a contribuir a iniciar a los jóvenes en el trabajo científico reflexivo, ordenado y crítico, familiarizándolos, a la vez, con las técnicas de la labor intelectual y de la preparación de los informes científicos. Se ha tenido especial cuidado en eludir problemas filosóficos que nos alejaran de los objetivos propuestos; sólo se ha introducido la reflexión filosófica y el examen metacientífico cuando así lo exigía la naturaleza misma de las cuestiones o la necesidad de meditar sobre el alcance de los métodos y las técnicas considerados. Ésta no es una obra de epistemología ni de filosofía de las ciencias, sino de metodología científica, y en ese nivel debe ser juzgada. La segunda y la tercera partes del libro han sido escritas pensando en los que se inician en la investigación y, muy especialmente, en los estudiantes universitarios que deben cumplir tareas escolares que, sin confundirse con la indagación científica en sentido estricto, están muy próximas a ella desde el punto de vista metodológico: redacción de informes, relatos escritos sobre capítulos de un libro, preparación de monografías y de tesis.