Inencontrable en España desde hace años, recuperamos para la colección Metatemas La lógica de lo viviente, una obra de referencia inexcusable para biólogos y filósofos de la ciencia, pero también un manual apasionante para todos los interesados en la historia de la cultura. Como dijo Michel Foucault en su día: «Es la más extraordinaria historia de la biología jamás escrita. E invita además a un gran reaprendizaje del pensamiento».FrançoisJacob parte del supuesto de que, contra lo que cabría esperar, una época o una cultura no se definen tanto por el conjunto de sus conocimientos y saberes como por las preguntas e inquietudes que en ella se plantean. La lógica de lo viviente quiere ser la historia de las preguntas formuladas en relación con la herencia; la historia de los esfuerzos para que se abran paso las nuevas preguntas o, sencillamente, se reformulen las clásicas. Siguiendo esa interrogación constantemente replanteada en los últimos siglos, Jacob nos muestra cómo se ha ido transformando la concepción de la vida y del ser humano, y cómo las respuestas abandonaron el marco de la revelación divina para convertirse en materia de investigación. Por encima de la acumulación de resultados, la biología progresa en la medida en que sigue luchando por la experimentación científica. La lógica de lo viviente también nos enseña que en ciencia, tan importante como el resultado, por novedoso que sea, es la apertura, la primacía de la crítica, el sometimiento a lo imprevisto. Como se nos dice en el prólogo, «hace mucho tiempo que los científicos han renunciado a la idea de una verdad última e intangible, imagen precisa de una realidad que estaría esperando que se la descubra a la vuelta de una esquina. Ahora ya saben que tienen que conformarse con lo parcial y lo provisional».
Las especulaciones físicas de los griegos después de Aristóteles no suelen recibir la atención que se merecen. Sin embargo en ellas encontramos concepciones científicas que no han perdido nada de su actualidad, como es la oposición entre la acción local y la acción a distancia o entre la concepción discreta y corpuscular de la naturaleza y la visión continua de la misma. El mecanicismo, la geometrización platónica del mundo material, la concepción absoluta y relativa del tiempo y el espacio constituyen otros tantos desarrollos postaristotélicos de importancia histórica continuada. Sambursky explora, con una erudición que en nada detrae de la amenidad, la fascinación que sobre los filósofos naturales ejercieron unas visiones y oposiciones que recorren la historia de la física. Continuación del libro del mismo autor El mundo físico de los griegos, esta obra posee un gran valor histórico a la vez que se convierte en una fuente de reflexión filosófica desde los intereses actuales de la ciencia física.
Ciencia y pensamiento deberían ser indisociables. Si la ciencia no puede prescindir del sentido común y de los conceptos lingüísticos inherentes a la reflexión, tampoco el pensamiento humanista debería ignorar los descubrimientos de la ciencia. Precisamente de las relaciones entre las teorías científicas y los modos de pensar trata este libro. A partir de una serie de dicotomías que estructuran cualquier razonamiento (verdadero / falso, continuo / discontinuo, absoluto / relativo, cierto / incierto, finito / infinito, global / local, elemental / compuesto, etcétera), Lévy-Leblond se propone demostrar en Conceptos contrarios que tales conceptos, considerados desde una perspectiva científica, se vuelven relativos y pueden a veces difuminarse en un continuo o en mil matices. Como el lector descubrirá en los experimentos que comenta el libro, lo verdadero y lo falso, lo constante y lo variable, o incluso lo real y lo ficticio no siempre resultan tan antagónicos como podía parecernos. Al mismo tiempo, Conceptos contrarios propone un uso inteligente de la ciencia para otros asuntos, y sugiere varios conceptos propios de la práctica científica que deberían emplearse en otros ámbitos del pensamiento. La gran lección de la ciencia en general, y en particular de la física, es que desconfía de las ideas recibidas y de su inercia y sólo acepta los modelos explicativos en función de su aplicabilidad. Como nos sugiere con amenidad y rigor Lévy-Leblond a lo largo de su obra, sólo ampliando nuestro campo conceptual y revisando la validez de ciertas dicotomías podemos acceder a una mejor compresión de la multiplicidad de lo real.
Entre los grandes pensadores de nuestro tiempo, Hans Küng aboga como ningún otro por la conciliación de racionalidad y fe cristiana en una apuesta común. En este nuevo libro una apasionante excursión a los límites del conocimiento humano Küng se apoya en sus propias investigaciones de muchos años para abordar temas centrales: ¿Dios como principio?, ¿creación o evolución?, ¿es todo azar?, ¿es el libre arbitrio una ilusión? Pero no se limita a mostrar las respuestas específicas que a estas preguntas dan ciencia, filosofía y teología, sino que, superando antagonismos a menudo teñidos de ideología, se hace cargo de la cuestión fundamental de lo que «al mundo mantiene en sus entrañas», en palabras de Goethe. «¡Sea la luz!: también el presente libro quiere, con toda modestia, comunicar luz, difundir esa luz que los grandiosos resultados sobre todo de la física y la biología arrojan sobre el principio del mundo, la vida y el ser humano; luz como la que, de un modo totalmente distinto, sigue irradiando el testimonio de la Biblia, siempre y cuando sea entendido de forma acorde con los tiempos; luz como la que, desde la humilde confianza en sí mismas, hoy pueden transmitir a los seres humanos una filosofía y una teología ilustradas» (Hans Küng).
¿Se puede enseñar a vivir? ¿Y quién y cómo debería enseñarnos a convivir? Este volumen reúne los dos libros que José Antonio Marina ha dedicado a estos dos aprendizajes fundamentales: vivir y convivir. Esta nueva edición actualiza algunos capítulos con las más recientes aportaciones científicas a estos temas e incorpora un nuevo y largo prólogo en el que el autor desarrolla su concepto de la sabiduría, entendida como "inteligencia vital" o "inteligencia práctica", y expone la prioridad de esta inteligencia práctica sobre la teórica. El libro explora nuestras posibilidades de aprendizaje en la vida y en la convivencia, el papel de los padres y los educadores en la transmisión de conocimientos y modelos de comportamiento, indaga en la visión del mundo que los adultos transmiten a los niños y nos da pistas para enfrentarnos a la aventura de vivir y convivir. Y lo hace sin dogmatismos y sin dramatismos, con claridad y con pasión por un aprendizaje de la auténtica sabiduría. Un libro para mentes inquietas. Una bitácora para exploradores en busca de la verdadera sabiduría: aprender a vivir y a convivir.
Como indica su título, esta obra está concebida como una introducción a los temas más importantes que se discuten hoy en día bajo el rótulo, más bien confuso, de «epistemología» o teoría del conocimiento. La epistemología es el estudio del conocimiento y de la justificación de la creencia. Entre las cuestiones centrales a las que trata de responder están: ¿qué creencias están justificadas y cuáles no?; si hay algo que podemos conocer, ¿qué es?; ¿cuál es la relación entre conocer y tener una creencia verdadera?; ¿cuál es la relación entre ver y conocer? Cuestiones como éstas se hallan en el corazón de la epistemología, pero ésta va más allá y, como en cualquier otra disciplina filosófica, sus fronteras son más bien difusas. Este libro constituye, pues, una introducción general a los principales temas que conforman el objeto del debate filosófico actual en la teoría del conocimiento y la justificación. Resultará de gran utilidad, por su original y riguroso enfoque, a todos aquellos que deseen saber qué está sucediendo exactamente en la epistemología contemporánea. El hecho de que sea un libro introductorio no le impide ofrecer y defender con consistencia una posición propia. En la trama argumental de esta obra se entrecruzan diferentes líneas de pensamiento. Examina Dancy, en la primera parte, las teorías actuales sobre el conocimiento, especialmente la de R. Nozick. En la segunda, se debaten los méritos relativos de las diferentes teorías de la justificación. La tercera parte se ocupa básicamente del problema de la percepción. Después de preguntarse cómo es posible la epistemología, Dancy proporciona su propia respuesta a los retos del escéptico. A lo largo de todo el libro se hace constante referencia a los puntos de vista de los filósofos del siglo XX más destacados, especialmente a Wittgenstein y a Quine, para mostrar las características más relevantes de la epistemología contemporánea.
Karl Popper, sin duda uno de los pensadores más influyentes de nuestra época, es también autor de La sociedad abierta y sus enemigos, Conjeturas y refutaciones, En busca de un mundo mejor, El mundo de Parménides, El cuerpo y la mente o La responsabilidad de vivir, todos ellos igualmente publicados por Paidós. A lo largo de su apasionante carrera literaria, Karl Popper realizó algunas de las más importantes contribuciones de nuestro tiempo al eterno debate sobre la ciencia y la racionalidad. Siempre ajeno a las modas intelectuales, ofreció una visión del racionalismo crítico considerado a la vez como teoría del conocimiento y como actitud respecto a la vida humana, la moral y la democracia. Según él, hay que ser mesurado en todos los aspectos y tener en cuenta que el conocimiento científico es uno de los logros humanos que más han hecho por el desarrollo de la racionalidad y la creatividad, pero también intrínsecamente falible y siempre susceptible de revisión. Un discurso, en fin, que esta nueva y deslumbrante recopilación de materiales sobre el tema no olvida en ningún momento.
Leer estas páginas es maravillarse ante el misterio de la vida. En el capítulo cuarto, por ejemplo, Sir Charles nos invita a asistir a un milagro, el de la autoformación de un delicado, sofisticado y perfecto instrumento: el ojo. Se trata de la invitación de un gran científico y espléndido escritor que tuvo mucho tiempo para dejarse fas- cinar por el problema del fenómeno llamado vida (¿existe ?seamos serios? al- gún otro problema?), pues dispuso de noventa y cinco años para semejante tarea. Es éste el texto culminante de un científico (por deseo expreso), de un historiador (por curiosidad natural) y de un filósofo (inevitablemente). Las reflexiones de Sir Charles Sherrington arrancan del conocimiento antiguo y medieval, y muy en espe- cial de la obra del sorprendente Jean Fernel, médico de cámara de Enrique II de Francia, que alcanzó una enorme reputación y ejerció una gran influencia en el si- glo XVI. El «nuevo Galeno», como se le conocía entonces, parece haber aceptado también, desde el pasado, atender a la misma invitación que Sherrington nos hace a nosotros, sus lectores de hoy. De hecho, se siente, al leer este libro, como si otras personas lo estuvieran haciendo a la vez, discretamente, por encima de nues- tro hombre: ¡Fernel y el propio Sir Charles!
La unión de las palabras ?historia? y ?filosofía? en el título de este libro es una indicación acerca de su carácter más saliente: el autor introduce inmediatamente en su desarrollo histórico la consideración filosófica y crítica. Esto y su extraordinaria capacidad para liberarse de esquemas corrientes al contemplar las diversas fases de la historia de la ciencia, dan a su libro una frescura, una espontaneidad, que en más de una página el lector tiene la impresión de estaroyendo hablar por vez primera de un hecho de la historia de la ciencia que en realidad conoce de antiguo, aunque en interpretación mucho menos auténtica y bastante más adocenada. En este sentido puede subrayarse, por ejemplo, el tratamiento dado por Hull a la introducción de la idea de demostración geométrica por Tales de Mileto, o al prejuicio platónico contra las cónicas, o a la relación entre el análisis filosófico empirista inglés y la ciencia moderna, y tal vez, antes que nada, la posición en que el autor pone a la historia de la matemática respecto de la ciencia de la naturaleza. De aquí la construcción del libro en nueve capítulos que tratan sucesivamente la prehistoria de la ciencia, la ciencia ateniense, la alejandrina, la medieval, la geometría astronómica, la mecánica astronómica, la aparición de la metodología de la ciencia moderna, las nuevas ciencias surgidas en los siglos XVI y XVII y el desarrollo de la biología en el siglo XIX. Un epílogo considera las tendencias científicas del sigo XX. Esta forma de exposición, antítesis del catálogo de nombres y fechas,tiene mucho que ver con los rasgos destacados del libro: la intensidad con que trata cada uno de los temas seleccionados y lo afortunado de esa selección, pues, a pesar de la relativa brevedad de su exposición, Hull consigue dar cabida en ella a importantes detalles de erudición de primera mano que no suelen encontrarse ni en obras colectivas de extensión mucho mayor. Sirva de prueba de esta afirmación la información de Hull, a propósito de las ideas evolucionistas de Anaximandro tomadas de la doxografía filosófica, que los historiadores de la ciencia no suelen aprovechar en toda la medida posible.
Las ciencias pueden explicar, mas no pueden explicarse, y éste es un debate que tradicionalmente ha quedado a cargo de la filosofía de la ciencia. Es en este ámbito donde se desarrolla el presente libro, que ofrece a su vez cuatro grandes núcleos temáticos: coafirmación, inducción y creencia racional; concepciones de la significación cognitiva; estructura y función de las teorías y los conceptos científicos; y expliación científica. Para hablarnos de este tema, el autor explora algunos de los aspectos más importantes de las ciencias naturales y sociales, así como de su historiografía, y presenta dos modelos básicos de hechos explicativos, analiza su solidez y examina en qué medida iluminan la estructura y el fundamento de los distintos tipos de interpretación e investigación. El resultado es un texto que interesará tanto estudiantes y profesionales de la filosofía como a sociólogos, naturalistas e historiadores preocupados por los aspectos metodológicos y filosóficos de sus disciplinas.