Daniel el Mochuelo intuye a sus once años que su camino está en la aldea, junto a sus amigos, sus gentes y sus pájaros. Pero su padre quiere que vaya a la ciudad a estudiar el Bachillerato. A lo largo de la noche que precede a la partida, Daniel, insomne, con un nudo en la garganta, evocará sus correrías con sus amigos ?Roque el Moñigo y Germán el Tiñoso? a través de los campos descubriendo el cielo y la tierra, y revivirá las andanzas de la gente sencilla de la aldea. La simpatía humana con que esa mirada infantil nos introduce en el pueblo, haciéndonos conocer toda una impresionante galería de tipos y la fuerza con que a través de rasgos frecuentemente caricaturescos se nos presentan siempre netos y vivos es uno de los mayores aciertos de esta novela. Feliz evocación de un tiempo cuyo encanto y fascinación advertimos cuando ya se nos ha escapado entre los dedos, El camino es, por su amalgama de nitidez realista, humor sutil, nostalgia contenida e irisación poética no sólo una de las mejores novelas de Miguel Delibes, sino también, como señalaba la crítica, «una de las obras maestras de la narrativa contemporánea».
Francisco Umbral afirma, con la rotundidad que le caracteriza, que: ...el cuento es el género que mejor se corresponde con el estado de conciencia del hombre de hoy... y ...los escritores de lengua castellana [...] están escribiendo hoy los mejores cuentos que se hayan escrito nunca en nuestro idioma. La vanguardia de la narrativa actual no está en la novela, sino en el relato corto.... Por esta razón, pretendemos mostrar en esta Antología del relato breve español un panorama amplio del cuento literario en nuestro país en los últimos años, y constatar la alta calidad de la cuentística española actual, que obliga a lectores y editores a dejar de considerar el cuento como un género menor. Fernando Valls, crítico literario y profesor en la Universidad de Barcelona, ofrece en Son cuentos una representativa selección de relatos de veinticinco autores (desde Álvaro Pombo a Antonio Muñoz Molina) a través de los cuales traza una panorámica de lo que podríamos llamar la espina dorsal de la última narrativa breve escrita en español, analizando en su introducción las líneas comunes del género y la particulares de cada autor.
Ganadora del XXXV Premio Herralde de Novela ¿Qué tiene que suceder para que nos veamos obligados a redefinir nuestra idea de la infancia? La aparición de treinta y dos niños violentos de procedencia desconocida trastoca por completo la vida de San Cristóbal, una pequeña ciudad tropical encajonada entre la selva y el río. Veinte años después, uno de sus protagonistas redacta esta República luminosa, una crónica tejida de hechos, pruebas y rumores sobre cómo la ciudad se vio obligada a reformular no solo su idea del orden y la violencia sino hasta la misma civilización durante aquel año y medio en que, hasta su muerte, los niños tomaron la ciudad. Tensa y angustiosa, con la nitidez del Conrad de El corazón de las tinieblas, Barba suma aquí, a su habitual audacia narrativa y su talento para las situaciones ambiguas, la dimensión de una fábula metafísica y oscura que tiene el aliento de los grandes relatos.
¿Es posible burlar el fracaso escolar cuando ya hemos dado pruebas de ser unos auténticos zoquetes? En Mal de escuela, Pennac ha decidido contarnos su experiencia escolar para poder responder en alto a varias preguntas. -¿Otro libro sobre la escuela, pues? ¿No te parece que ya hay bastantes? -¡No sobre la escuela! Todo el mundo se ocupa de la escuela, eterna querella entre antiguos y modernos: sus programas, su papel social, sus fines, la escuela de ayer, la de mañana... No, ¡un libro sobre el zoquete! Sobre el dolor de no comprender y sus daños colaterales.Daniel Pennac Mal de escuela aborda la cuestión de la escuela y la educación desde un punto de vista insólito, el de los malos alumnos. Pennac, un pésimo estudiante en su época, estudia esta figura del folclore popular otorgándole la nobleza que se merece y restituyéndole la carga de angustia y dolor que inevitablemente lo acompaña. Desde su propia experiencia como «zoquete» y como profesor, el autor reflexiona acerca de la pedagogía y las disfunciones de la institución escolar, sobre el sentimiento de exclusión del alumno y el amor a la enseñanza del profesor. Reseña:«Ningún tratado sobre los problemas de la docencia, por muchas cifras y autorizadas opiniones que aporte, podría competir con algo así, con algo contado desde las entrañas mismas del conflicto.»Clara Sánchez, Babelia, El País
Correr hacia un sueño cuenta la admirable lucha de la joven somalí Samia Yusuf Omar por alcanzar su mayor deseo: convertirse en atleta y abrirse camino en un país marcado por la guerra, el fundamentalismo y la falta de oportunidades para las mujeres. Somalia, años noventa. Samia es la más rápida del colegio. Más incluso que los chicos de su edad, a quienes reta a correr por las polvorientas calles de Mogadiscio. Con apenas ocho años, siente una verdadera pasión por el deporte y sueña con llegar a competir en los Juegos Olímpicos. Con este propósito, la pequeña entrena cada día junto a su amigo Alí recorriendo una ciudad inmersa en la pobreza, la represión contra las mujeres y la lucha de clanes. Pese a que el clima político en Somalia es cada vez más tenso y el deporte está prohibido, Samia jamás renuncia a su sueño. Quiere ser una campeona y decide arriesgarlo todo. Poco a poco, su esfuerzo se ve recompensado y, con solo diecisiete años, consigue clasificarse para los Juegos de Pequín y convertirse en un verdadero símbolo de libertad para las mujeres musulmanas del mundo entero. Por fin puede abandonar la clandestinidad y entrenar sin miedo a las amenazas y a las balas de los integristas. Samia está cada vez más cerca de su meta, pero todavía le queda un arduo periplo por recorrer. La excepcional historia de una heroína de nuestro tiempo cuya esperanza y tenacidad la llevan a embarcarse en una dura travesía para alcanzar su sueño. Correr hacia un sueño es la epopeya de una mujer destinada a convertirse en un símbolo de superación narrada con maestría y sensibilidad. Una novela conmovedora que nos hace creer en la fuerza de los sueños. Ganadora del Premio Strega Giovani 2014 Finalista del Premio Strega Reseñas: «Tienes la sensación de que estás páginas te han cambiado.»Roberto Saviano «Un libro necesario. La historia de la jovencísima atleta ya ha dado la vuelta al mundo y ha dejado una huella indeleble.»La Repubblica «Una novela apasionante.»Corriere della Sera «Una historia intensa y conmovedora sobre una joven atleta somalí que decide jugárselo todo por un sueño, incluso su vida.»La Stampa
La hora violeta es una historia de amor: la de un padre por su hijo. Novela galardonada con el Premio Tigre Juan y el Premio Ojo Crítico de Narrativa entre otros. Una de las frases que más oye un padre tras la muerte de su hijo es «No tengo palabras». Todo el mundo se queda sin palabras de consuelo en un momento en que los lugares comunes suenan a insulto. Pero Sergio del Molino sí tenía palabras. De hecho, solo tenía palabras, las que forman esta historia de amor titulada La hora violeta. Este libro narra un año de la vida de su hijo Pablo, desde que fue diagnosticado de un raro y grave tipo de leucemia hasta su muerte. La hora violeta no es solo una apasionada carta de amor de un padre a su hijo, sino también la historia de una búsqueda: la de un término para referirse a los «padres huérfanos». Hay tan pocas palabras de consuelo disponibles que el idioma se ha olvidado incluso de reservar un sustantivo para quienes ven morir a sus hijos. Del Molino expresa sin medias tintas la frustración y la angustia de un padre sin incidir en descripciones sensacionalistas del sufrimiento de su hijo. El resultado son unas emocionantes memorias que trascienden la muerte del niño al que están dedicadas. Reseñas:«Poderoso, torrencial, sin más límites que los de la imaginación.»Ignacio Martínez de Pisón «Un escritor agudo y agridulce, mordaz y elegante, contemporáneo y abisal.»Mariano García, Heraldo de Aragón «Entre las frases puede escucharse una música que confunde a W.G. Sebald con los historiadores grecolatinos, un ritmo que oscila entre la audacia de los periodistas y la inventiva de los fabuladores.»Hilario J. Rodríguez, ABC «Sergio del Molino ha convertido el sufrimiento en un texto de altura que pone en tela de juicio todos los tópicos y metáforas que solemos manejar a la hora de hablar del cáncer, pero no que presenta ninguno de los síntomas de esa otra enfermedad que tantos estragos está causando en la literatura contemporánea: la sensiblería. El autor pone el corazón sobre la mesa desde el primer momento, siendo tierno cuando las circunstancias lo requieren y descarnado cuando la situación lo exige, e impactando en el alma del lector gracias, única y exclusivamente, a la franqueza que destilan sus palabras.»Álvaro Colomer, Micro-revista «La literatura del dolor se enriquece notablemente a partir de este libro.»Ricardo Senabre, El Mundo
Con el formidable éxito de ventas de Entre limones el divertidísimo relato autobiográfico de un joven inglés que, con tal de no vestir traje y acudir a una oficina, se gasta todos sus ahorros en la compra de un ruinoso cortijo en la Alpujarra granadina Chris Stewart dio comienzo a su célebre trilogía sobre el irresistible encanto de la vida alternativa, en la que los pequeños sucesos cotidianos y la tranquila observación del espectáculo que supone la actitud del hombre ante sus semejantes y ante la naturaleza compensan con creces los placeres materiales de una vida normal. Acompañado por su mujer Ana, la pequeña Chloé y un loro algo misántropo que forma parte del núcleo familiar, Chris relata con su inimitable estilo las nuevas experiencias que le depara su retiro voluntario del mundanal ruido. Su relación con los vecinos, los entresijos de la escolarización en España, el descubrimiento de un plan para construir una presa que dejaría buena parte del valle sepultada bajo el agua, todo es motivo de asombro. Y por añadidura, el éxito de su primer libro atrae a un hatajo de periodistas ingleses interesados en su vida anterior a su llegada a la Alpujarra: las temporadas pasadas en Suecia esquilando ovejas en mitad del invierno, su primer contacto con España para aprender a tocar la guitarra flamenca, su trabajo en un circo y su breve carrera musical como batería de Genesis, el grupo de rock de su colegio.
«Sólo cuando se ha perdido toda curiosidad hacia el futuro se ha alcanzado la edad de escribir una autobiografía», nos dice su autor al comienzo de este libro. Una educación incompleta es el primer y único volumen de la autobiografía de Evelyn Waugh, quien moriría dos años después de publicarlo sin haber podido escribir su proyectada continuación. Waugh comienza su relato por la historia de sus antepasados, hombres y mujeres de carácter, que contribuyeron sin saberlo a su genio. Tuvo una infancia familiar convencional, «cálida, brillante y serena», aunque los años escolares que le sucedieron y que pasaría en Hampstead y Lancing, los recuerda con cierto dolor. Su vida como estudiante en Oxford, que tan bien recrearía en Retorno a Brideshead, «fue en esencia un catálogo de amistades». La evocación de aquella placentera y animada época es un sofisticado retrato de la generación de Harold Acton, Cyril Connolly y Anthony Powell; un mundo exclusivo que rememora con elegante ingenio y precisión. Una educación incompleta termina con sus experiencias como maestro en una escuela preparatoria en el Norte de Gales que le inspiraron su primera novela, Decadencia y caída.
El prestigio de James Salter, grande entre los grandes escritores norteamericanos contemporáneos, se ha cimentado con tan sólo siete libros publicados, hecho que atestigua su tardía dedicación a la escritura y el alcance de su ambición literaria. Salter es famoso por su prosa depurada, hecha de palabras certeras y silencios elocuentes. Quemar los días, su único libro de memorias, publicado en 1997, cuando el autor contaba 72 años, ha sido descrito por John Irving como «mejor que muchas buenas novelas», y es uno de los pocos de su breve obra que permanecían inéditos en nuestro idioma. Necesariamente incompletas y deliberadamente selectivas, estas memorias trazan el relato de una vida colmada de acontecimientos y gente extraordinarios: desde la fabulosa isla de Manhattan hasta los rigores de la academia militar de West Point, desde la vivencia extrema de un avión de combate hasta la efervescencia de Nueva York, París y Roma. Con una especial mezcla de candor e inteligencia, este volumen contiene algunas de las páginas más hermosas y memorables del autor, ya sean sobre la experiencia de volar o sobre sus otras grandes pasiones: Europa, las mujeres y la literatura. Por la agudeza y concisión de sus observaciones y retratos de Robert Redford, John Huston, Nabokov, Irwin Shaw, entre otros, por la relevancia de sus historias y la inconfundible elegancia de su planteamiento, Quemar los días es un libro profundamente cautivador sobre el proceso de aprender a vivir y a escribir, la naturaleza del tiempo, el deseo, el placer y las oportunidades perdidas.
Groucho y su yo, fundidos aquí en uno solo, escribieron, como era inevitable suponer, un libro que sólo puede escribirse como?, bueno, indescriptible. También será inevitable, si el lector siente la curiosidad por saber a ciencia cierta quiénes y cómo son Groucho y el yo-de-Groucho, que compre y lea estas memorias muy particulares, porque nosotros tan sólo podremos adelantarle aquí que, aunque uno y otro sean de naturaleza profundamente similar, también son, paradójicamente, muy distintos. En tanto que Groucho, ese incómodo insumiso, entrometido, criticón e insolente mujeriego, dinamita la sociedad, siembra el absurdo y el desconcierto por doquier y no comprende cómo alguien puede pertenecer a un club del que él sea socio, el yo-de-Groucho no piensa sino en medrar y enriquecerse en esa misma sociedad que dice despreciar y se arrima a cualquiera con tal de que le introduzca en el club más selecto. Pero lo cierto es que los dos gozan por igual del don privilegiado de hacernos morir de risa?
Julian Barnes, célebre escritor y aficionado tardío a los fogones, cuenta sus divertidas aventuras entre sartenes y cazuelas, sus triunfos y derrotas entre la cocina y el comedor. Trufada de inteligente humor inglés, es una lectura obligada para quien disfrute cocinando y leyendo y, cómo no, comiendo. Quien haya cocinado alguna vez sabe que entre la receta y el plato listo para servir puede haber un abismo: el resultado será un éxito o un fracaso, pero lo primero con que se topa el aficionado son las dudas. El tiquismiquis de la cocina, que quisiera cocinar perfectamente, consulta las recetas, pero se ve sometido a un sinfín de imponderables: ¿cuán grande es una cebolla mediana? ¿Qué significa fuego medio? ¿Cuánto cabe en una pizca? Todo aquel para quien la cocina sea un hobby revivirá con este libro sus esforzados intentos, maldecirá con Barnes los libros de cocina y sus imágenes a todo color, probará salsas y contemplará desolado un suflé despachurrado. Y repetirá la consigna: «Esto no es un restaurante.» Guarnecida con apetitosas ilustraciones, El perfeccionista en la cocina es una lectura desopilante, además de un consuelo para cualquiera que se haya sentido derrotado alguna vez ante un recetario. Todo un placer. «Un libro para leer en compañía de un queso stilton de ocho meses y una copa de oporto» (Pau Arenós, El Periódico). «Recibirá las simpatías de los cocineros amateurs, quisquillosos y, en efecto, perfeccionistas» (Toni Montesinos, La Razón). «Sencillamente delicioso. Impregnado de humor, ese humor inglés en la línea elegante de Wodehouse, Evelyn Waugh o Alan Bennett, el único en el mundo capaz de hacer asimilable lo disparatado con lo normal sin distorsionar la realidad de forma grosera» (Robert Saladrigas, La Vanguardia). «Delicioso» (Fietta Jarque, El País). «Desternillante» (Mercedes Monmany, ABC).
Una extraña llamada interrumpe la rutina de un escritor. La enigmática voz femenina al otro lado de la línea le dice que los McGuffi n quieren invitarlo a cenar para desvelarle la solución al misterio del universo. Pronto descubrirá que se trata de una convocatoria para participar en la Documenta de Kassel, la mítica feria de arte contemporáneo, donde su cometido será convertirse en instalación artística viviente y sentarse a escribir cada mañana en un restaurante chino de las afueras. En Kassel, el escritor comprueba sorprendido que su estado de ánimo no decae al atardecer y que, en cambio, el optimismo lo invade mientras pasea impulsado por una energía inagotable que late en el corazón de la feria. Es la respuesta espontánea e imaginativa del arte que se levanta contra el pesimismo. Con humor, hondura y lucidez, Enrique Vila-Matas cuenta la historia de una gran expedición: la del paseante solitario que, rodeado de rarezas y maravillas, se atreve a traducir un idioma que no conoce, participa en bailes invisibles, pernocta en su particular tierra prometida y, fi nalmente, encuentra un hogar en el camino. Desde su terraza de Kassel, este paseante nos invita a ver el mundo desde otro ángulo y desvela la esencia misma de la literatura: la razón, la verdadera razón, para escribir.
Vida y muerte de un pueblo español es considerada, junto a The last time I saw Paris, como la principal obra de Elliot Paul. Publicada originalmente en 1937, hasta la fecha nunca se había traducido al español. La obra es el fruto de la estancia del autor en Santa Eulalia del Río (Ibiza) y constituye un testimonio de enorme valor, comparable en algunos aspectos a la obra de Gerald Brenan. La primera parte del libro describe la vida en el pueblo: una vida marcada por su clima, su situación y su paisaje privilegiados, por la armonía en la que vivía su gente: un pequeño paraíso. La segunda parte refleja el drama que supuso el estallido de la guerra. El valor de esta obra es difícil de exagerar. Entre el relato autobiográfico, la crónica social, histórica y antropológica, en ella se encuentra un canto encendido a la civilización mediterránea y a la forma de vida de los ibicencos que conoció Paul en los años 30. El lirismo del relato se alterna con los tonos épicos y elegiacos, constituyendo un valioso y singular testimonio sobre la Guerra Civil, en el que puede verse a Ibiza como un símbolo de España toda, y que cabe leer como añoranza de todo lo que pudo haber sido y se vio truncado por la contienda.
Ésta es la historia real de unos padres muy singulares, pero también la historia de su hija, la estupenda narradora de unas páginas fascinantes. Al mismo tiempo que, con rigor e inteligencia, nos lleva de la mano por las vidas de su familia ?de Rusia y Francia a Estados Unidos?, Francine retrata a la perfección una época mítica e irrepetible. Sus padres son tan exitosos (una diseñadora de sombreros y un director de revistas de moda) como, en ocasiones, egocéntricos; tan seductores como insufribles; pero ella siempre sabe extraer una lección tanto del carácter ajeno como de la vida que le ha tocado vivir: entre el exilio y el glamour, entre el lujo y las pérdidas? Tatiana Yákovleva, la madre de la autora, se convirtió en la musa del famoso poeta Vladímir Maiakovski cuando éste se enamoró de ella. Al poco, renunció a este romance y se casó con un vizconde francés: Bertrand du Plessix, el padre de Francine. Tras su muerte ?el avión que pilotaba fue abatido por los nazis?, Tatiana comenzó a vivir con Alexander Liberman, un ambicioso artista hijo de un prominente judío ruso. Un año después de la ocupación de París en la Segunda Guerra Mundial, huyeron a Nueva York con la joven Francine. Allí, los sombreros de Tatiana llegarían a ser también un icono y Alexander, después de dirigir primero Vogue, estaría al frente de todo el imperio de revistas Condé Nast. Extravagantes, brillantes y audaces, los dos eran irresistibles para los amigos que frecuentaban sus fiestas, como su íntima Marlene Dietrich o diseñadores de la talla de Christian Dior e Yves Saint-Laurent. En estas memorias tan novelescas hay mucha verdad, encanto, placer y conocimiento, además de una mirada única sobre algunos de los momentos más relevantes del siglo XX.
Suspense, misterio, fantasía e incluso cierto grado de humor negro, conforman los ingredientes de esta antología de relatos donde sus protagonistas, desde humanos a fantasmas del pasado, lobos o íncubos, se unen para sorprendernos al más puro estilo de Edgar Allan Poe, H.P. Lovecraft o Stephen King. Del alabado por la crítica José Manuel Muriel, nos llega un nuevo libro de una imaginería única, colmado de conceptos con reminiscencias de la literatura gótica clásica.