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Decir que " La Regenta " es la historia de cómo unos personajes, inconformes con su mundo, anhelan trascenderlo y son vencidos en el intento es tan cierto como insuficiente porque, en el fondo, este conflicto se halla en todas las novelas del realismo europeo. Lo verdaderamente singular en " La Regenta " es la inmensa complejidad y riqueza de matices con que el conflicto se produce. Escrita entre 1883 y 1885, fue un éxito desde el primer momento, a pesar del silencio o la reacción negativa de buena parte de la crítica periodística. Consciente de la plenitud y madurez de su novela, el propio Clarín en una carta a un amigo confesaba su emoción por haber acabado " a los treinta y tres años una obra de arte " .
Decir que " La Regenta " es la historia de cómo unos personajes, inconformes con su mundo, anhelan trascenderlo y son vencidos en el intento es tan cierto como insuficiente porque, en el fondo, este conflicto se halla en todas las novelas del realismo europeo. Lo verdaderamente singular en " La Regenta " es la inmensa complejidad y riqueza de matices con que el conflicto se produce. Escrita entre 1883 y 1885, fue un éxito desde el primer momento, a pesar del silencio o la reacción negativa de buena parte de la crítica periodística. Consciente de la plenitud y madurez de su novela, el propio Clarín en una carta a un amigo confesaba su emoción por haber acabado " a los treinta y tres años una obra de arte " .
"El oso" es sin duda uno de los más espléndidos y significativos relatos de William Faulkner. La renuncia de Isaac McCaslin, su protagonista, a la herencia del viejo Carothers, es el resultado de una radical negativa a reconocer la propiedad sobre una tierra corrompida por la codicia de sus ocupantes. Para Isaac, fascinado por la naturaleza virgen del Gran Valle, Old Ben, el viejo oso al que los hombres de Jefferson acosan implacablemente, es «un anacronismo indomable e invencible surgido de un tiempo antiguo y muerto, un fantasma, compendio y apoteosis de la antigua vida salvaje». El final de Old Ben es también el de los grandes bosques amenazados por las compañías madereras, un escenario donde la ceremonia anual de la caza reaviva todavía el espíritu de un tiempo aún no maldito en que la tierra era de los hombres «no de los blancos, ni de los negros, ni de los rojos, sino de los hombres, de los cazadores, con la voluntad y la osadía de resistir y la humildad y el arte de sobrevivir». Todas las obsesiones fundamentales de la intensa narrativa faulkneriana concurren en este relato, una auténtica obra maestra, arrastradas por la fuerza de un estilo soberbiamente elaborado.