En 1956, el señor Yaben, un ingeniero del Instituto Nacional de Colonización, idea un pueblo de colonización que construirán y habitarán presos en una inhóspita zona de las Bardenas. El proyecto no sólo servirá para que los reos rediman sus condenas, sino que además los convertirá en colonos de la región. La realización de esta utópica población, alegoría de la naturaleza de los sueños humanos, reunirá en el desierto de Navarra la condición humana en toda su desnudez, y se convertirá en una fábula de tintes bíblicos.
EL ÚLTIMO GRAN CLÁSICO DE LA NOVELA INGLESA DEL SIGLO XX «Los años ligeros es una joya literaria escondida para el lector español, la cima de la sofisticación británica». Fernando R. Lafuente, ABC «Los inolvidables Cazalet nos dan una lección de belleza y verdad como solo la literatura es capaz de plasmar». José María Guelbenzu, Babelia «Junto con Iris Murdoch, la escritora más importante de su generación». Martin Amis «Tan distinguida, elegante y refinada como sus incontables admiradores podrían esperar». Julian Barnes «Una deslumbrante reconstrucción histórica». Penelope Fitzgerald «Una de esas escritoras que demuestran para qué sirve la novela, abriendo nuestros ojos y nuestros corazones». Hilary Mantel «Con el tiempo sus Crónicas, como las de Trollope, se leerán como clásicos sobre la vida en Inglaterra». Sybille Berdford El de 1937 y el de 1938. Dos veranos inolvidables, a salvo bajo la dorada luz de Sussex, donde los días se consumen en una sucesión de juegos infantiles y pícnics en la playa. Tres generaciones de la acomodada familia Cazalet reunidas en su finca natal. Los quehaceres de dos abuelos, cuatro hijos, nueve nietos, innumerables parientes políticos, criados y animales domésticos que abarcan desde lo cotidiano hasta lo más trascendental: el chófer conduce demasiado despacio, los niños rescatan a su gato de lo alto de un árbol, los adultos hablan de la amenaza de una nueva guerra, y los sueños y pasiones que acechan bajo su charla ligera apenas opacan la indolente rutina de los últimos años felices que en mucho tiempo conocerá Inglaterra. Cuando en 1990 Elizabeth Jane Howard publicó la primera novela de las Crónicas de los Cazalet, puso la piedra de toque de lo que se convertiría en un inmediato clásico contemporáneo y en la novela-río más importante escrita en Gran Bretaña desde Una danza para la música del tiempo de Anthony Powell. En Los años ligeros, la autora perfila con exquisitez la geografía íntima de una familia y de un modo de vida que, irremisiblemente, pertenecían ya al mundo de ayer.
«Usted no escribirá nada sobre esto, me preguntó o me ordenó mi papá, su índice elevado, su tono a medio camino entre súplica y mandamiento. Pensé en responderle que un escritor nunca sabe de qué escribirá, que un escritor no elige sus historias sino que éstas lo eligen a él, que un escritor no es más que una hoja seca en el soplo de su propia narrativa. Pero por suerte no dije nada. Usted no escribirá nada sobre esto, repitió mi papá, su tono ahora más fuerte, casi autoritario. Sentí el peso de sus palabras. Por supuesto que no, le dije, quizás sincero, o quizás ya sabiendo que ninguna historia es imperativa, ninguna historia necesaria, salvo aquellas que alguien nos prohíbe contar.» En este nuevo libro del proyecto literario de Eduardo Halfon, el autor guatemalteco, siempre indagando en los mecanismos de la construcción de la identidad, se sumerge en aquellos que se originan en las relaciones fraternales: duelo como combate que se inicia con el nacimiento de un hermano y duelo también como luto por su muerte. Una novela profunda y emotiva que acrecienta la reputación del autor, «uno de esos escasísimos escritores como señaló la revista francesa Lire que no necesitan escribir largo para decir mucho.»
Este libro no es un testimonio sobre el Holocausto, sino una meditación sobre la vida. Magda Hollander-Lafon habitó las tinieblas más oscuras: en tanto que judía húngara, y siendo adolescente, fue deportada en 1944 a Auschwitz-Birkenau junto al resto de su familia, que perdió allí la vida. Estas páginas, arrancadas a la experiencia de la muerte, nacieron a lo largo de una lenta travesía constituida por muchos renacimientos: los cuatro mendrugos de pan que una mujer moribunda le da a la adolescente en el campo de concentración, el agua que le ofrecen cuando el cuerpo está a punto de rendirse, el movimiento de las nubes en el cielo de Auschwitz (que por un momento no está ennegrecido por el humo del crematorio) o la «señora de la sonrisa» que la recogió a la salida de su cautiverio. La Historia nos ha enseñado que las personas son capaces de lo peor, pero estas páginas son un llamamiento a lo mejor. Hollander-Lafon transmite una alegría sustraída a la desesperación, robada al infierno que casi la engulle, alimentada por una vida de encuentros en lo espiritual. Ella conoció la gracia de nacer dos veces y ahora, en este maravilloso libro, nos invita a unirnos a la fecundidad de un pensamiento lúcido, sereno y admirable.
«Si lograba llevar el cielo, la nieve y el aire a mi escritorio, la inmersión sería fácil, enseguida alcanzaría la claridad de visión adecuada». Estamos en febrero de 1949. Nina Sergeievna, escritora y traductora, es uno de los privilegiados a los que la Unión de Escritores ha concedido un mes de descanso en el campo, lejos de la oscura y ominosa capital, Moscú. Oficialmente, se supone que debe descansar o trabajar en sus traducciones, pero lo que hace, en realidad, es reflexionar sobre la desaparición de su marido durante las persecuciones estalinistas de 1938, para liberarse así, al menos en parte, de su propia pesadilla. En una casa de campo finlandesa, en mitad de bellísimos paisajes nevados, Nina se sumerge en su historia mientras convive con otros traductores, autores o cineastas, más vinculados al régimen que ella. Una novela a medio camino entre Anton Chéjov y Vasili Grossmann. Un texto bellísimo, de gran sencillez pero hondo calado, que George Steiner ha calificado como clásico de la literatura rusa del siglo XX.
Desde que Aleksandr Solzhenitsyn sorprendió al mundo con su libro Archipiélago Gulag, se han publicado diversos testimonios y estudios que han ido completando el retrato de lo que fue el mayor sistema de campos de trabajo forzado de la historia de la humanidad. Pero han sido sorprendentemente pocos los textos que han tratado la historia de las mujeres en el gulag. Como si ellas hubieran tenido un papel residual en los campos y en la brutal represión del régimen estalinista en general. Fue todo lo contrario. Monika Zgustova, una de las especialistas en literatura e historia rusas más importantes de nuestro país, ha buscado durante los últimos nueve años a las pocas mujeres que siguen con vida de entre las que sobrevivieron al gulag para escuchar y transmitir su testimonio antes de que se perdiera para siempre. Las ha visitado en sus hogares en Moscú, Londres y París, y el resultado, contra lo que pudiera parecer, es un canto a la vida, a la literatura, a la amistad, a todas las personas y a todo aquello que les permitió sobrevivir. A través de los recuerdos y los objetos, libros y cuadernos que perviven de ese tiempo, Vestidas para un baile en la nieve, (la policía secreta soviética se llevaba a sus víctimas en cualquier momento, también cuando estaban a punto de acudir a un baile) traza el retrato de nueve mujeres y su tiempo en el gulag pero también su regreso a la vida cotidiana. Nueve mujeres, científicas, actrices, maestras, matemáticas, poetas, que son otros tantos ejemplos de superación y de profunda humanidad.
Una pequeña isla perdida en el Mediterráneo, entre Sicilia y el norte de África, es el escenario imaginado por Catherine Banner para desarrollar esta cautivadora alegoría sobre la radical transformación de Europa durante los últimos cien años. La historia comienza con la llegada a Castellamare de Amedeo Espósito, un joven originario de Florencia que viene a ocupar el puesto de médico permanente en ese remoto peñón, donde el tiempo parece haberse detenido antes de la primera guerra mundial. Allí establecerá su hogar e iniciará una larga saga cuyos miembros, hábiles narradores de historias, transmitirán de generación en generación los secretos de la familia y los avatares de un siglo vertiginoso y convulso. Aunque Amedeo desembarca dispuesto a realizar su tarea con seriedad y rigor, un hombre inquieto y curioso como él no puede sustraerse al hechizo de la isla. Así pues, cuando surge la oportunidad de comprar el abandonado bar del pueblo, el joven doctor ignora que aquella «casa al borde de la noche», como se la conoce por estar ubicada en un sitio impresionante frente al inmenso mar, será un punto de inflexión en su vida y se convertirá en el centro social de Castellamare. Desde ese mirador privilegiado, Amedeo y su esposa Pina, una isleña inteligente y hermosa, verán transcurrir los acontecimientos más significativos de las décadas siguientes, desde la segunda guerra mundial hasta la era de internet, el turismo de masas y la terrible crisis financiera de 2008. Unos personajes memorables, situados en un entorno natural imponente, hacen de La isla de las mil historias una novela singular, rebosante de vitalidad y fantasía, en la que la fuerza y la fragilidad del ser humano se manifiestan en un espacio casi mítico donde se difuminan los contornos entre leyenda y realidad.
Juan Belmonte vive en el sur de Chile, frente al mar, llevando una vida sencilla y casi anónima, acompañado de algún amigo insobornable y de sus recuerdos de viejo guerrillero que ha trabajado también como agente y ha aceptado encargos de algunos de sus viejos mandos. Después de dar con las monedas de oro que evadieron unos nazis de la prisión de Spandau, Juan Belmonte recibe una llamada: debe localizar a los que quieren rescatar a un preso en el Chile de Bachelet. Se trata de un famoso torturador, descendiente de cosacos, que sabe mucho sobre quienes apoyaron la dictadura de Pinochet y lo protegieron durante este periodo. Pese a sus contactos, Juan Belmonte nunca se ha jugado tanto la piel. El ?n de la Historia revalida a Luis Sepúlveda como un gran narrador, experto y ágil, capaz no sólo de trazar una peripecia pegada a la actualidad, sino de desplegar ante el lector sus conexiones históricas con la Revolución rusa y con el ejército de cosacos, que juraron un odio anticomunista feroz.
El señor de las muñecas y otros cuentos de terror es una excepcional colección de relatos que nos atrapa desde la primera página. El libro contiene seis historias: «El señor de las muñecas», una incómoda historia sobre la afición a las muñecas; «Soldado», un relato sobre el acusado de un crimen racista; «Accidente por arma de fuego. Una investigación», la historia de una chica que cuida de la casa de su profesora; «Ecuatorial», un viaje a las islas Galápagos; «Mamaíta», donde Violet se siente más feliz con una familia que no es la suya; y «Misterios S. A.», con un asesino como protagonista. La intriga unas veces, y el terror otras, nos atraen sin remedio a través de la prosa limpia y ágil de la gran escritora Joyce Carol Oates.
Margaret Atwood reinventa La tempestad de William Shakespeare en La semilla de la bruja, una novela que aboga por el poder de las palabras y que invita a no olvidar y a creer en la magia de la vida cotidiana. «Cuando eres joven, crees que todo es posible. Te mueves en el presente, jugando con el tiempo como si fuera un juguete a tu disposición. Piensas que puedes deshacerte de cosas y personas, y aun no sabes bien que tienen la mala costumbre de volver.»Margaret Atwood Es un lunes cualquiera de enero de 2013 y Felix pasa el control de seguridad para acceder al centro correccional de Fletcher. Los guardias lo miran con simpatía y benevolencia; para ellos este hombre solo es el señor Duke, un cincuentón que en sus ratos libres se dedica a organizar funciones de teatro con los reclusos. El autor elegido siempre es Shakespeare, y este año el profesor les propone La tempestad. Felix accede sin problemas al recinto de la cárcel, llevando consigo algo muy peligroso pero imposible de detectar a través de un escáner: son las palabras, aún vivas, robustas, sonoras, de una obra donde la venganza viaja a través del tiempo y se instala en el presente. De a poco, ensayo tras ensayo, los chicos de Fletcher, que quizá nunca antes habían oído hablar de Shakespeare, convierten la obra en algo muy personal. Ahí se encuentran con sus fantasmas y con algo de sí mismos que no sabían, pero hay más: Felix, ese profesor terco y a veces aburrido, el día del estreno de la obra también podrá vengarse de quien le arruinó en el pasado. Reseña:«En esta novela hay tanta exuberancia, pasión e imaginación que lo único que quiero es que Atwood reescriba todo Shakespeare.»Viv Groskop, The Guardian «Una novela ingeniosa, divertida, cálida y sofisticada que, al tiempo, nos proporciona una lectura minuciosa de la obra original. [...] El libro es un hallazgo. El humor, arropado de una precisa y preciosa prosa, convierte esta revisitación de Shakespeare en una hazaña profunda... ¿El Nobel, por fin, para este año?»Ángeles López, La Razón «La novela es una maravilla de estilo delicioso al tiempo que conciso, al servicio de un relato profundamente conmovedor y, sin embargo, atravesado de humor. [...] La semilla de la bruja cautiva y estremece.»Emily St. John Mandel, The New York Times Book Review, El Cultural «La novela está dominada por un humor constante y muestra una elegante agudeza.»Pablo Martínez Zarracina, Sur «Una novela que aboga por el poder de las palabras y que incita a no olvidar y a creer en la magia de la vida cotidiana.»Última hora
Una mortecina mañana del mes de noviembre, el anciano escritor Thomas Hardy y su esposa, Florence, esperan en su casa de campo la visita de Gertrude, la actriz principal de una adaptación amateur de la novela de Hardy, Tess, la de los dUrberville. Sin embargo, la llegada de esta hermosa y joven actriz de teatro pronto perturbará el equilibrio de sus recluidas vidas campestres. En esta novela, ambientada en la década de los años veinte, Christopher Nicholson realiza un sutil retrato psicológico de la relación que se estableció (con motivo de la primera adaptación inglesa de Tess), entre el escritor Thomas Hardy, ya en la vejez, su esposa Florence Dugdale y la actriz de teatro Gertrude Bugler.
Un verano en que se siente perdido y sin fuerzas, el protagonista de este ?cuaderno de montaña? decide abandonar la ciudad donde nació y se instala a dos mil metros de altura, en un paraje próximo a aquel en que pasaba, de niño, las vacaciones con sus padres. Busca un lugar que le permita ser feliz y, como atesora recuerdos de largas semanas de libertad que transcurrían sin normas ni quien las dictara, sueña con recuperar las experiencias de su infancia. Pero ahora está solo. Y en esa soledad, en la que sin embargo, poco a poco, afloran presencias imprevistas, como los animales que pueblan la montaña y también dos vecinos con los que traba relación, deberá ajustar cuentas consigo mismo. El muchacho ocupa parte de su tiempo leyendo, y en los libros de Rigoni Stern, Primo Levi, Thoreau, Antonia Pozzi, encuentra con quien conversar. Pero la literatura no se convierte en un refugio contra la naturaleza hostil ni en un antídoto contra los excesos de la civilización, sino en un impulso para desarrollar un punto de vista propio, nada ingenuo ni complaciente.
Roberto Doni tiene más de sesenta años y es fiscal en Milán: serio, formal, inaccesible, su vida transcurre con total normalidad junto a una mujer inteligente y, de vez en cuando, se preocupa porque su hija haya decidido llevar su vida con total independencia. Sin embargo, esa cotidianidad empezará a resquebrajarse cuando se llame a declarar a un albañil tunecino acusado de cometer un crimen en la Via Padova que ha puesto en alerta a los medios de comunicación. A pesar de que el acusado está preparado para declararse culpable, una joven periodista acude a Doni para decirle que pida la absolución del albañil, puesto que cree en su inocencia y, además, cree que puede demostrarla. Esta aparición hará que Doni empiece a cuestionarse el funcionamiento de la justicia y la sociedad: parece que para todo el mundo es mucho más fácil creer que el albañil es, en efecto, el culpable del crimen, y la búsqueda de la verdad, a veces, resulta demasiado incómoda. Giorgio Fontana ha escrito una emocionante novela en la que un dilema ético da paso a una reflexión existencial y social del estamento de la justicia y de sus responsabilidades.
De la aclamada autora de La historiadora llega una novela que une de manera magistral pasado y presente. Llena de suspense y bellamente escrita, Tierra de sombras es una novela sentimental e histórica, donde la música y el arte se mezclan con los horrores de los campos de trabajo de la era comunista en la Europa del Este. Una historia fascinante que abarca varias generaciones y ahonda en la turbulenta historia de Bulgaria. Alexandra Boyd, una joven estadounidense, viaja a Sofía con la esperanza de que una nueva vida en el extranjero apacigüe el dolor que siente por la pérdida de su hermano. Poco después de llegar a esta hermosa ciudad del este de Europa, Alexandra ayuda a una pareja de ancianos a subir a un taxi y se queda accidentalmente con una de sus bolsas. Dentro, hay una caja de madera con un nombre: Stoyan Lazarov. Se trata de una urna con cenizas humanas. Alexandra emprenderá un viaje por Bulgaria a fin de localizar a la familia de Stoyan Lazarov, sin sospechar que para ello tendrá que desvelar los secretos de un músico de gran talento cuya vida se vio truncada por la represión política, y enfrentarse a peligros inesperados. La nueva novela de Elizabeth Kostova indaga en los horrores de todo un siglo recorriendo la cultura y los paisajes de ese misterioso país que es Bulgaria. Llena de suspense y bellamente escrita, Tierra de sombras explora el poder de la narración, la fascinación del pasado, la esperanza y la búsqueda del sentido a la vida que pueden hallarse tras la pérdida de un ser querido.
Un funcionario que descubre tras su jubilación una inquietante biblioteca; un matrimonio que desea ayudar a su hija, dotada de alarmantes poderes; un niño que asiste a un colegio construido junto a un cementerio; una joven que decide dar rienda suelta a sus deseos de venganza; una cuadrilla de ladrones que entran a robar en la casa de una indefensa ancianita... Éstos son algunos de los personajes que protagonizan este volumen de relatos, donde seres envueltos en el olor azufrado y pútrido del mal pueblan la oscuridad en las frías noches de invierno. Un texto autobiográfico del autor, «Vivo aquí», en el que explica un caso verídico mientras repasa a sus escritores de terror favoritos, pone un originalísimo colofón a este título.